Cuadernos de Cultura  1930-1933

Colección de opúsculos publicada en Valencia y en Madrid durante 1930 a 1933 –dirigida por el socialdemócrata converso, otrora anarquista, Marín Civera Martínez (1900-1975)– que alcanza amplia difusión e influencia entre estudiantes, trabajadores y jóvenes politizados en los meses previos a la proclamación de la segunda República española y sus primeros años. La mayor parte de sus autores fueron españoles, algunos muy jóvenes (Hildegart nacida en 1914, Santiago Montero Díaz y Guillermo Cabanellas en 1911, &c.); sólo en pocas ocasiones se recurrió a la traducción de textos de autores extranjeros. Las cubiertas fueron realizadas inicialmente por José Renau (1907-1982), y después por Manuel Monleón (1904-1976). Ambos artistas diseñaron cada uno tres modelos de cubiertas, que variando colores se fueron repitiendo sucesivamente.

Las dos primeras entregas tienen un formato 100×136 mm. En ellas asume la edición el propio impresor, que firma en la portada: “Valencia, Tipo. P. Quiles, Rodrigo Botet, 4. 1930”. En la contracubierta figura: “Exclusiva única para la venta: Biblioteca Editorial estudios, Apartado 158, Valencia.” En la parte interior de la contracubierta de las dos primeras entregas se anuncian cuatro y tres “Cuadernos en prensa”: Introducción al estudio de la Filosofía y El Universo (que se publican como segunda y tercera entrega), pero también otros dos títulos que, curiosamente, no llegan a ser publicados: “Origen de la Vida (Introducción al estudio de la Biología), por Víctor Calatayud; y ¿Qué es el hombre? (Iniciación al estudio de la Psicología), por Vicente López López” (autores que no llegarían a publicar en la colección). Estos dos títulos figuraban en el prospecto y son mencionados también en la gacetilla que firma “A. P.” (¿Angel Pestaña?) en El Pueblo de Valencia, el día de la aparición del primer cuaderno (jueves 16 de enero de 1930). Allí también se anuncian otros títulos que no llegaron a formar parte de esta colección: Monarquía y República por Alvaro Pascual Leone, y La religión de Buda. (→ Cuadernos de Cultura anunciados con autor y título que no fueron publicados.) La última página de la segunda entrega (Introducción al estudio de la Filosofía, por Fernando Valera, 72 páginas más cubiertas) dice: “Nota muy importante. Correspondiendo a la favorable acogida que el público ha dispensado a nuestra publicación, desde el próximo Cuaderno ofreceremos a los lectores, sin aumentar el precio, un tomito de 72 páginas, impreso en formato mayor. La dirección.”

Con el tercer cuaderno (El Universo, por Roberto Remartínez, 72 páginas más cubiertas), tal como se había anunciado, crece el formato de los cuadernos a 120×167 mm. También se añade en la portada, bajo el nombre de la colección, “Publicación quincenal”, y se incorpora el domicilio del editor: “Redacción y Administración, Gonzalo Julián 19, Valencia”. El pie de imprenta pasa al interior de la contracubierta (“Tip. P. Quiles, R. Botet, 4. Valencia”), haciéndose figurar en contracubierta, con una ligera variante respecto de la entrega anterior: “Exclusiva única para la venta: Administración de estudios, Apartado 158, Valencia.”

Desde la oncena entrega se incorpora a la contracubierta el que había de convertirse, hasta el final, en emblema de la colección Cuadernos de Cultura, o “C. de C.”, un grabado, firmado con la “R” de José Renau, en el que una suerte de trinidad angélica pregona con clarines al viento la catarata de cuadernos que se desparraman desde las alturas…

En la contracubierta de la entrega quince, junto al emblema “C. de C.” y el consabido: “Exclusiva única para la venta: Administración de estudios, Apartado 158, Valencia”, se añade: “Concesionaria de la exclusiva de venta para toda América: editorial guerri, Apartado 225. Valencia (España)” (aviso que se mantiene aún en el cuaderno 19).

La “Redacción y Administración, Gonzalo Julián 19, Valencia” se mantiene hasta el cuaderno 15 (agosto 1930), pero el 16 (septiembre 1930) va firmado desde un nuevo domicilio: “Redacción y Administración, Embajador Vich, 15, entlo. Valencia”.

El precio de cubierta de los cuadernos permanece invariable desde el primero al último: “60 céntimos” (de peseta). [El diario El Pueblo costaba entonces 10 céntimos por ejemplar; una entrada al teatro en Valencia: tres pesetas en butaca y 0'75 en general; un kilo de garbanzos desde 0'75, un litro de aceite 1'60 pesetas.] En el interior de la cubierta del número 19 se incorpora la fórmula: “Se publica los días 15 y 30 de cada mes”, y en un “Aviso”, tras definirse como empresa “de envergadura romántica y generosa” que vive de espaldas al lucro, invocan el favor del público para incrementar las suscripciones. “Precios de suscripción. Colección de 10 números, a partir del que se desee: 5,50 pesetas. Contra reembolso debe añadirse 0,25 pesetas. Suscripción para un año completo: 13 pesetas.”

Recién proclamada en España la república burguesa, el cuaderno 32, en el que la jovencísima Hildegart se incorpora como autora con Sexo y amor, oportunamente anuncia “en prensa” otro título que tampoco llega a ser publicado, pues quizá ni siquiera llegó a escribirlo su presunto autor, el exseminarista Alardo Prats y Beltrán: Fermín Galán (vida y pensamiento).

Desde el cuaderno 37 (julio 1931) se incorpora al encabezamiento de portada el nombre del director: “Cuadernos de Cultura. Publicación quincenal. Director: Marín Civera”. Hasta el cuaderno 44 el domicilio se mantiene en “Redacción y Administración, Embajador Vich, 15, entlo. Valencia”, pero el cuaderno 45 (diciembre 1931) aparece firmado desde el tercer domicilio que tuvo la colección, al que también se desplazan las Ediciones Orto: “Redacción y Administración, Luis Morote 44, Valencia”, que se mantiene hasta el cuaderno 84 (1933). En marzo de 1932, también dirigida por Marín Civera y con José Renau como redactor gráfico, comienza a publicarse Orto, revista de documentación social, ofreciéndose pronto la suscripción combinada a los Cuadernos de Cultura y a la revista Orto, proyectos que se anuncian ante su público con una peculiar complementariedad conformadora: “Cuadernos de Cultura formará su inteligencia […] la revista Orto le formará su conciencia…”

El impresor habitual de los cuadernos, desde el primero, fue la tipografía de Pascual Quiles, que en el cuaderno 24 sigue en la calle Rodrigo Botet 4 de Valencia, pero que en el cuaderno 33 (1931) ya está en la calle Grabador Esteve 19, y que, al menos desde el cuaderno 81 (1933), se renombra, en el mismo domicilio, “Gráficas Reunidas. Grabador Esteve 19. Teléfono 13958. Valencia”.

En la primavera de 1933 pasaron cosas (“la guerra a muerte que se nos había declarado por parte de determinados elementos, sedicentes proletarios, en realidad, inclasificables y, sobre todo, incapaces de comprender y, por lo mismo, incapaces de interesarse por el movimiento proletario –auténticamente proletario– universal”): Orto deja de publicarse durante tres meses “de suspensión forzosa” (de mayo a julio), pero reaparece en agosto, impresa en Valencia (Gráficas Reunidas), pero advirtiendo que su dirección se ha trasladado a Madrid, nada menos que al “Apartado 454”, rebosante plataforma que reunía a Librería Adler, Ediciones Osiris, Librería de Climent, Cultura Sexual, &c. La misma suerte corrieron, como es natural, los Cuadernos de Cultura: el número 89 ya figura editado en Madrid, desde el mismo apartado de correos: “Redacción y administración. Apartado 454. Madrid” (aunque se imprimiesen con el habitual pie de imprenta de Valencia).

Cuadernos de Cultura dejan de publicarse por los mismos días que la revista Orto, cuyo número 20 y último lleva fecha de enero de 1934.

La mayor parte de los cuadernos están encuadrados en secciones, que tienen numeración propia (esos cuadernos tienen por tanto dos números, el general de la colección y el especial de su sección). Incluso se llegaron a planear series dentro de las secciones, y así se anuncian, por ejemplo, en el cuaderno 14 (agosto 1930), al adelantar algunos títulos previstos de la Sección de Ciencias Naturales, una Serie científico-biológica y otra Serie científico-geológica, a las que debería seguir la Serie científico-económica (parece que entendiendo la economía más como disciplina natural que política). Algunos cuadernos forman en dos grupos (los cuadernos de Historia popular de España figuran también en la sección Geografía e Historia) y pueden observarse algunos errores en las numeraciones. Tiene interés detenerse en la evolución de las preocupaciones de los responsables de la colección, y hay que suponer de su público, una vez proclamada la República y en el proceso de su consolidación. Ordenamos las secciones según su incorporación a la colección:

En julio de 1930 se dedican cinco páginas de la entrega 13 al anuncio de los cuadernos en preparación, ofreciéndose una amplia relación de títulos y autores, el plan de la sección de Ciencias naturales y el anuncio de la sección Figuras españolas, que detalla los títulos de ocho cuadernos y los nombres de sus autores. Buena parte de los “cuadernos en preparación” a mediados de 1930 quedaron en proyecto. Esta es la relación de cuadernos anunciados con título y autor que no llegaron a publicarse:

* * *

1930 · cuadernos 1 a 23

«Cuadernos de Cultura. En los escaparates de librerías, en los puestos abigarrados de periódicos y libros, se verá desde mañana el primer cuaderno que inaugura esta laudable empresa de cultura. Nuestro aviso a los lectores de EL PUEBLO ha sido precedido de otras advertencias más sugestivas. Como por ejemplo el cartel de Renau, la hoja programa de los editores, los anuncios de la Prensa. Se escribe muy poco en Valencia para que dejemos pasar la ocasión de ofrecer nuestro concurso, siquiera sea en el orden modesto de difundir sus propósitos, a una empresa editorial basada exclusivamente en fines culturales. Nos hemos lamentado muchas veces de nuestra pobreza en materia de libros y de revistas, hemos clamado siempre para excitar la potencia creadora de los literatos y escritores. Tenemos un rango de gran ciudad que resulta desmentido cuando se observa nuestra vida intelectual, primitiva y dependiente en absoluto de otros centros. La fertilidad de nuestros campos, labrados y prósperos, no concuerda con la fertilidad de nuestro espíritu seco y árido. Somos un pueblo bien avenido con las riquezas materiales, pero de una extremada penuria cultural. El contraste queda más patente y abrumador, si nuestra curiosidad se esparce por toda la península y contempla la cosecha de frutos opimos de otras tierras. ¿Es que nuestra vida es demasiado dulce y regalada para pensar en las cosas del espíritu, en la formación de los hombres, en el cultivo apasionado de las letras? ¿Es que se hallan en crisis –en una crisis sin fin– los más estimables valores morales? Pensemos, pensemos intensamente sobre estas cuestiones, porque su trascendencia rebasa los límites de lo intelectual y toca de cerca a todo nuestro porvenir. Entretanto saludemos con júbilo la aparición de estos Cuadernos de Cultura. En el plan de los editores no se mezcla la más exigua dosis de interés comercial. Se proyectaron de cara al pueblo, a la masa de hombres que por haber vivido alejados de las aulas universitarias no han podido crearse una cultura amplia y completa. Se pretende con ellos proporcionar al pueblo en forma asequible los variados conocimientos de una cultura moderna. Sin embargo, la ambición no es puramente pedagógica. Creemos adivinar que estos cuadernos de cultura persiguen también, y en mayor escala, la formación del hombre, sin partidismos estrechos, sin prejuicios ni sectarismos, con un sentido de amplitud que no reconoce fronteras. Los cuadernos de cultura están orientados hacia la educación, tanto en el aspecto intelectual como moral de los individuos. En esa disyuntiva de la inteligencia o carácter que ha apasionado a otros públicos –entre nosotros estas cuestiones ni tan sólo se plantean–, los editores de Cuadernos de Cultura se colocan en una situación ecléctica: conceden la misma importancia a una cosa que a otra. La aspiración ideal no es que prepondere una cualidad sobre otra, sino que se den en una perfecta armonía y equilibrio. Para este objeto Cuadernos de Cultura ha establecido un plan de publicación en el que se alternan las materias con el deliberado propósito de equiparar las dos corrientes influenciadoras. Los diez cuadernos que constituirán la primera serie son: “Socialismo” (que acaba de aparecer), por Marín Civera; “Introducción al Estudio de la Filosofía”, por Fernando Valera; “El Universo”, por el doctor Roberto Remartínez; “Origen de la vida” (biología), por el doctor Víctor Calatayud; “Monarquía y República”, por Alvaro Pascual Leone; “¿Qué es el hombre? Iniciación al estudio de la Psicología”, por Vicente López; “Liberalismo”, “La religión de Buda”, “Ideas sobre Economía política” y “Sociología en general”, a cargo de otros autores. El título de dichos cuadernos es ya una garantía. Por otra parte, su escaso precio ha de ayudar notablemente a la difusión de esta obra que, realizada con arreglo al ritmo de publicación previsto (un cuaderno cada quince días), puede proporcionar un considerable rendimiento. Aquí donde todo esfuerzo languidece pronto, ¿conseguirá Cuadernos de Cultura una vida larga y plena? Así lo deseamos y así parecen augurarlo los datos que conocemos. A. P.» (El Pueblo, diario republicano de Valencia, fundador: Vicente Blasco Ibáñez, Valencia, jueves 16 de enero de 1930, pág. 1.)

«Cuadernos de Cultura, publicación quincenal. Se ha puesto a la venta el tercer número (primero de la sección de Ciencias naturales), titulado: El universo, del doctor Roberto Remartínez. Precio: pesetas 0'60. Pídalo en todos los kioscos y librerías.» (El Pueblo, Valencia, domingo 16 febrero 1930, pág. 1.)

«Publicaciones. Cuadernos de Cultura. “Sistemas de Gobierno”, por Mariano Gómez. Precio: 0'60 pesetas. Esta notable publicación quincenal, que tanto bien está haciendo a las clases necesitadas de cultura, avalora su sexto número con la firma prestigiosa del ilustre catedrático de Derecho político en la Universidad de Valencia, don Mariano Gómez y González. “Sistemas de Gobierno” es una magistral exposición del sistema parlamentario inglés, abarcando sus caracteres generales, reglas básicas y países que lo practican, siguiendo luego una breve y completa explicación de los sistemas directorial suizo, presidencial americano, orgánico alemán y soviético ruso. Todo ello escrito en estilo fácil, limpio y completamente asequible al gran público, para el cual está escrito. Es digna de notar la valiente argumentación y el calor que pone el autor en la defensa del Parlamento y de los postulados de la democracia, como base indispensable para el desarrollo de la libertad, respeto y convivencia. Al hablar del momento presente español, recomienda que la única fuerza moral que pudiera poner término a la crisis presente es, en su modesta opinión, la de reintegrar el Estado español a la vida del Derecho público moderno. Recomendamos muy eficazmente la lectura de este cuaderno y felicitamos a la empresa editora por su acierto en la elección de temas y por el alarde que representa, el vender estos pequeños tratados al precio modestísimo de sesenta céntimos.
“La formación de la economía política”, de Marín Civera. Precio, 0'60 pesetas. Tenemos a la vista el quinto número de esta enciclopedia popular que, como las anteriores, merece todos nuestros plácemes por la interesante labor de divulgación cultural que con ellos se realiza. “La formación de la economía política” es el primer cuaderno de la sección de Ciencias Económicas, sirviendo de entrada al estudio de esta ciencia, que por el método claro y sintético en que está expuesta, resulta muy comprensible y capaz de ser entendida completamente por todos. La preocupación única de Civera es la de ayudar al lector a descubrir el origen y la formación de la economía, su trayectoria histórica y sus distintas interpretaciones y transformaciones hasta llegar a las dos grandes corrientes que se manifiestan pujantes en nuestros días: la individualista y la socialista, completando la exposición con las teorías intermedias, tales como la radical socialista, la cooperativista y la del catolicismo social. Reconocemos el esfuerzo de síntesis y de adaptación que representa y por ello lo recomendamos muy eficazmente a nuestros lectores. Cuadernos de Cultura da con este nuevo título una prueba más de su competencia y altruismo en bien de las letras.» (El Pueblo, Valencia, viernes 18 abril 1930, pág. 6.)

«Publicaciones. Cuadernos de Cultura. “Escritores y Pueblo”, de Francisco Pina. Valencia. Precio: 0'60 pesetas. Esta publicación quincenal inaugura su sección Arte y Literatura con un acertado estudio sobre el aspecto social de la obra de los escritores españoles más conocidos. El autor combate la fórmula “arte por el arte” y le pone la otra de que el arte debe tender hacia un fin de justicia superior. El escritor, hombre de inteligencia despierta y de sensibilidad agudizada, tiene forzosamente que ser el receptáculo de las emociones de su tiempo. Con esta idea va analizando la obra de Blasco Ibáñez, Unamuno, Baroja, Valle Inclán, Benavente, “Azorín”, Ramiro de Maeztu y otros escritores, terminando con un estudio sobre los jóvenes más representativos de nuestra generación: Antonio Espina y Díaz Fernández. Por el tono sencillo y por su noble y oportuna intención, lo recomendamos a nuestros lectores. Esta editorial anuncia para el número próximo un cuaderno de Ángel Pestaña, titulado “El Sindicalismo. Su organización y tendencia”.» (El Pueblo, Valencia, viernes 23 mayo 1930, pág. 6.)

«Cuadernos de Cultura, publicación quincenal. Acaba de aparecer Nuestra casa solariega (Geografía) Su arquitectura física y social. Sus relaciones con las viviendas vecinas, por Gonzalo de Reparaz. Precio: pesetas 0'60. Administración: Calle Gonzalo Julián, 19. Valencia.» (El Pueblo, Valencia, 15 junio 1930, pág. 1.)

«Cuadernos de Cultura, publicación quincenal. Precio: pesetas 0'60. Acaba de aparecer Cómo se forma una biblioteca, por Carlos Sáinz de Robles. Administración: Calle Gonzalo Julián, 19. Valencia.» (El Pueblo, Valencia, 2 julio 1930, pág. 1.)

«Cuadernos de Cultura, publicación quincenal. Precio: pesetas 0'60. Acaba de publicarse el número 5 de la sección política, titulado Monarquía y República, por Alicio Garcitoral. Prólogo de Marcelino Domingo. Administración: Calle Gonzalo Julián, 19. Valencia.» (El Pueblo, diario republicano de Valencia, Valencia, jueves 17 julio 1930, pág. 1.)

1931 · cuadernos 24 a 48

«Estos Cuadernos de Cultura son unos fascículos de 64 páginas –generalmente– que tienen carácter de monografías populares, salen cada quincena y son editados en Valencia... En Valencia... en los inicios de la empresa fueron muchos los que vieron en ello un handicap. Valencia, a pesar de tradiciones y de ejemplos en contrario, no es la ciudad más abonada para empeños de edición: más de una casa editorial establecida en Valencia ha tenido que trasladarse en busca de ambiente propicio. Pero, sin embargo, estos Cuadernos de Cultura ya están navegando firmemente en el corazón de su segundo año. Dar un listín de los publicados sería lato y por naturaleza indigesto. Escogeremos un terceto entre los que han visto la luz poco ha. * * * Este se titula “Por la escuela renovada”, y lo ha escrito Carmen Conde. No forma un conjunto orgánico, sino un haz de temas diversos –la carrera del Magisterio en España, la fatiga y la necesidad del gimnasio, lo que significan las casas de maternidad, la cinematografía escolar, etcétera– tendentes a ese anhelo de renovar la escuela que, dígase lo que se quiera, ha sido muy poco sentido en España. Uno de los capítulos desarrollados por Carmen Conde refiérese a los perjuicios de las centralizaciones españolas. He aquí unos retacillos: “El que empieza a luchar por una idea se encuentra a los dos pasos con el grave problema de la centralización.” “La centralización es, a la larga, la muerte espiritual y material de una nación.” “En otras épocas la centralización cultural obedecía a razones graves de geografía y política. Pero hoy España dispone generalmente de buenos medios de locomoción. Y para nada es precisa, imprescindible, esa centralización que lleva consigo la corte. ¡No es que precisamente de ella nos vengan aires de universalidad!” * * * Estos fascículos van de cara al pueblo. Sin embargo, no ha sido impertinente dedicar uno de ellos a “Gabriel Miró. (El escritor y el hombre)”. Así se lucha –un poquito– contra el prejuicio que supone al pueblo menos capacitado para los goces estéticos de cierta suave calidad. Y el encargado de presentar en esta ocasión al gran escritor difunto, al orive del estilo, al mago de los matices, ha sido un escritor joven, valenciano también, Juan Gil-Albert, capacitado para ello como pocos, en virtud de conocer al autor y la obra, de una manera bastante al primero, de una guisa ahincada la segunda. La exposición de su conocimiento la ha hecho Juan Gil-Albert con previa imposición de lo que se proponía. Quiere decir ello que ha sacrificado un tanto su estilo de un barroquismo que bien se puede llamar vernáculo, aderezado, a más, con ironías enguantadas, vayas aromáticas, zumbas que se oscurecen, diretes que culebrean. Y en la rica austeridad resultante destaca, limpia y fuerte, la figura de Gabriel Miró animada, por cierto, con un hábito de pasión que no había consignado ahora nadie de los que habían escrito acerca del soberano prosista. * * * Gonzalo de Reparaz es uno de los hombres originales que hay en España. Se puede tener talento, se puede tener cultura, se puede tener carácter, se puede tener ingenio... Tener originalidad, pensar nuevamente todas las cosas o una proporción grandísima de ellas, es muy distinto. Y Gonzalo de Reparaz es un hombre original, en ese mejor sentido de la palabra. Tal se manifestará seguramente en la Historia de España que está redactando para los Cuadernos de Cultura. Recientemente ha salido el primer fascículo titulado “Cómo nació España”. Para completar el ciclo han de salir tres más. Hacen falta. Hacen falta porque la Historia de España ha sido en escuelas de primeras letras, en centros de Segunda enseñanza y en Universidades uno de los semilleros más acreditados –o más desacreditados– de tópicos, camelos, garambainas y cosas por el estilo. Y hacen falta porque el conocimiento del verdadero pasado es una de las condiciones para la construcción de un sólido porvenir. Almela y Vives.» (Francisco Almela y Vives [1903-1967], “Libros. Cuadernos de Cultura”, La Correspondencia de Valencia, Miércoles, 13 de mayo de 1931, pág. 4.)

1932 · cuadernos 49 a 70

«El conflicto chinojaponés. Andrés Nin, movido por el “interés suscitado por las graves acontecimientos que se están desarrollando en extremo Oriente”, ha escrito un folleto, limpio, ágil y movido (Manchuria y el imperialismo. Andrés Nin. Cuadernos de Cultura. Valencia), que sirve de guía a los que siguen con antipatía las “agresiones antisoviéticas” de los japoneses. Un folleto lleno de interés, documentación y visión del porvenir en China…» (Miguel Alejandro, “Libros”, Orto, revista de documentación social, Valencia, mayo 1932, nº 3, pág. [63].)

«Un “Cuadernos de Cultura”. Un escritor que conoce el “caso de Italia” de una manera completa (Fascismo. Santiago Montero Díaz. Cuadernos de Cultura. Valencia) explica en esta publicación, de una forma clara y documentada, su punto de vista contrario al movimiento fascista. El fascismo, que “por su radical novedad histórica y por su original concepción y táctica del Estado, ha desorientado a innumerables tratadistas” no ha ejercido tan fatal influencia sobre el espíritu crítico de Montero Díaz. Pues este ensayista, con una gran serenidad y profundo conocimiento, ataca duramente al régimen antiproletario de Mussolini. El Cuaderno merece leerse detenidamente.» (Miguel Alejandro, “Libros”, Orto, revista de documentación social, Valencia, junio 1932, nº 4, pág. [62].)

«Cuadernos de Cultura acaba de publicar el número 67, titulado: “Pedro Kropotkin. Su ejecutoria en el pensamiento y en la actividad social” por Santiago Valentí Camp.» (Anuncio, Orto, noviembre de 1932, nº 9, pág. [36].)

«Vida y hechos de Kropotkín. Toda la vida densa, fuerte y agitada de Pedro Kropotkín está condensada en una pequeña biografía que acabo de leer. A grandes rasgos, pero lo suficientemente expresivos, nos describe la trayectoria de su ejecutoria en el pensamiento y en la actividad social, desde sus primeros pasos por la vida hasta su muerte. Esta biografía (Pedro Kropotkín. Santiago Valentí Camp. Cuadernos de Cultura) tiene: interés, materia documental y sinceridad.» (Álvaro Arauz, “Nota de libros”, Orto, diciembre de 1932, nº 10, pág. [68].)

1933 · cuadernos 71 a 91

«Nueva educación. Uno de los problemas más interesantes y más difícil de resolver es el que se le presenta a todo padre, a todo maestro, cuando un niño empieza a sentir la necesidad de una orientación en su naciente sexualidad. Para dar una idea sencilla a padres y maestros será muy conveniente que lean un libro recientemente publicado (La educación sexual del niño, William J. Fielding, “Cuadernos de Cultura”), cuyo texto, empapado de una orientación moderna y valientemente expuesto, servirá de guía para poder iniciarse en estas materias. De la lectura de este folleto sacarán una idea muy útil que les ha de servir para cumplir una de las funciones más delicadas que con relación a los niños, y a su educación se les presenta. El libro es una de las mejores obras que sobre esta materia se han publicado.» (Álvaro Arauz, “Notas de libros”, Orto, abril de 1933, nº 14, págs. [67-68].)

«¡Qué pocos prosistas nos da la nueva generación literaria! Casi todos han derivado por el sendero de la poesía. Alguna excepción se puede hacer, y es la de Ramón J. Sender, que deriva hacia la novela de lucha, de tema y de fondo, completamente social. Así, pues, es mucho más interesante el caso de Gil Albert, único en Valencia, y de los pocos que llegaron a hacer una labor seria y honrada. Lleva publicados ya cuatro libros. El primero bajo el signo de Wilde, titulado “La fascinación de lo irreal”, es un libro de juventud, con todos los vicios y virtudes a ella anejos, pero en el que se ve ya un poder evocador, que luego ha de plasmar ya plenamente. […] Viene después un momento de inseguridad, de equivocación, y con estos estigmas sale “Vibración de Estío”, en la que se ataca, con todas las probabilidades de perder el castillo macizo de la novela. Se salva de este volumen alguna que otra descripción del campo alicantino, persiguiéndole la sombra y el recuerdo de Miró. Y es precisamente a este autor al que le dedica un folleto editado por los Cuadernos de Cultura con el título de “Gabriel Miró. El escritor y el hombre”. Breve y enjundioso folleto en el que nos acerca la silueta de inmensa atracción del autor de “El Obispo Leproso”. Folleto que puede ser considerado como un guión para el que quiera escribir una obra dedicada al examen del malogrado autor alicantino. (Que está haciendo ya muchísima falta.)” (Andrés Ochando Ochando [1912-1973], “Figuras literarias. Juan Gil Albert”, La Correspondencia de Valencia, Viernes 12 de mayo de 1933, pág. 3.)

«El hombre y sus antepasados, por Carroll Lane Fenton. (Núm. LXXXI de “Cuadernos de Cultura”, Apartado 454, Madrid). En el momento actual que en el orden bibliográfico podríamos llamar momento de la falsificación científica; mientras editores poco o nada escrupulosos y escritores indocumentados, por añadidura prostituidos, inundan el mercado literario de folletos y libelos, con pretensiones didácticas y moralizantes, pero en realidad carentes de un positivo valor documental o filosófico; en este momento en que la literatura pornográfica, por efecto de represiones y vetos, se ha disfrazado de sexológica y no hay analfabeto que no se sienta capaz de echar su cuarto a espadas provisto de su credencial apócrifa de tratadista social, la labor que viene realizando esta magnífica colección periódica que se titula “Cuadernos de Cultura”, sólo puede recibir el merecido elogio, desistiendo, discretamente, de elogiarla. A ella pertenece este pequeño gran libro que acabamos de leer –El hombre y sus antepasados, por Carroll Lane Fenton– en la pulcra y exacta traducción de Carlos Espinosa. El apasionador –terrible y permanente apasionador– problema del origen del hombre, estudiase aquí con tal serenidad analítica y copia documental que, pese a la escasez del espacio en que se explaya el tema –46 páginas–, el lector quedará convenientemente armado para luchar contra todos los dogmatismos e interpretaciones míticas relativas a los orígenes del ser racional. “Preparaciones para el hombre.” “Los hombres de Heidelberg y Piltdown.” “Los hombres de Neanderthal.” “El hombre de Rhodesia.” “Los hombres de Cromagnon”, más unas certeras consideraciones en torno al futuro del hombre, tal es la tabla de materias del libro de Lane Fenton, que, enriquecido por veintiún grabados, hacen de él, como dijimos, un pequeño gran libro, que ORTO no puede menos de recomendar a todos los amantes de la lectura auténticamente científica y doblemente interesante por reunir cultura y amenidad.» (J. Feijoo, “Notas de libros”, Orto, agosto de 1933, nº 15, pág. [67].)

«El sexo y sus manifestaciones históricas, por William J. Fielding, versión castellana de Eloy Muñiz («Cuadernos de Cultura», Madrid, Apartado 454.) Prosigue esta publicación quincenal su benemérita labor educativa y de documentación; y podríamos decir que esta continuidad, mantenida a despecho de dificultades de todo género, es una progresión ascendente, ya que cada Cuaderno que aparece, por la índole de las materias predilectas de esta colección, es una superación del antecedente. El número 83, que tenemos a la vista, cuyo título figura al principio de esta nota, es un concienzudo estudio en que, con rara habilidad, te aúnan lo ameno y lo erudito. A pesar de lo reducido del volumen, quedan en él tratados profusamente, con abundancia documental enciclopédica, temas de envergadura tal como el simbolismo sexual en la religión; los fundamentos históricos del simbolismo sexual; el simbolismo sexual en la prehistoria, &c., &c. Enriquecido con textos de los principales investigadores y exégetas del mundo, como Rawlinson, Lee Alexander Stone, Payne Knigth, Hylsop, &c., el número 83 de «Cuadernos de Cultura» ofrece a los ávidos de la cultura sexual, que actualmente constituye tema de universal atención, una fuente de conocimientos básicos difícilmente superable.» (“Notas de libros”, Orto, septiembre de 1933, nº 16, pág. [67].)

«Rogamos a los corresponsales, suscriptores y paqueteros que todos los envíos efectuados desde esta administración, Calle de Vilaragud, 3, Valencia, es a ella a quien hay que dirigir todos los giros y devoluciones. Hacemos esta aclaración para que no se confundan con los envíos de “Orto” y “Cuadernos de Cultura” de la Biblioteca de Documentación Social, Moratín, 49, Madrid. La administración.» (Anuncio recuadrado, Orto, octubre de 1933, nº 17, pág. [45].)

«Cristo y su tiempo (Vida y martirio de un hombre libre), por E. Ruiz Artajona. “Cuadernos de Cultura”. Madrid, Apartado 454. La publicación quincenal “Cuadernos de Cultura” ha publicado su número 84, bajo el título que sirve de epígrafe a esta nota. Cristo y su tiempo (Vida y martirio de un hombre libre), tiene por objeto –como dice su autor, el vibrante escritor izquierdista Enrique Ruiz Artajona– sacar a la luz histórica la verdadera vida de Jesús, gran figura del amor, del amor universal, nacido al fuego de un ansia viva de redención humana. La figura del rabino galileo ha llegado a nuestra generación, después de un recorrido de veinte siglos de mistificación, en la que han puesto su porcentaje máximo tanto el catolicismo –gran mistificador en sentido exaltativo de la verdad sobre Jesús–, como la demagogia, no menor mistificadora de esa verdad, aunque en sentido degradativo. Unos y otros, católicos y demagogos, desenmascarados finalmente un día, apenas han demostrado haber hecho otra cosa que afirmar, inconscientemente por supuesto, las mismas palabras que el hijo de Ihoseph y Miryam pronunció una vez: “Ego sum qui sum, yo soy el que soy.” En efecto: Jesús es, en la historia, el que es; Jesús fue, en la vida, el que fue. Ni el hijo de Dios que nos dicen los católicos, ni el degenerado que nos pintan los demagogos. Jesús fue el biografiado ayer por Ludwig; hoy, por Ruiz Artajona. La pésima traducción de los textos a un latín que ni los mismos latinos reconocerían (véase la Vulgata) de una parte; el desconocimiento semigeneral de ese idioma; la prohibición –muy hábil, muy “jesuítica”– de la lectura de la Biblia a los católicos, han sido otros tantos factores contribuyentes a la densa penumbra histórica por que la figura de Jesús desfila en los tiempos y la facilitación de la admisión dogmática de las invenciones arbitrarias de unos y otros. Pero, a poco que, ayudados por un tanto de intuición lingüística lográramos traducir el latín de la Vulgata al latín de Cicerón, Virgilio o Juvenal; verterlo nuevamente a nuestro idioma, o al que interesase, y proceder después al análisis, a la desintegración de lo contenido en ambos Testamentos y a su exégesis imparcial, serena y culta, veríamos, en efecto, que Jesús fue ese “hombre libre” que Ruiz Artajona sigue paso a paso en este “Cuaderno de Cultura”. Su valor es tanto más inapreciable, cuanto que en él se nos da hecho todo aquello (versión, reversión y exégesis) que, por ser labor de especialista, no todos, y menos los trabajadores, estamos en condiciones de realizar con fruto. A este propósito, “Cuadernos de Cultura” no ha hecho más que seguir, con su número 84, su admirable trayectoria inicial.» (Torres-Trelles, “Notas de libros”, Orto, octubre de 1933, nº 17, pág. [67].)

«El híbrido del hombre y el mono, por Alfonso L. Herrera. “Cuadernos de Cultura”, Madrid, Apartado 454. El título que encabeza esta nota corresponde al número 82 de “Cuadernos de Cultura”. Conociendo el valor inestimable de esta publicación quincenal, puédese muy bien decir que El híbrido del hombre y el mono es un “Cuaderno de Cultura” más. Porque, en tal caso, la expresión no sólo pierde su acepción peyorativa, sino que encarna una significación de exacto encomio. Alfonso L. Herrera, director pensionado de Estudios Biológicos de Méjico, forma, con Albert Calmette, Elías Ivanoff y Howel S. England, un cuadro de profundos investigadores, entusiastas e infatigables. Guiados por el doble afán de reconstruir el proceso evolutivo de la especie humana, desde un plano noblemente materialista, y pronunciar el mentís definitivo a las nefandas tradiciones religiosas, se han dado a la empresa de la fecundación del antropoide por el hombre actual (fecundación científica. impregnación artificial, que no supone la realización de ningún acto monstruoso, ni siquiera repugnante) y, paulatinamente, piedra sobre piedra, van edificando su triunfo que ha de ser, simultánea y fatalmente, el más rotundo fracaso, el más estrepitoso derrumbarse de toda la mampostería míticobiológica, cimentada en la acumulación secular ininterrumpida de absurdas exégesis, interesadas y tendenciosas, y burdas leyendas, elevadas por la necedad colectiva a la categoría de dogmas. Si se tiene en cuenta, limitándonos sólo a la experiencia occidental, que los éxitos del profesor Herrera y sus amigos representan la quiebra del catolicismo y de todas las religiones cifradas en el Génesis, en el Bíblon protón del primer Testamento, fácil será traducir cuál haya de ser la índole de la lucha que estos sabios han venido sosteniendo y sostienen aún contra la ofensiva o la resistencia pasiva de la reacción universal, que, de buena gana, restablecería las hoguera que la “santa” Inquisición encendió para sus sabios contemporáneos. Pues bien. La historia de esta lucha, la relación de las victorias logradas, a despecho de todos y de todo, intercalada entre lo doctrinal, lo científico y lo perceptivo del problema, tal es el contenido de este “Cuaderno de Cultura”. El profesor Herrera ha podido obtener prodigiosas combinaciones de fotografías que precisan las diversas fases evolutivas de la hibridización del hombre y el mono, combinaciones que, reproducidas, avaloran el texto de este volumen, cuyo interés culmina en su capítulo final que trata de “Cómo debe procederse para obtener el híbrido”, capítulo que es el producto de una larga, concienzuda y entusiasta etapa experimental.» (T. T. [Torres-Trelles], “Notas de libros”, Orto, noviembre de 1933, nº 18, pág. [68].)

«2 “Cuadernos de Cultura”. La magnífica serie de estos cuadernos ha publicado últimamente –números 85 y 86– una obra del catedrático Enrique Rioja, amplia, documental y divulgadora, sobre el mar y sus habitantes. En el primer cuaderno (Los pobladores del mar. Enrique Rioja. “Cuadernos de Cultura”) estudia, explica mejor dicho, Enrique Rioja la riqueza de las aguas marinas y La variedad de seres que en ellas viven. Y en el segundo (Fauna y flora marinas. Enrique Rioja. “Cuadernos de Cultura”) continúa la enseñanza sobre la vida en los arenales, los bosques sumergidos y demás fenómenos marinos. Obra perfecta, de gran utilidad, que está tan bien escrita como documentada. Estos cuadernos son tan completos dentro de su trazo sintético que nos permiten el conocimiento a grandes rasgos de la ciencia del mar.» (Álvaro Arauz, “Notas de libros”, Orto, noviembre de 1933, nº 18, pág. [68].)

«El psicoanálisis, ciencia del porvenir. Por Duran y Jordán. Número 88 de los libritos “Cuadernos de Cultura”. Precio: 0,60. Pídalos en todas las buenas librerías y quioscos de España. Administración: Apartado 454. Madrid.» (Luz, Madrid, 1 de noviembre de 1933, pág. 9.)

«Libros recibidos. […] R. Olivares Figueroa: “El estudio del niño y sus aplicaciones” Cuadernos de Cultura.» (Escuelas de España, Madrid, febrero 1934, nº 2, pág. 46.)

Entorno por direcciones

apartado de correos 158 · Valencia
Administración de la revista generación consciente (agosto 1928). Administración de la revista estudios (agosto 1929). Exclusiva única para la venta de Cuadernos de Cultura: Biblioteca Editorial estudios (enero 1930); Administración de estudios (febrero 1930).

apartado de correos 225 · Valencia
Editorial Guerri, fundada en Valencia, en 1926, por Enrico Guerri Giacomelli, especializada en folletines y luego en tebeos. El soldado de la paz, Editorial Guerri (octubre 1929). Concesionaria de la exclusiva de venta de Cuadernos de Cultura para toda América: Editorial Guerri (nº 15, agosto 1930). Gorriones sin nido, Editorial Guerri, Avenida Jacinto Benavente 20, Valencia (noviembre 1930).

calle Gonzalo Julián, 19 · Valencia
Redacción y Administración de Cuadernos de Cultura (nº 3 al 15, febrero-agosto 1930).

calle Embajador Vich, 15, entresuelo · Valencia
Redacción y Administración de Cuadernos de Cultura (nº 16 al 44, septiembre 1930-noviembre 1931). Ediciones Orto (noviembre 1931).

calle Luis Morote, 44 · Valencia
Redacción y Administración de Cuadernos de Cultura (desde nº 45, diciembre 1931, hasta ≈ julio 1933). Ediciones Orto (enero 1932).

apartado de correos 454 · Madrid
Delegado general honorario de Checoeslovaquia, D. Luis San José Cano, Apartado 454, Madrid (febrero 1929). Jesuitismo y masonería por Matías Usero, pídalo a Librería ADLER, Apartado 454, Madrid (mayo 1932). Un mes entre desnudistas, pedidos a Cultura Sexual, Apartado 454, Madrid (junio 1932). La calvicie prematura, por el doctor Nenler, 10 pesetas a reembolso, Apartado 454, Madrid (septiembre 1932). A los masones de España, Ediciones Osiris, Apartado 454, Madrid (octubre 1932). El jefe de venta yanki por Ivars Perles, Librería ADLER, Apartado 454, Moratín 49, Madrid (diciembre 1932). Cultivo de la estética y belleza de la mujer, Librería ADLER, Apartado 454, Madrid (enero 1933). Librería de Climent, Moratín 49, Apartado 454, Madrid (febrero 1933). Agencia de Distribución de Libros, Apartado 454, Moratín 49, paseo Prado, Madrid. Cultura Sexual, Apartado 887, Moratín 49, paseo del Prado (marzo 1933). Ediciones masónicas, Osiris, Apartado 454, Madrid (marzo 1933). Librería Adler, Apartado 454, Moratín 49 (marzo 1933). Redacción y Administración de Cuadernos de Cultura (desde ≈ agosto 1933). Revista Orto (nº 15, agosto 1933). Librería Climent, Apartado 454, Moratín 49 (octubre 1933). Biblioteca Orto, Apartado 454, Madrid (octubre 1933). «Editorial necesita agente. Establecidos o particulares. Importa mucho sean activos. Para informes, dirigirse C. S. [Cultura Sexual] Apartado 454, Madrid.» (Luz, 20 noviembre 1933). Libertinaje y prostitución por Armand (portada de Renau), pedidos a “C. S.” Apartado 454, Madrid (diciembre 1933). Medicina Natural Dr. Vander, Librería Climent, Moratín 49, Apartado 454, Madrid (enero 1934). Libertinaje y prostitución 2ª edición. Ilustrado por Renau. Ediciones Orto, Apartado 454, Madrid (febrero 1934). Libro evitar embarazo a reembolso 1,50. Apartado 454, Madrid (marzo 1934). «Piso Sardinero, situación magnífica, alquílase. Ocho habitaciones, baño. Dirigirse: Apartado 454, Madrid» (ABC, 20 julio 1934). Instituto del Libro, Apartado 454, Madrid (noviembre 1934).

gbs