[ Aristóteles· Metafísica· libro segundo· I· II· III ]
Metafísica · libro segundo · α · 983b-995a
III Método. No debe emplearse el mismo método en todas las ciencias. La Física no consiente el método matemático. Condiciones preliminares del estudio de la naturaleza
Los que escuchan a otro están sometidos al influjo del hábito. Gustamos, que se emplee un lenguaje conforme al que nos es familiar. Sin esto las cosas no nos parecen ya lo que nos [94] parecen; se nos figura que, por lo que tienen de nuevo, las conocemos menos, y nos son más extrañas. Lo que nos es habitual, nos es, en efecto, mejor conocido. Una cosa que prueba bien cuál es la fuerza del hábito, es lo que sucede con las leyes, en las que las fábulas y las puerilidades tienen por efecto del hábito más cabida que tendría la verdad misma{102}.
Hay hombres que no admiten más demostraciones que las de las matemáticas; otros no quieren más que ejemplos{103}; otros no encuentran mal que se invoque el testimonio de los poetas. Los hay, por último, que exigen que todo sea rigurosamente demostrado; mientras que otros encuentran este rigor insoportable, ya porque no pueden seguir la serie encadenada de las demostraciones, ya porque piensan que es perderse en futilidades{104}. Hay, en efecto, algo de esto en la afectación del rigorismo en la ciencia. Así es que algunos consideran indigno que el hombre libre lo emplee, no sólo en la conversación, sino también en la discusión filosófica.
Es preciso, por lo tanto, que sepamos ante todo qué suerte de demostración conviene a cada objeto particular; porque sería un absurdo confundir y mezclar la indagación de la ciencia y la del método; dos cosas cuya adquisición presenta grandes dificultades. No debe exigirse rigor matemático en todo, sino tan sólo cuando se trata de objetos inmateriales. Y así, el método matemático no es el de los físicos; porque la materia es probablemente el fondo de toda la naturaleza. Ellos tienen, por lo mismo, que examinar ante todo lo que es la naturaleza. De esta manera verán claramente cuál es el objeto de la física, y si el estudio de las causas y de los principios de la naturaleza es patrimonio de una ciencia única o de muchas ciencias.
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{102} «Los legisladores inventan muchas veces fábulas para dar autoridad a sus leyes. Ha habido, dicen, hombres autóctonos, producidos por la tierra misma en unos puntos, y en otros por los dientes sembrados de la serpiente; y por tanto es preciso combatir por la tierra, madre del género humano.» Alej. Schol., pág. 601. Sepúlv., pág. 53. Véase también: Schol., pág. 602 Cod. reg.
{103} Alusión al modo empleado por Platón, según Asclepio.
{104} Es el cargo que Aristófanes dirige a los filósofos: «Ahí tenéis a Sócrates y a Cherephon, que saben cuál es la extensión del salto de una pulga.» Nub., 831, &c.
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