Filosofía en español
Diccionario filosófico · 1965
Corriente de la teología burguesa moderna, que se divulgó en Europa después de la primera guerra mundial (K. Barth, E. Brunner), y en los años 30, en EE. UU. (Reinhold y Richard Niebuhr, P. Tillich y otros) (Teología dialéctica). Sometiendo a una aguda crítica al cristianismo liberal, el neoprotestantismo contrapuso entre sí al Dios absolutamente autoritario y al hombre, limitado en sus posibilidades. Contrariamente a la comprensión neotomista de Dios como ley eterna, en la doctrina filosófica del neoprotestantismo, Dios se entiende como sujeto que crea su voluntad a su albedrío. Desde el punto de vista del neoprotestantismo, el hombre en su ser terrenal es hostil a Dios y transgrede necesariamente su voluntad; en ello consiste el carácter pecaminoso humano, no eliminable por principio. El neoprotestantismo proclamó ilusorias todas las esperanzas de los hombres en el progreso histórico, el desarrollo de la sociedad, la ciencia y la ilustración y sometió a crítica la cultura humanitaria laica, a la que remite toda la época de Renacimiento, la filosofía del racionalismo de los siglos 17-18, la Ilustración, así como el marxismo. Los adeptos del neoprotestantismo opinan que el ser socio-histórico empuja al hombre a la “rebelión contra Dios”, que tenta a aquél a considerarse sujeto y creador independiente de la historia. Desde este punto de vista, la religión (y la conciencia religiosa) sólo desempeña una función crítica, consistente en denunciar semejantes pretensiones pecaminosas del hombre. En la ética del neoprotestantismo esto halló su expresión en la contraposición de la moral mundana y la cristiana. La primera supuestamente está sometida a los intereses materiales y sociales y adaptada a la naturaleza pecaminosa del hombre y tiene carácter de compromiso, mientras que la segunda es absoluta e incondicional, está al margen de toda racionalidad y se basa en el principio del amor. Pero, según los adeptos del neoprotestantismo, la moral cristiana no puede practicarse en la vida social y siempre es sólo una “posibilidad imposible”. Es imposible expresar esta moral en conceptos, en un sistema de principios concretos del comportamiento. Ella se reduce únicamente a la crítica incondicional de toda pretensión del hombre a la moralidad y a la obediencia plena a la voluntad de Dios, sin intentos de comprender el sentido y la conveniencia de sus exigencias.
Diccionario de filosofía · 1984:311-312