Filosofía en español 
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Dialéctica

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Dialéctica de la Naturaleza (Materia) /
Dialéctica del Espíritu (Mente)

¿Hay una dialéctica de la Naturaleza, o sólo un pensamiento antropomórfico puede pensar tal cosa, dado que atribuir a la Naturaleza contradicciones, si éstas se refieren a proposiciones y éstas a juicios, es tanto como atribuirle juicio y pensamiento? El dualismo Naturaleza / Espíritu, así planteado, es insuperable, sobre todo en el contexto de la cuestión de la contradicción. Sólo desbordándolo es posible hablar de “dialéctica de la Naturaleza” o de “dialéctica del Espíritu”; la dialéctica no está en ninguna de estas dos sustancias, y es preciso recurrir a otra ontología. No es posible mantener, en resolución, los dualismos dialécticos M2/M1 al margen de las materialidades terciogenéricas [72]. La disyuntiva entre una dialéctica subjetiva y una dialéctica objetiva [98] es la que debe ser removida. No diremos que la contradicción podría residir, a lo sumo, en “mis representaciones de la Naturaleza” (en una esfera puramente subjetiva, segundogenérica) y en modo alguno en la “naturaleza misma” (es decir, en la objetividad primogenérica); pues la contradicción podría aparecer en la “naturaleza representada” ante una subjetividad, sin duda, pero que no por ello constituye la subjetivización de una objetividad muchas veces terciogenérica. De lo que se trata es de “caer en la cuenta” de que si dejásemos de lado, como irreales o fantásticas, las materialidades terciogenéricas es imposible entender racionalmente el mundo; y no porque estas materialidades nos remitan a un “tercer mundo” más allá del mundo físico, porque estas materialidades son inmanentes al único mundo en que nos movemos. El dado perfecto es una materialidad terciogenérica resultado de una catábasis: en sí mismo puede considerarse como contradictorio, con la misma contradicción que conviene al asno de Buridán, pues él no puede caer por ninguna cara. Pero esto es debido a que el dado que cae es individual, mientras que el dado perfecto no es un “individuo uránico”, ni un contenido mental (es decir, tiene de contenido mental lo mismo que pueda tener el dado individual fabricado). El dado perfecto es una clase resultante de las múltiples tiradas con un dado o con muchos dados simultáneamente, tales que cuando tiende a ser infinita, se neutralizan en sus diferencias: el azar aparece a nivel de clases, mientras que el determinismo aparece a nivel de individuo (al margen de las materialidades terciogenéricas es imposible distinguir el azar y la necesidad).

Admitidos los esquemas de identidad [215] diversos en juego mutuo, ¿por qué rechazar las posibilidades de contradicción objetiva entre ellos? Pues la contradicción podemos entenderla precisamente como la incompatibilidad misma de términos correlativos a proposiciones (pero que no requieren, por tanto, “panlogísticamente”, una mente juzgante) que se nos ofrecen por sí mismos, por las razones que sean, como coordinables a valores booleanos 1 de proposiciones. La incompatibilidad entre ellos implica la rectificación de ese “valor de verdad”, bien sea rectificando uno de los términos incompatibles o todos. En cualquier caso, la estrategia ante las situaciones dialécticas será siempre la misma: la estrategia de la cancelación de la contradicción [100], precisamente porque la contradicción es lo que no puede mantenerse, lo que tiene que desaparecer, “fluir”, moverse (y esto no implica la recíproca, a saber, que todo lo que se mueve, envuelva una contradicción formalizable).

{BS19 44-46}

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