Al Frente de Juventudes de Valencia
(Valencia, 27 de mayo de 1942.)
Camaradas: Os hacemos entrega de estos edificios que el Ministerio de Trabajo, por medio del Instituto Nacional de la Vivienda, cede al Frente de Juventudes.
Que cada hogar sea un cuartel y cada camarada un soldado de la Patria, de la Falange y de la Revolución.
No queremos que os acostumbréis a los discursos vosotros, que sois las escuadras de mañana, a quienes Dios tiene reservada la gloria de vivir la Patria por la que vuestros hermanos murieron. Por eso, ante vosotros, la palabra sólo puede ser arenga o consigna. Camaradas: Amad el combate y preparad vuestros pechos para luchas duras. No os durmáis en la rutinaria facilidad de hoy. Estad dispuestos a servir con espíritu de sacrificio y disciplina. Sed fanáticos, intransigentes en nuestra idea.
En ningún terreno seáis cobardes ni siquiera lentos en la reacción. Estad dispuestos constantemente a defender los principios de la Revolución Nacional-Sindicalista. No hagáis la menor concesión a las opiniones ajenas. No aguantéis a nadie; que os aguanten a vosotros los demás, porque la Revolución no ha de ganarse con defensivas, sino con ataques. Sed ambiciosos en el combate y humildes en la paz. Los mejores en la fe, en la moral y en la vida; los últimos en el descanso y los primeros en el riesgo. Tenemos el Jefe de la guerra y de la victoria; a cuadrarse y a obedecer, porque nuestra disciplina es la medida de nuestra fuerza. Y oíd bien esto: Se acabaron las castas en España. En la hermandad de vuestras Centurias, la unidad de los hombres y de las clases debe ser la primera consigna. Todos los españoles que luchan, todos los españoles que trabajan, unidos por la Revolución.
¡Viva Franco! ¡Arriba España!