Filosofía en español 
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Ilustración apologética Discurso XV

Paralelo de las lenguas

1. En este Discurso se nos culpa en primer lugar el Corolario, como cosa no perteneciente al Paralelo. Ya en el Discurso pasado se le instruyó al Sr. Mañer en lo que debe saber tocante a digresiones. Y ahora se le añade, que por eso mismo es Corolario, porque esta voz, aplicada a los escritos, significa aquello que se añade fuera de la exigencia del asunto, aunque concerniente a algún punto que se toca en él, como el nuestro concierne a lo que en el cuerpo del Discurso tocamos en orden a la entidad del idioma Gallego, y Portugués. Así no puede condenarse como impertinente mi Corolario, sin que caiga la misma sentencia sobre cuantos Corolarios hubo, hay, y habrá hasta el fin del mundo.

2. En segundo lugar se nos culpa la introducción de voces Latinas, y Francesas en el Castellano, justificando la acusación con la enumeración de las siguientes: Ingurgitar, intersticios, undulaciones, procaces, ineluctables, intumescencia, tabla tomada por la mesa, turbillon, y resorte. Son ocho en todas. Dígame ahora el Sr. Mañer: ¿Acuérdase de que en el Discurso XIII, num. 4. alaba el estilo de D. Gabriel Alvarez, y llama injusta dentellada mi censura, de que es impropio, y afectado? Dígame más: Cuando las ocho voces numeradas sean forasteras, ¿no sabe que son muchísimas más las que de este jaez se encuentran en la Historia de Don Gabriel Alvarez? Vaya contando: Libérrimo, commilitones, [61] primigenia, prolífica, grecánica, congèrie, reticencia, resorte, percolar, versátil, intercalación, simulcadencia, historiolas, sabatismo, aligar, embrutecer, interrogar, contermina, pomo por manzana, simia, mutuada, adversario, celar por ocultar, estola por vestidura larga, invento. Van veinte y cinco, y no las digo todas. Pues si D. Gabriel en una Historia, que si se imprimiera en la letra de mi Teatro Crítico con la distancia ordinaria de renglón a renglón, no abultaría la mitad de un Tomo mío, echa veinte y cinco extranjerismos (ésta voz sí que es nueva) sin perjuicio de su grande estilo; ¿por qué han de perjudicar al mío ocho no más repartidos en una obra, que es cuatro tantos de la de D. Gabriel? ¿No se ve en esto, que el Sr. Mañer no tiene otra regla para aprobar, y reprobar, que su propia pasión?

3. Pero volvamos a mis ocho voces. Ingurgitur lo oí mil veces, hablando de comedores y bebedores. Intersticios es voz tan común como la de Ordenes. Undulación, y undulante, se les oye a veces a los Médicos, hablando de pulsos. Procaz, y procacidad, se ha dicho más de ochenta veces en los Púlpitos. Ineluctables es voz frecuentísima, cuando se pondera la eficacia de los argumentos. Tabla, aun para significar mesa, ya es corriente entre los Cortesanos, cuando el contexto da luz para entenderla en este sentido; y así varias veces oí, sentarse a la tabla. Resorte, perdone el Sr. Mañer, pues ya D. Gabriel Alvarez había introducido esta voz en su famosa Historia. Con que sólo quedan por mi cuenta, turbillon, e intumescencia. La voz turbillon puedo disculparla, porque ya la había explicado cuando usé de ella; y dije intumescencia, hablando del flujo del mar, de miedo que si decía hinchazón, tumor, o entumecimiento, creyesen los Cirujanos que la marea era una enfermedad que tocaba a su profesión. Puede ser que en otra ocasión, por imitar las brillantes metáforas de D. Gabriel Alvarez, en vez de intumescencia del mar, diga hidropesía de Neptuno.


{Benito Jerónimo Feijoo, Ilustración apologética al primero, y segundo tomo del Teatro Crítico (1729). Texto tomado de la edición de Madrid 1777 (por Pantaleón Aznar, a costa de la Real Compañía de Impresores y Libreros), páginas 60-61.}