Filosofía en español 
Filosofía en español

Carlos Fourier

Carlos Fourier (1772-1837)

Gran socialista utópico. En su obra Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos universales (1808), Fourier se manifestó con una brillante crítica de la sociedad burguesa. Puso al descubierto la contradicción existente entre las ideas y las promesas de los ideólogos de la revolución francesa sobre la libertad, la igualdad y la fraternidad, y la verdadera “miseria moral y material” (Engels) de la sociedad burguesa. Engels señala que Fourier maneja con maestría la dialéctica. Denunciando la corrupción del régimen burgués, Fourier escribe que en él la pobreza es engendrada por la opulencia. Este régimen mutila al hombre, aplasta sus sentimientos, sus deseos y sus pensamientos. La felicidad de uno es alcanzada a costa de la desgracia de otro. Sin embargo, la civilización (la sociedad burguesa) no es ninguna casualidad en la historia de la sociedad humana. En sus concepciones históricas, Fourier se eleva por encima de los “ilustrados” franceses que establecieron una rígida frontera entre el futuro racional y el pasado y el presente irracionales. Toda la historia de la sociedad humana, según Fourier, es la historia del desarrollo progresivo. “Para elevar la producción, la ciencia y el arte al grado de perfección requerido por el régimen combinado (así llama Fourier al futuro régimen socialista) harían falta por lo menos veinte siglos”. La armonía social futura puede “nacer sólo como resultado de muchos siglos de progreso industrial”, escribe Fourier. No obstante su punto de vista histórico, en cuanto a la interpretación del desarrollo de la sociedad humana y en cuanto a la fundamentación del socialismo, en lo que respecta a la apreciación de la naturaleza del hombre, Fourier sigue siendo un prisionero de las ideas metafísicas del materialismo francés. Tomando esta teoría como punto de partida, fundamenta la necesidad de la sociedad futura con la teoría de las pasiones humanas y sus inclinaciones. Al hombre, según Fourier, le son propias doce pasiones (gusto, tacto, visión, oído, olfato, sentido de la amistad, ambición, amor, paternidad, pasión por las intrigas, por la variación, por la unificación en grupos). Los moralistas hasta hoy escribían sobre la corrupción de la naturaleza humana, aconsejando el aniquilamiento de sus pasiones. En realidad, declara Fourier, es la sociedad misma la que está corrompida. Todas las propiedades del carácter humano son buenas. Se trata sólo de crear una sociedad que facilite la satisfacción plena de las pasiones, su desarrollo y florecimiento. Partiendo de estas premisas teóricas, Fourier esboza el cuadro del futuro régimen social. La célula básica de este último es la falange, compuesta de diversas series de producción. Cada miembro de la falange goza del derecho al trabajo. Voluntariamente, guiándose por sus inclinaciones pasionales, cada miembro de la falange ingresa en tales o cuales grupos de producción. El trabajo en la falange es una necesidad, un objeto de placer para el hombre, que resulta favorecido por la ausencia del profesionalismo estrecho de la época de la “civilización” burguesa, que mutila al hombre. Durante la jornada de trabajo, el miembro de la falange pasa varias veces de una clase de trabajo a otra, dedicándose de hora y media a dos horas a cada una (con ello se satisface la pasión del hombre por la variación). Hablando de los hombres del futuro, Fourier escribe: « Su agitado orgullo impetuoso derribará todos los obstáculos: la sola palabra “imposible” suscitará indignación en ellos.» Los intereses de la personalidad coincidirán con los intereses de la colectividad. La abundancia de bienes materiales de la sociedad será fruto del carácter creador de la alta productividad del trabajo. El principio de distribución será fijado en lo fundamental según el trabajo y el talento –siete duodécimas partes de beneficio para el trabajo, tres duodécimas partes para el talento. En forma embrionaria Fourier adelanta sus ideas sobre la desaparición del contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre la ciudad y el campo. El socialismo de Fourier es utópico. Fourier se mostraba contrario a la revolución violenta. Decepcionado de la revolución francesa, Fourier pensaba organizar la futura sociedad socialista con la propaganda pacífica de sus ideas. Durante largos años se dirigió a los hombres ricos y, esbozándoles las perspectivas de la sociedad futura, les rogaba invertir sus capitales para su organización. A fin de atraerse a los capitalistas, establece para ellos en el futuro régimen un beneficio fuera del trabajo, prometiendo entregar por el capital invertido las cuatro duodécimas partes de los beneficios de la falange. Fourier ejerció una gran influencia sobre el desarrollo de las ideas socialistas, particularmente sobre el desarrollo del pensamiento revolucionario-democrático en Rusia. Marx denominaba a Fourier uno de los “patriarcas del socialismo”. El socialismo de Fourier junto con el de Saint Simon (ver) y de Owen es una de las fuentes teóricas del comunismo científico.

Diccionario filosófico marxista · 1946:121-122

Charles Fourier (1772-1837)

Carlos Fourier 1772-1837 Célebre socialista utópico francés, brillante crítico de la sociedad burguesa. Puso al desnudo la contradicción entre las ideas y las promesas de los ideólogos de la Revolución Francesa sobre la igualdad, la fraternidad y la justicia, por una parte, y la miseria material y moral de la sociedad burguesa, por la otra. El régimen burgués está pervertido. La pobreza en un polo es engendrada por la superabundancia en el otro. Este orden social mutila al hombre, ahoga sus sentimientos, sus deseos, sus pensamientos. Bajo el régimen burgués, la felicidad de unos es causa de la desgracia de otros. Bajo la influencia de las ideas profesadas por los materialistas franceses acerca del papel decisivo de la educación, Fourier elabora su teoría de las pasiones humanas para probar la necesidad del advenimiento de la sociedad socialista. Son propias del hombre, doce “pasiones”: el gusto, el tacto, la vista, el oído, el olfato, la amistad, la ambición, el amor, el “familismo” o sentimiento de la paternidad, la “cábala” o pasión por la intriga, la pasión por “mariposear” o tendencia a la diversidad, la “compuesta” o instinto gregario. Los moralistas sólo habían denunciado la depravación de la naturaleza humana y exhortaban a ahogar las pasiones. En realidad, declara Fourier, es el régimen social el que está viciado. El hombre es substancialmente bueno. Se trata de crear una sociedad que favorezca la plena satisfacción a las pasiones humanas, su desarrollo y su florecimiento.

A partir de estas premisas, Fourier esboza el cuadro del orden social futuro cuya célula fundamental es la falange, compuesta de “diferentes series de producción”. Todos los miembros de la falange tienen derecho al trabajo. De grado y obedeciendo en un todo a sus pasiones, se enrolan en los diferentes grupos de producción. El trabajo es considerado en la falange como una necesidad, como una fuente de goce. La ausencia de especialización estrecha que mutila al hombre bajo el régimen burgués, contribuye a ello. En el curso de la jornada, cada miembro de la falange cambia de ocupación varias veces. Así se satisface la necesidad de “mariposear”, la necesidad de diversidad propia del hombre. Fourier decía de los hombres del porvenir que su altiva intrepidez vencería todos los obstáculos, que para ellos, la palabra “imposible” no existiría. En la sociedad futura, los intereses del individuo coincidirán con los de la sociedad. Se llegará a una abundancia de bienes materiales, como resultado de un trabajo creador y altamente productivo. La distribución en la falange se hace, en lo esencial, de acuerdo al trabajo y al talento: 5/12 de las entradas para el trabajo, y 3/12, para el talento. Bajo una forma rudimentaria, Fourier expresa la idea de la supresión de la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre la ciudad y el campo.

El socialismo de Fourier tiene un carácter utópico. Fourier se oponía a la revolución violenta. Desencantado de la Revolución Francesa, pensaba organizar la sociedad socialista del porvenir, gracias a la propaganda pacífica de sus ideas. Creía en la posibilidad de crear falanges bajo el capitalismo. Fourier se dirigía a los ricos, a quienes confiaba sus proyectos con la esperanza de obtener subvenciones para realizarlos. A fin de atraer a los capitalistas. Fourier les prometía los 4/12 restantes de las entradas. Al igual que los demás socialistas utópicos, ignoraba la misión histórica del proletariado. Fourier, Saint-Simon (ver), Owen (ver), eran socialistas solitarios a quienes las masas no seguían. El socialismo utópico no podía señalar una salida eficaz para liberar a la humanidad de la esclavitud capitalista.

Fourier ejerció una gran influencia en el desarrollo de las ideas socialistas. Marx lo designaba como uno de los “patriarcas del socialismo”. Junto al socialismo de Saint-Simon y de Owen, el de Fourier constituye una de las fuentes teóricas del comunismo científico. Obras principales: Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos generales (1808), Teoría de la unidad universal” (1822), Nuevo mundo industrial y societario (1829). (Ver igualmente Socialismo utópico).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:210-212

François Charles Fourier (1772-1837)

Socialista utópico francés. Procedente de la burguesía media comercial, durante mucho tiempo fue empleado de oficina y de comercio. Se dio a conocer por su honda y brillante crítica de la sociedad burguesa; puso de manifiesto las contradicciones entre lo que preconizaban los ideólogos de la Revolución Francesa y la realidad, el antagonismo entre pobreza y riqueza, la degradación moral y física de la mayoría de los seres humanos. Al fundamentar el régimen socialista, partía de las tesis de los materialistas franceses acerca del papel decisivo del medio ambiente y de la educación para la formación del hombre. Todas las pasiones e inclinaciones humanas (el gusto, el tacto, la vista, el oído, el olfato, los sentimientos de amistad, ambición, amor, paternidad, la [196] pasión por la «intriga» el afán de variedad, la tendencia a la unificación en grupos) son rasgos del carácter humano, buenos de por sí. No hay por qué ahogar las pasiones humanas. No es malo el hombre, sino la sociedad en que vive. De ahí la necesidad de crear un régimen social que permita satisfacer plenamente las pasiones humanas, su desarrollo y florecimiento. La célula fundamental de la sociedad futura, según Fourier, es la falange, compuesta de varias series de producción. Cada miembro de la falange tiene derecho al trabajo. Los hombres entran en los grupos de producción voluntariamente, guiándose por sus intereses. En la falange está eliminado el profesionalismo estrecho, que deforma al hombre; todos los miembros de la falange, en el transcurso de la jornada de trabajo, pasan varias veces de un tipo a otro de labor, dedicándose a cada uno de ellos durante una hora y media o dos horas. De este modo, el trabajo se transforma en una necesidad, se convierte en un objeto de goce. Como resultado, la sociedad alcanza un alto nivel en la productividad del trabajo y abundancia de bienes materiales. En la falange, la distribución se efectúa en consonancia con el trabajo y el talento. Son valiosas las conjeturas de Fourier sobre la abolición de las contradicciones entre el trabajo intelectual y el físico, así como entre la ciudad y el campo. En Fourier, lo mismo que en los demás socialistas utópicos, resulta característica la incomprensión del papel histórico del proletariado, la renuncia a la revolución como medio de transformar la sociedad existente. Fourier confiaba en que podría llevar a la práctica sus objetivos mediante la propaganda pacífica de las ideas socialistas, incluso entre los capitalistas (a estos últimos les ofrecía hasta una renta parasitaria equivalente a un tercio del beneficio de la falange). Obras principales de Fourier: «Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos generales» (1808), «Teoría de la unidad universal» (1822), «El nuevo mundo industrial y social» (1829).

Diccionario filosófico · 1965:195-196

François Marie Charles Fourier (1772-1837)

Socialista utópico francés. Criticó a fondo y con realce la sociedad burguesa, poniendo al desnudo las contradicciones entre las concepciones de los ideólogos de la revolución francesa y la realidad, el antagonismo entre la miseria y la riqueza. Al fundamentar el régimen socialista, Fourier parte de las tesis de los materialistas franceses sobre el papel decisivo del medio y la educación en la formación del hombre. Todas las pasiones y afecciones humanas son buenas de por sí. No es vicioso el hombre, sino la sociedad en que vive. Por ello es necesario crear un régimen social que contribuya a la satisfacción plena de las pasiones humanas, a su desarrollo y florecimiento. La célula principal de la futura sociedad, como la pinta Fourier, es la falange, compuesta de varias series de producción. Cada miembro de la falange tiene derecho al trabajo. En la falange no existe un estrecho profesionalismo que mutila al hombre: durante el trabajo, cada individuo pasa varias veces de un tipo de actividad laboral a otro, dedicándose a cada uno de ellos de 1,5 a 2 horas. Gracias a todo eso, el trabajo se convierte en necesidad, en objeto de deleite. Como resultado, la sociedad llega a un alto nivel de productividad del trabajo y a la abundancia de bienes materiales. La distribución se realiza en la falange según el trabajo y el talento. El rasgo característico de Fourier, como de otros socialistas utópicos, consiste en no comprender la misión histórica del proletariado y renunciar a la revolución como medio de transformación de la sociedad existente. Fourier se proponía lograr sus fines haciendo una propaganda pacífica –entre los capitalistas también– de las ideas socialistas. Obras principales: Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos generales (1808), Teoría de la unidad universal (1822), El nuevo mundo industrial y social (1829).

Diccionario de filosofía · 1984:187