Filosofía en español 
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Renato Descartes

Descartes · comentarios críticos

Renato Descartes (1596-1650)

Célebre filósofo y sabio francés. En la solución del problema filosófico fundamental –el problema de la relación entre el pensar y el ser–, Descartes era un dualista. Afirmaba que existen dos sustancias: la del cuerpo que posee el atributo de la extensión, y la del alma que posee el atributo del pensamiento. (Ver: Dualismo). Con ello reconocía dos principios completamente independientes uno de otro: el material y el espiritual. El cuerpo y el alma, según Descartes, “son determinados para la existencia” por una tercera sustancia: Dios. En su física desarrolló ideas materialistas. La Naturaleza, enseñaba, representa un conjunto continuo de partículas materiales; el rasgo distintivo de la materia es la extensión. El movimiento del mundo material es eterno y se realiza de acuerdo con las leyes de la mecánica, o sea, se reduce a un simple desplazamiento de las pequeñas partículas, los átomos. Descartes enunció la ley de la conservación de la materia. Marx hizo notar que, “en su física, Descartes atribuye a la materia una fuerza creadora propia, y considera el movimiento mecánico como la manifestación vital de la materia… En los límites de su física, la materia representa la sustancia única, la única razón del ser y del conocimiento”. Manifestándose contra la filosofía medioeval y refutando la autoridad de la iglesia, teniendo una profunda fe en la fuerza de la razón humana, Descartes consideraba necesario crear un método nuevo, científico, de conocimiento del mundo, situar en lugar de la fe ciega, la ciencia, la razón. Descartes recurre a la “duda” como a un método de razonamiento mediante el cual se puede evitar toda clase de conceptos preconcebidos y rutinarios, y llegar a establecer verdades auténticas. Declara que duda tanto de la certeza de nuestras representaciones como de la existencia del propio mundo. Pero al dudar de todo, debe reconocer con ello una cosa: que él duda, o sea, que él está pensando. Y Descartes llega a su conocida conclusión: “Pienso, luego existo”. En la teoría del conocimiento, Descartes es el progenitor del racionalismo (ver). Estimaba que los sentidos nos suministran solamente una representación confusa de las cosas y con ello nos inducen al error; la verdad, en cambio, se alcanza directamente por la razón, por la intuición que le es inherente, y la certeza de la verdad se comprueba, no por la práctica y la experiencia, sino por la nitidez e inteligibilidad de nuestros conceptos. Por eso, a su juicio, el criterio de la verdad no se halla al margen de la razón, sino en ella misma. A la vez que la teoría sobre la fuerza de la razón, Descartes reconocía también la existencia de ideas innatas. Así, por ejemplo, consideraba que las ideas de Dios, de la sustancia espiritual y de la corporal, son ideas innatas en el hombre. Descartes fue un notable sabio de su tiempo, físico y matemático. Engels señaló que “un punto crucial en las matemáticas fue la magnitud variable cartesiana. Gracias a ella, entraron en las matemáticas la dinámica y la dialéctica“. Descartes es el creador de la geometría analítica. Puso los cimientos de la moderna física materialista y del racionalismo filosófico, ejerciendo una gran influencia sobre el desarrollo ulterior de la ciencia y de la filosofía. Las obras más importantes de Descartes son: Discurso del Método, 1637; Reflexiones metafísicas, 1629-1640; Principios de la Filosofía, 1644; Reglas para la dirección del espíritu, 1701.

Diccionario filosófico marxista · 1946:73-74

René Descartes (1596-1650)

Descartes

Célebre filósofo y sabio francés. Descartes resuelve como dualista la cuestión fundamental de la filosofía, la de la relación entre el pensamiento y el ser. Admite dos substancias: la del cuerpo cuyo atributo es la extensión, y la del alma cuyo atributo es el pensamiento. De donde, dos principios independientes: el uno material, y el otro espiritual. La existencia del cuerpo y del alma está determinada por una tercera substancia: Dios. En su física, Descartes sostiene las tesis materialistas. La naturaleza es, según él, un conjunto continuo de partículas materiales, la esencia de la materia es la extensión, y el movimiento del mundo material es eterno y se efectúa de acuerdo con las leyes de la mecánica: se reduce a la simple traslación de las partículas, de los átomos en el espacio. Marx hizo notar que “en su física, Descartes atribuye a la materia una fuerza creadora propia, y considera el movimiento mecánico como su manifestación vital... En los límites de su física, la materia representa la substancia única, la única razón del ser y del conocimiento”. (Marx/Engels, Obras, Ed. alem.). Descartes repudiaba la filosofía de la Edad Media y negaba la autoridad de la Iglesia. Profundamente convencido de la potencia de la razón humana, quería crear un método nuevo, científico del conocimiento del mundo, y substituir la fe ciega por la razón y la ciencia. Recurre a la “duda” como método de razonamiento, con la ayuda del cual puede librarse de toda idea preconcebida o noción habitual, y establecer verdades irrefutables. Declara que duda de la exactitud de nuestras representaciones del mundo así como de la existencia del propio mundo. Pero al dudar de todo, debe reconocer, sin embargo, que duda, es decir, que piensa. Y Descartes llega a la famosa conclusión idealista: “Pienso, luego existo”. Partiendo así del hecho de la existencia de su propio “yo”, llega a la conclusión de que el mundo exterior existe igualmente. Esta tesis cartesiana será utilizada más tarde por el idealismo subjetivo.

En la teoría del conocimiento, Descartes es el padre del racionalismo (ver). Estimaba que los sentidos no nos dan más que una representación confusa de los objetos y pueden así inducirnos a error. Es la misma razón la que concibe la verdad, por una intuición que le es propia, y la exactitud de una verdad se ve confirmada no por la práctica y la experiencia, sino por la claridad y la nitidez de nuestras ideas. El criterio de la verdad se halla, pues, en la razón misma. Descartes fue el autor de la teoría idealista de las “ideas innatas”, tales como las ideas de Dios, de la substancia corporal y de la substancia espiritual. Su filosofía se esforzaba en conciliar la religión y la ciencia. No obstante, Descartes fue en su época un físico y matemático eminente. Engels señala que la “magnitud variable de Descartes señaló un punto crucial en matemáticas. Con ella el movimiento y la dialéctica entraron en las matemáticas” (Dialéctica de la naturaleza, Ed. rusa). Descartes es el fundador de la geometría analítica. Sus concepciones materialistas de la naturaleza constituían un aporte al progreso de la ciencia y de la filosofía, pero el lado idealista de su doctrina contribuyó a la defensa de la religión. Su doctrina sufrió la influencia de la ideología burguesa del siglo XVII que reflejaba, al lado de las tendencias progresivas de la burguesía francesa de la época, el temor a las masas populares, la adaptación a la monarquía feudal. Principales obras: Discurso del método (1637), Meditaciones metafísicas (1641), Principios de la filosofía (1644), Tratado de la luz (1664), Regulae ad directionem ingenii (1701).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:123-124

René Descartes (1596-1650)

Latinizado como Cartesius. Filósofo, matemático, físico y fisiólogo francés. Estudió en el colegio de jesuitas de La Fléche. Después de servir en el ejército, se trasladó a los Países Bajos, país capitalista avanzado en aquella época, y allí pasó veinte años entregado a sus ocupaciones científicas y filosóficas. Las persecuciones de los teólogos neerlandeses le obligaron a fijar su residencia en Suecia (1649), donde murió. La filosofía de Descartes se halla vinculada a su matemática, cosmogonía y física. En matemática Descartes es uno de los creadores de la geometría analítica. En mecánica, señaló el carácter relativo del movimiento y del reposo, formuló la ley general de la acción y de la reacción, así como la ley de la conservación total de la cantidad de movimiento cuando chocan dos cuerpos no elásticos. En cosmogonía elaboró una idea, nueva para la ciencia, sobre el desarrollo natural del sistema solar; consideraba que la forma básica del movimiento de la materia cósmica –movimiento que condiciona la estructura del universo y el origen de los cuerpos celestes– es el movimiento en torbellino de sus partículas. Esta hipótesis contribuyó al futuro éxito de la dialéctica de la naturaleza, pese a que el propio Descartes aún comprendía el desarrollo en un sentido mecánico. En sus investigaciones matemáticas y físicas, basó su doctrina sobre la materia o sobre la substancia corpórea. Identificaba la materia con la extensión o con el espacio: sólo la extensión no depende de lo subjetivo y se halla condicionada por las propiedades necesarias de la substancia corpórea. No obstante, Descartes introduce el dualismo en la física materialista: la causa general del movimiento, según él, es Dios, que creó la materia a la par del movimiento y del reposo, de los que conserva en aquélla una misma cantidad. También es dualista la doctrina de Descartes acerca del hombre: en el hombre, afirma, el mecanismo corpóreo, sin alma y sin vida, se halla realmente concatenado al alma, volitiva y pensante. Según Descartes, el alma y el cuerpo, heterogéneos, ejercen entre sí una acción recíproca a través de un determinado órgano: la denominada glándula pineal. En fisiología, Descartes estableció un esquema de reacciones motoras que constituye una de las primeras descripciones científicas del acto reflejo. No obstante, la fisiología materialista cartesiana entraba en combinación contradictoria con la doctrina sobre la inmaterialidal del alma: a diferencia del cuerpo, cuya esencia veía Descartes en la extensión, la esencia del alma, según él, radica en el pensar. En los animales, Descartes veía tan sólo autómatas complejos, carentes de alma y de la facultad de pensar. Como para Francis Bacon, para Descartes la finalidad última del saber estriba en el dominio de las fuerzas de la naturaleza por parte del hombre, en el descubrimiento e invención de recursos técnicos, en el conocimiento de las causas y de los efectos, en el perfeccionamiento de la naturaleza del hombre. Para llegar a tal finalidad, Descartes creía necesario poner previamente en duda todo cuanto existe. Esta duda no suponía creer incognoscible lo existente, era tan sólo un recurso para hallar el principio absolutamente fidedigno del saber. Este principio, según Descartes, es el de que «pienso: luego existo». De esta tesis, su autor intentaba inferir asimismo la existencia de Dios y, luego, la convicción de que el mundo exterior es real. En teoría del conocimiento, Descartes es el fundador del racionalismo, que se formó como resultado de entender de manera unilateral el carácter lógico del conocimiento matemático. Dado que la naturaleza universal y necesaria de este conocimiento parecía a Descartes derivada de la naturaleza del intelecto mismo, en el proceso del conocer asignó un papel extraordinario a la deducción basada en axiomas plenamente fidedignos, alcanzables por vía intuitiva. Las teorías de Descartes sobre el conocimiento directo y fidedigno de la conciencia de uno mismo, sobre las ideas innatas (en el número de tales ideas incluía la de Dios, las de substancia espiritual y substancia corpórea) influyeron sobre el idealismo subsiguiente y fueron objetos de crítica por parte de los representantes del materialismo. Por el contrario, la teoría –materialista en lo fundamental– sobre la naturaleza, sobre el desarrollo de la misma, la fisiología materialista, el método mecanicista, hostil a la teología, hicieron que Descartes influyera sobre la formación de la concepción materialista del mundo propia de la Época Moderna. Obras principales: Discurso del método (1637), Principios de la filosofía (1644).

Diccionario filosófico · 1965:114-115

René Descartes (1596-1650)

En transcripción latina, Cartesius: filósofo, matemático, físico y fisiólogo francés. Después de pasar servicio en el ejército, se trasladó a Holanda, Estado capitalista desarrollado en aquellos tiempos, y pasó allí 20 años dedicándose en soledad a los estudios científicos y filosóficos. Perseguido por los teólogos de Países Bajos, se fue en 1649 para Suecia, donde vivió hasta el fin de su vida. La filosofía de Descartes está enlazada con sus matemáticas, cosmogonía y física. En matemáticas, Descartes es uno de los autores de la geometría analítica. En mecánica, Descartes hizo constar la relatividad del movimiento y el reposo y formuló la ley general de acción y reacción. En cosmogonía desarrolló la idea –nueva para la ciencia– sobre el desarrollo natural del sistema solar; consideraba que el movimiento en forma de torbellino de las partículas de la materia cósmica era el modo principal de su movimiento, que determinaba la estructura del mundo y el origen de los cuerpos celestes. Esta hipótesis contribuyó posteriormente a la comprensión dialéctica de la naturaleza, aunque Descartes mismo entendía el desarrollo de modo mecanicista. En la física materialista de Descartes irrumpe el dualismo: según Descartes, la causa general del movimiento es Dios, el cual creó la materia junto con el movimiento y el reposo y conserva en ella la misma cantidad de movimiento y de reposo. Es dualista también la doctrina cartesiana del hombre: a su juicio, en éste se enlazan realmente el mecanismo corpóreo carente de alma y de vida con el alma pensante. Según Descartes, el cuerpo y el alma heterogéneos se encuentran en interacción por medio de un órgano especial. En fisiología, Descartes estableció el esquema de las reacciones motrices, que constituye una de las primeras descripciones científicas del acto reflector. Pero la fisiología materialista de Descartes se conjuga de manera contradictoria con la doctrina de la inmaterialidad del alma: a diferencia del cuerpo, cuya esencia es la extensión, la esencia del alma, según Descartes, radica en el pensamiento. Descartes veía en los animales tan sólo complejos autómatas privados de alma y capacidad de pensar. Como F. Bacon, Descartes consideraba que la tarea final del conocimiento es el dominio del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, el descubrimiento e invención de los medios técnicos, el conocimiento de las causas y las acciones y el perfeccionamiento de la propia naturaleza humana. Para realizar esta tarea, Descartes estima necesario poner previamente en tela de juicio toda la existencia presente. Esta duda no es convicción en la incognoscibilidad de todo lo existente, sino, tan sólo, un procedimiento necesario para encontrar el principio incondicionalmente verídico del conocimiento. Descartes consideraba que tal principio es la proposición “Pienso: luego, existo”. Partiendo de esta tesis, Descartes intentaba deducir también la existencia de Dios, y después, la convicción en la realidad del mundo exterior. En la doctrina del conocimiento, Descartes es progenitor del racionalismo, que se formó a consecuencia de la comprensión unilateral del carácter lógico del conocimiento matemático. Según Descartes, el carácter universal y necesario del conocimiento matemático se desprende de la naturaleza del intelecto mismo, por lo cual concede, en el proceso del conocimiento, un papel excepcional a la deducción, que se apoya en axiomas completamente verídicos concebidos de modo intuitivo. Las doctrinas de Descartes acerca de la autenticidad directa de la autoconciencia y las ideas innatas (en las cuales incluía la idea de Dios, de la substancia espiritual y corporal) ejercieron influencia sobre el idealismo posterior y se convirtieron en objeto de crítica por parte de los representantes del materialismo. Por el contrario, la doctrina de la naturaleza, materialista en su base, la teoría del desarrollo de la naturaleza, la fisiología materialista y el método mecanicista, hostil a la teología, determinaron la influencia de Descartes sobre la formación de la concepción materialista del mundo de los tiempos nuevos. Obras fundamentales: Discurso del método (1637) y Los principios de la filosofía (1644).

Diccionario de filosofía · 1984:112-113