Filosofía en español 
Filosofía en español

¡¡¡ Viva Carlos VII, Rey de España !!!
Dios, Patria, Rey, Fueros.

Yo no puedo presentarme a España como pretendiente a la corona; yo debo creer, y creo, que la corona de España está ya puesta sobre mi frente por la santa mano de la ley… Yo no debo ni quiero ser rey sino de todos los españoles, a ninguno rechazo, ni aún a los que se digan mis enemigos, porque un rey no tiene enemigos. (Carta-Manifiesto de D. Carlos.)
 
Director:
D. Juan de Vidal de Llobatera.

El Estandarte católico-monárquico



Sección Oficial

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Lérida y Tarragona.

Serenísimo Señor:

Deseoso de corresponder a la augusta confianza con que ha tenido V. A. R. la dignación de honrarme, delegando en mi humilde persona, durante su ausencia, la elevada y difícil autoridad del mando superior del Ejército de este Principado, y con el objeto de llamar la atención de las fuerzas facciosas que recorren estas provincias, esquivando por su impotencia todo combate con las tropas reales, sin querer aceptarlo nunca por más que se lo presenten y brinden estas; dirigime el día 3 de los corrientes hacia la ciudad de Manresa con una columna de 2.000 infantes y 50 caballos, aparentando preparar el ataque de dicha plaza, no sin haber calculado antes y comprendido bien que por su género de fortificación y demás circunstancias, era poco menos que imposible rendirla sin artillería, motivo por el cual, viendo que el enemigo no quiso darse por entendido, haciendo de consiguiente irrealizable mi proyecto, que no era otro que el de batirle de paso, dándole una dura lección; dispuse no cambiar un solo tiro y continuar mi plan general, cuyo fin era el ataque y rendición de la importantísima ciudad de Vich.

En efecto: dirigime a Prats de Llusanés, en donde aumenté con una pieza de artillería de montaña el antes mencionado contingente de mis fuerzas, que lo constituían el primer batallón de Lérida, 1.º y 2.º de Tarragona, 1.º 3.º y 5.º de Barcelona, el batallón de zuavos y dos secciones de caballería, pertenecientes a la escolta de V. A. R. y al escuadrón de Barcelona. Salí de la referida villa a las dos de la tarde del día 8 del actual, hallándome a las 8 de la noche a una hora de Vich, desde donde ordené el ataque del modo siguiente: el Teniente Coronel D. José Querol con cuatro compañías de guías, formaba la derecha; el Coronel Don Martín Miret, con el tercer batallón de Barcelona y dos compañías del 2.º de Tarragona, formaba el centro, y D. José Galcerán, con el 5.º de Barcelona y las restantes cuatro compañías del 2.º de Tarragona, constituían la izquierda. El primer batallón de Lérida, el 1.º de Tarragona, el 1.º de Barcelona, el batallón de zuavos, 50 caballos y la pieza de artillería quedaron de reserva bajo mi inmediato mando, habiendo secundado con la citada reserva el ataque general, al momento de darse el asalto que se verificó en la misma noche del día 8 al sonar las nueve en el reloj de la ciudad.

Al momento de haber penetrado dentro de la población, establecí en ella mi cuartel general, escogiendo al efecto un punto estratégico y céntrico que me facilitaba la puntual comunicación con todas las demás fuerzas, cuya dirección no abandoné un momento durante las arriesgadas y dificilísimas operaciones que a cada paso se iban sucediendo a medida que el enemigo, defendiéndose con temeridad y no pudiendo resistir el denodado ataque de nuestras tropas, se iba replegando hasta verse reducido en los últimos recintos, que fueron para él la postrera esperanza de su inútil esfuerzo.

La resistencia que hallamos, Serenísimo Señor, fue tenaz y obcecada: palmo a palmo y hasta la última trinchera luchó el enemigo, más que con valor, con heroísmo, digno de mejor causa; y podrá V. A. R. juzgar de la convicción y bizarría con que se batieron los dignos campeones de la legitimidad, al participarle, después de todo eso, que la muralla exterior de Vich tenía 5 metros de altura con dobles aspilleras, tambores y baluartes, y la interior de una solidez y construcción admirables, obra toda de mampostería romana, y erizadas de barricadas todas las calles y fortificados los principales edificios, todo ello defendido con frenesí por una numerosa, guarnición compuesta del 2.º batallón del regimiento de Navarra, 4 compañías de republicanos, 1.000 hombres de milicia ciudadana, 2 cañones Krupp de artillería montada y 150 caballos. ¡Un sueño parece, Serenísimo Señor, lo ocurrido! A las treinta y seis horas de un horroroso fuego y lucha encarnizada, estaba ya todo en poder de las tropas reales. Tan súbita y precoz rendición de una plaza en tales condiciones y circunstancias tales, más que el valor y conocimientos militares de los hombres, es de admirar la milagrosa protección que visiblemente está dispensando cada día con más claridad la Providencia Divina a su santa causa, que no puede perecer nunca.

Nuestras bajas consisten en 10 muertos y 80 heridos: el enemigo ha tenido dentro de la ciudad 50 muertos y sobre 100 heridos, habiendo quedado en mi poder toda la guarnición excepto unos 150 hombres que, logrando escapar, huyeron vergonzosamente no sin haber pagado cara su atrevida cobardía; pues habiéndose encontrado, mientras huían, con fuerzas del 2.º batallón de Gerona, fueron acuchillados de manera que quedaron sobre el campo muertos, heridos o prisioneros, según informes que he recibido, la mayor parte de aquellos infelices.

El riquísimo botín que se ha recogido es invalorable: basta que sepa V. A. R. que la ciudad de Vich era centro de operaciones de las columnas republicanas y depósito de armas, vestuario, utensilio, equipo y toda clase de pertrechos de guerra, para que pueda formar un concepto aproximado de las incalculables ventajas materiales que la rendición de dicha plaza ha reportado a la causa de S. M. el Rey (q. D. g.) siendo todavía mayor, si cabe, el resultado moral que este acontecimiento ha producido en el país y producirá indudablemente en toda, España y en el extranjero; pues semejantes hechos demuestran por sí solos hasta la evidencia que los ejércitos que los emprenden y realizan son dignos cuando menos de que se les considero como regulares y organizados y con derecho a pedir satisfacción a todo el que les califique de insignificantes partidas de aventureros, como hacen injustamente ciertos periódicos que no son españoles que, aun estando bien convencidos de lo que significa en España el alzamiento legitimista, se empeñan en desfigurar a la faz de toda Europa la verdad, siguiendo semejante conducta solamente por el mezquino antagonismo que a nuestros santos principios tienen e impelidos por la falacia y por la maquinación de los bandos liberales españoles que cada día más indignamente están mintiendo su propia conciencia ante los ojos del mundo civilizado.

Dispense, Serenísimo Señor, esta corta digresión, hija tan solo de mi amor a la verdad y a la justicia: y permítame V. A. R. que termine manifestándole que todos, absolutamente todos los jefes, oficiales y soldados que han tomado parte en tan gloriosa acción, se han conducido como valientes y como buenos y dignos defensores de la Causa, cuyos lemas con la ayuda de Dios se ostentaran bien pronto en la cúspide del trono de San Fernando, mereciendo, sin embargo, especial recomendación, los Coroneles y Jefes de batallón señores Miret, Galcerán, Cerdá, Moore y Querol que se han distinguido secundando mis disposiciones tanto por su valor como por su buena dirección.

Dios guarde a V. A. R. muchos años.– Cuartel General de Vich 11 de Enero de 1874.– Serenísimo Señor: –El General en Jefe interino.– Rafael Tristany.– Serenísimo Señor Infante de España, General en Jefe de los Reales Ejércitos de Cataluña, Valencia y Murcia.

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Lérida y Tarragona.

Orden general del día 10 de enero de 1874.

Voluntarios: Habéis ganado palmo a palmo la inexpugnable ciudad de Vich; habéis mostrado sentimientos generosos con los prisioneros que hicisteis, y habéis, por último, perseguido a tiros a los que antes que entregarse, prefirieron huir cobardemente. Por vuestro valor, por la rica ciudad que habéis conquistado para vuestro Rey y por vuestro ejemplar proceder, os doy las gracias en nombre del Rey, en nombre de la patria, de la que habéis merecido bien y en nombre de la religión y de la moral cuyas leyes habéis respetado y devuelto a los pacíficos y honrados vicenses.

Réstame deciros que por duras que sean las leyes de guerra, estoy resuelto a aplicarlas y ser inexorable, especialmente con vosotros. Por lo tanto, bajo pena de muerte cumpliréis lo siguiente:

Las armas sobrantes que tengáis en vuestro poder, los caballos y demás pertrechos de guerra, deberán ser entregados a la persona por mí designada que estará situada en el «Hostal de cal Aiguadé.»

Escuso deciros que el despojo de cualquier efecto de propiedad particular, o que no haya pertenecido al enemigo, será considerado como robo y por lo tanto pasado por las armas quien no lo verificare si es que, como no espero, diese alguno de vosotros tan criminal ejemplo.

Los jefes y oficiales de mi división quedan encargados del exacto y fiel cumplimiento de esta mi orden general.

Cuartel General de Vich.– El General en Jefe interino del Ejército de Cataluña,

Rafael Tristany.

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Lérida y Tarragona.

Segunda orden general del día 10 de enero de 1874.

Voluntarios: Las circunstancias por que atraviesa nuestra desgraciada patria, en la que parece se han convenido todas las hordas revolucionarias para acabar con la sociedad, obliga a todos los españoles en general y al ejército realista en particular a que nos armemos y municionemos a fin de que al hierro de nuestros enemigos contestemos con hierro, al plomo con plomo y al fuego con fuego; y de este modo el mundo entero podrá atribuirnos el heroísmo y proverbial entereza del verdadero carácter español. Si perecemos en la lucha, la historia nos dedicará una página como únicos defensores de la independencia de España, amantes de nuestras gloriosas tradiciones, fieles observadores de la Religión de nuestros padres, y mártires de arraigadas creencias e inquebrantable fe, en los principios que simboliza el Príncipe modelo de Príncipes y de caballeros cristianes, a quien toda Europa conoce con el nombre de Carlos VII, Rey legítimo de España.

Así pues, desde hoy en adelante todos los oficiales hasta la clase de Capitán inclusive, sea cualquiera el arma a que pertenecieren, excepto la de caballería, estarán obligados a llevar un fusil del que solo se desprenderán a medida que los buenos españoles se afilien a nuestra bandera, que es la nacional. Alcanza también dicha obligación a los oficiales de Administración, Sanidad y demás Institutos del Ejército; igualmente que a todos los músicos, sirvientes y asistentes.

Cuartel General de Vich 10 de Enero do 1874.– El General en Jefe interino del Ejército de Cataluña,

Rafael Tristany.

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Lérida y Tarragona.

Bando.

Nobles y leales habitantes de Vich: Por sensible que sea a mi natural bondadoso, es fuerza que cumpla con las justas leyes de guerra. En su consecuencia, en el improrrogable término de una hora, espero habréis dado exacto cumplimiento a todos los extremos que abraza esta mi resolución que lleva consigo la pena de muerte a los contraventores.

1.º Todas las armas de fuego y blancas serán entregadas en casa de la ciudad.

2.º Los caballos monturas y demás pertrechos de guerra que hayan pertenecido a fuerza armada sea cual fuera su denominación serán también puestos a mi disposición en el expresado local.

3.º Todos los que hayan tomado las armas, se presentarán durante el mismo plazo a mi autoridad, y de no efectuarlo sufrirán todo el rigor de la ley así como también sus encubridores.

4.º Todos los paisanos, provistos de picos, palas y zapapicos, comparecerán en las murallas para demolerlas.

Cuartel General de Vich 10 de Enero de 1874.– El General en Jefe interino del Ejército de Cataluña,

Rafael Tristany.

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Gerona y Barcelona.– Exmo. Sr.– «Después de la gloriosa expedición que con el 2.º y tercer batallón de Gerona y 2.º de Barcelona hice por la parte de la marina, destruyendo de paso la fortificación de Calella y quemando parte de los republicanos que la guarnecían como ya manifesté a V. E. en la comunicación que le dirigí desde Arbucias, cumplí la orden de V. E. y no habiendo tenido lugar el objeto por el cual fui llamado, regresé desde Prats de Llusanés con mis fuerzas a la provincia de Gerona y sin pérdida de tiempo me dirigí a la importante villa de Bañolas, visitando de paso el Batallón que tiene sitiada la villa de Olot.

Bañolas, Exmo. Sr., recibió a las fuerzas Reales con un entusiasmo indescriptible. El pueblo en masa vino a esperarnos a las afueras de la población, y provistos la mayor parte de los individuos de hachas de viento y acompañados de la música que se esmeraba en tocar marchas patrióticas, entramos como en triunfo en aquella villa que un mes atrás nos recibió a tiros y tocando a somaten.

La noche del 8 al 9 descansé en Bañolas, habiendo iluminación general, y ayer partí para el Ampurdán al objeto de recoger algunas armas de los republicanos, caballos, y proteger la recaudación. Continuando mi expedición, que por ahora sale como yo deseaba, he sabido extraoficialmente que V. E. ha entrado en la grandiosa ciudad de Vich teniendo a los rebeldes reducidos en dos fuertes; en su consecuencia; si V. E. necesita más fuerzas, subiré corriendo para prestar el auxilio que sea conveniente.

Todo lo que pongo en el superior conocimiento de V. E. mientras estoy esperando órdenes y prosiguiendo mi excursión.– Dios guarde a V. E. muchos años.– Castellón de Ampurias 10 Enero de 1874.– El Marqués de Alpens.–Excelentísimo Señor Don Rafael Tristany, Comandante General interino del Principado de Cataluña.

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Gerona y Barcelona.– Con esta fecha digo al Exmo. Sr. Capitán General interino de esto Principado, lo siguiente: –Exmo. Sr.– El Exmo. Sr. Brigadier D. Francisco Auguet, con fecha 12 del actual me dice lo que copio.– Exmo Sr.– Debo poner en conocimiento de V. E. que acabo de recibir del Teniente Coronel de mi batallón D. Ramón Vila y Colomer el parte que copiado a la letra dice: –S. M.– Exmo. Sr.– Debo participar a V. S. que ayer a las diez de la mañana me hallaba en el pueblo de Seba con la 4.ª y 6.ª compañías y 1.ª sección de Guías de nuestro batallón con el fin de tener la vigilancia que V. S. me había encargado, teniendo a más la ronda del teniente D. Juan Miralles en el pueblo dels Ostalets para tener cubierta la carretera del Congost, y en dicha hora recibí confidencialmente el parte de que una fuerza enemiga que se había escapado de Vich se dirigía por la parte del Brull y en vista de esto mandé tocar llamada y salí en su persecución; cuando al haber andado una media hora escasa me apercibí ya del enemigo que en número de 350 a 400 hombres tomaba la dirección del punto llamado Collformich, pasando por la sierra, entonces mandé seguir la marcha al paso ligero para poderles alcanzar, y efectivamente al llegar ellos en el punto citado de Collformich llegaba yo también con la fuerza; mandé romper el fuego con una descarga y cargar a la bayoneta y aunque hicieron alguna resistencia no pudieron resistir el empuje con que se les acometió y se declararon en precipitada fuga dispersándose completamente dejando el campo cubierto de cadáveres. Siendo el resultado todo de la acción después de haber hoy registrado el campo, lo que, por ser muy de noche, no me fue posible verificar ayer, 97 muertos, 137 Fusiles, muchas bayonetas, cananas, cartucheras, municiones y otros efectos de guerra, y por nuestra parte no tenemos que lamentar ni la más pequeña contusión.– Todo lo que tengo el honor de comunicar a V. S. en cumplimiento de mi deber.– Dios guarde a V. S. muchos años.– Campo del honor 11 de Enero de 1874.– El Teniente Coronel, Ramón Vila y Colomer.– Exmo. Sr. Brigadier Auguet.– Todo lo que traslado a S. E. para los fines convenientes.– Campo del honor 12 de Enero de 1874.– El Brigadier, Francisco Auguet.– Lo que traslado a V. E. para su debido conocimiento y efectos convenientes.– Dios guarde V. E. muchos años.– Amer 14 de Enero de 1874.– Francisco Savalls.– Exmo. Sr. Capitán General interino de Cataluña D. Rafael Tristany.

Lo que tengo el gusto de trasmitir a V. para su inserción en su digno periódico.– Dios guarde a V. muchos años.– Amer 14 de Enero de 1874.– El Marqués de Alpens.– Señor Don Juan de Vidal de Llobatera. Director de «El Estandarte católico-monárquico

Ejército Real de Cataluña.– Comandancia General de las provincias de Gerona y Barcelona.– Exmo. Sr.– Conforme indiqué a V. E. en mi última, verifiqué mi expedición por el Ampurdán con el primer batallón de Gerona, 4 compañías del 2.º, 3 del 3.º y el 2.º de Barcelona.– Los pueblos que no habían visto todavía las fuerzas Reales, nos recibieron con entusiasmo, todos se esforzaban en manifestar las simpatías que sentían por aquellos valientes.– El resultado de la expedición, Exmo. Sr., ha sido muy satisfactorio. En Castellón do Ampurias cogimos 10 voluntarios y un Capitán del batallón de Orense, los que puse en libertad, con sus armas y municiones, mientras los republicanos de Rosas aturdidos desocuparon la población, y se precipitaban al mar para librarse de mis fuerzas.– Se han requisado al mismo tiempo varios caballos buenos, hemos llevado en rehenes algunos propietarios de aquellos pueblos que todavía no han querido pagar las contribuciones.– Al regreso del Ampurdán, me dirigí a Bañolas y desde allí emprendí la marcha para Sarriá, distante media hora de Gerona, a fin de atacar la fortificación y coger a los voluntarios de la república que la guarnecían.– La operación se hizo con tan buen éxito que después de unos disparos muy certeros de cañón, mis valientes voluntarios dieron un asalto a la bayoneta, reduciendo aquellos infelices al último piso de la casa torre que les servía de asilo.– Repetidas veces se les intimó la rendición y ellos obstinados, la despreciaron con palabras insulsas y provocantes; entonces no me quedó ya más recurso, viendo su obstinada resistencia y el fuego horroroso que nos hacían, que prender fuego a la citada torre, y una hora después eran ya víctimas de las llamas y reducidos a ceniza aquellos 35 desgraciados seres que por ningún concepto quisieron atender los buenos deseos que tenía de salvar sus vidas. Acto seguido mandé destruir la fortificación que no había sido pasto de las llamas, quedando en mi poder todas las armas, municiones y demás pertrechos de guerra.– Descansé aquella noche del 12 al 13 en el mismo Sarrià y Puente Mayor, esperando si saldría alguna fuerza de Gerona, y viendo que nadie se movía y que por de pronto no podía atacar la capital por tener reunidas pocas fuerzas, me retiré hacia Amer a fin de dejar descansar un día a los voluntarios que tan fatigados estaban.– Sin pérdida de tiempo emprenderé otras operaciones de las que daré cuenta a V. E.– Mis pérdidas, Exmo. Sr., en tan gloriosa jornada, han sido un voluntario muerto y otro herido.– En el asalto de Sarrià los voluntarios todos se portaron con bizarría, en especial el Alférez de infantería D. Juan Casals y el Capitán de artillería D. Vicente Cristófol.– Todo lo que pongo en el superior conocimiento de V. E. para los efectos y fines oportunos.– Dios guarde a V. E. muchos años.– Amer 14 de Enero de 1874.– El Marqués de Alpens.– Sr. D. Rafael Tristany Comandante General interino del principado de Cataluña.



Sección no oficial

Correspondencia particular.

Señor Director de El Estandarte católico-monárquico.

Cuartel General de Amer 13 de Enero de 1874.

Muy Sr. mío y distinguido amigo: El día 29 del pasado atacó el Exmo. Sr. General Savalls la villa de Calella, al frente de los batallones 3.º de Gerona y 6.º de Barcelona, con 2 piezas de artillería y 40 caballos. El ataque empezó a las cuatro de la tarde y a las 6 de la misma estaba ya toda la población en poder de las tropas reales, quedando los facciosos reducidos en el campanario de la iglesia-fuerte, que por tener más de 150 pies de elevación, pudieron algunos librarse de una muerte segura.

Las doce de la noche serían cuando llegaron fuerzas enemigas en auxilio de los republicanos, a las que nuestras avanzadas saludaron con algunos disparos, retirando luego todas nuestras tropas por la carretera de Pineda, después de haber logrado su objeto, que era dejar destruida una madriguera más de esos españoles indignos.

Nuestros voluntarios se portaron como siempre; apagados los fuegos enemigos del E. y S. por los certeros disparos de nuestra artillería, cargaron con denuedo tal sobre los fuertes, que desalojaron de ellos al enemigo, el cual dejó en su vergonzosa fuga abandonados en el primer recinto de tambores algunos fusiles Berdan, varias espadas y 5 cajones de municiones, de cuyos efectos nos apoderamos.

Nuestras pérdidas consistieron en un voluntario muerto y tres heridos, habiendo sido además atravesado del vientre el caballo del Exmo Sr. Marqués de Alpens. Las bajas del enemigo fueron muchas, causadas por nuestros certeros tiros y por las llamas.

Más tarde, mientras el Exmo Sr. General Tristany atacaba con tan feliz éxito a la ciudad de Vich, nuestro intrépido General Savalls llevaba la bandera de la legitimidad a las poblaciones del litoral ampurdanés, en las cuales no había aún ondeado. En Castellón de Ampurias fueron hechos prisioneros todos los rebeldes que se encerraban en su fuerte, pertenecientes al batallón de Orense y los cuales fueron puestos en libertad por haberse rendido. Este hecho de armas, Señor Director, produjo tanto efecto y sensación, que las tropas reales eran aclamadas y victoreadas con frenético entusiasmo por todas las poblaciones que íbamos visitando; y, al llegar a la importante villa de Rosas, despavorido el enemigo al saber la mera aproximación de las invencibles tropas realistas, abandonó la población, y, en confusa fuga, echó mano de los barcos del puerto para escaparse.

Como coronación de tan importantes jornadas, ayer fueron atacados los pueblos y fuertes de Sarriá y puente Mayor, distantes 2 kilómetros de Gerona, encontrando en ellos nuestra división tan tenaz y obstinada resistencia, que tuvimos que apelar al fuego para lograr la rendición de aquellos ilusos que consintieron perecer abrasados antes que pedir ni aceptar una capitulación, con la que tan generosamente repetidas veces se les había brindado.

En esta acción, en la cual se distinguieron por su arrojo todos los voluntarios carlistas que en ella tomaron parte, la artillería puede decirse que jugó el principal papel por la exposición con que tuvo que maniobrar, siendo digno de toda recompensa por su valentía y bravura el Subteniente de las Escuadras Sr. Casals.

Según tengo presentido, vamos a emprender alguna operación de bastante importancia; y, prometiendo a V. tenerle al corriente de todo, se repite, con esta ocasión, su afectísimo amigo y S. S. Q. B. S. M.,

Vicente Cristófol. Capitán de Artillería.



Crónica de la guerra

A consecuencia del último empacho de «soberanía nacional», que a buen seguro no digerirá el liberalismo español, los «padres de la patria», viendo que ningún provecho podían alcanzar de su repetido triunfo contra la dictadura castelariense, puesto que, en pos de la dimisión de su antes tan venerado «profeta», lejos de llegar la federal soñada, el cabecilla Pavía barrió del Congreso a los republicanos como se barre la basura, y, asumiendo las «libérrimas» facultades del PUEBLO SOBERANO, nombró el flamante ministerio en el que figuran los egregios nombres de Serrano, Topete, Sagasta, Figuerola, Zabala, Balaguer y demás turba de «calamares y trasferidores»; han dirigido al pueblo español, que esta vez no se muestra tan paciente como en épocas anteriores, la siguiente protesta:

A la Nación.

«Las Cortes constituyentes, convocadas en virtud de una Ley hecha por la Asamblea Nacional y por sufragio universal elegidas, han sido atropelladas hoy, hallándose en sesión pública, por fuerzas del ejército al mando del capitán general de Castilla la Nueva y por la misma Guardia Civil encargada de su defensa y custodia.

Violado el santuario de las leyes por soldados que invadieron el Salón de sesiones e hicieron fuego dentro del Palacio del Congreso; expulsados los Representantes del país, y apoderada del edificio la fuerza insurrecta, LA MESA de las Cortes, cumpliendo un sagrado deber, PROTESTA contra este criminal atentado sin ejemplo en nuestra historia, y lo DENUNCIA solemnemente a la Nación, cuya soberanía ha sido desconocida y ultrajada.

Madrid 3 de Enero de 1874.– Nicolás Salmerón Alonso, Presidente, &c.– Siguen otras firmas de la mesa del Congreso.»

Después de semejante escándalo, todo el mundo puede comprender que el liberalismo ha desaparecido ignominiosamente y para siempre de nuestra patria, que nunca lo ha reconocido como otra cosa que como una planta exótica: y si se tiene en cuenta que el impúdico ministerio que hoy le representa es faccioso entre las mismas leyes facciosas y entre todos los facciosos bandos liberales, lo cual ha motivado que se estén en estos momentos destrozando y desgarrando unos y otros en toda España, al paso que el verdadero ejército español es el único que marcha unido y compacto y cada día más vigoroso y fuerte emprendiendo y realizando más colosales empresas; fácil es deducir que están contados los momentos de expiación que hasta ahora ha venido sufriendo nuestra afligida España. El iris de paz asoma ya en nuestros horizontes y el rumor de las pisadas de nuestro amado Soberano se percibe ya alrededor de su inmortal trono de dos mundos.

— Continuamos en el mismo estado de incomunicación; nos consta, sin embargo, que mientras toda España es un volcán en donde está hirviendo la candente lava compuesta de república y monarquía liberal, sembrando por doquier en nuestro suelo el horror y la muerte, S. M. el Rey, al frente de su invicto ejército marcha, llevando enarbolada la bandera de paz, hacia la posesión de su legítimo trono; de modo que en estos momentos se está tal vez librando la batalla decisiva.

— El General Palacios, con un ejército de más de 15.000 hombres, parece que se dirige a Madrid.

— Todo el ejército real de España, obedeciendo a vastísimos y bien combinados planes, cumple con su misión, y nuestra era de paz está cerca.

— Según una carta que recibida del cuartel del ejército del Norte, fechada en 19 de Diciembre, inserta nuestro apreciable colega «El Batallador Legitimista,» el contingente que forma el ejército real entre las tres provincias vascongadas y la de Navarra, es el siguiente: sobre 36.000 infantes, 1.600 caballos, 36 piezas de artillería de montaña y 10 de montada, con un cuerpo de 2.000 plazas entre ingenieros y zapadores, yendo casi todos los infantes armados con fusiles Remington.



Última hora

Acaba de asegurársenos, que Serrano ha caído del ministerio revolucionario, habiendo sido proclamada la fracción republicana intransigente presidida por Pí y Margall, que es lo mismo que si dijéramos que ha llegado en España el entronizamiento, como gobierno constituido, de la «comune» de Francia, que no otra cosa significa el republicanismo intransigente en nuestro país, como última expresión del liberalismo más extremo. Mejor; lógica, lógica es lo que queremos nosotros: o el poder verdadero tal cual debe ser, o la anarquía con todas sus consecuencias. Si el abuso de la libertad constituye el liberalismo, ahora vamos a conocer con perfección esa utopía erigida en gobierno.

— La fortificación de la importantísima villa de Caldas de Montbuy ha sido abandonada por los republicanos, habiéndose apoderado las tropas reales de gran cantidad de armas, municiones y otros efectos de guerra: parece que si no lo han ya hecho van a imitar la misma conducta Granollers, San Celoni y otras importantes poblaciones de Cataluña.

— Se nos da también como cierto que la antigua remonta de Conanglell, que estaba hasta ahora en Hospitalet, ha caído en poder de los carlistas que se han llevado sobre 150 magníficos caballos.

— En toda España el Ejército Real, obedeciendo a vastos planes y hábiles combinaciones, se prepara a dar el golpe de gracia a la revolución.

— El invicto general Tristany tiene sitiada en Manresa a una fuerte columna y a marchas forzadas han ido allá el general Savalls y el brigadier Auguet.


Imprenta REAL.