En Villanueva del Arzobispo
(Villanueva del Arzobispo, 15 de mayo de 1944.)
Camaradas: La construcción de estas viviendas debe ser entendida por vosotros, en su modestia, como un símbolo de nuestra lucha, como una manifestación de la serena actitud española ante el mundo. En la angustia de nuestra vida difícil, abandonados a nuestros propios medios, marchamos impasibles por el camino de la Patria mejor. Y cuando todos los pueblos dirigen sus esfuerzos a la destrucción, es nuestra tarea la de edificar, y cuando miles de hogares se derrumban bajo los zarpazos del odio, Dios nos permite a nosotros elevarlos nuevos bajo el signo de la hermandad y el sacrificio. España ha elegido su senda y se apuntan horizontes de prosperidad si sabemos permanecer unidos en la acción y en el pensamiento, conscientes de que es nuestro propio esfuerzo español quien ha de decidir exclusivamente el signo favorable o adverso de nuestro porvenir. En un torbellino de inquietudes, de nervosismos y de preocupaciones, algunas gentes han perdido la serenidad y viven un desequilibrio que no les permite darse cuenta exacta de lo que está pasando en el lugar de la tierra más interesante para ellos, que es su propia Patria. Puede que para algunos no tenga demasiada trascendencia que nos hayamos reunido aquí esta tarde, para inaugurar hogares nuevos, unas cuantas docenas de españoles, y, sin embargo, no deja de ser interesante en su sencillez. Porque mañana el hombre de la calle puede leer dos informaciones: Que han sido deshechas en cualquier parte del mundo barriadas enteras y que han sido elevadas en Villanueva del Arzobispo 84 viviendas protegidas. Y es muy posible que su pensamiento ande muy cerca de estos dos gritos:
¡Viva Franco! ¡Arriba España!