Filosofía en español 
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Historia del Partido Comunista de España1960


 
Capítulo cuarto ☭ La dictadura franquista

La historia continúa…

En las páginas anteriores hemos resumido a grandes trazos la historia del Partido Comunista de España; sólo se trata de un cuadro inacabado, del largo y difícil camino de lucha recorrido por el Partido, junto con la clase obrera y el pueblo español, durante los últimos cuarenta años.

La historia del Partido es la historia de los afanes e ideales; de la acción abnegada y consciente de centenares de millares de españoles, de hombres y mujeres, de héroes famosos o anónimos.

Aprendiendo en las victorias y en los reveses, los trabajadores españoles han ido forjando su Partido, el Partido Comunista.

El Partido ha tenido que luchar en las más diversas situaciones: en la profunda clandestinidad y en la acción abierta al frente de impetuosos movimientos de masas, en la lucha armada y en la labor parlamentaria, desafiando las torturas policíacas y compartiendo las responsabilidades de la gobernación del país.

Condenado a la ilegalidad durante la dictadura de Primo de Rivera y falto todavía de madurez teórica y de experiencia política, el Partido Comunista se aisló de las masas y ofreció fácil blanco a los ataques del enemigo que le golpeó implacablemente y le impidió desempeñar el papel político que por su lucha heroica contra el régimen monárquico le correspondía.

El desarrollo del Partido Comunista demuestra que éste sólo puede crecer y fortalecerse mediante un esfuerzo permanente para rechazar cualquier intento de infiltración oportunista y vencer al sectarismo. Cuando en 1932, con la renovación de su núcleo dirigente, el Partido inició el «gran viraje», rompiendo con el sectarismo y el oportunismo y situándose clara y decididamente sobre posiciones marxistas justas, los resultados fueron realmente asombrosos. El Partido creció numéricamente y su influencia se extendió entre vastos sectores obreros y campesinos, entre empleados y artesanos, estudiantes e intelectuales y entre los mismos trabajadores socialistas y anarquistas, que empezaron a ver en él una seria fuerza revolucionaria.

Este viraje permitió al Partido influir poderosamente en la marcha de los acontecimientos. Su actuación fue el alma de la unidad obrera en la lucha armada de octubre de 1934 para frenar el avance del fascismo, la fuerza impulsora fundamental del Frente Popular, triunfador en las elecciones de 1936 y artífice, más tarde, de la gloriosa gesta del pueblo en la guerra contra la agresión fascista.

Toda la historia del Partido Comunista es la historia de la lucha por la unidad de la clase obrera y de las masas populares. Gracias a sus esfuerzos y a su sentido de la responsabilidad revolucionaria, fue posible la fusión en el Partido Socialista Unificado de Cataluña de cuatro partidos obreros, sobre la base del marxismo-leninismo; la fusión de la Juventud Socialista y de la Juventud Comunista; la incorporación de la Confederación General del Trabajo Unitaria a la Unión General de Trabajadores; la constitución de un Comité de Enlace entre la UGT y la CNT; y, por primera vez en el movimiento comunista, la formación de Gobiernos de Frente Popular con la participación del PCE al lado del PSOE, de la CNT y de fuerzas burguesas, Gobiernos que llevaron a cabo, en el curso de la guerra, la revolución democrática, por la que tanto habían luchado las masas populares de nuestro país.

El Partido Comunista ha laborado a lo largo de toda su trayectoria por la alianza de los obreros y los campesinos, en los que ve una de las fuerzas fundamentales de la revolución española. Muchos partidos han prometido dar tierra [286] a los campesinos, pero sólo los comunistas han realizado una verdadera reforma agraria.

El Partido Comunista ha sido también un defensor consecuente de las libertades nacionales de los pueblos de España, lo que facilitó la participación de Cataluña y Euzkadi en la lucha común contra la sublevación militar fascista.

De sus cuarenta años de existencia, el Partido Comunista ha pasado más de treinta en la clandestinidad. Bajo la dictadura fascista ha sido el más perseguido, el que ha pagado un tributo más alto de sangre. Estos años erizados de dificultades y de peligros han puesto a prueba el acero del Partido. Gracias a los principios leninistas de organización, el Partido Comunista de España ha podido continuar la lucha en la más dura clandestinidad y seguir siendo el destacamento de vanguardia de la clase obrera y de las fuerzas progresivas.

Varias veces anunció el general Franco que había «acabado con el comunismo», confundiendo sus deseos con la realidad; pero otras tantas quedó demostrado que el Partido Comunista es indestructible. Su existencia es una necesidad histórica, como lo es la de la clase obrera, espina dorsal de la sociedad contemporánea.

La raíz de la fuerza del Partido está en el marxismo-leninismo, la teoría científica que le permite comprender las necesidades del desarrollo histórico de nuestro país e imprimir una certera dirección a la lucha de las masas obreras y populares.

La fidelidad al marxismo-leninismo ha sido una constante de nuestro Partido, esa fidelidad no significa repetición de fórmulas hechas, sino aplicación creadora de sus principios a las realidades de España. En la lucha contra todo género de desviaciones se ha forjado la unidad indestructible del Partido.

Desde que en 1920 nació el Partido, el mundo se ha transformado y la vida misma ha demostrado la verdad universal del marxismo-leninismo. Los progresos realizados por la Unión Soviética y los demás países socialistas han ayudado a millones de gentes a comprender mejor la razón de los ideales por los que lucha el Partido Comunista de España. La defensa de la Unión Soviética y del sistema socialista en su conjunto es un deber y una necesidad para la clase obrera y las fuerzas [287] progresivas españolas, cuyo porvenir está vinculado a la consolidación del socialismo en el mundo.

El internacionalismo proletario realza el patriotismo de los comunistas. Mientras las clases oligárquicas, carentes de apoyo en el pueblo, abren la puerta del país a la colonización extranjera, la clase obrera se destaca cada vez más como el abanderado de la lucha por la independencia y la soberanía nacionales. Como representación genuina de la clase obrera, el Partido Comunista es un partido profundamente nacional.

En la lucha contra la dictadura franquista, el pueblo ha tenido ocasión de comprobar a todos los partidos que actuaban en España y de sacar las conclusiones pertinentes. El apoyo creciente que presta al Partido Comunista, la simpatía y respaldo que éste halla entre los sectores más diversos y amplios de la población de nuestro país dicen con elocuencia de qué lado se inclina la voluntad popular.

El Partido Comunista de España se ha esforzado siempre por unir en una aspiración patriótica y transformadora a las fuerzas progresivas de la sociedad española, a fin de impulsar y desarrollar en beneficio de todo el pueblo la industria, la agricultura y las grandes riquezas de nuestro país; a fin también de fomentar la cultura, la ciencia y el arte, renovando las mejores tradiciones humanísticas españolas. En esta obra que entrañará el impetuoso renacer de la patria sobre la base de una política de paz y de convivencia, el Partido Comunista está dispuesto a marchar junto a todas las fuerzas políticas interesadas en asegurar a España un desarrollo pacífico y progresista que coloque a nuestro país no a remolque ni en dependencia de nadie, sino al nivel de los países más avanzados.

La historia continúa. El Partido Comunista, apoyándose en las masas, fundido con ellas, marcha bajo las banderas del marxismo-leninismo hacia el futuro. Su victoria será la victoria del pueblo, la victoria de España, la victoria de la democracia, de la paz y del socialismo.

Historia del Partido Comunista de España, París 1960, páginas 284-287.