Filosofía en español 
Filosofía en español

Mario Méndez Bejarano  1857-1931

Mario Méndez Bejarano Catedrático de Literatura y político español, autor de una curiosa Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX. Nació en Sevilla el 5 de diciembre de 1857 (hijo de Antonia Bejarano y de Rafael Méndez Romero, hermano de María Amparo, esposa de José Canalejas Casas). Cursó en la Universidad hispalense las carreras de Derecho y Filosofía y Letras. En 1877 escribió en nombre de los estudiantes una Carta de pésame a Madame Thiers, publicada en la prensa española y extranjera. En 1880 representó en Huelva, durante las fiestas colombinas, al diario madrileño El Demócrata. En 1882 pronunció un discurso necrológico por el general Garibaldi. Fundó en Sevilla la Sociedad Protectora de los animales y las plantas y fue secretario de El Liceo Sevillano. Se licenció en la Facultad de Filosofía y Letras de Sevilla el 15 de febrero de 1883. En enero de 1886 emigró a Madrid, viviendo entre otras cosas de enseñar Economía Política en la Academia de Alfaro. En mayo de 1887 tomó posesión de la cátedra de Francés del Instituto de Granada, que ganó en la oposición convocada al efecto, y el 23 de junio de 1888 se licenció en Derecho. En Granada fue profesor de Angel Ganivet. Atraído por la política pronunció un discurso en 1893, en el Teatro Principal de Granada, que llamó la atención de Antonio Cánovas, contra cuya política iba dirigido, quien decidió traer a su autor a Madrid, al que se asignó en comisión una cátedra en el Instituto del Noviciado. En marzo de 1900 se posesionó de la Cátedra de Literatura del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid, en mayo fue nombrado Consejero Real de Instrucción Pública y en octubre de ese mismo año alcanzó el grado de Doctor en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Era ya autor de distintos manuales para la enseñanza del francés en el bachillerato.

En 1904 obtuvo el primer premio de los Juegos Florales convocados por la Asociación Patriótica Española en Buenos Aires, por su libro La Ciencia del Verso. El 29 de marzo de 1905 presidió la magna velada de la Liga Hispano-Americana en que tomaron parte Moret, Vargas Vila, Rubén Darío, Amos Salvador y otros, pronunciando el discurso inaugural. El 15 de marzo de 1907 ofreció en el Centro Bético una conferencia titulada Idiosincrasia andaluza, y en noviembre se le eligió Vicepresidente del Centro Regional Andaluz. El 18 de abril de 1908 pronunció en el Congreso su discurso contra la ley del terrorismo que había presentado Maura, ley que no prosperó, estando desde entonces enfrentado con Maura. Poco después fue rechazada su candidatura a la Academia Española, impulsada por Echegaray, Pérez Galdós y Ortega Munilla, a causa de la oposición de Catalina [quien por cierto había firmado en 1902 el dictamen favorable de la Real Academia Española para que la Literatura de Méndez Bejarano sirviera como texto]. De aquel fracaso quedaron las frases de Catalina: «Aquí no se entra por méritos, sino por votos», y de Ménendez Pelayo: «Creo que no hay candidato comparable en mérito a usted, pero, como se está poniendo esta casa, tendrá usted el honor de ser derrotado». También fracasó, esta vez por Romanones, el intento de sus amigos de hacerle académico de la de San Fernando.

En 1910 fue elegido Diputado a Cortes por el distrito de Cazalla de la Sierra, y poco después nombrado Delegado Regio de Primera Enseñanza de Madrid: el 31 de diciembre de 1912 el Instituto Nacional de Previsión le concedió la Medalla de Oro por la implantación de la Mutualidad escolar, cuyo modelo fue seguido en otras provincias. Promovió además en las escuelas la asistencia de los alumnos al cinematógrafo, las prácticas de evacuación ordenada de los edificios como simulacro de incendios, la graduación de la vista de los alumnos, las características tipográficas que debían cumplir los libros de texto...

«Banquetes. Madrid, 27, a las 4'25 tarde. [..] También se ha celebrado hoy un banquete en los Viveros en honor del catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros don Mario Méndez, que ha sido nombrado consejero de Instrucción pública.» (La Dinastía. Diario político, literario, mercantil y de avisos, Barcelona, lunes 28 de mayo de 1900, año XVIII, nº 7.986, página 1, columna 4.)

«Alfonso Pérez Nieva: Revista de Madrid. [...] En los momentos en que por todos se ataca al profesorado de Segunda Enseñanza, olvidando que siempre fue eterna injusticia culpar a las colectividades de la defección de algunos de sus miembros, en esos momentos críticos, considero un deber dar cuenta del nombramiento de uno de sus individuos más ilustres para el Consejo de Instrucción pública: de Mario Méndez Bejarano. Mario Méndez, como le llaman sus compañeros, es catedrático de Retórica, pero esa cátedra, el desempeño de la cual constituye, por decirlo así, su puesto oficial, es lo de menos en él. Hay que oirle hablar, hay que tratarle para medir hasta donde llega su erudición sólida, verdad, que dicen los convencionales de Paraiso, no de la adquirida en las columnas de los diccionarios. Poseyendo vasta cultura, revelando haber leído y estudiado mucho, no se suscita cuestión que no conozca o de que no emita fundado juicio. Baste señalar un detalle. A cualquier hora se le encuentra en el Ateneo, trabajando. El honor que ahora ha obtenido debió de alcanzarlo mucho antes. Solo que Mario Méndez es un genial, tocado y valga la paradoja, de una alegre misantropía. Su rostro revela enseguida su manera de ser. Refleja poderosa inteligencia pero también respira ironía profunda. Consecuencia de esto es el no pulular por los centros oficiales, lo que entre paréntesis, avalora cuanto consigue. Entusiasta de Barcelona, decíame no ha mucho. ¿Qué cuenta usted en La Dinastía? Ignoraba yo entonces, que pronto tendría ocasión de contarla lo que él vale, reconocido para bochorno propio casi más en el extranjero que en España.» (La Dinastía. Diario político, literario, mercantil y de avisos, Barcelona, domingo 3 de junio de 1900, año XVIII, nº 7.992, página 2, columna 1.)

«Manuel G. Nogales: Recuerdos de otro tiempo, José Nogales. [...] A los ocho marchó [José Nogales] a Sevilla a hacer sus primeros exámenes del bachillerato y a poco empezaron sus colaboraciones en diferentes periódicos, hasta que en 1876, ya estudiando en la Universidad, fundó con el hoy catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros, D. Mario Méndez, un periódico titulado El Pensamiento Moderno, de carácter puramente literario, al que siguieron otros tres satíricos llamados El Látigo, La Sartén y El Estoque.» (Nuevo Mundo, Madrid, jueves 24 de diciembre de 1908, año XV, nº 781, página 5, columna 1.)

«Emilio H. del Villar: Nuevas figuras del Parlamento. [...] Mario Méndez Bejarano. Catedrático, en la actualidad, de Literatura en el Instituto del Cardenal Cisneros, de Madrid, nació en 1857 en Sevilla, en cuya Universidad estudió las carreras de Derecho, y Filosofía y Letras. Ingresó en el profesorado por oposición en 1887, explicando primero su cátedra en Granada hasta que fue trasladado a Madrid en 1900. En 1904 obtuvo el primer premio, consistente en 5.000 pesetas, por su estudio La Ciencia del Verso, en un concurso internacional de Buenos Aires, y en 1907 ganó en otro la medalla de oro de la Real Academia Española. Ha sido consejero de Instrucción Pública. Aparte de su 'Historia de las literaturas española y extranjeras', bien conocida, ha publicado otras obras sobre Filosofía y crítica.» (Por esos mundos, Madrid, junio de 1910, año XI, nº 185, página 77 + foto en página 74.)

Afiliado primero al partido republicano que acaudillaba Salmerón, desde 1903 se había declarado adicto a la política de José Canalejas Méndez, de quien era primo (y ambos sobrinos de Francisco de Paula Canalejas). El asesinato de Canalejas en 1912 por el anarquista Pardiñas determinó que Méndez Bejarano se decidiera por abandonar la política, limitando su actividad a la enseñanza, a los libros y a las actividades académicas: en 1914 como individuo de la Junta organizadora del centenario del descubrimiento del Pacífico y del Congreso Hispanoamericano celebrado en Sevilla, en 1921 participó en la conmemoración del Centenario de Alfonso el Sabio, en 1922 fue declarado hijo adoptivo y predilecto de Lebrija por haber impulsado la celebración del centenario de Antonio de Nebrija...

Buena parte de su obra está dedicada a reivindicar la historia y los personajes de Sevilla (redactó incluso para la Enciclopedia Espasa las biografías de escritores sevillanos). Algunos convierten tal sevillanismo en andalucismo, llegando al ridículo de ponerle entre los fundadores de cierto andalucismo nacionalista: al parecer algunos discursos y escritos de Méndez Bejarano habrían sido determinantes para inflamar el ardor andalusí del islamizado notario Blas Infante (1885-1936). Toda su obra, incluso la Literatura o la Historia de la filosofía en España, rezuma tal sevillanismo que el lector no apasionado hará bien en tomar a beneficio de inventario el sabor especial de esa manía del autor.

«Instituido por el Excmo. Sr. D. Mario Méndez Bejarano un premio de 1.000 pesetas al mejor trabajo bibliográfico acerca del siguiente tema: "La literatura de carácter andaluz en el reinado de doña Isabel II", el Jurado calificador, compuesto por tres catedráticos de la Facultad de Filosofía y Letras, adjudicó dicho premio al trabajo cuyo lema era "Ficta, voluptatis causa, sint proxima veris", que abierta la plica resultó corresponder al alumno don Cesáreo Pérez y Pérez.» (El Imparcial, domingo, 30 de septiembre de 1928, pág. 23.)

«Universidad Central. Facultad de Filosofía y Letras. El catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros doctor D. Mario Méndez Bejarano ofrece un premio de mil pesetas al mejor estudio acerca del tema: "Efemérides relativas a la Escuela Literaria de Sevilla desde 1844 a 1924". El Jurado estará compuesto por tres catedráticos de esta Facultad, y se entregará dicho premio en el acto de apertura del curso académico 1929 a 1930. Los licenciados o doctores, así como los alumnos oficiales o no oficiales, admitidos a cátedra por sus respectivos profesores que, justificando debidamente tal extremo, aspiren a tomar parte en el concurso, deberán presentar sus trabajos en la Secretaría de esta Facultad antes del día 31 de agosto próximo, escritos a máquina por una sola cara, de letra perfectamente legible, inscritos con un lema, y acompañado, en pliego cerrado, el nombre y domicilio del autor.» (El Imparcial, miércoles, 16 de enero de 1929, pág. 3.)

«En la última sesión celebrada por la Sociedad Española de Antropología, el Sr. Hernández Pacheco se despidió como presidente, haciendo un resumen de la labor realizada por la Sociedad. Dio luego posesión a D. Luis de Hoyos Sainz y a D. Mario Méndez Bejarano de los cargos de presidente y vicepresidente, para los que respectivamente fueron designados en la junta anterior, confirmando en los de tesorero y secretario a D. Francisco de las Barras y D. Domingo Sánchez, que habían sido reelegidos. El Sr. López Soler expuso el plan a seguir. Presentó el Sr. Bauer una colección de objetos etnográficos de Africa.» (El Imparcial, domingo, 3 de febrero de 1929, pág. 2.)

La Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX

La Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX es una obra de madurez (cuando se publicó ya había cumplido los 70 años). En el Prólogo asegura que ya desde su juventud «engreído con la petulancia y la ilusión de los pocos años» había dado comienzo esta obra «dispuesto a trazar antes que nadie el cuadro histórico de la filosofía española...» Al trasladarse de Granada a Madrid el libro se acercaba a su fin, pero al conocer a Adolfo Bonilla y San Martín (1875-1926) y saber de sus planes abandonó el proyecto. En 1923 no parece que tuviera previsto volver sobre esta obra: el Diccionario de escritores... no la menciona entre las obras proyectadas por el autor. Quizá el fallecimiento de Bonilla en 1926, quien como es sabido había abandonado en 1911 su proyecto de realizar la Historia de la filosofía española que había planeado en 1904, determinó que Mario Méndez Bejarano volviese sobre su proyecto de juventud, y llegase a publicar la primera historia «completa» de la filosofía en España aparecida en el siglo XX.

La Historia de Mario Méndez Bejarano tiene algunas veces el valor de testimonio histórico en lo que se refiere al medio siglo anterior a su publicación, y el interés sociológico de mostrar las preocupaciones filosóficas por las que circulaban aquellos años quienes no querían saber de neotomismos y tampoco de materialismos y positivismos: les quedaban los cuentos y las fantasías espiritualistas de teósofos y espiritistas.

1929, fecha de edición de la Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX

Desde febrero de 2000 hasta julio de 2009 en esta página se decía:

«Editado por Renacimiento, apareció este libro en Madrid sin que figure fecha alguna de edición. En la página 470 se refiere un hecho de diciembre de 1926, y en la página 412 menciona La ciencia del verso de 1904 como de «hace un cuarto de siglo». Parece prudente datarlo en 1927. No en 1925 como hace Fraile o en 1926 como dice Abellán; Martínez Gómez lo data en 1928 y Alain Guy en 1927.»

Seguíamos aquí lo que ya habíamos dejado escrito en 1992:

«Su juicio no es apasionado, salvando el sevillanismo que rezuma toda la obra. El libro se publicó sin fecha. En el texto se cita la fecha diciembre de 1926 (pág. 470) y menciona su libro La ciencia del verso, de 1904, como de 'hace un cuarto de siglo' (pág. 412). Podemos datarlo en 1927 o 1928 (Bejarano murió en 1931). Fraile data mal el libro en 1925, Martínez Gómez lo hace en 1928, Alain Guy en 1927.» (GBS, «Historia de la 'Historia de la filosofía española'», El Basilisco, nº 13, 1992, pág. 44.)

Y con fecha de «[1927]» figuró en la edición digital dispuesta en 2000 por el proyecto Filosofía en español. Sin embargo parece que debe posponerse a principios de 1929 la fecha de aparición efectiva de este libro, pues la primera mención que de él hemos encontrado ahora en la prensa dice:

«Libros Españoles: Febrero, 1929. Segunda quincena. [...] VI. Filosofía. Religión. Ciencias Psíquicas: [...] Méndez Bejarano (Mario): Historia de la Filosofía en España hasta el siglo XX. Ensayo. Un volumen en cuarto, en tela. 15 pesetas.» (Gaceta Bibliográfica del Mes, redactor: Guillén Salaya, La Gaceta Literaria, ibérica, americana, internacional, nº 53, año III, Madrid, 1º de marzo de 1929 [periódico quincenal, 1 y 15 de cada mes], pág. 8. col. 2.)

«Jubilación de don Mario Méndez Bejarano. El ilustre catedrático de Literatura del Instituto del Cardenal Cisneros, don Mario Méndez Bejarano, ha sido privado de su cargo, en virtud del precepto reglamentario, al cumplir la edad exigida por la ley. Durante más de cuarenta años, sin interrupción, el señor Méndez Bejarano ha sido el educador de buen número de generaciones, inculcando a toda la alegre muchachada el espíritu de las letras y el amor a los libros. Pero eso, ahora, a la vez que la jubilación le concede el merecido descanso a sus actividades prolijas y constantes, la enseñanza de la Literatura pierde uno de sus mas firmes e interesantes cultivadores.» (La Época, martes 10 de diciembre de 1929, pág. 2.)

Falleció Mario Méndez Bejarano en Madrid, al poco de cumplir los setenta y tres años, en la madrugada del día 16 de enero de 1931.

Rafael Alberti y la emoción de la colectividad da lugar al epinicio

Recién cumplidos los veinticinco años publica Rafael Alberti en La Gaceta Literaria una autobiografía surrealista en la que asegura que dejó de estudiar el bachillerato a causa de Mario Méndez Bejarano:

«En 1917 vine a Madrid para ser pintor. (Dejé el Bachillerato porque no supe decir a D. Mario Méndez Bejarano que la emoción de la colectividad da lugar al epinicio.) Perdí dos años en el Casón, pintando bigotes a las estatuas de escayola.» («Itinerarios jóvenes de España, Rafael Alberti», La Gaceta Literaria, Madrid, 1º de enero de 1929.)

Medio siglo después Alberti sigue recordando que la emoción de la colectividad da lugar al epinicio, pero prefiere olvidarse del nombre de quien le suspendió la Preceptiva, el autor de La ciencia del Verso:

«Vuelto a Madrid, y siempre apremiado por toda la familia a causa de no haber cumplido mi promesa de seguir el bachillerato, continué estudiando con un poco más de ahínco. Sin dejar mis visitas al Casón y al Museo del Prado, mis caminatas y nocturnos poéticos con Gil Gala y Celestino Espinosa, fui preparando malamente, y durante el verano, la Historia Universal, la Preceptiva y la Historia Literaria. Llegados al fin los exámenes de septiembre, me presenté muerto de pánico en el Instituto del Cardenal Cisneros. Tardes horribles, peores que aquellas de Jerez cuando me examinaron de Aritmética y Geometría. Pasé en Historia Universal, pero en Preceptiva... ¡Oh, Dios mío! Aquel libro de texto madrileño era más misterioso e incomprensible que el de los jesuitas del Puerto. Me preguntaron por la didascálica; oí confusamente hablar de paragoges, hemistiquios, hipérbatones y metonimias. Y cuando ya al final, en un desesperado esfuerzo por aprobarme, el catedrático le explicó a mi angustioso mutismo que «la emoción de la colectividad daba lugar al epinicio», comprendí más que nunca lo hermoso y tranquilizador que era lanzarse por campos y jardines con una caja de colores, limpios los ojos y libre el pensamiento de aquel galimatías tan necesario, por lo visto, para ser buen poeta.
Como fui suspendido en Preceptiva, no pude examinarme de Historia Literaria. Una gota de cloro me sirvió para borrar el suspenso y adjudicarme un notable; y una nota en blanco, robada por un amigo, para falsificarle un aprobado a la otra asignatura. Así, las tres calificaciones en la mano, irrumpí con gran soltura, aunque agobiado de tristeza, en la habitación de mi padre, cantándole de lejos las notas, que apenas si miró, pero que le iluminaron el rostro fatigado de una dulce sonrisa.» (Rafael Alberti, La arboleda perdida. Memorias, Seix Barral, Barcelona 1977, págs. 122-123.)

«Al desligarse la conciencia de la objetividad, al reconocerse el individuo frente a la especie, puede hallarse en diversidad de posición. O se siente en relación de inferioridad, subyugado por la ley colectiva que su individual esfuerzo se ve impotente para quebrantar, y entonces lanza el grito de dolor (elegía), o su brío domina por un instante la ola del fatalismo colectivo y lanza en la embriaguez del triunfo el cántico de su exaltación (epinicio), o mantiene la lucha sin vencer ni confesarse vencido, en cuyo caso su lenguaje marca los momentos sucesivos de la oposición, con el carácter humorístico que en su ánimo producen los accidentes de la pugna (sátira).» (Mario Méndez Bejarano, La ciencia del Verso, Madrid 1904, libro IV, cap. II, págs. 397-398.)

Bibliografía de Mario Méndez Bejarano

1897 Práctica francesa. 4ª ed. notablemente reformada, G. Juste, Madrid 1897, 245 págs. 5ª ed. Gabriel López Horno, Madrid 1905, 208 págs. 6ª ed. Imprenta Artística Española, Madrid 1912, 208 págs.

1902 Literatura (parte general), 2 tomos, Antonio Marzo, Madrid 1902, XII+389+373 páginas. Esta obra, prologada por José Echegaray, está dividida en doce libros: 1º Prolegómenos, 2º Estética, 3º Sujeto del Arte Literario, 4º Objeto del Arte Literario, 5º Contenido del Arte Literario, 6º La Palabra, 7º Los idiomas, 8º El lenguaje como órgano de la literatura, 9º El pensamiento en la palabra, 10º Relación entre el sujeto y el objeto de la Literatura, 11º El público, y 12º Organismo interior de la Literatura. Contiene numerosas referencias a opiniones y asuntos filosóficos: Platón, Aristóteles... Kant, Hegel, Krause, Schopenhauer.

1902 Historia literaria: Ensayo, 2 vols. Madrid 1902, 587+753 págs. (I. Literaturas extranjeras; II. Literatura española). 2ª ed. Madrid 1903. 3ª ed. Madrid 1907. En 1907 con el título Lecciones de historia general de la literatura: extractadas de la historia literaria, Imp. de Fomento Naval, Madrid 1907, 470 págs. En 1915 con el título Instituciones de Historia Literaria: Ensayo, Imprenta Española, Madrid 1915, 294 págs. 7ª ed. Imp. Latina, Madrid s.f. En 1919 como Instituciones de Historia general de la Literatura, Gráfica Universal, Madrid 1919, 477 págs.

1904 La ciencia del Verso. Teoría general de la versificación, con aplicaciones a la métrica española. Buenos Aires 1904 [edición plagada de erratas]. 2ª ed. corregida y aumentada por su autor, Victoriano Suárez, Madrid 1907, 455 páginas. Con un prólogo de Antonio Atienza Medrano, Presidente de la Asociación Patriótica Española.

1905 Vida y obras de D. José María Blanco y Crespo (Blanco-White), Madrid 1905. Madrid 1920, 607 págs.

1912 Historia política de los afrancesados, con algunas cartas y documentos inéditos, Sucesores de Hernando, Madrid 1912, 431 págs.

1915 Bio-bibliografía hispálica de ultramar o Papeletas bio-bibliográficas de escritores nacidos en la provincia de Sevilla que han tratado de las tierras y misiones de Ultramar, Colección Biblioteca Sevillana (primera serie), Patronato de Huérfanos de Intendencia e Intervención Militares, Madrid 1915, 218 páginas.

1915 Doctrinal de preceptiva literaria, Imprenta Española, Madrid 1915, 423 págs. 3ª ed. Madrid 1919, 348 págs. 6ª ed. rev. Madrid 1925, 380 págs.

1916 Conferencias sobre Filosofía del Arte, Imprenta Española, Madrid 1916, 94 páginas.

1921 La Literatura española en el siglo XIX [general, regional y americana] aumentada con un apéndice sobre la literatura Hispano-americana por D. Pedro Sainz Rodríguez, Gráfica Universal, Madrid 1921, VIII+319 págs.

1922 Histoire de la juiverie de Séville, Ibero-Africano-Americana, Madrid 1922, 280 págs. [Editada en español en Sevilla 1993, 208 págs., con traducción y notas de Simón Hassan Benasayag y Adela Benelbas Benasayag.]

1922-1925 Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia, 3 tomos, Sevilla 1922-1923-1925, 471+435+318 páginas, en total 3.841 entradas biográficas. [Ediciónes facsimilares: en un volumen por Padilla Libros, Sevilla 1989; en tres volúmenes, Valencia 1994.] La entrada 1640 (tomo 2, páginas 75-82) está dedicada al propio autor de la obra, y va firmada por Manuel J. García.

1925 Luis de Camoens. El hombre y el poema. Discurso pronunciado en el IV Centenario del nacimiento del gran poeta portugués. Imp. del Patronato de Huérfanos de Intendencia e Intervención Militares, Madrid 1925, 19 págs.

1928 Tassara. Nueva biografía crítica. J. Pérez, Madrid 1928. 209 págs.

1929 Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX, Renacimiento, Madrid [1929], XVI+563 páginas. Edición digital desde mayo de 2000: http://filosofia.org/aut/mmb/index.htm

1929 Andalucía y Ultramar: breviario apologético, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, Madrid 1929, 98 páginas.

1929 Poetas españoles que vivieron en América. Recopilación de artículos biográfico-críticos. Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, Renacimiento, Madrid 1929, 413 págs.

1930 Velada en honor de Benito Espinosa: celebrada en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación la noche del 21 de febrero de 1927, organizada por Mario Méndez Bejarano con la cooperación de Manuel Hilario Ayuso, Madrid 1930, 118 págs.

Sobre Mario Méndez Bejarano

MOS 2:75-82 | EUI 34:591-592 | DHE 319

Textos de Mario Méndez Bejarano en el proyecto Filosofía en español

1926 Sevilla y América

1927 La casa del Océano

1929 Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX

gbs