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Materialismo filosófico marxista

Materialismo filosófico marxista · comentarios críticos

Materialismo filosófico marxista

El materialismo filosófico marxista es la forma superior del materialismo. El materialismo antiguo era un materialismo mecanicista: hacía extensivas las leyes de las formas más simples y mecánicas del movimiento a todos los fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad. El materialismo marxista se apoya en los progresos logrados por todas las ciencias que estudian las múltiples formas del movimiento de la materia. El materialismo antiguo era un materialismo metafísico; es decir, examinaba el mundo en estado de quietud y de inmutabilidad. El materialismo marxista es un materialismo dialéctico, por cuanto examina la Naturaleza y la Sociedad en su evolución y renovación incesantes. El materialismo antiguo no ha podido explicar de manera materialista los fenómenos sociales. El materialismo marxista aplicó por vez primera los principios del materialismo dialéctico a la interpretación de la Sociedad y fundamentó la concepción materialista de la historia. El materialismo antiguo era un materialismo contemplativo, puesto que no comprendía el papel transformador de la actividad práctica del hombre. Los materialistas antiguos “concebían la esencia del hombre” de una manera abstracta y no como el “conjunto de todas las relaciones sociales” (concretas e históricamente determinadas), y por eso sólo “interpretaban” el mundo, mientras de lo que se trata es de “cambiarlo”, o sea, no comprendían el valor de la “actividad revolucionaria práctica” (Lenin). El materialismo filosófico marxista es el más poderoso instrumento de conocimiento y de transformación del mundo. El materialismo marxista es hostil hasta el fin al idealismo, a la religión y al clericalismo. Los rasgos fundamentales del materialismo filosófico marxista son: 1) Reconoce el carácter material del mundo; que el mundo se desarrolla con arreglo a las leyes del movimiento de la materia; 2) Reconoce el carácter primario y de realidad objetiva de la materia y el carácter secundario de la conciencia; 3) Reconoce la cognoscibilidad del mundo material y de las leyes que le rigen; reconoce la veracidad objetiva de los conocimientos científicos. El materialismo filosófico marxista parte del criterio de que el mundo es, por su naturaleza, algo material, que los fenómenos del mundo constituyen diversas formas de la materia en movimiento. El materialismo marxista demuestra que los múltiples y variados cuerpos de la Naturaleza, desde la partícula más pequeña del átomo hasta los más gigantescos planetas, desde las minúsculas bacterias hasta los animales superiores, y el hombre mismo, constituyen la materia en sus formas y fases diversas de su evolución. Por oposición al idealismo, que reconoce la creación del mundo por un dios o de que el mundo es la materialización de una “idea absoluta”, de un “espíritu universal”, de la conciencia, el materialismo filosófico marxista parte del criterio de que la materia, por nadie creada, existe eternamente, que el mundo se desarrolla con arreglo a las leyes que rigen el movimiento de la materia sin necesidad de ningún “espíritu universal”. Por oposición al idealismo, que afirma que sólo nuestra conciencia tiene una existencia real y que el mundo material, el ser, la Naturaleza, sólo existen en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestras ideas; el materialismo filosófico marxista parte del criterio de que la materia, la Naturaleza, el ser, son una realidad objetiva que existe fuera de nuestra conciencia e independientemente de ella, de que la materia es lo primario, y la conciencia lo secundario, lo derivado, ya que es la imagen refleja de la materia; parte del criterio de que el pensamiento es un producto de la materia al llegar a un alto grado de perfección en su desarrollo, es un producto del cerebro. El materialismo filosófico marxista resuelve también consecuentemente el otro aspecto del problema fundamental de la filosofía: ¿nuestro pensamiento es capaz de conocer el mundo real? Por oposición al idealismo, que refuta la posibilidad de conocer el mundo y las leyes por las que se rige, que no cree en la veracidad de nuestros conocimientos, el materialismo filosófico marxista parte del principio de que el mundo y las leyes por las que se rige son perfectamente cognoscibles. El materialismo marxista afirma que la práctica humana es la comprobación más decisiva de la veracidad de nuestros conocimientos, que en el mundo no hay cosas incognoscibles, sino simplemente cosas aun no conocidas, pero que la ciencia y la experiencia se encargarán de revelar y de dar a conocer. Una enorme importancia tiene la aplicación de los principios del materialismo filosófico marxista a la historia de la Sociedad y a la actuación práctica del Partido del proletariado. “La fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real de ésta” (Stalin). La actuación práctica del partido marxista del proletariado se basa, no en las exigencias de la “razón”, de la “moral universal”, &c., sino en el estudio de las leyes que rigen el desarrollo social. “La filosofía de Marx es el materialismo filosófico acabado, que ha dado a la humanidad, y en particular a la clase obrera, un arma formidable de conocimiento” (Lenin).

Diccionario filosófico marxista · 1946:204-205

Materialismo filosófico marxista

Forma superior del materialismo. El materialismo antiguo era un materialismo mecanicista; las leyes de la forma mecánica más simple de movimiento, las hacía extensivas a todos los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad. El materialismo marxista se apoya en las adquisiciones de todas las ciencias que estudian todas las formas del movimiento material. El materialismo antiguo era un materialismo metafísico, es decir, consideraba el mundo en estado de reposo e inmutabilidad. El materialismo marxista es un materialismo dialéctico, por cuanto considera la naturaleza y la sociedad en su continuo desarrollo y renovación. El materialismo antiguo no podía explicar, de modo materialista, los fundamentos sociales.

El materialismo marxista fue el primero que aplicó las afirmaciones del materialismo dialéctico a la explicación de la sociedad, y fundamentó la concepción materialista de la historia. El materialismo antiguo era un materialismo contemplativo, por cuanto no comprendía el papel transformador de la actividad práctica del hombre. Los materialistas antiguos “entendían la ‘esencia del hombre’ abstractamente y no como un ‘conjunto’ de ‘todas las relaciones sociales’” (histórica y concretamente determinadas), y por eso “explicaban” el mundo, solo cuando se trataba de su “mutabilidad”, es decir, no comprendían la importancia de la “actividad práctica revolucionaria” (Lenin).

El materialismo filosófico marxista es un poderoso instrumento del conocimiento y transformación del mundo. El materialismo marxista es hostil, hasta el fin, al idealismo, a la religión y al clericalismo.

Los rasgos fundamentales del materialismo filosófico marxista son: 1) Reconocimiento de la materialidad del mundo, de que el mundo se desarrolla conforme a las leyes del movimiento de la materia. 2) Reconocimiento de que la materia y la realidad objetiva son lo primero, y la conciencia, lo secundario. 3) Reconocimiento de la cognoscibilidad del mundo material y de su sujeción a leyes; reconocimiento de la verdad objetiva del conocimiento científico.

El materialismo filosófico marxista parte de que el mundo, por su naturaleza, es material, y que los fenómenos, en el mundo, representan las distintas formas de la materia en movimiento. El materialismo marxista demuestra que todos los multiformes cuerpos de la naturaleza –desde la pequeñísima partícula del átomo hasta los planetas gigantes; desde las minúsculas bacterias hasta los animales superiores, hasta el hombre– representan la materia en las distintas formas y grados de su desarrollo.

En oposición al idealismo, que reconoce la creación del mundo por un dios –o una “idea absoluta”, un “espíritu universal”, una conciencia–, el materialismo filosófico marxista parte de que la materia existe eternamente, no es creada por nadie y que el mundo se desarrolla según las leyes de la materia y no precisa de ningún “espíritu universal”. En oposición al idealismo, el cual afirma que en la realidad solo existe nuestra conciencia y que el mundo material, la existencia y la naturaleza solo están en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones y conceptos, el materialismo filosófico marxista parte de que la materia, la naturaleza y la existencia representan la realidad objetiva, que existe fuera e independientemente de la conciencia; que la materia es lo primario y la conciencia lo secundario, lo derivado, por cuanto viene a ser un reflejo de la materia; que el pensamiento es un producto de la materia que ha alcanzado, en su desarrollo, un grado superior de perfección; es un producto del cerebro.

El materialismo marxista, en completo acuerdo con las ciencias naturales, toma como base primaria la materia, considerando la sensación, la conciencia, como lo secundario. El materialismo filosófico marxista resuelve, también, consecuentemente, el otro aspecto del problema fundamental de la filosofía: ¿es capaz nuestro pensamiento de conocer el mundo real? En oposición al idealismo, que discute la posibilidad del conocimiento del mundo y de su sujeción a leyes y no cree en la certidumbre de nuestros conocimientos, el materialismo filosófico marxista parte de que el mundo y sus leyes son plenamente cognoscibles. El materialismo marxista sostiene que la práctica del hombre es prueba decisiva de la verdad de nuestros conocimientos; que no hay en el mundo cosas incognoscibles, sino cosas que aún no son conocidas, las que serán descubiertas y conocidas por la fuerza de la ciencia y de la práctica.

Enorme importancia tiene la aplicación de las afirmaciones del materialismo filosófico marxista, a la historia de la sociedad y la actividad práctica del partido del proletariado. “La fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo consiste en que, en su actividad práctica, se apoya, precisamente, sobre las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, no separándose nunca de su vida real” (Curso de Historia del Partido Comunista [b]).

La actividad práctica del partido marxista del proletariado se basa no en las exigencias de la razón, de la moral universal, &c., sino en el estudio de las leyes que rigen el desarrollo social. “La filosofía de Marx es un acabado materialismo filosófico, que ha dado a la humanidad y, en particular a la clase obrera, los grandes instrumentos del conocimiento” (Lenin).

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:68-70

Materialismo filosófico marxista

Forma superior y la única científica, del materialismo, creada por Marx y Engels y desarrollada por Lenin y Stalin. La aparición del materialismo filosófico marxista, parte integrante del materialismo dialéctico e histórico (Ver Materialismo dialéctico; Materialismo histórico), señala la derrota del idealismo anticientífico, el triunfo de la filosofía materialista en su lucha secular contra todas las formas del idealismo y de la religión. El materialismo filosófico marxista continúa las mejores tradiciones del materialismo premarxista. Pero el antiguo materialismo presentaba una serie de graves defectos que le impedían elevarse al nivel de una filosofía completamente científica. Era un materialismo mecanicista (ver) que reducía las formas complejas del movimiento de la materia a su forma mecánica. De perfecto acuerdo con las ciencias, el materialismo marxista reconoce la diversidad cualitativa de las formas del movimiento y la especificidad de las leyes de su desarrollo, siendo la forma mecánica sólo la forma más simple entre las demás formas del movimiento. El antiguo materialismo era un materialismo metafísico según el cual, el mundo es inmóvil e inmutable. El materialismo marxista es un materialismo dialéctico, pues considera la naturaleza y la sociedad en su evolución y en su renovación perpetuas. El materialismo premarxista no fue capaz de ofrecer una interpretación materialista de los fenómenos sociales. El marxismo creó la concepción materialista de la historia, aplicando el materialismo dialéctico a la explicación de la sociedad. El materialismo premarxista era un materialismo contemplativo que no podía comprender el papel transformador de la actividad práctica de los hombres. Los antiguos materialistas se atenían a una concepción abstracta de la naturaleza humana a la que separaban de las relaciones sociales. No hacían más que explicar el mundo, cuando de lo que se trataba era de transformarlo, o, dicho de otro modo, no comprendían la importancia de la actividad práctica revolucionaria. El materialismo filosófico marxista es un instrumento poderoso de conocimiento y de transformación del mundo. Desde el punto de vista de sus orígenes de clase, el materialismo marxista se distingue esencialmente de las formas anteriores del materialismo. El materialismo de los siglos XVII y XVIII era la ideología de la burguesía revolucionaria de la época. Los representantes más avanzados del materialismo anteriores a Marx –los materialistas rusos del siglo XIX, Belinski (ver), Herzen (ver), Chernishevski (ver), Dobroliúbov (ver), &c.– expresaban los intereses del campesinado en lucha contra la servidumbre de la gleba. Los materialistas burgueses anteriores a Marx, no eran más que fundadores de “escuelas” filosóficas, mientras que el materialismo filosófico marxista se ha transformado en la doctrina y en la bandera de la clase más progresista, el proletariado.

Principios fundamentales del materialismo filosófico marxista: 1) el mundo es material y se desarrolla según las leyes del movimiento de la materia; 2) la materia es anterior a la conciencia; 3) el mundo material y sus leyes son cognoscibles, y las verdades científicas son objetivas. El materialismo filosófico marxista sostiene que el mundo es material por naturaleza y que los diferentes fenómenos son formas diversas de la materia en movimiento. El materialismo marxista prueba que todos los cuerpos, desde las ínfimas partículas del átomo hasta los gigantescos planetas, desde las bacterias hasta los animales superiores, hasta el hombre, son la materia bajo sus diferentes formas y en sus diversas etapas de desarrollo. Contrariamente al idealismo, que considera que el mundo es creado por Dios o que es una encarnación de la “idea absoluta”, del “espíritu universal”, de la “conciencia”, el materialismo filosófico marxista sostiene que la materia existe eternamente, que no ha sido ni es creada por nadie, que el mundo se desarrolla según las leyes objetivas del movimiento de la materia y no tiene necesidad de ningún “espíritu universal”. En oposición al idealismo, que afirma que sólo nuestra conciencia existe realmente, que el mundo material, el ser, la naturaleza, no existen más que en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestros conceptos, el materialismo filosófico marxista parte del principio de que la materia es el dato primario y que la conciencia es el dato secundario, derivado, pues es el reflejo de la materia; que el pensamiento es un producto de la materia llegada en su desarrollo a un grado elevado de perfección, que es el producto del cerebro.

¿Es capaz el pensamiento humano de conocer el mundo real? Tal es el segundo aspecto de la cuestión fundamental de la filosofía. En oposición al idealismo, que pone en duda la posibilidad de conocer el mundo y sus leyes, que niega la validez de nuestros conocimientos, el materialismo filosófico marxista sostiene que el mundo y sus leyes son cognoscibles. El materialismo marxista afirma que la práctica humana constituye una prueba decisiva de que nuestros conocimientos son verdaderos, y que no existen cosas en el mundo que no puedan ser conocidas por la ciencia y la práctica.

La teoría del conocimiento elaborada por el materialismo dialéctico es la única científica. El materialismo anterior a Marx ignoraba el papel activo del pensamiento. Como lo ha dicho Marx, el idealismo ponía de relieve el lado activo del pensamiento, pero desnaturalizaba el proceso real del conocimiento. El materialismo marxista fue el primero en la historia de la filosofía que apoyó la teoría del conocimiento en una sólida base científica, que aplicó al conocimiento el método dialéctico, que demostró el carácter histórico del conocimiento en cada etapa dada, la correlación entre lo absoluto y lo relativo, &c. El materialismo filosófico marxista es ajeno a la actitud contemplativa del antiguo materialismo: ha probado que todo progreso del conocimiento está ligado a la actividad práctica y ante todo a la producción. Al integrar la actividad práctica y revolucionaria del hombre en la teoría del conocimiento, el materialismo filosófico marxista ha realizado una verdadera revolución en filosofía. “La vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica” (Marx, “Tesis sobre Feuerbach”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 378, Ed. esp., Moscú, 1952). La unidad de la teoría y de la práctica es el hilo conductor del partido del proletariado.

La aplicación del materialismo filosófico marxista a la historia de la sociedad es de una importancia considerable para la actividad práctica del partido comunista. Aplicado a la sociedad, el materialismo filosófico marxista significa que las condiciones de la vida material de la sociedad, la vida social, constituyen el dato primario, y que las ideas, la conciencia, el dato secundario. “La fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real de ésta” (Stalin, “El materialismo dialéctico y el materialismo histórico”, en Cuestiones del leninismo, p. 648, Ed. esp., Moscú, 1941). La actividad práctica del partido marxista se basa no en las exigencias de la “razón”, de la “moral universal”, &c., sino en el estudio de las leyes objetivas del desarrollo social, leyes independientes de la voluntad y de la conciencia humanas. “La filosofía de Marx es el materialismo filosófico acabado, que ha dado a la humanidad, y en particular a la clase obrera, una formidable arma de conocimiento” (Lenin, “Tres fuentes…”, en Obras escogidas, t. I, p. 67, Ed. esp., Moscú, 1948).

Lenin desarrolló y concretó en sus trabajos el materialismo filosófico marxista. En Materialismo y empiriocriticismo (ver), Lenin desentraña las enseñanzas generales de los progresos realizados por la ciencia después de la muerte de Engels y lleva el materialismo filosófico marxista a un nivel superior. Profundiza las tesis marxistas relativas a la materialidad del mundo, a la conciencia como función del cerebro, al conocimiento como reflejo del mundo objetivo, proporciona una definición luminosa de los principios fundamentales de la gnoseología marxista, muestra la complejidad dialéctica del proceso del conocimiento de la verdad objetiva, somete a una crítica implacable al machismo (ver), al pragmatismo (ver) y demás variedades modernas del idealismo. En El materialismo dialéctico y el materialismo histórico y en otras obras, Stalin pone de relieve la oposición del materialismo y del idealismo, y gracias a la síntesis de los nuevos datos de la ciencia y de la práctica, desarrolla más aun los principios fundamentales del materialismo filosófico marxista y destaca su papel en la lucha práctica por el comunismo.

El materialismo filosófico marxista se opone actualmente a la reacción idealista mundial como la única filosofía que ofrece un cuadro científico del mundo, defiende los principios y los métodos de explicación de la naturaleza y de la sociedad, proporciona a la humanidad trabajadora un arma de lucha por el comunismo. El materialismo filosófico marxista es la base teórica del desarrollo de las ciencias de la naturaleza. Sobre esta base, la doctrina michurinista (ver) ha logrado la victoria sobre el weismanismo morganista (ver). Sobre la base del materialismo dialéctico, los físicos soviéticos y los sabios progresistas del mundo entero luchan contra el idealismo “físico” (ver), que frena el progreso científico y concilia la ciencia con la religión. Todas las ramas de la ciencia extraen del materialismo filosófico marxista las ideas directrices que contribuyen a sus éxitos prácticos. La filosofía materialista marxista desempeña un papel inmenso en la educación comunista de las masas trabajadoras, en la lucha contra las supervivencias en la conciencia y los prejuicios religiosos. Compenetrada de espíritu de partido, es hostil al idealismo, cualquiera sea la máscara con que se disimule. Esto es particularmente importante en nuestros días en que diferentes corrientes “modernas” de la filosofía burguesa, disimulan sus campañas de calumnias contra el materialismo bajo la enseña de la “imparcialidad”, pretendiendo colocarse “por encima” de los partidos en lucha en filosofía. Denunciar a los “lacayos diplomados del fideísmo” declarados u ocultos, partiendo de las grandes ideas del marxismo-leninismo, tal es el deber de los filósofos marxistas.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:334-337

no figura

Diccionario filosófico · 1965

no figura

Diccionario de filosofía · 1984