Filosofía en español 
Filosofía en español


Tomo primero

Aprobación del M. R. M. Fr. Diego Mecolaeta,
Predicador General de la Religión de San Benito, Abad que ha sido del Real Monasterio de San Millán de la Cogulla, y actualmente Definidor Mayor de dicha Religión, &c.

A no ser tan fuerte el precepto de nuestro Rmo. P. Mro. Fr. Anselmo Mariño, General de nuestra Congregación, que quita enteramente la libertad, estrechándola a la precisión de obedecer, no tuviera yo valor para censurar, y dar el dictamen que se me manda sobre el Tomo I de Cartas Eruditas, y Curiosas, que el Rmo. P. Mro. Feijoo quiere dar al público, para complemento, o suplemento de su aplaudido, y siempre plausible Teatro; pues no hay País preciado de culto, en que su nombre no tenga afianzado con debidos elogios su respeto: en vista de lo cual, que es público, y notorio, ceñiré mi Censura a las breves cláusulas, aunque en asunto muy distinto, de Plinio lib. I, Epist. 5.) diciendo a nuestro Rmo. P. General: Quaeris, quid sentiam; At ego, ne interrogare fas puto, de quo prenunciatum est. Excusada juzgo la diligencia de censurar las obras de un Escritor, que tiene acreditado su nombre con la pública aprobación universal: pues con sólo ver en los Libros el nombre del Rmo. Feijoo, se da todo por bueno, por erudito, por selecto, por católico.

Las públicas debidas aclamaciones que han merecido las Obras del Rmo. Feijoo a todo el Orbe literario, excusan la Censura de cualquiera Libro suyo, porque todos tienen vinculado el acierto; y el que se remite a la mía, más debe ser empleo de mi veneración, que asunto sobre que diga mi sentir; pero ya lo he dicho, cuando dije que [XXIII] todas sus Obras han merecido al público, no sólo la aprobación, sino el aplauso. Díganlo tantas, tan copiosas, y tan repetidas Ediciones, como fatigan en esta Corte las Prensas: Publíquenlo las versiones en extraños idiomas. En Francia, y en Inglaterra se lee el Teatro Crítico vertido en sus idiomas, como en España. Un curioso, o codicioso Napolitano desea enriquecer su País con este tesoro, he visto Carta suya, en que dice, tiene ya traducidos los cinco primeros Tomos en su lengua: Lo mismo ejecuta otro en Venecia, y lo mismo harán otros Eruditos de Italia. Todas estas versiones dan claro testimonio del ansia, y de la loable codicia con que se busca el Teatro: todas demuestran la saludable hidropesía que ha causado en el mundo; pues teniendo a los labios el vernegal, veo a todos los Lectores con más insaciable sed.

Quo plus sunt potae, plus sitiuntur aquae.

No se ha visto en este, ni en otros Reinos Obra tan sublime, y tan ingeniosa, como nuestro Autor demuestra en la Carta 34.; por lo que puedo congratularle con el elogio que se dio a la grande Obra del Trono de Salomón, 3. Reg. 10. 20. Non est factum tale opus in universis Regnis; pues aunque en todos los de Europa florecen, más que nunca, las Letras: en la elección de noticias, en la diestra disposición de colocarlas, en la inimitable suavidad de persuadirlas, no se ha visto Obra en el mundo que se pueda comparar con el Teatro. Y aunque salió de mano de su Autor tan perfecto, tan magnífico, tan primoroso; mira esta Obra de Cartas Eruditas, y Curiosas mi respeto como vistoso remate del Teatro, que sobre las basas, pilastras, columnas, corredores, y demás piezas de aquel admirable promontorio que despertó los aplausos en el mundo, debe colocarse como airoso trasunto de la [XXIV] fama, encargando al silencio todo el desempeño de su Trompa.

Hasta aquí he dicho algo de lo mucho que merece el Rmo. Feijoo por su insigne Obra, y por su inmensurable Literatura; pero atendiendo a lo que se me ordena, digo sinceramente, que he leído el primer Tomo de Cartas Eruditas, y Curiosas con la debida atención, y que no he notado en él cláusula alguna que impida que se de a la estampa, si su Rma. fuere servido conceder su licencia; y que así lo siento, en este Real Monasterio de Monserrate de Madrid a 1 de Febrero de 1742.

Fr. Diego Mecolaeta


{Feijoo, Cartas eruditas y curiosas, tomo primero (1742). Texto según la edición de Madrid 1777 (en la Imprenta Real de la Gazeta, a costa de la Real Compañía de Impresores y Libreros), tomo primero (nueva impresión), páginas XXII-XXIV.}