Filosofía en español 
Filosofía en español


Álvaro Alcalá-Galiano

Los enemigos de la Patria

La lectura de un libro reciente, sensacional, lleno de inauditas revelaciones, parece, confirmar de nuevo lo indefensa que está hoy día nuestra Patria ante la coalición de sus adversarios, visibles u ocultos.

Más de una vez he señalado en estas mismas columnas los manejos de la Internacional revolucionaria contra España. Por eso celebro haber coincidido antes en muchos puntos de vista con el autor de El enemigo, Mauricio Karl.

¿Quién es Mauricio Karl? ¡Misterio! En torno a este seudónimo corren los rumores más fantásticos. Yo comprendo que el aludido no tenga demasiadas ganas de rasgar el velo de la discreción, pues ha descubierto secretos políticos y ha señalado a personas y Asociaciones que prefieren maniobrar en la sombra.

¡Cuidado, Mauricio Karl, porque por muy hábil que sea usted, «el enemigo» tiene, como usted mismo dice en su obra, agentes, espías y ejecutores para sus venganzas! Y no sería extraño que tratara de «perjudicarle», según la conocida receta americana, antes de que publique usted su anunciada obra sobre la organización en nuestro país. Ya es bastante audacia el haber lanzado antes El comunismo en España, que tanta inquietud causó en ciertas esferas sociales, y ahora El enemigo (marxismo, anarquismo, masonería), capaz de ponerle los pelos de punta al ciudadano que defiende su ciego egoísmo, afirmando siempre «¡no pasa nada!» Claro es que cabe el cómodo recurso de calificar el libro de exagerado, pero aun reduciendo su exactitud, pongo por caso, a la mínima parte sería lo suficiente para disipar el escepticismo de los muchos ingenuos que confían en poder seguir durmiendo la siesta en cuanto vuelva a gobernar el Sr. Lerroux o se estrene en la presidencia el Sr. Gil Robles. Aunque ya el diario parte oficial de Gobernación, «tranquilidad en toda España» –que tanto nos asemeja a una zona marroquí–, desmentido a diario por los hechos, confirma la agitación social que padecemos y la inevitable trayectoria de la revolución, o, mejor dicho, nuestro estado crónico revolucionario, sin dique de contención hasta la fecha. Por eso mismo, si el lector sigue mi consejo, no sólo leerá este libro tan interesante y documentado, sino que también lo propagará, a fin de despertar a la adormecida sociedad española, que si bien suele acoger los rumores alarmantes como un ameno tema de tertulia, confía demasiado en que la Providencia ha de velar por su conservación.

El autor de El enemigo ha debido, a mi juicio, elegir otro título para su libro, puesto que en él no se trata de un sólo adversario, sino de la coalición antinacional e internacional que hoy invade el solar patrio para repartirse sus despojos: el judaísmo, el anarquismo, el socialismo revolucionario, el comunismo rojo. Y, sirviéndose de todos ellos, como instrumento, el Gran Oriente masónico, cuyos tentáculos invisibles alcanzan a todas las esferas políticas y sociales. ¡He aquí el más terrible enemigo, ya que no combate de frente a la sociedad, sino que actúa a la sombra, ocultando sus planes en el secreto de las logias! Para que el público se de cuenta de su influencia decisiva en la España actual, Mauricio Karl se remonta a los orígenes, titulando la primera parte de la obra «Lo que calla la Historia». En ella estudia la actitud de los judíos contra España, desde su expulsión y sus campañas calumniosas para desacreditarnos ante el mundo civilizado y extender nuestra leyenda «negra» de fanatismo, ignorancia, crueldad y atraso. Pasa luego el autor a exponer lo que llama la «Interpretación masónica de la Historia de España», intento quizá demasiado vasto y que requeriría incluso un volumen de por sí, pero de muy útil y amena divulgación para los profanos en la materia. Aquí se puede deducir lo mucho que influyen las logias masónicas, ya desde los ministros de Carlos III, más tarde en la pérdida de nuestro Imperio de Ultramar y por fin en la de Cuba y Filipinas, donde nuestros «venerables» laicos hacen como siempre el juego de los enemigos de la Patria. La campaña pro Ferrer, en 1909, es otro episodio del vasto plan de la masonería internacional, cuyo primer objetivo, lo mismo en España que en Portugal, ha de ser el derrumbamiento de la Monarquía «católica».

Pero donde culmina el interés de este libro es en la segunda parte, en la que el autor hace sensacionales revelaciones, sin omitir nombres ni fechas. ¿Qué esferas policíacas y sociales no habrá frecuentado Mauricio Karl, qué archivos secretos no conocerá íntimamente, cuando se atreve a afirmar la veracidad irrefutable de esas «ejecuciones masónicas» que han dirigido, según él, nuestra política nacional? Así, el autor nos explica los motivos que inspiraron el asesinato de D. Eduardo Dato y el del cardenal Soldevilla... Una conspiración abortada para asesinar a Alfonso XIII en las galerías de Palacio. Mas lo que ha de excitar la controversia es la confirmación de un rumor muy extendido al morir en París el general Primo de Rivera…, o sea que se le ayudó a morir. Según Mauricio Karl, esto no ofrece lugar a dudas. El ex dictador, enfermo y todo, era un peligro posible de reacción nacional frente a la España prerrevolucionaria del Gobierno Berenguer… Podía mejorar y volver a surgir un día en el Poder. Y el enemigo, por si acaso, decidió eliminarle, vigilándole estrechamente, hasta que una mañana halló la ocasión propicia, cuando el general se hallaba todavía en cama, en el modesto cuarto de su hotel… Yo, desde luego, dejo al autor la responsabilidad de este relato misterioso, dramático. A muchos ha de parecerles absurdo e inverosímil, pero tampoco lo es si se recuerda en Francia la extraña muerte del diputado Syveton, descubridor en el Parlamento de los manejos de la masonería, cuyo asesinato ha sido comprobado recientemente. Y no digamos nada de los «suicidios» enigmáticos de Stavisky y del consejero Prince, que tanto alboroto e indignación han causado en el país vecino. La historia contemporánea está llena de muertes oportunas para los partidarios de la revolución y los afiliados a las sectas conspiradoras. Por eso creo que la clase de este libro está en lo que el autor define crudamente, como «la ejecución de Primo de Rivera». Junto a este sombrío episodio abundan en sus páginas otros varios, en que Mauricio Karl no rehuye el señalar a los responsables sin temor a las represalias. Vemos los turbios manejos de que se valieron los agentes de la Internacional revolucionaria para adular y engañar al pobre don José Sánchez Guerra, cuando el levantamiento de Valencia… Al Sr. Cambó manejando los hilos de la intriga… Aparece también la siniestra figura de Casares Quiroga, a quien el autor abruma con una gravísima acusación respecto a los «mártires» Galán y García Hernández y el motivo por qué se dejó que abortara el movimiento de Jaca.

Por último, apartándose de estos sucesos, que muchos calificarán acaso de folletín policiaco, la tercera parte del libro expone y analiza la preparación de los elementos revolucionarios en España. Sobre esto, el autor no oculta su pesimismo y cree que los Gobiernos de la República serán impotentes para contener «la revolución inminente», que él anuncia, cuando llegue a estallar en breve plazo. ¿Que por qué se aplaza tanto la perpetua amenaza? Pues únicamente por los distintos puntos de vista de los socialistas, anarquistas y comunistas para el asalto al Poder y sus mutuas rivalidades. Sólo, éstas, según Mauricio Karl, impiden aún el «frente único», que sepultará bajo las ruinas a la sociedad actual. Pero cuando se leen los preparativos de las milicias socialistas de Largo Caballero, el «mapa revolucionario» de la F. A. I., adaptado a las distintas regiones de España, la proyectada paralización de las comunicaciones al iniciarse la huelga general revolucionaria y las «células» comunistas en las ciudades y en el campo, hay sobrados motivos para sentir desvanecerse el optimismo y entrever perspectivas de Méjico, de Cuba… y hasta de Zululandia.

Álvaro Alcalá-Galiano