Filosofía en español 
Filosofía en español


La Caprichosa. Periódico del buen tono
Revista mensual de modas, literatura, música, teatros y artes.
París, mayo 1857 a diciembre 1858

La Caprichosa. Revista Universal del Nuevo Mundo
París, enero 1859 a junio 1860

La Caprichosa

Revista mensual en español publicada en París por Emilia Serrano García (1834-1922), desde mayo de 1857 (número 1) a junio de 1860 (número 38). La portada del primer número dice: “La Caprichosa. Periódico del buen tono. Revista mensual de modas, literatura, música, teatros y artes. Directora: Señora Doña Em. Serrano de Wilson.” Se sabe que Emilia Serrano se había establecido en París cuatro años antes, junto con su amante, José Zorrilla, quien ya diez años antes había publicado Don Juan Tenorio, y le decía Leila en sus versitos. («D. José Zorrilla. Salió a París con pasaporte español para Londres. Dijo a su esposa que iba por unos días a cobrar cierto dinero. No ha vuelto desde el 9 de Julio, y ha dejado abandonada a su Esposa Matilde O'Reilly de Zorrilla. Esta desgraciada Señora cree que se ha fugado de su compañía para seguir a D.ª Emilia Serrano hija de D.ª Pura Serrano, naturales de Salamanca. Rue Castellana n° 15 entresuelo. Se escribe a Londres y Bruselas, 13 agosto», transcripción de un documento de 1853, conservado en los fondos de Asuntos Exteriores del Archivo General de la Administración: ES.28005.AGA//(10) IDD 29 Caja 54-5543). Florentina Matilde O'Reilly (1801-1865) era dieciséis años más vieja que José Zorrilla (1817-1893), que prefería a Emilia Serrano, dieciséis años más joven. Leila y Zorrilla tuvieron a Margarita Aurora, que murio con cuatro años, cuando la pasión entrambos se enfriaba. Parece mera invención supuesto matrimonio con desconocido “Barón de Wilson”, que le sirvió primero para firmar Emilia Serrano de Wilson y, más adelante, ya directamente, Baronesa de Wilson.

Los 20 primeros números de La Caprichosa (mayo 1857 a diciembre 1858) forman una primera etapa, en formato pequeño, en octavo (190×130 mm), 16 páginas de texto y una lámina a color con figurines de felices damiselas, encantadoras infantas y a veces graves monsieures. Las láminas, sin duda compartidas con otras publicaciones (van numeradas en la parte inferior derecha), desde la tercera llevan impresa la dirección de la revista, y a veces anuncian los establecimientos de referencia: “La Caprichosa. 10, Passage Saulnier, París. Sombreros de Alexandrine. Julio 1857”; “La Caprichosa. París, 10 Passage Saulnier. Sombreros de Alexandrine, Calle d'Antin 14. Corsetes Plastiques, Mme. Bonvallet, 5 Boul. de Strasbourg. Abril 1858”, &c. En la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España están disponibles once de esas veinte entregas.

Los primeros números dedican bastantes páginas a los versos aunque, poco a poco, van cediendo espacio a la prosa. Como cabía esperar las primeras poesías de la revista van firmadas por José Zorrilla (1:10), quien de vez en cuando rellena varias páginas con sus versos (2:12-14) (4:13-15) (7:13-15), &c. En el primer número también firman poesías José María Torres Caicedo (1:11-13), José María de Ugarte (1:14-15), Carolina Coronado (1:15) y J. Nombela (1:16). Nuevos poetas van ofreciendo los frutos de su numen en sucesivas entregas: María del Pilar Sinués de Marco, Antonio de Trueba, Tomás Infante y Palacios, Fernando José Gargollo, Manuel García González, Federico Utrera, &c. Por supuesto la directora, Emilia Serrano, también cultiva la poesía (algún mal pensado podra suponer que quizá solo la firmaba): “Al señor don B. M.” (3:13), “A mi apreciable amiga la señora doña M. del Pilar Sinués de Marco en su álbum” (7:15), “A su Alteza Real el Príncipe de Asturias” (9:1), “A mi buen amigo el distinguido escritor Don Alejandro Dumas en prueba de sincera amistad” (10:13), &c.

En las cinco primeras entregas se mantienen dos secciones: “Revista de la Moda” y “Revista de París”; pero en el número 8 se avisa que la “Revista de París” (ausente de hecho desde el número 6) se refundirá desde el siguiente en una “Revista de modas, salones y teatros”, que firmará la directora, Emilia Serrano de Wilson, quien ya venía signando la primigenia “Revista de la Moda”, sección que abría cada número con tres, cuatro o cinco páginas: (1:1-5) (2:1-3) (3:1-4) (4:1-3) (5:1-3) (7:1-4) (8:1-4). La primera entrega de la efímera “Revista de París” la había asumido un obvio pseudónimo, Américo Vespucio, y las cuatro siguientes van firmadas por Santiago Infante y Palacios. Se da la circunstancia de que Santiago Infante es quien más páginas firma en las cuatro entregas de junio a septiembre de 1857 (27 páginas en los números 2 a 5), tanto en su sección (2:4-9) (3:5-9) (4:4-9) (5:4-8) como en aduladores versitos a Mariano del Prado (3:14-16), Agustín Esteban Collantes (5:14) y al mismísimo retoño del amor entre Zorrilla y Leila: “A la niña Margarita Aurora de Wilson y Serrano, en el día de su cumpleaños” (5:15) –tres números más adelante tal criatura inspiraría dos decenas de versos a María Pilar Sinués: “A la niña Margarita Aurora de Wilson y Serrano” (8:15)–. ¿Por qué se cortó súbitamente el vínculo de Santiago Infante con La Caprichosa? Lo ignoramos.

Palacios
Entretenimiento para hermenéutas: final de la última “Revista de París” de Santiago Infante y Palacios, La Caprichosa, septiembre 1857 (5:8).

[Santiago Infante y Palacios frisaba entonces los treinta, nacido hacia 1827 (diez años más joven que Zorrilla, siete más viejo que Emilia Serrano), por lo que se deduce de una instancia que eleva al Ministro de Estado el 26 de enero de 1870: «Excmo. Señor, El que suscribe, natural de Cádiz, de 43 años, casado, escritor público y vecino de Barcelona, calle Arco del Teatro, número 6, piso segundo de la derecha, a V. E. con el debido respeto expone: Que habiéndosele perdido, en un naufragio que sufrió a la vista de Río de Janeiro el año 1864, el Título por el cual acreditaba que había sido nombrado Caballero de la ínclita orden militar de San Juan de Jerusalén, espera de la bondad de V. E. se sirva mandar que se le expida por el Ministerio de su cargo, que con tanto acierto desempeña, una Certificación con la fecha de dicho nombramiento.» Aprovechando su estancia en París en 1857 quedó allí impresa su versión en español de la Medea de Ernest Legouvé; en octubre de 1859 comienza a publicarse en Cádiz, bajo su dirección, el Nuevo Noticiero; en mayo de 1861 se anuncia que ha dejado de pertenecer al periódico satírico de toros El Látigo, como propietario y como redactor; en marzo de 1864 llega a Córdoba como reputado y festivo escritor, ex-redactor de varios periódicos de la corte y ex-director del Fra Diávolo de Barcelona; vuelve por Córdoba en febrero de 1866 como “director-gerente de los célebres campanólogos escoceses, con objeto de contratar una compañía coreográfica, compuesta de catorce personas, y marchar inmediatamente a la América del Sud, donde tiene contratados los principales teatros del imperio del Brasil, repúblicas Argentina, del Uruguay y otras”; en septiembre de 1868, junto con Manuel del Rey ha “terminado, con destino al coliseo de Jovellanos, un disparate cómico-antiperistáltico-anarguméntico, en una dosis, original y en verso, titulado ¡Hasta el apuntador! o ¡Todos se matan cuando Dios quiere!; en 1870 estrena en el teatro Romea El Beso, comedia en un acto y en prosa arreglada a la escena española, y en 1874 representa en el mismo teatro madrileño El número siete, juguete cómico en un acto y prosa arreglado a la escena española; poco después, en julio de 1874, estrena en el teatro del Prado un juguete cómico, La gran muralla de la China, en la misma sesión en la que su hermano Tomás Infante de Palacios estrena otro juguete cómico en verso, ¡Mucho ojo con mi persona!; en octubre de 1875: “nuestro buen amigo el festivo escritor y poeta D. Santiago Infante de Palacios, auxiliar de la presidencia del consejo de ministros, electo oficial primero de la secretaría de la junta de la deuda del Tesoro de la isla de Cuba, sale hoy para Cádiz, con objeto de embarcarse el 30 en el vapor-correo con dirección a la Habana”; el Diario de la Marina de La Habana informa en noviembre de 1884 que está escribiendo Por venir a la Habana, en un acto y en verso, expresamente para el primer actor del género cómico D. Manuel González; en mayo de 1892 el Ministerio de Ultramar dispone su traslado a la plaza de oficial segundo de la sección administrativa del gobierno de Pinar del Río, &c.]

Buena parte de la prosa de esta primera etapa de La Caprichosa son traducciones del francés: en la nota “A nuestras lectoras”, con la que abre la directora el segundo número, tras celebrar que Eugenia de Montijo, la “Emperatriz de los Franceses”, es la primera abonada a La Caprichosa, anuncia que en ese mismo número se inicia la publicación en español de un cuento original escrito para la revista por Alejandro Dumas, “Un viaje a la Luna”, que traduce la propia Emilia Serrano y se ofrece en cuatro entregas: (2:9-11) (3:10-12) (4:9-12) y (5:9-13). La directora también traduce Margarita, novela Bretona, de autor silenciado: (7:9-12) (8:10-14) y (9:7-12). Parece escrita directamente en español la serie “Costumbres del siglo XIX” que firma el marido de Pilar Sinués, José Marco (7:4-8) (8:5-9) &c. No se dice quien traduce el conocido cuento La hada azul de Léon Gozlan (12:5-6) –“La fée bleue”, ya publicado por ejemplo en Le diable a Paris, 1845:66-69–, que aparece en el mismo número que “El navío Leviatán” de Ángela Grassi (12:10-13).

La Caprichosa

La Caprichosa se renueva al comenzar 1859 e iniciar su tercer año, en lo que sus editores llamarán “segunda serie”. Prosigue su numeración, pero desde el número 21, enero de 1859, aumenta su formato y pasa de octavo a cuarto mayor (270×185 mm); además en su composición el texto se organiza en dos columnas en vez de una, por lo que, aunque se mantiene en 16 páginas por número (aparte las láminas), se incrementa notablemente –unas cuatro veces más– la cantidad de texto publicado o lectura ofrecida: los números anteriores permitían, en una página colmada de texto, unas 2.000 matrices de texto (por ejemplo: 2.080 caracteres con espacios la página 4 del número 1; 1.900 la página 10 del número 7), mientras que una página colmada de texto de la nueva etapa, en función del cuerpo utilizado, contiene entre 6.500 y 8.200 matrices de texto (por ejemplo: 8.260 caracteres con espacios la página 5 del número 21; 6.460 la página 19 del número 22).

Renovación más cualitativa supone el nuevo subtítulo que adopta: La Caprichosa. Revista Universal del Nuevo Mundo, que va acompañado además de un reajuste en el control de la revista: la española “Emilia Serrano de Wilson” abandona la dirección para ser “Redactora principal”, mientras un francés se incorpora como nuevo “Director: Eugenio Guillemot, antiguo ministro de Francia en América.” La administración de La Caprichosa pasa a estar en la Calle Laffitte, 27, “Antiguo Hotel de J. Laffitte”, en París.

En su nuevo formato y aspecto se publican 18 números mensuales de La Caprichosa, desde el 21 (enero 1859) hasta el 38 (junio 1860) con el que deja de publicarse en París. Pero mientras en sus primeros 20 números mantuvo La Caprichosa una continuidad institucional no exenta de ajustes en contenidos y colaboradores, este nuevo periodo conoce dos momentos bien diferenciados: de enero a septiembre de 1859 (números 21 a 29), y desde octubre de 1859 hasta el final (números 30 a 38, junio de 1860). En los primeros nueves meses La Caprichosa aparece dirigida por Eugenio Guillemot (quien, quiza contagiado por los aires de grandeza de la “baronesa Wilson”, redactora principal, lleva también su título a portada desde el número 25, mayo 1859: “barón Eugenio Guillemot”), pero en el número 30, octubre 1859, se informa que se ha disuelto la sociedad que habían formado, de manera que Guillemot desaparece de la revista y Emilia Serrano (a) baronesa Wilson, asume de nuevo el mando, manteniéndose como “redactora principal”, ya sin director formal.

Como se esboza más abajo, estos cambios no son meramente cosméticos, sino que detrás están operando disputas ideológicas bien interesantes, no necesariamente de fondo pero sí en cuanto al papel que debía jugar esta revista en la propaganda de postulados políticos precisos.

La Caprichosa incorpora a su mancheta en cada número, desde el 22 (febrero 1859), una relación de “colaboradores”, que va conociendo interesantes modificaciones hasta el número 29, pero que se estabiliza desde el número 30 hasta el final, una vez recuperado el control de la revista por Emilia Serrano. En el número 22 se hacen figurar los nombres de 18 colaboradores; pero en el número 23, aunque seis de estos han sido “purgados”, se ofrece una relación de 36 nombres, pues a la docena de “supervivientes” se han sumado dos docenas de nuevas incorporaciones. Tras la caída de Guillemot como director y una nueva “purga” de 24 nombres que figuraban en el número 29, desde el número 30 (octubre 1859) hasta el final, los once colaboradores supervivientes más cuatro nuevos que se incorporan, dos de ellos antiguos colaboradores “purgados” en el número 23, la relación de de colaboradores permanece estable con 15 nombres. Nos hemos entretenido disponiendo la siguiente tabla, que ofrece los nombres de los 48 nombres que fueron en algún momento colaboradores desde el número 22 al 38 (aunque, en realidad, deben ser 47, pues el “V. de la Vega” que figura en los números 28 y 29 parece que sea un error al repetirse el nombre de “Ventura de la Vega”, colaborador estable desde el número 23). En esta tabla los nombres se van incorporando, por orden, a medida que van apareciendo en las sucesivas relaciones; los colores permiten visualizar fácilmente las circunstancias de cada nombre en la historia de quienes figuraron como colaboradores en esos números de La Caprichosa:

Esta relación de nombres se puede reordenar pulsando en el nombre de los tres primeros campos

Colaboradoresαω2223242526272829303132333435363738
Jorge Sand18041876 
María del Pilar Sinués de Marco18351893
Angela Grassi18231883
Enriqueta Lozano18291895
Alfonso de Lamartine17901869 
Alejandro Dumas (padre)18021870
Alejandro Weill18111899 
L’Herminier [¿Louis?]18131893 
De Gondrecourt [¿Aristide?]18151876 
Le Brasseur [¿Paul Calvin?]18381897 
Paul Féval18161887
De La Lendelle   
Santiago Infante de Palacios1827  
José Marco18301895 
José María Torres Caicedo18301889 
Fernando José Gargollo   
M.[anuel] G.[arcía] González   
J. Rodríguez   
Gertrudis Gómez de Avellaneda18141873 
Carolina Coronado18201911 
Josefa Massanés-González18111887  
L. Belmonte, senador    
Andrés Avelino de Orihuela18181873  
Hippolite Lucas18071878  
Juan del Peral 1888 
Víctor Balaguer18241901  
Antonio García Gutiérrez18131884  
Manuel Cañete18221891  
Tomás Rodríguez Rubí18171890 
Francisco Orgaz18151873  
José Güell y Renté18181884 
José Amador de los Ríos18161878  
Francisco Luis de Retes18221901  
Ramón Zambrana18171866  
Ventura de la Vega18071865 
Rafael Pombo18331912  
Alfred de Sonis    
L. Montt    
Miguel Agustín Príncipe18111863  
Ch. A. Didier    
Ad. Vaillant    
Taunay    
Maillefer    
Ramón de la Sagra17981871  
Ventura Ruiz de Aguilera18201881  
V. de la Vega    
F. Segovia   
Juan Eugenio Hartzenbusch18061880 
Emilia Serrano18341922 
José Zorrilla18171893 
Eugène Guillemot1819  



A nuestras lectoras

La amable y honorífica acogida que ha obtenido nuestro periódico en París, habiendo tenido el alto honor de contar por su primera abonada, a S. M. I. la bondadosa Emperatriz de los Franceses, así como lo bien recibido que ha sido por la sociedad Española-Americana, son suficientes motivos para que después de darles las gracias por el favor con que nos han honrado, esto mismo anime nuestra pobre pluma, y que deseando darles una prueba de nuestro buen deseo, de amenizarle y hacerle lo más agradable posible, empezamos a publicar en este número, un cuento original escrito para la Caprichosa, por el célebre y conocido escritor el señor don Alejandro Dumas, y que nos disponemos a traducir del elegante francés a nuestra lengua materna lo mejor que nos sea posible.

[ número 2, junio 1857, página 1 ]Em. Serrano de Wilson.  

Aviso a nuestras suscritoras de España

Por cartas que hemos recibido de Madrid sabemos que el número de Caprichosa perteneciente al mes de octubre, lo han recibido con retraso considerable, siendo nuestro deber advertir que no ha sido falta de la Administración: en lo sucesivo trataremos que la reciban con más regularidad. Deseando ser agradables a nuestras lectoras, cuanto nos sea posible, hemos decidido refundir la Revista de París en la de Modas y Salones, para que en su lugar tengan cabida artículos de costumbres, biografías, &c.

[ número 8, diciembre 1857, página 1 ]Em. Serrano de Wilson.  

A nuestros suscritores

Prevenimos a nuestros abonados, que a consecuencia de medidas administrativas, la Caprichosa aparecerá los 15 de cada mes, en lugar del 1°, desde el mes de febrero en adelante.

[ número 9, enero 1858, página 16 ]

Aviso

Se previene a los Agentes de América que tengan fondos pertenecientes al año de 1857 se sirvan mandar sus cuentas y los fondos existentes.

[ número 11, marzo 1858, página 1 ]

Leemos en los periódicos de Madrid que una Steeple-Chase se ha organizado entre los traductores de Madrid, para traducir Le Fils Naturel del señor D. Alejandro Dumas (hijo). Cada uno de ellos pretende tener una autorización del autor. Este permiso ha sido dado solamente a una persona, la cual podemos asegurarlo y creemos deber advertir a los Editores e Impresores de Madrid, que deberán ponerse de acuerdo con la persona que tiene el permiso, si quieren evitarse disgustos. El Hijo Natural aparecerá el 15 del corriente mes en la Ilustración Hispano-Americana, 10, passage Saulnier, Administración de la Caprichosa, y se publicará en tomo en el corriente del mes, es decir, antes de que expire el término concedido a los autores, por la ley internacional, para la traducción de sus obras. El señor D. José Olona había celebrado hace cuatro años un tratado con el señor de Dumas (hijo), pero dicho señor ha rehusado al señor de Olona el permiso para El Hijo Natural, porque su tratado no se ha llevado a efecto.

[ número 11, marzo 1858, página 4 ]

Prevenimos a nuestros lectores que deseen tener las obras de Doña María del Pilar Sinués de Marco, que se dirigan a la administración de la Caprichosa.

La Ilustración Hispano-Americana se publica cada quince días. Esta publicación tiene bellísimos grabados representando los principales acontecimientos, los retratos de personajes célebres; contiene un Correo de París, una Revista de Madrid, Novelas escogidas, &c. En la actualidad la Ilustración publica la traducción del Hijo Natural por la señora Serrano de Wilson.

[ número 12, abril 1858, página 13 ]

Carta de M. de Lamartine

En este momento en que nuestro número está casi concluido, recibimos la siguiente carta del señor don Alfonso de Lamartine, en la cual, el autor de Jocelin nos autoriza a extraer algunos artículos de sus Cursos de literatura, los cuales presentaremos a nuestros lectores a partir del número próximo: esta carta está dirigida a la redactora de la Caprichosa, doña Emilia Serrano de Wilson.

»Señora:

»Doy a usted con el mayor gusto, el permiso de tomar lo que la parezca conveniente de mis Conversaciones literarias, para la Revista del Nuevo-Mundo, –redactada por usted, y dirigida por mi amigo el señor barón E. Guillemot,– no solo este permiso puede servir para las Confidencias literarias, sino para cualquiera de mis obras que pueda convenir a usted; las más agradables páginas pueden ser las de mayor interés de nuestra poesía europea, sobre todo hoy en día para la América del Sur, en que nuestra conformidad de ideas es tal, que nada puede borrar nuestros recuerdos mutuos, que realmente existen entre la España, el Brasil, la América española y la Francia. La misma leche nos ha alimentado, hemos tenido los mismos principios griegos y latinos y tenemos la misma civilización literaria. Sus antepasados han sido los nuestros, y a pesar del espacio, siempre reconoceremos que corre por nuestras venas la misma sangre.

»Creo en la democracia de los derechos, pero también creo en la aristocracia de los sentimientos. Los pueblos de la América española y portuguesa, son la nobleza del Nuevo-Mundo. Su principal virtud es el honor y no el dinero; este caballeresco principio produce el heroísmo, mientras que la otra no produce sino la opulencia.

»A pesar de las conmociones intestinas que agitan a las repúblicas de la América del Sur, para reconstituirlas en naciones, después de haber sido simples colonias, se puede esperar para ellas un porvenir muy glorioso. La violencia y el oro son los dioses de un día.

»El espiritualismo y el heroísmo son los dioses verdaderos y eternos. Todos los conquistadores no son como Cortés y Alburquerque, y todo el oro del universo no podría rescatar una sola de las virtudes de vuestro país. Mi corazón está siempre en favor de vuestros compatriotas y siempre mis votos estarán contra los invasores. Si fuera yo aún más joven, iría a combatir por la independencia que tan necesaria es al Antiguo como al Nuevo-Mundo.

»Reciba usted, Señora, mis verdaderos y respetuosos afectos.

Lamartine.

París, 29 de diciembre de 1858.»

[ número 21, enero 1859, página 3 ]


Introducción

El siglo XIX ha visto operarse tantos prodigios, que si los que vivían en los tiempos heroicos volvieran a la vida, su asombro no tendría límites; el hombre se ha engrandecido, hasta reducir su planeta y encarcelarlo en el hilo del pensamiento. Gracias al descubrimiento del telégrafo eléctrico, gracias a ese maravilloso cable que unirá la Europa y la América, toda distancia queda suprimida, el tiempo se ha trasformado en un dios mitológico, la vida humanitaria ha ganado siglos. Lo que otras veces se llamaba diversas partes del mundo, o más bien un mundo diferente, no forma hoy en día más que una sola patria, un solo universo. De París a Moscou, de París a Rio Janeiro, hay la misma distancia que de París a Versalles en otro tiempo. El Emperador de Rusia no es más que un vecino que habita los alrededores de París, el Emperador del Brasil, es un corresponsal a quien escribimos sin necesidad de que intervenga el correo.

Estos nuevos milagros de la ciencia tienen, entre otros admirables resultados, el de ligar entre ellas las naciones que tenían un común origen, que sus tradiciones eran las mismas, que remontaban a la misma antigüedad; hablamos de las razas latinas. Separados de nosotros por la inmensidad del Océano, y no pudiendo tener con el continente europeo sino lentas y tardías relaciones, los habitantes del Nuevo Mundo, aquellos por cuyas venas corre la sangre de los primeros conquistadores de la América, hubieran concluido por separarse completamente de la madre patria, centro de las ideas, de las ciencias, de las artes, de esta Europa donde han brillado el genio de la Grecia y de Roma, esas dos antorchas que tal vez habrían desaparecido si la Francia no las hubiera tomado en sus manos, cuando su luz estaba ya vacilante, y las hubiera conservado hasta hoy para iluminar al mundo.

Pues bien; para esos pueblos latinos trasatlánticos, y en particular los que pueblan las dos Américas, fue fundada en 1857 la Caprichosa; y la ostensión que ahora toma es con el objeto de establecer una regular comunicación con dos países que le son igualmente queridos. El director de la Caprichosa, Revista Universal del Nuevo Mundo, ha sido antiguo ministro de Francia en el Brasil y en el Paraguay, y por consiguiente, habiendo representado el uno y siendo nativo del otro desea establecer relaciones fijas y seguras con el viejo y nuevo continente. La América y la Francia tienen mucho que decirse; y ¿cómo no podía ser así cuando tratándose solamente de los que se embarcan en el Havre pasan de 70 a 80.000 los que emigran de Europa todos los años? ¿Qué multitud de ideas, de intereses y de recuerdos, no llevan con ellos y que van destinados a beneficiar la tierra prometida del Nuevo mundo? A estas generaciones, que se habrán multiplicado dentro de algunos años, les es necesario, así como a los habitantes aclimatados de la América, una correspondencia continua con el punto céntrico de la civilización universal que es París. En París, pues, fue donde se fundó la Caprichosa la cual tuvo por primera abonada a S. M. la Emperatriz de los Franceses, y en Paris, la Revista Universal del Nuevo Mundo, es donde toma nuevo desarrollo por el cual haremos saber a nuestros hermanos trasatlánticos todo lo interesante en ciencias, artes y letras; pero si la América sabrá todo lo que digno de contarse sea, la Europa, la España sabrá mil cosas que ignora del Nuevo Mundo. A los emigrados se les dirá qué punto del continente americano conviene mejor a su temperamento, a la profesión que ejerzan, nociones que hasta aquí les han faltado. Haremos conocer a los artistas dramáticos, los agentes del Nuevo Mundo, y publicaremos las biografías de los hombres notables, describiremos otros pueblos y otro paraíso que el de la vieja Europa. La antigua redactora de la Caprichosa, continuará dando a sus bellas abonadas las noticias de los acontecimientos Parisienses, y las innovaciones de la moda que tiene su santuario en París. En fin, procuraremos justificar, de todos los modos posibles, el título que damos a esta publicación, La Caprichosa, Revista Universal del Nuevo Mundo.

Eugenio Guillemot
Antiguo Ministro de Francia en el Brasil, en el Paraguay y en Grecia.

París 1º de enero de 1859.

[ número 21, enero 1859, página 4 ]

Artículos de La Caprichosa en esta hemeroteca

fecha título autor
1857.0501Revista de la moda. Mayo de 1857Emilia Serrano de Wilson
1857.0501Al Sr. D. R. P. enviándole mis obrasJosé Zorrilla
1857.0501La mujer piadosaJosé María Torres Caicedo
1857.0501Soneto en la almoneda del gran QuintanaCarolina Coronado
1858.0215Atentado contra Sus Majestades ImperialesEmilia Serrano de Wilson
1858.0215A la Poesía. Oda, dedicada a la Sra. Baronesa Serrano de WilsonManuel García González
1858.0215A mi buen amigo el distinguido escritor Don Alejandro DumasEmilia Serrano de Wilson
1859.0115Carta de M. de LamartineAlfonso de Lamartine
1859.0115IntroducciónEugenio Guillemot
1859.0115Revista histórica del mesEugenio Guillemot
1859.0115Revista ParisenseEmilia Serrano de Wilson
1859.0215Porvenir de la raza latina y de la Francia en el Nuevo MundoEugenio Guillemot

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