Filosofía en español 
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Los Sindicatos Católicos de Obreros

Según hemos anunciado, y con asistencia de más de ciento cincuenta comensales, se celebró ayer en un típico restaurante de la Bombilla el banquete homenaje al veterano luchador de los Sindicatos de Obreros Católicos, instalados en su domicilio social, plaza del Marqués de Comillas, 7, hace más de treinta años, Antonio Fernández Perdones, vocal primero del Comité directivo de la Federación Local, presidente del Sindicato de Pintores y director de la Agrupación Recreativa de la Casa Social Católica.

Ocuparon la presidencia, además del homenajeado y su esposa: por el Comité Federativo, Miguel Garrido; por la Confederación Nacional de Sindicatos de España, Carlos Pérez Sommer; por la Juventud Obrera Católica, como organizadora del banquete, Cecilio Moreno; por la Asociación de Padres de Familia, el señor Escribano, y por los Sindicatos de las entidades que componen la Federación, los presidentes respectivos.

También ocupó un puesto en la presidencia una numerosa representación de la Federación y Confederación de los Sindicatos Femeninos de la Inmaculada.

Empiezan las adhesiones con una muy sentida de Carlos Rodríguez.

A continuación, el secretario de la Juventud, señor Elvira, lee otra muy emocionante de la Asociación de la Hermandad de Socorros “La Soledad”, que fue fundada el año 1720, de las que es presidente el señor Perdones, y que figura con el número 9 en la misma.

Se lee otra del señor Riaza, del Sindicato de Dependientes, ausente de Madrid, muy sentida y que es premiada con una salva de aplausos.

Las obreras católicas madrileñas también elogiaron la labor del veterano propagandista.

Se da lectura a un sentimental telefonema de Murcia, firmado por el gran luchador tradicionalista señor Castaño, que es ovacionadísimo durante largo rato.

Por último se da lectura a unas poesías del obrero tipógrafo y vicesecretario del Comité directivo de la Federación, señor Darriba, que ha compartido con el homenajeado las rudas tareas del periodismo en el órgano obrero El Eco del Pueblo, tan perseguido por sus adversarios, siendo premiada su labor con una salva de aplausos.

Cecilio Moreno, presidente de la Juventud, pronunció unas sentidas palabras para su maestro, ensalzando la labor del infatigable Perdones, que, a pesar de pasar de setenta años, se siente todavía joven para encauzar a los hombres del mañana.

Fue aplaudido, como los anteriores.

Se levanta a hacer uso de la palabra otro de los antiguos propagandistas de la Causa católica, el señor Pérez Sommer, secretario de la Confederación que hizo una pequeña historia de la labor realizada por el compañero Perdones y los pocos compañeros que aún quedan, que luchó con todas sus fuerzas y logró conseguir lo que hoy es algo y fuerte: la Casa de los Sindicatos Católicos, a pesar de las trabas que se han opuesto para conseguirlo, sin poder lograrlo, pues hoy, pese a, quien pese, no hay más obreros que confiesen a Cristo y sin fines políticos que los Sindicatos de la plaza del Marqués de Comillas, número 7.

Dirige palabras de afecto y cariño para la valiente Juventud Obrera, por los trabajos que realiza para llegar al triunfo de los obreros católicos, por ser la verdadera enfiladora de la Causa católica.

Dice también que el veterano Perdones se encontró en todos los momentos de peligrosa lucha, sin titubear.

Una larga salva de aplausos interrumpe al orador, teniendo que dar por terminadas las palabras dirigidas a su antiguo compañero de propaganda.

Justo Alonso Dorado, del Sindicato de Banca, gran entusiasta de la obra católica, lee unos hermosos versos alusivos al día del Bautista, por celebrarse el banquete en día tan señalado.

También fue muy aplaudido.

El vicepresidente de la Federación, señor Coello, también pronunció unas hermosas palabras en honor de su compañero de Comité, siendo muy ovacionado.

Miguel Garrido, presidente de la Federación y presidente del Sindicato de Dependientes, se levanta a hablar muy emocionado, por ser otro de los únicos compañeros que quedan como propagandistas, diciendo que al tener que recordar o hacer una memoria del querido compañero Perdones, con quien compartió días amargos y de lucha, en quien ha visto fidelidad en los tiempos difíciles, cuando desertaban de nuestro campo, cuando se creían dueños del cotarro y deshechos nuestros Sindicatos.

Premió, como todos los demás oradores, la labor del incansable Perdones, por estar perseguido por los enemigos y no temer nada.

Dice que, hasta el momento, los Sindicatos católicos han pasado inadvertidos, o han querido que pasaran, y que hoy están dispuestos a defender sus derechos hasta el último momento, pues es difícil el romper ese muro roquero construido con el sudor de las cuotas de sus afiliados, pues no recibimos dádivas de nadie; nos regimos solos.

El gran Papa de los obreros, León XIII, dijo que la obra de los obreros es solamente para los obreros.

Termina diciendo que el ejemplo de Perdones siga en pie, y que no se echara en saco roto, para que los Sindicatos sean fuertes y prósperos.

Durante largo rato, una estruendosa salva de aplausos premió su vibrante discurso.

El presidente de Carpinteros da lectura a unos versos dedicados a su compañero de Comité, que aplaudieron los asistentes con entusiasmo.

Se levanta el homenajeado a hacer uso de la palabra, y con lágrimas en los ojos dice que su historia social no la conoce la Juventud, y que se enorgullece de ser el fundador de la Confederación y Federación, haciendo un pequeño historial del trabajo que le costó conseguirlo hasta llegar al triunfo.

Lamenta no tener energía para seguir luchando como antes, y recomienda a la Juventud que recopile infinidad de artículos publicados en nuestro órgano y que vean en ellos la persecución que ha sufrido por parte de los contrarios, y aun de los suyos, pero que por eso él jamás desmayó en su labor.

Recibe las más cariñosas felicitaciones de todos, y lo mismo su señora, a la que es entregada una hermosa canastilla de claveles que los compañeros del Comité la regalaron.

Como nota simpática, hemos de hacer constar que la esposa de Enrique Matorras, ex secretario comunista, que se encontraban en el banquete, obsequió a la señora de Perdones con unas humildes flores, llenas de cariño y afecto.

Y como nota final, y después de haber terminado la fiesta, Juan Vidal, del Sindicato de Banca, leyó una cariñosa adhesión al maestro de la Casa Social Católica.