Internacional de los Trabajadores de la Enseñanza
Pedagogía Proletaria. Jornadas Pedagógicas de Leipzig 1928
Alocución de clausura, del Secretario Pedagógico
Queridos colegas: La primera sesión pedagógica de la I.T.E., ha terminado. Si echamos una mirada sobre el conjunto de estas tres jornadas, podemos considerar como llegado su fin. Este fin era examinar los problemas pedagógicos esenciales desde el punto de vista proletario. Estamos agradecidos a los informantes y oradores que han colaborado a esta obra. Os agradecemos también la disciplina con la que os habéis comportado en los debates.
Todos nosotros hemos manifestado nuestra profunda contrariedad y enérgica protesta, al observar que todos los informantes anunciados –la mayor parte informantes de la U.R.S.S.– no han podido tomar parte en nuestros trabajos. Damos a nuestro camarada Pinkiévitch el encargo de saludar en nuestro nombre a los colegas de su país, y asegurarles que no descansaremos hasta haber conquistado el derecho de unirnos con los colegas que estimamos deber unirnos para ejercer nuestra misión social y profesional.
No pretendo, camaradas, dar un resumen completo de los debates. Cualquiera de vosotros puede hacerle mejor que yo en lengua alemana; pero quiero resumirlos brevemente en algunas frases.
No estuvimos siempre de acuerdo en la solución que conviene dar a los diferentes problemas. Cada cual aporta de su país –con su situación social y política propia y sus luchas pasadas– una concepción propia, determinada por las situaciones, las luchas y los esfuerzos en los diferentes países. Cada uno expone sus ideas, formadas por esas situaciones, esas luchas y esos esfuerzos. Necesitamos confrontar esas ideas. En una organización unitaria como la nuestra, esa confrontación debe hacerse con deseo de entenderse, lo que no excluye la discusión seria, incluso apasionada. Pero, como lo teníamos previsto y pensado, una voluntad común existía en todos los informantes y oradores: la de trabajar por el bien del niño proletario y del proletariado en general. Por otra parte, una idea unía también a todos nuestros colaboradores, una convicción se manifestó continuamente: la de que un mejoramiento completo y radical del niño proletario, una verdadera solución del problema de la educación no es posible más que en el seno de una sociedad socialista.
Pero sería una insensatez decir que, mientras esperamos el advenimiento de la sociedad socialista, nada tenemos que hacer en el campo de la educación.
Es misión de la I.T.E. determinar cuál ha de ser la obra de los educadores proletarios. Distintos colegas han sugerido, en sus discursos, obras prácticas. Se lo agradecemos y les prometemos que sus iniciativas serán sometidas a la aprobación de los órganos responsables de la I.T.E. Por nuestra parte, estamos convencidos de que esos camaradas no considerarán como terminada su misión con pronunciar un hermoso discurso en una conferencia. La I.T.E. espera de ellos que continuarán prestándole su ayuda y su colaboración.
Estas sesiones deben ser el punto de partida de una actividad pedagógica nueva para la I.T.E. Deben extender el círculo de nuestros colaboradores, sobre todo en Alemania. Las relaciones que hemos entablado estos días no pueden enfriarse.
En esta creencia, clausuramos las Jornadas Pedagógicas, animándoos a seguir mañana, con el mismo interés, el Congreso sindical de la I.T.E.
¡Viva la emancipación de la infancia proletaria!
[Pedagogía Proletaria, París 1930, páginas 201-202]