Filosofía en español 
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Punto quinto · De la diferencia que se da entre el pecado mortal, y el venial

P. ¿Se dan pecados, que de su naturaleza son veniales o mortales? R. Que sí. La conclusión es de fe contra Calvino, el cual enseñaba: que todos los pecados eran de su naturaleza mortales, y sólo para los predestinados, a quienes no se les imputaban, eran veniales. Es también contra [147] Lutero, quien pensó, que todos los pecados de los infieles eran mortales, y los de los fieles veniales, a excepción de la infidelidad. También es contra Bayo, que entre sus proposiciones condenadas ponía la siguiente reprobada por la Iglesia: Nullum est peccatum ex natura sua veniale, sed omne peccatum meretur poenam aeternam. Danse, pues, pecados de su naturaleza mortales, y son aquellos con que gravemente se ofende la caridad de Dios y del prójimo, la justicia, y otras virtudes simpliciter tales. Se dan asimismo pecados de su naturaleza veniales, como lo es la mentira simple, las palabras ociosas, y cosas semejantes.

P. ¿Cuáles son los pecados que no admiten parvidad de materia? R. Que aquellos cuya razón formal de malicia es indivisible, y se halla en cualquiera transgresión por mínima que sea la materia. Tales son el odio formal de Dios, la herejía, la infidelidad, desesperación, y otros varios, de que diremos en sus lugares respectivos.

P. ¿En qué se diferencian el pecado mortal, y el venial? R. Que en muchas cosas. Lo primero, en que el mortal quita la vida al alma privándola de la vida de la gracia, y el venial sólo priva del fervor de la caridad. Lo segundo, en que el mortal, cuanto es de sí destruye a Dios, mas no el venial. Lo tercero, en que el mortal quita la amistad con Dios, y el venial sólo la entibia. Lo cuarto, en que el mortal nos aparta de Dios, lo que no tiene el venial. Lo quinto, en que el mortal es grave ofensa de Dios, y el venial leve. Lo sexto, en que el mortal es absolutamente contra legem, y el venial es praeter legem. Lo séptimo, en que el mortal desordena la voluntad en orden al fin, y el venial sólo en cuanto a los medios de su consecución. Lo octavo, en que el mortal mancha al alma simpliciter, y el venial sólo secundum quid. Lo nono, en que el mortal merece pena eterna de daño y de sentido, y el venial sólo temporal.

P. ¿Por qué medios se remite el pecado mortal, y por cuáles el venial? R. Que cuando se hallan juntos se remiten por los mismos, es a saber; por la atrición sobrenatural con Sacramento de muertos, [148] y por la atrición sobrenatural existimata contritione con Sacramento de vivos: por la contrición perfecta, o acto de caridad: y por la infusión de la gracia, la cual expele directamente el pecado, así como la luz disipa las tinieblas.

Si los pecados veniales se hallan separados de los mortales, como acontece en el justo, se remiten por estos mismos medios, y por los Sacramentos de vivos, supuesta la atrición o detestación de ellos, y también por los Sacramentales; con esta diferencia, que por los Sacramentos se remiten ex opere operato, y por los Sacramentales ex opere operantis, en cuanto excitan a su detestación.

P. ¿Cuántos, y cuáles son los Sacramentales por cuyo medio se remiten los pecados veniales? R. Que son siete, es a saber: El herir los pechos, la bendición Episcopal, el agua bendita, la oración Dominical, la confesión general; el pan bendito, y la limosna, los cuales se explican en este verso:

Orans, tinctus, edens, confessus, dans, benedicens.

En el confessus se entiende, así la confesión general, como el golpe de pechos. Estos Sacramentales no remiten el pecado inmediatamente, sino por medio de la detestación de él, o en cuanto mueven a reverenciar a Dios, o a los actos de caridad, y religión, como advierte S. Tom. 3. p. quest. 87. art. 3.

P. ¿Se puede remitir un pecado sin remitirse los demás? R. Que al que está en pecado mortal no se le remite pecado alguno, ni mortal, ni venial, sin que se le remitan los demás graves; porque para que a aquel que se halla en pecado mortal se le remita cualquier pecado, es del todo necesaria la gracia, pues sin ella nulla datur remissio, y con la gracia ningún pecado grave es compatible. Si los pecados veniales se hallan en el que está en gracia, pueden remitirse unos sin otros, por los medios ya dichos.

P. ¿En qué manera el pecado de su naturaleza grave puede ser solamente leve? R. Que por dos capítulos, que son por falta de perfecta deliberación, y por parvidad de materia en los preceptos que la admiten. [149]

[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 1, páginas 146-148 ]