Obras de Aristóteles Metafísica 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Patricio de Azcárate

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Metafísica · libro duodécimo · Λ · 1069a-1076a

I
De la esencia

La esencia es el objeto de nuestro estudio, porque buscamos los principios y las causas de las esencias. Si se considera el Universo como un conjunto de partes, la esencia es la parte primera; si como una sucesión, entonces la esencia tiene el primer puesto; pues de ella viene la cualidad, después la cantidad. Por lo demás, los objetos que no son esencias no son seres propiamente hablando, sino cualidades y movimientos{444}; existen tan sólo en el mismo concepto que lo no-blanco y que lo no-recto, a los cuales en el lenguaje común atribuimos la existencia, cuando decimos, por ejemplo: lo no-blanco existe. En fin, nada puede tener una existencia separada más que la esencia.

El ejemplo de nuestros mismos antepasados es una prueba de lo que acabamos de asentar; porque lo que inquirían eran los principios de la esencia, sus elementos, sus causas. Los filósofos de hoy prefieren considerar como esencia los universales, pues que los universales son esos géneros con que forman los principios y esencias, preocupados como están con el punto de [326] vista lógico. Para los antiguos, la esencia era lo particular; era el fuego, la tierra, y no el cuerpo en general.

Hay tres esencias, dos sensibles, una de ellas eterna y la otra perecedera; ninguna duda ocurre con respecto a esta última: son las plantas, los animales. En cuanto a la esencia sensible eterna, es preciso asegurarse si sólo tiene un elemento, o si tiene muchos{445}. La tercera esencia es inmóvil; y según algunos filósofos{446}, tiene una existencia independiente. Unos la dividen en dos elementos{447}; otros reducen a una sola naturaleza las ideas y los seres matemáticos{448}; otros, por último, sólo reconocen los seres matemáticos. Las dos esencias sensibles son objeto de la física, porque son susceptibles de movimiento. Pero la esencia inmóvil es objeto de una ciencia diferente, puesto que no tiene ningún principio que sea común a ella y a las dos primeras.

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{444} Véase el lib. VII.

{445} Véase más adelante todo el cap. VIII.

{446} Los Pitagóricos y los Platonianos.

{447} El sistema de Platón.

{448} «Quizá los sucesores de Platón, Espeusipo y Jenócrates. En el libro XIII de la Metafísica se trata de los filósofos que sólo admiten un solo número, a saber: el número matemático, y se distinguen de los que dan a este número una existencia separada de las cosas sensibles. Siriano y Filopón atribuyen esta opinión a Jenócrates.» (Nota de M. Cousin.) –Véase para la aclaración de este punto oscuro de la historia de la filosofía la sabia disertación de M. Ravaisson: «Speusippi de primis rerum principiis placita qualia fuisse videntur ex Aristotele.» VIII, pág. 28.


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  Patricio de Azcárate · Obras de Aristóteles
Madrid 1875, tomo 10, páginas 325-326