Filosofía en español 
Filosofía en español


Realidades nacional-sindicalistas

(Diario Informaciones, de Madrid, 17 de julio de 1942.)


Aunque las realidades hablan por sí mismas, no deja de ser conveniente de cuando en cuando subrayar su presencia.

Aquellos a quienes favorece una obra aprenden así a estimarla en toda su importancia, porque hasta las más grandes obras es muy humano que nos parezcan pequeñas examinadas solamente en la parte que nos atañen.

Los no protegidos directamente tienen así un argumento más para defender un estado de cosas o una razón menos para combatirlo, y a tantos interesados en desprestigiar o desconocer las realidades de la Falange no les viene del todo mal, periódicamente, una mordaza de cifras.

Hay en España quien se pasa la vida buscando la forma más complicada de sacar las cosas de quicio.

Así, para atacarnos no se fijan en nuestros defectos reales, sino que un buen día se lanza la especie del paganismo de la Falange, de su panteísmo de Estado o de su tendencia al disgregacionismo familiar. Y por aquello de «calumnia, que algo queda», ya tenéis de la nada formado un frente que todos los enemigos se apresuran a engrosar.

Precisamente de ese gran problema de la familia queremos hablar hoy.

No vamos a limitarnos a hacer declaraciones altisonantes sobre la importancia que la protección de la familia tiene en el engrandecimiento de la Patria.

Como conquista social y como imperativo espiritualista, la defensa del hogar español, ordenada en el Fuero del Trabajo, es ya una realidad alentadora. La nueva Ley de 18 de junio viene a completar la protección de todo el ciclo de la vida familiar, porque el Estado Nacional-Sindicalista no se ha limitado a establecer un solo tipo de ayuda y en un solo momento, sino que desde antes de la formación de una familia hasta su extinción o disgregación en otras nuevas, la mano de una Ley justa está siempre tendida al protegido en sus crisis posibles o en sus dificultades naturales.

Así, antes de constituirse la familia ya están facilitándola el camino los préstamos de nupcialidad.

Una vez constituida, la etapa de su pleno desarrollo es protegida por el Subsidio Familiar.

En el nacimiento de los hijos, el Seguro de Maternidad soluciona las dificultades del parto. Las crisis económicas subsiguientes a la muerte de los padres están previstas en el Subsidio de Viudedad y Orfandad.

Para atender a la formación profesional de los hijos ha sido creado el Subsidio de Escolaridad. Y, por último, como un estímulo y un honor, para las familias numerosas existe un régimen de premios a la natalidad.

La protección que a lo largo de toda la vida de un hogar implica esta red de instituciones hacen del Régimen Nacional de Subsidio Familiar Español –y Nacional-Sindicalista–, con mucha ventaja, el primero, el más eficaz y el más completo del mundo.

Actualmente, en pleno funcionamiento, la Caja Nacional de Subsidio Familiar paga diariamente más de 900.000 pesetas de subsidios.

Cada beneficiario, cada niño protegido por ella, de los 1.400.000 subsidiados, cobra mensualmente 15 pesetas, cifra que, si no es la meta a que se aspira, representa, en medio de las dificultades de hoy, un avance apreciable.

Ochocientos noventa y un mil era el número de las familias protegidas por el Régimen; con la nueva Ley aumenta a 1.300.000.

Operando con esta cifra, y aplicando en ella el tanto por ciento de la población general casada, se obtendrá la cantidad de 217.832 nacimientos anuales. Por lo tanto, la población actualmente asegurada se incrementará de un promedio de 401.185 a 1.620.379, y los partos atendidos por el Seguro serán 242.439, en vez de 24.607.

La importancia que estos avances tienen para la política demográfica salta a la vista. El descenso de la natalidad es progresivo en España desde 1933. En la mortalidad de niños menores de un año, causa comprobada de este descenso, arrojan las estadísticas un 16 por 100 del total global de defunciones.

Al ampliar el Seguro de Maternidad con la nueva ley y facilitar a las esposas de los asegurados y a las mujeres aseguradas por sí mismas medios adecuados para que sus partos no carezcan de asistencia facultativa y sus hijos sean atendidos convenientemente en los primeros meses de su vida, los índices demográficos han de experimentar una modificación favorable.

La extensión de los beneficios del Seguro de Maternidad tiene todavía otras repercusiones menos aparentes, pero no menos importantes. La madre no tiene que desplazarse al taller o a la fábrica y puede atender a la formación espiritual y moral del niño. La vida de hogar, que debe ser la suya, con su continua presencia fortalece los vínculos de afecto y de compenetración.

En otro orden, el retorno de las mujeres casadas a la vida familiar disminuye el paro, porque quedan libres sus puestos de trabajo.

Al examinar todos estos resultados no debemos dejar de resaltar que nuestro Régimen de Subsidios Familiares fue creado en plena guerra, contra todas las dificultades, cuando otros países, entonces tranquilos y prósperos, ni siquiera se atrevieron a intentarlo.

De entonces acá, su ritmo de perfeccionamiento es constante, como podemos ver en un resumen esquemático de su historia. Creado el Régimen de Subsidios Familiares, se establece dentro del mismo una modalidad especial para los funcionarios y trabajadores al servicio del Estado y de las corporaciones. Se establecen pensiones de viudedad y orfandad. Se aumentan los beneficios para las viudas de trabajadores y huérfanos. Se establece el Subsidio de Escolaridad. Se extienden los beneficios de estas prestaciones a las viudas y huérfanos de funcionarios públicos. Se mejora el régimen elevando al duplo la escala del subsidio. Se concede a todos los trabajadores subsidiados, de una sola vez y a título de mejora retroactiva, el 50 por 100 del importe total de los subsidios percibidos. Se establecen los Préstamos a la Nupcialidad y se conceden para su obtención preferencias a los ex combatientes. Se crean recompensas a las familias numerosas y, por último, se amplían los beneficios del Seguro de Maternidad a todas las esposas de los trabajadores que perciban o no subsidio y a las trabajadoras aseguradas por sí mismas.

Esta nueva ley crea, con cargo a los fondos de reserva de Subsidios Familiares, hospitales-cuna, clínicas y dispensarios de Maternidad y Puericultura, respondiendo de su construcción y dotación.

Actualmente se halla próxima a cristalizar en ley la incorporación al Régimen de Subsidios Familiares de los trabajadores a domicilio.

No han terminado con esto las posibilidades de perfeccionamiento; porque la justicia de nuestra concepción lo exige así, la malla protectora ha de ser aún más tupida y más amplia, y para ello muchos hombres trabajan con fe.

Esta es la ejecutoria de la preocupación por el hogar del Estado Nacional-Sindicalista y de la Falange. Muy atrás quedan, y muy en otro plano, las inapreciables realidades marxistas.

Cuantos todavía sientan la nostalgia de aquella época de mucha jerga obrerista y poca acción, que sólo les dio la satisfacción de exteriorizar sus odios, piensen que la misma mano que les protege puede estrangular su rebeldía.

Y cuantos pierden el tiempo y el alma en imputaciones calumniosas, harían mejor en dedicar sus ratos libres a ayudarnos un poco en nuestra tarea, si no con unas iniciativas que acaso les falten, con un dinero que acaso les sobre.

Ni unos ni otros van a poder detenernos en nuestro camino necesario.

 
(Diario Informaciones, de Madrid, 17 de julio de 1942.)