Obras de Aristóteles Metafísica 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Patricio de Azcárate

[ Aristóteles· Metafísica· libro décimocuarto· I· II· III· IV· V· VI ]

Metafísica · libro décimocuarto · Ν · 1087a-1093b

V
El número no es la causa de las cosas

Es imposible colocar a la vez el bien entre los principios, y no colocarlo. Entonces es evidente que los principios, las primeras sustancias, no han sido convenientemente determinados. Tampoco están en lo verdadero aquellos que asimilan los principios del conjunto de las cosas a los de los animales y de las plantas, y que dicen que lo más perfecto viene siempre de lo que es indeterminado, imperfecto{529}. Tal es también, dicen, la naturaleza de los primeros principios; de suerte que la unidad en sí no es un ser determinado. Pero observemos que los principios que producen los animales y las plantas son perfectos: el hombre produce al hombre. ¿No es la semilla el primer principio?{530}

Es absurdo decir que los seres matemáticos ocupan el mismo lugar que los sólidos. Cada uno de los seres individuales tiene su lugar particular, y por esta razón se dice que existen separados en cuanto al lugar; pero los seres matemáticos no ocupan lugar; y es absurdo pretender que lo ocupan sin precisar este lugar. Los que sostienen que los seres vienen de elementos y que los primeros seres son números, han debido determinar cómo un ser viene de otro, y decir de qué manera el número [395] viene de los principios; por ejemplo, si es el resultado de una mezcla; pero no está todo mezclado, y la unidd producida, por otra parte, por la mezcla no será un ser aparte y una sustancia independiente, y los partidarios de estas doctrinas no admiten tampoco la hipótesis. El número, ¿procederá de la composición como la sílaba? Pero entonces los elementos ocuparían diversas posiciones, y el que pensase el número, pensaría separadamente la unidad y la pluralidad. El número, en este caso, será la mónada y la pluralidad, o bien lo uno y lo desigual.

Además, como proceder de un ser significa componerse de este ser tomado como parte integrante, y significa también otra cosa{531}, ¿en qué sentido debe decirse que el número viene de los principios? Sólo los seres sujetos a producción y no el número pueden venir de principios considerados como elementos constitutivos. ¿Procede como de una semilla? Es imposible que salga nada de lo indivisible. ¿El número procederá entonces de los principios como de contrarios que no persisten en tanto que sujeto? Pero todo lo que se produce así viene de otra cosa que persiste como sujeto. Puesto que unos oponen la unidad a la pluralidad como contrario, y otros la oponen a la desigualdad, tomando la unidad por la igualdad, el número procederá de los contrarios; pero entonces será preciso que haya algo que sea diferente de la unidad, que persista como sujeto, y de que proceda el número. Además, estando todo lo que viene de los contrarios y todo lo que tiene en sí contrario sujeto a la destrucción, aunque contuviese por entero todos los principios, ¿por qué es el número imperecedero? Esto es lo que no se explica. Y sin embargo, lo contrario destruye su contrario, esté o no comprendido en el sujeto: la discordia es verdaderamente la destrucción de la mezcla{532}. Pero no debería ser así, si lo contrario no destruyese su contrario, porque aquí no hay siquiera contrariedad{533}.

Pero nada de esto se ha determinado. No se ha precisado de qué manera los números son causas de las sustancias y de la existencia: es decir, si es a título de límites, como los puntos son [396] causas de las magnitudes; y sí, conforme al orden inventado por Eurito{534}, cada número es la causa de alguna cosa, éste, por ejemplo, del hombre, aquél del caballo, porque se puede, siguiendo el mismo procedimiento que los que reducen los números a figuras, al triángulo, al cuadrilátero, representar las formas de las plantas por las operaciones del cálculo; o bien, si el hombre y cada uno de los demás seres vienen de los números, como vienen la proporción y el acorde de la música. Y respecto a las modificaciones, como lo blanco, lo dulce, lo caliente, ¿cómo son números? Evidentemente los números no son esencias, ni causas de la figura. Porque la forma sustancial es la esencia; el número,por lo contrario, expresa la materia: un número de carne, de hueso, he aquí lo que es: tres partes de fuego, dos de tierra{535}. El número, cualquiera que sea, es siempre un número de ciertas cosas, de fuego, de tierra, de unidades; mientras que la esencia es la relación mutua de las cantidades que entran en la mezcla: pero esto no es un número, es la razón misma de la mezcla de los números corporales o cualesquiera otros.

El número no es por tanto una causa eficiente; y ni el número en general ni el compuesto de unidades son la materia constituyente, o la esencia, o la forma de las cosas; voy más lejos: no es siquiera la causa final.

———

{529} Espeusipo, y probablemente también Jenócrates.

{530} Physic. auscult, II. 2; Bekk., pág. 193, 194.

{531} Véase el lib. V, 24.

{532} En el sistema de Empédocles.

{533} Ita et unum et non unum ad se invicem pugnantia, corrumpent se ipsa. Attamen non est contrarium rixa mixto. Attamen subintrans ipsunt corrumpit: multo magis contraria, coexistentia ideiis, corrumpent ipsas. Filopón, pág. 66, a.

{534} Era, según los comentaristas, un Pitagórico.

{535} Los comentaristas creen que Aristóteles hace alusión en este pasaje a los versos de Empédocles sobre la constitución de los huesos de que hemos hablado al final del libro I.


www.filosofia.org Proyecto Filosofía en español
© 2005 www.filosofia.org
  Patricio de Azcárate · Obras de Aristóteles
Madrid 1875, tomo 10, páginas 394-396