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Metafísica · libro noveno · Θ · 1045b-1052a
VI Naturaleza y cualidad de la potencia
Hemos hablado de la potencia motriz; ocupémonos del acto{354}, y determinemos qué es el acto y cuáles son sus modos. [259] Esta indagación nos llevará a demostrar que por potente no se entiende sólo lo que tiene la propiedad de mover otra cosa, o de recibir de ella el movimiento; movimiento propiamente dicho, o movimiento de tal o cual naturaleza, sino que tiene también otras significaciones, y fijaremos estas significaciones en el curso de esta indagación. El acto es, respecto a un objeto, el estado opuesto a la potencia: decimos, por ejemplo, que el Hermes está en potencia en la madera; que la mitad de la línea está en potencia en la línea entera, porque podría sacarse de ella. Se da igualmente el nombre de sabio en potencia hasta al que no estudia, si tiene la facultad de estudiar. Puede concluirse de estos diferentes ejemplos particulares lo que entendemos por acto, no precisamente para definirle con exactitud, pues debemos a veces contentarnos con analogías. El acto será el ser que construye, relativamente al que tiene la facultad de construir; el ser despierto, relativamente al que duerme; el ser que ve, con respecto al que tiene los ojos cerrados, teniendo la facultad de ver; el objeto que sale de la materia, relativamente a la materia; lo hecho, con relación a lo que no está hecho. Demos el nombre de acto a los primeros términos de estas diversas relaciones; los otros términos son la potencia.
Acto no se entiende siempre de la misma manera, como no sea por analogía. Se dice: tal objeto está en tal otro, o es relativamente a tal otro; se dice igualmente: tal objeto está en acto en tal otro, o es relativamente a tal otro. Porque el acto significa tan pronto el movimiento relativamente a la potencia, como la esencia relativamente a una cierta materia. La potencia y el acto, respecto del infinito, del vacío y de todos los seres de este género se entienden de otra manera que respecto de la mayor parte de los demás seres, tales como lo que se ve, lo que anda, lo que es visto. En estos últimos casos la afirmación de la existencia puede ser verdadera, ya absolutamente, ya en tal circunstancia dada. Visible se dice, o de lo que es visto realmente, o de lo que puede ser visto. Pero la potencia respecto al infinito no es de una naturaleza tal que el acto pueda jamás realizarse, como no sea por el pensamiento; en tanto que la [260] división se prolonga hasta el infinito, se dice que el acto de la división existe en potencia, pero no existe jamás separado de la potencia{355}.
Como todas las acciones que tienen un término no constituyen ellas mismas un fin, sino que tienden a un fin, como el fin de la demacración que es el enflaquecimiento; tales acciones como la demacración son ciertamente movimientos, pero no son el fin del movimiento. Estos hechos no pueden considerarse como actos, por lo menos como actos completos, porque no constituyen un fin, sino solamente tienden a un fin y al acto. Se puede ver, concebir, pensar y haber visto, concebido, pensado; pero no se puede aprender y haber aprendido la misma cosa, curar y haber sido curado; se puede vivir bien y haber vivido bien, ser dichoso y haber sido dichoso todo a la vez; sin esto sería preciso que hubiera puntos de detenida en la vida, como puede suceder con la demacración; pero jamás se ha verificado esto: se vive y se ha vivido. De estos diferentes modos llamaremos a los unos movimientos, a los otros actos, porque todo movimiento es incompleto, como la demacración, el estudio, la marcha, la construcción; y los diferentes modos de que hemos hablado son movimientos y movimientos incompletos. No se puede dar un paso y haberle dado al mismo tiempo, construir y haber construido, devenir y haber devenido, imprimir o recibir un movimiento y haberle recibido. El motor difiere del ser en movimiento; pero el mismo ser, por el contrario, puede al mismo tiempo ver y haber visto, pensar y haber pensado: estos últimos hechos son los que yo llamo actos; los otros no son más que movimientos. Estos ejemplos, o cualquier otro del mismo género, bastan para probar claramente qué es el acto y cuál es su naturaleza.
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{354} Περι ενεργειας. «Para comprender bien el acto peripatético, es preciso que nuestro espíritu se despoje de todas las nociones habitualmente admitidas sobre la causa, el efecto y su relación. El acto de Aristóteles no es el acto moderno, así como la potencia no es la causa tal como nosotros la entendemos. El acto moderno es determinado, como 1el acto peripatético; esto es lo que tienen de común. Pero el acto moderno es un simple efecto, una modificación, no es nada por sí mismo. Pura abstracción cuando se le toma independientemente de su causa, no tiene más realidad que en cuanto está ligado a ella. Y a decir verdad, no hay acto independiente de su causa, como no hay causa aislada de su acto. Hay una causa en acto, y nada más. Por lo contrario, el acto peripatético es absoluto: existe por sí mismo; se liga tan poco por su naturaleza a la [259] potencia, que no es puro y perfecto sino en cuanto rompe los lazos que le unían a ella. Él solo posee la energía, la fuerza, la vida, la existencia positiva. En fin, el acto, según Aristóteles, es el ser en toda su plenitud.» Vacherot, Teoría de los primeros principios, págs. 31 y 32.
{355} Aristóteles demuestra en la Física, lib. I, 11; Bekk., pág. 204, libro IV, 8, que ni el infinito ni el vacío existen en acto en los seres.
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