Es preciso perseverar en la dura tarea revolucionaria
(El Alcázar, 1 de enero de 1945.)
Al expirar el año 1944 podemos decir que nuestra lucha cotidiana por la justicia social ha cubierto algunos objetivos importantes. Hay que perseverar, sin embargo, y con ahínco, en la dura tarea revolucionaria. Más que lo hecho importa el apremio de lo que nos queda por hacer. Como usted me pide que concrete una cosa, a mi juicio satisfactoria, señalo lo que supone la participación del productor en los beneficios de las Empresas. Este avance prometedor se consigna en la Reglamentación de Trabajo para las Industrias Eléctricas. Abre un camino amplio por el que será preciso seguir resueltamente al margen de una tendencia, tan fácil como estúpida, que todo lo fía al aumento de jornales. La unidad no es un tópico, sino un auténtico anhelo. Y la unidad de trabajo que perseguimos la establecen los valores morales y los materiales, que ligan a empresarios, técnicos y obreros a un afán de superación. Nosotros queremos lograrla, y la lograremos sacrificando los éxitos triviales a conquistas más perdurables y auténticas.
Lo que ahora, y en orden a mi Departamento, cabe prever para 1945 es la implantación del Seguro Total, que llevará a los espíritus, tanto tiempo martirizados por la inquietud, una sensación de confianza y de alegría.