Filosofía en español 
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Ética autónoma y heterónoma

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Ética autónoma y heterónoma

(autónomo, del griego αυτόνομος: independiente; heterónomo, del griego; ετερόνομος: distinto, de otro). Teorías éticas burguesas. La ética autónoma se basa en el principio de que la ley moral arranca del propio sujeto. El hombre mismo, libre en absoluto de todo influjo exterior, se crea la ley moral. La ética autónoma infiere la moral de representaciones idealistas sobre un deber moral interiormente innato, apriorístico. La afirmación de que la moralidad tiene un carácter en absoluto independiente, autónomo, es anticientífica, pues conduce a negar la relación entre la moral y el sistema de relaciones sociales históricamente determinado. Atacando la ética de los materialistas franceses del siglo XVIII, Kant desarrolló las ideas de la ética autónoma en su “Crítica de la razón práctica”; en esta obra, Kant aboga en pro del principio según el cual la conducta moral tiene un carácter autónomo. La ética heterónoma, opuesta a la anterior, infiere el carácter moral de causas que no dependen de la voluntad del sujeto agente. Como tales causas externas se consideran: las leves del Estado, los preceptos religiosos y motivos como el del interés personal o el deseo de hacer el bien a otras personas. Ello explica que los teóricos burgueses incluyan entre las variedades de ética heterónoma la ética hedonista (hedonismo), dado que ésta funda sus principios morales en el anhelo de placer, y también el utilitarismo, cuya base radica en el principio de la utilidad, así como muchos otros sistemas. La diferenciación entre la ética autónoma y la heterónoma no es científica. Se deriva de negar que lo moral se halla condicionado por leyes sociales objetivas, de afirmar el principio idealista de la autonomía de la voluntad, de no reconocer el papel activo del sujeto en la sociedad.

Diccionario filosófico · 1965:160-161

Ética autónoma y heterónoma

(griego autos: mismo, y heteros: otro.) Teorías éticas burguesas. La ética autónoma deduce la moral de las representaciones idealistas sobre el deber moral apriorístico, internamente innato. Parte del principio de que la moral supuestamente tiene su fundamento en el propio sujeto que actúa moralmente. El hombre mismo crea para sí una ley moral y está absolutamente exento de toda influencia externa. Pronunciándose contra la ética de los materialistas franceses del siglo 18, Kant desarrolló las ideas de la ética autónoma en la “Crítica de la razón práctica”, haciendo propaganda del principio del carácter autónomo de la conducta moral. La ética heterónoma, opuesta a la ética autónoma, deduce la moral de causas que no dependen de la voluntad del sujeto actuante. Tales causas externas son consideradas las leyes del Estado, los postulados de la religión, así como motivos tales como el interés personal y el deseo de hacer bien a otras personas. Los teóricos burgueses consideran variedades de la ética heterónoma el hedonismo ético, el eudemonismo y el utilitarismo, que basan sus principios morales, respectivamente, en la aspiración al placer, la felicidad y el provecho, así como algunos otros sistemas. La diferenciación entre la ética autónoma y heterónoma es acientífica y se basa en la negación del condicionamiento de la moral por las leyes objetivas, en el principio idealista de la autonomía de la voluntad y en la subvaloración del papel activo del sujeto en la sociedad.

Diccionario de filosofía · 1984:154