Obras completas de Platón | Madrid 1871-1872 |
<< >> |
Obras completas de Platón, tomo 8, Medina y Navarro, Madrid 1872, págs. 93-134.
–Es, pues, cosa reconocida por nosotros, mi querido Glaucon, que en un Estado bien constituido todo debe ser común, mujeres, hijos, educación, ejercicios propios de la paz y de la guerra, y que deben designarse por jefes del mismo a hombres consumados en la filosofía y en la ciencia militar.
–Sí.
–También hemos convenido en que los jefes, conforme con la índole de su institución, han de habitar con los guerreros de su mando en casas del género que hemos dicho, que serán comunes y en las que nadie tendrá nada propio. Además de la habitación recordarás lo que dispusimos sobre el mantenimiento de los guerreros.
–Recuerdo que nos pareció conveniente que ninguno de ellos fuese propietario de nada, que es lo contrario de lo que sucede actualmente con los guerreros; y que considerándose como atletas destinados a combatir y vigilar por el bien público, debían proveer a su seguridad y a la de sus conciudadanos, y recibir de los demás en recompensa de sus servicios lo que necesitaran cada año para su manutención.
–Bien. Pero puesto que sobre esta materia hemos dicho ya cuanto había que decir, recordemos la altura a que estaba nuestra polémica, cuando dimos cabida a la presente digresión, y tomemos de nuevo el hilo del debate para continuarlo.
Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf