Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía | Mendoza, Argentina 1949 |
‹‹‹ a b c d e 1 2 3 4 5 6 I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII XIII | ››› |
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo III, págs. 1440-1444.
(Sesiones: VII. Estética.)
Sin mayores discusiones se admite que lo que llamamos vida de la cultura —y con ella del arte— no agota la esencia de la cultura. Al contrario, el signo distintivo de ella estaría dado por algo que es más que vida. Pero ¿qué define este más? No creo que simplemente consista en formas cristalizadas, invariables en su objetividad e indiferentes a la vida vivida. De ser así, las diversas interpretaciones de lo artístico y los cambios del gusto serían difícilmente explicables. Pero si pensamos lo que sobrepasa la vida como lo contrario de ella, surgirían nuevas dificultades. Tendríamos que oponerle la muerte, entendida en dos sentidos: o como lo que ha llegado al fin de su existencia temporal o como lo que sin aliento vital alguno, es indiferente y ajeno a la vida. En el primer caso, tendríamos que admitir una muerte natural del arte y eso nos llevaría a la desacreditada comparación de la cultura con organismos; en el segundo, convertiríamos la relación entre el poder creador del hombre y sus productos en un enigma indescifrable. En el arte, empero, se retiene algo de la vida de su creador: por eso nuestra vida comprende la de la cultura que, desde otros puntos de vista, encierra una superación de lo viviente.
Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf