La Ilustración Cantábrica
Madrid, 28 de mayo de 1882
tomo IV, número 15
página 176

Joaquín Sama
Institución Libre de Enseñanza

II
Historia

La Institución libre de enseñanza fue hija de los defectos en la manera de concebir la ciencia y su organización que tenía el poder público en nuestro país. Su origen le impuso el deber imprescindible de fijar, desde los primeros días de su existencia, el fin adonde se dirigía, los medios con que contaba para alcanzarlo, y los obstáculos que había de encontrar en el camino. Reconoció como ideal servir en la medida de sus fuerzas a los intereses de la humanidad y la patria, mediante la formación de hombres útiles para todos los fines grandes y generosos. Para conseguirlo, se propuso otros tres: formar alumnos de segunda enseñanza; difundir entre todas nuestras clases los progresos de la cultura general, y contribuir, en la modesta esfera que sus medios entonces le consentían, a la obra común de la ciencia, merced a las investigaciones originales de sus profesores. De estos tres propósitos, debía llamar preferentemente su atención el primero, por razones que imponían nuestro estado de cultura y los medios con que entonces contaba la Institución para aumentarla.

Se dirigió el esfuerzo a completar los estudios generales de segunda enseñanza que, con menoscabo de todas las prescripciones de la ciencia, venían siendo invariables desde hace treinta años. Se subdividieron, por tanto, las clases de Psicología, Lógica y Ética, de Física y Química; y de Historia Natural, en siete asignaturas, y como consecuencia desempeñaron todas las de segunda enseñanza trece profesores, en vez de diez, como era lo frecuente.

Simultánea con esta reforma fue la de que todos los alumnos de este grado asistieran sin retribución a las clases de ejercicios de estudios y de ampliación de instrucción primaria, siendo pocos los exceptuados de esta medida.

Pronto acreditó la experiencia que el mal estaba muy hondo y necesitaba más eficaces remedios. Reducida la escuela de instrucción primaria, tal como ésta se entendía fuera de la Institución, a poner al niño en posesión de la lectura y escritura, con más algunas nociones de Gramática, Geografía, Aritmética, Geometría, Doctrina cristiana é Historia sagrada, aprendidas de memoria y de una manera casi automática; se comprende desde luego que los alumnos que comenzaban la segunda enseñanza tenían la primera incompleta bajo dos puntos de vista, el de la cantidad y el de la calidad; por falta de aquélla no era, como usualmente se dice, una preparación para la segunda enseñanza; por la de la calidad no constituía un grado propio de educación y cultura capaz de satisfacer las más elementales necesidades de la vida social.

Por más que los ejercicios de estudio se encaminaran especialmente a familiarizar a los alumnos con el uso de todas sus facultades intelectuales y a ponerlos en condiciones de tomar parte activa en sus trabajos ulteriores, en vez de ser agentes pasivos del maestro, no podían dar resultado ni aun bajo el punto de vista exclusivamente intelectual, supuesto el estado en que habían salido de la escuela. La ampliación de la instrucción primaria, a pesar. de dirigirse a completar la cultura de los alumnos, no bastaba a llenar aquel objeto desde el momento en que se daba el pié forzado de que dos ó más asignaturas de la segunda enseñanza, y a las cuales el alumno, era a veces enteramente extraño, absorbían en absoluto su atención y su tiempo.

De aquí surgió la idea de fundar una escuela primaria con un programa enciclopédico y de carácter verdaderamente educador, en la que se dieran todas las enseñanzas al mismo tiempo que se cultivaran todas las facultades y aptitudes del alumno.

Esta escuela comenzó con catorce alumnos, terminó con cuarenta; y sus resultados fueron tan elocuentes y satisfactorios, que con haberla fundado, se fundó, puede decirse, el modelo a que la Institución viene ajustando todas sus reformas más trascendentales. Los primeros niños que asistieron a esta escuela, con su alegría, vivacidad, afecto mutuo con que su sentido investigador y ávido siempre de saber, con su espontaneidad, con su orden admirable en medio de la mayor libertad, con su amor verdaderamente filial hacia sus profesores, con sus tantas bellas cualidades de cuerpo y alma, imposibles de enumerar, ¡cuántas correcciones no hicieron en las ideas de sus maestros, y cuántas veces no han sido una protesta viva contra el régimen usual de las escuelas primarias!

No fue ésta, por fortuna, la mayor de las ventajas que se obtuvo al fundar la escuela, ni tampoco la de que la Institución preparara según su espíritu los alumnos que habían de venir a la segunda enseñanza; su fruto más valioso fue hacer pensar en los vicios y preocupaciones reinantes en ésta, cuyo remedio dependía de la adopción del procedimiento empleado tan ventajosamente en la escuela.

La prudencia aconsejaba no acometer la reforma sin que antes se hiciera uno o varios ensayos que garantizasen el éxito. Se comenzó, pues, uniendo a la escuela el primer año de la segunda; y no la Geografía, porque esta asignatura ya figuraba en los programas, pero sí el latín, se tuvo como una materia en que había que versar a sus alumnos.

Los resultados correspondieron a la idea de que el niño, teniendo a la vista todos los órdenes de la cultura, podía moverse con libertad de unos a otros, tomando de cada cual lo necesario en cada momento para sus indagaciones ulteriores; la experiencia confirmó que así desaparecían los inconvenientes gravísimos de distribuir las materias por cursos, en cada uno de los que, circunscrito el alumno a dos ó tres enseñanzas, se ve privado del auxilio que debieran prestarle las demás, unas porque ya las ha olvidado perteneciendo a cursos anteriores, otras porque corresponden a los siguientes, y no tiene de ellas la menor idea.

La refundición, pues, de la primera y segunda enseñanza, aplicando en ambas los procedimientos de la escuela primaria, es quizá hoy uno de los más distintivos caracteres de la Institución libre, que no aspira meramente a instruir, sino a formar, mediante la educación, a hombres útiles para el servicio de la humanidad y de la patria.

Joaquín Sama

I / Institución Libre de Enseñanza / Alejandro Chao
II / Historia / Joaquín Sama
III / La Enseñanza / José de Caso
IV / Las excursiones / Rafael Torres Campos
V / El edificio / Manuel Bartolomé Cossío


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