
Armand Mattelart
Por un medio de comunicación de masas no mitológico
Pensamiento Crítico, La Habana, enero 1971, número 48, páginas 224-241.
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Para asegurar su legitimidad, el modo de producción capitalista precisa de un cuerpo de fetiches que arman su racionalidad de dominación social. La aparición de estos fetiches está íntimamente ligada al desarrollo de las fuerzas productivas. Dicho en otras palabras, los fetiches de la alta tecnología difieren de aquellos que dotan de sentido y cohesionan el sistema capitalista en los albores del maquinismo. Marx habló del fetichismo de la mercancía y del dinero inherente al modo de producción capitalista. Fabricar un fetiche o promover un proceso o fenómeno al rango de fetiche significa «cristalizarlo bajo la forma de un objeto puesto aparte», abstraerlo de las condiciones reales que presidieron o presiden su producción. Así la burguesía erige la riqueza a l rango de fetiche cuando, cristalizándola en los metales preciosos oro y plata, lo aparta de su génesis: un proceso de acumulación y de plusvalía en manos de una clase propietaria de los medios de producción.