Filosofía en español 
Filosofía en español

Congreso por la Libertad de la Cultura

Jorge Mañach escribe a Gabriela Mistral antes de partir hacia Chile, invitado por el CLC

La Habana, sábado, 5 de junio 1954


JORGE MAÑACH

 

Quinta Avenida 128
reparto miramar
marianao   cuba

    Sábado, 5 de junio. 1954.   

Gabriela querida:

                Su carta me llega en los precisos momentos en que me dispongo a hacer mi equipaje con rumbo a su tierra -- a Chile. Salgo para allá, por vía Miami, dentro de hora y media, invitado a asistir al "Congreso por la Libertad de la Cultura", el de la revista Cuadernos. Parece, pues, que Vd. lo hubiera adivinado y me diera, antes de salir, su bendición de madre de aquella tierra andina, que con tanta avidez voy a conocer.

Aquí entre Vd. y yo, sólo por eso voy. No creo mucho en los congresos, como no sea para eso, para viajar y para verse con amigos, los de la amistad con y "sin imágenes", que decía el buen Xenius de antaño. Y eso otro de Congreso "por la libertad", está oscuro. Y no digo que huele a queso, porque parece que no hay la posibilidad de que se convierta en cosa parecida a aquel congreso de camaradas que les salió a ustedes hace un año o dos. En general, no me place --aunque suene un poco tonto-- ser pro ni anti nada. . . congresionalmente, que es casi como decir profesionalmente. Pero se me ofrecía la oportunidad de ver Chile, y allá voy. Estaré de vuelta el 17 de este mes.

Su carta me ha dejado atónito. Algo prometió decirme la dama de marras, y su damo, sobre las razones de la brusca partida de Vd. Pero nunca llegué a verlos para concretar la promesa. No sé por qué me imaginé que habrían disentido ustedes a propósito de muchas cosas; hasta me pareció ya advertir esa atmósfera en la casa aquel día en que la visité para almorzar con usted. Mi sorpresa fue grande cuando, tres días después o cosa así, llamé allá por teléfono para verla a Vd. de nuevo y me dijeron que había partido. Ya se imaginará lo defraudado que me sentí. No le escribí a Vd. enseguida porque no sabía a derechas adónde iba, ni cuál fuera su dirección.

Ahora, su carta me despeja muchas cosas. Y me entera de ésa, tan divertida, relacionada con el premio sueco. ¿Pero quién le habrá dicho a nuestra poetisa que ella tiene esa dimensión?. . . No; a mí no me han hablado del asunto, y si la cosa saliera a luz, me temo mucho que mi sentido estimativo se sobrepondría a mi patriotismo.

No le puedo escribir más. Desde Chile trataré de ponerle siquiera unas líneas. Consérvese bien; sígame queriendo, como yo a Vd.

    Un abrazo de su fiel

Jorge

 

[ Transcripción íntegra del texto mecanografiado en una hoja timbrada y signada con autógrafo del autor, con tinta verde. ]