Filosofía en español 
Filosofía en español


Asociación médica

[ Se establece una sociedad con el nombre de Confederación médica española ]

Recordarán nuestros lectores que hace más de un año hizo nuestro apreciable colega el Boletín de Medicina laudables esfuerzos, para que se verificase en España una especie de congreso médico, que deliberase sobre los medios de mejorar la situación de las clases facultativas. Poco confiados nosotros en el éxito de esta tentativa por el estado de los ánimos de nuestros comprofesores, y temerosos de que semejante reunión apareciese como un plagio del congreso médico que acababa de verificarse en Francia, nos opusimos a esta idea; pero manifestando al mismo tiempo que siempre habíamos creído firmemente, que la unión y confraternidad de la clase médica era uno de sus más poderosos elementos de fuerza y esplendor, y que apoyaríamos con nuestra débil voz cuanto propendiese a crear una asociación permanente sobre bases sólidas y estables, que asegurando hasta cierto punto la suerte de los profesores, diese también a la sociedad garantías de honradez, de moralidad y de ciencia.

Resultó precisamente lo que prevíamos nosotros; graves dificultades se opusieron a la realización del congreso médico; pero los mismos profesores que se reunieron con este objeto, acordaron intentar la formación de una asociación permanente, y al efecto nombraron una comisión, compuesta de los Sres. Delgrás, Alarcos, Méndez Álvaro y Ruiz, para que formase un proyecto, y le sometiese a la deliberación de los profesores españoles de ciencias médicas. Esta comisión extendió su dictamen; pero por circunstancias particulares difirió su presentación, hasta que por último, y creyendo sin duda que había llegado un momento más oportuno, resolvió convocar un crecido número de facultativos, como lo hizo en efecto el viernes de abril último en el salón de las Academias de Esculapio y quirúrgica matritense, y dar cuenta del proyecto que más abajo insertamos.

Consecuentes siempre nosotros en nuestras ideas, creemos deber dar gracias a la comisión por sus esfuerzos en beneficio de la clase, y considerando solo en lo que se ha hecho hasta hoy el principio de una asociación médica general, puesto que las bases han de discutirse y alterarse o modificarse cuanto se crea conveniente, nos adherimos desde luego a la idea fundamental del proyecto; como que lejos de ser nueva para nosotros, tal vez hayamos sido los primeros que en público la hemos manifestado. Nada más podemos decir por ahora y hasta que se empiece la discusión sobre este importante asunto. Entretanto he aquí el proyecto de la comisión:

Señores:

El día 11 de abril del año anterior, se reunieron en la redacción del boletín de medicina, por invitación de la misma, varios profesores de los tres ramos de la ciencia como representantes de diversas corporaciones médicas de dentro y fuera de la corte. La redacción manifestó entonces, que el objeto de la reunión era el conferenciar acerca de los medios de satisfacer el incesante clamor de los profesores de todas las clases médicas, pidiendo una reunión o congreso facultativo que, acordando las medidas más a propósito para sacar a los profesores del estado de abyección en que se hallan, las propusiese al gobierno con todo el lleno de las razones en que se funda tan justa petición, y con todo el prestigio que consigo debía llevar una propuesta acordada en reunión tan respetable.

Para dar una idea del estado en que entonces se hallaba este importante negocio, la redacción puso de manifiesto su crecida correspondencia con los profesores más ilustrados e influyentes de las provincias: correspondencia que la había obligado a dirigir en 8 de diciembre anterior a todas las corporaciones médicas de España una circular, consultándolas acerca de la oportunidad y conveniencia de reunir en Madrid un congreso médico con el objeto arriba expresado, y acerca del modo de llevar a cabo este pensamiento, caso de que mereciese la aprobación de dichas corporaciones. Tanto la circular como la mayor parte de las contestaciones habían visto ya la luz pública en el boletín, y se tuvieron a la vista; pero la redacción hizo observar, que si bien la primera parte de la consulta (la relativa a la reunión de un congreso médico) se hallaba resuelta afirmativamente, no sucedía lo mismo respecto al modo de llevar a cabo la indicada reunión; y como este era precisamente el punto que ofrecía mayor dificultad, había creído llegado el caso de provocar la conferencia que entonces tenía lugar para resolver este extremo, con la autorización y copia de datos de que la redacción carecía; concluyendo con presentar algunas cartas de profesores respetables y muy versados en negocios de esta clase, en las que exponían su opinión contraria a la reunión del congreso, no solo por la imposibilidad material de realizarla, sino porque en su concepto, esta medida en las actuales circunstancias, produciría resultados enteramente opuestos a los que se deseaban.

Planteada de este modo la cuestión, fue discutida con el mayor detenimiento; de cuya discusión, en que tomaron parte todos los señores presentes, resultó por unanimidad el acuerdo siguiente:

«Que en vista de los peligros e inconvenientes que en las circunstancias actuales ofrecía la reunión de un congreso médico, y teniendo presente la imposibilidad material de que en dicha reunión se hallasen representadas en la debida proporción las tres clases de profesores entre sí, y mucho menos los de las provincias, cuyos derechos eran tan atendibles como los más interesados en las cuestiones que debían ventilarse, era indispensable renunciar por ahora a la expresada reunión. Pero que, no debiendo quedar por más tiempo abandonadas las profesiones a la precaria suerte a que se hallaban reducidas, y vista la decisión de las clases por hacer todos los esfuerzos necesarios para salir de ella, urgía adoptar una medida que, concentrando y ordenando tan laudables esfuerzos, fuese capaz de alcanzar los resultados que del congreso médico se habían esperado.»

Desde luego ocurrió la idea de una asociación general que, teniendo su centro en la corte, extendiese sus ramificaciones, no solo a las capitales de las provincias, sino hasta los más recónditos pueblos de las mismas, y que obrando por un impulsó común y ordenado, trabajase en mejorar la opinión en favor de las clases médicas y se presentase unida y compacta ante los poderes públicos, para reclamar de ellos los derechos y consideraciones sociales a que son tan acreedoras estas clases beneméritas. La posibilidad y conveniencia de llevar a cabo tan útil pensamiento, se hallaba ya probada por el entusiasmo y alegría con que fue aceptado por los profesores de toda España un proyecto semejante, propuesto hace tres años por la redacción del boletín y que, si no llegó a realizarse, fue por efecto de circunstancias generales del país y particulares de la profesión, que felizmente han terminado. Fue en consecuencia aprobado este pensamiento por unanimidad y se procedió en seguida a nombrar una comisión, que redactase un proyecto de bases para fundar la indicada asociación general, con el encargo de presentarlo a una reunión más numerosa de profesores, en la cual se hallasen representados con la proporción debida todos los intereses de las diversas clases médicas, y a la que concurriesen las capacidades útiles para ilustrar la cuestión y para contribuir a la realización del proyecto. La elección recayó por unanimidad en los que suscriben.

He aquí, señores, la historia y el objeto de la comisión que tiene la honra de ocupar la atención de Vds. en este momento, y que ha aceptado el delicado encargo que se la cometió confiando, más en su buena voluntad y en la benevolencia de sus comprofesores, que en la escasez de sus luces.

Si no le hubiere sido trazado el camino que debía seguir, mucho hubiera titubeado al elegirlo; pero una vez acordado el objeto y los medios de llegar a él, nada ha tenido la comisión que poner de su parle más que el plan de una organización adecuada a los fines requeridos.

Una asociación general de profesores españoles, dirigida a establecer la más sólida unión y la comunidad de miras y de intereses entre las diversas clases, y procurar al mismo tiempo la mejora intelectual y moral de todas ellas, así como su bienestar material y suposición social, es el pensamiento que la comisión ha querido expresar en su primera y segunda base.

Debiendo ser muy numerosa la asociación y hallarse sus individuos esparcidos por todo el ámbito de la Península, era necesario organizarla de tal modo, que todas las ideas, todos los intereses y todos los esfuerzos individuales pudiesen concentrarse en un solo punto de acción, y adquirir de este modo la unidad indispensable y la fuerza que solo de ella depende. Por eso la comisión propone en las bases 3.ª 4.ª 5.ª 6.ª 7.ª y 8.ª la formación de un cuerpo directivo central en la corte, que entendiéndose directamente con otros cuerpos semejantes en las capitales de provincia, y estos con los de las cabezas de partido, establezca la apetecida unidad, y permita que cada uno de los asociados, sin apartarse mucho de su residencia, pueda concurrir con su voto, con sus luces y con su inmediata acción a los fines de la Sociedad. Pero a estos mismos fines importa mucho que las corporaciones arriba expresadas tengan todo el prestigio necesario para dirigir dignamente y con fruto la asociación, y este prestigio no puede nacer sino de la libre elección de cada uno de dichos cuerpos, por los individuos o corporaciones que han de obrar bajo su inmediata dirección. La duración de los cargos en estos diversos cuerpos, se ha fijado en proporción de su importancia, y de tal modo que, sin tener los vicios de la inamovilidad, incompatible con la igualdad e independencia que debe existir entre compañeros, carezca también de los graves inconvenientes que lleva consigo una exagerada movilidad.

La sociedad, sin embargo, no podría constituirse del modo que llevamos propuesto, si no existiese quien diese impulso y ordenase las operaciones necesarias para ello; la comisión ha creído obviar este inconveniente, a primera vista insuperable, proponiendo una organización provisional con los elementos que, aunque dispersos, existen en virtud de las gestiones practicadas anteriormente. Esta organización provisional forma el objeto de la base 9.ª

Tales son, señores, las razones y fundamentos que han guiado a la comisión al redactar el proyecto que tiene la honra de proponer a la ilustración de Vds.; razones que está dispuesta a desenvolver más ampliamente en la discusión, si su trabajo merece los honores de ella.

Resta ahora a la comisión explicar el modo cómo ha llenado la última parte de su cometido, es decir, la convocación de un crecido número de profesores a la discusión de este proyecto. En primer lugar, creyó desde luego que el de ochenta sería suficiente para llenar el objeto, siempre que se cuidase de que en este número hubiese la debida proporción de médicos, cirujanos y farmacéuticos, y se encuentren entre ellos personas que puedan representar a todas las corporaciones médicas de la corte y de fuera de ella, así como los directores de los periódicos médicos, quirúrgicos y farmacéuticos, que por su especial posición y por su conocido celo tanto pueden contribuir al acierto en las resoluciones y a la realización de lo que se acuerde. Bajo la inspiración de estos principios se ha formado la lista adjunta de los individuos que, con la debida anticipación, han sido convocados a esta junta.

Bases para la formación de una sociedad general entre todos los profesores españoles de ciencias médicas.

1.ª Se establece una sociedad con el nombre de Confederación médica española.

2.ª El objeto de esta sociedad es: 1.° reunir los esfuerzos de toda la clase médica en bien de la salud general e individual de los españoles; facilitar los progresos de la ciencia, y crear una medicina nacional. 2.° Procurar el mayor lustre y decoro de las profesiones médicas, como requiere su importancia y utilidad social. 3.° Defender los derechos e intereses de las mismas. 4.° Defender asimismo los derechos e intereses legítimos de cada uno de los asociados. 5.° Llevar a su desarrollo un plan de protección mutua y de beneficencia que asegure la suerte de los profesores y de sus familias.

3.ª La sociedad se compondrá de todos los profesores de medicina, cirugía y farmacia que se inscriban en ella.

4.ª La dirección de la sociedad estará confiada a una asamblea central, constituida en la corte por los representantes de las comisiones provinciales. El cargo de representante durará seis años, renovándose cada tres por mitades y permitiéndose la reelección. La suerte decidirá los que daban relevarse al fin del primer trienio.

5.ª En toda capital de provincia se constituirá una comisión provincial, compuesta de un representante por cada uno de los partidos judiciales, cuyo nombramiento se renovará de dos en dos años por mitad, pudiendo ser reelegidos. Las comisiones provinciales nombrarán su respectivo representante para la asamblea central.

6.ª En todos los partidos judiciales en que se reúnan siete socios se constituirá una comisión de partido, compuesta de un presidente, un vicepresidente y un secretario; cuyo nombramiento recaerá en individuos de distinta facultad si los hubiere. Esta comisión se renovará todos los años, pudiendo ser reelegidos sus individuos, y tendrá la facultad de nombrar su representante en la comisión provincial.

7.ª Así en la asamblea central como en las comisiones provinciales han de hallarse representadas las tres facultades en la debida proporción, según disponga el reglamento.

8.ª Las elecciones de partido se verificarán todos los años en los primeros ocho días del mes de setiembre, y las de provincia el año que corresponda, en iguales días del mes de octubre; de modo que la asamblea central se renueve en su mitad cada tres años y pueda constituirse el primero de noviembre.

9.ª Mientras no esté organizada la asamblea central, se constituirá una provisional con los representantes en la corte de todas las asociaciones, academias, colegios e institutos de medicina, cirugía y farmacia que en el día existen en España, o se formen antes de constituirse la asamblea central.

Las mismas corporaciones harán las veces de comisiones interinas de provincia, mientras no se constituyen estas de un modo definitivo, y con arreglo a la base quinta, procurando organizar comisiones interinas de partido para extender y formar la sociedad.

La asamblea provisional tendrá la facultad de nombrar comisiones interinas de provincia en todas las capitales en donde no exista ninguna corporación médica que desempeñe este encargo.

Tan luego como se reúnan en una capital cinco representantes de partido, se constituirán en comisión provincial, nombrando su presidente, vicepresidente y secretario, así como su representante para la asamblea central.

Cuando lleguen a reunirse en la corte veinte y un representantes de provincia, se constituirá definitivamente la asamblea central, cesando en sus funciones la provisional.

10. La asamblea central redactará el reglamento general de la asociación arreglado a estas bases, y cada una de las comisiones directivas de provincia el particular respectivo con las modificaciones que exijan sus circunstancias peculiares, habiendo de sujetarse a la aprobación de la asamblea central.

11. Todos los socios se obligarán a contribuir a los objetos de la confederación con su cooperación personal, con su influjo y relaciones y con la pequeña cantidad que sea indispensable para los más precisos gastos de la sociedad. Madrid 15 de mayo de 1846. = Mariano Delgrás. = Francisco Alarcos. = F. Méndez Álvaro. = Ramón Ruiz.

En seguida se leyó la lista de los señores convocados, que es como sigue:

Lista de los señores convocados, con expresión de las corporaciones que deben representar.

Consejo supremo de Sanidad. Señores don Mateo Seoane; don Felipe Monlau. = Facultad de Medicina. Catedráticos: don Diego de Argumosa; don Tomás Corral y Oña; agregado, don Ramón Altes. = Facultad de Farmacia. Catedráticos: don Nemesio Lallana; don Manuel Ríos; agregado, don Manuel Amo. = Colegio de farmacéuticos de Madrid. Don Ramón Ruiz; don Julián Badajoz. = Sanidad militar. Médicos: don José Moreno Hernández; don Manuel Sarrias; farmacéutico: don Antonio Tapia. = Academia de medicina y cirugía de Castilla la Nueva. Don José María López; don Juan Fourquet. = Instituto médico de Emulación. Don José Calvo y Martín; don Enrique Ataide. = Academia quirúrgica matritense. D. Francisco Alarcos; Don Mariano Benavente. = Academia de Esculapio. Don Francisco Alonso; don Domingo Pérez Gallego. = Hospital general. Don Miguel Pérez; don Manuel Santos Guerra; don Luis Martínez Leganés; don Pedro María Torre.

Representantes de las corporaciones médicas de las provincias.

Instituto médico de Lugo. Don Francisco Méndez Álvaro. = Id. del Puerto de Santa María. Don Juan Nepomuceno Fernández. = Id. de Valencia. Don Mariano Delgrás. = Id. de Alicante. Don Serapio Escolar y Morales. = Id. de Álava. Don Agustín Recio. = Id. de Murcia. Don Leoncio Sobrado y Goiri. = Id. de Guipúzcoa. Don Guillermo Caballero. = Asociación médica de Santander. Don Diego Genaro Lletget. = Id. de Pontevedra. Don Eusebio Bañares. = Id. de Ávila. Don Manuel Gómez Parreño. = Id. de Jerez de la Frontera. Don Julián Pérez y Martínez. = Id. de Pamplona. Don Joaquín Isern. = Academia médico-práctica de Cartagena. Don Vicente Rivas. = Ateneo médico de Sevilla. Don Manuel Codorniú. = Sociedad médico-quirúrgica de Málaga. Don Juan Gualberto Avilés.

Representantes de los periódicos de la ciencia.

Boletín de medicina, cirugía y farmacia. Don Francisco Ramos Borguella. = Gaceta médica. D. Matías Nieto y Serrano. = Restaurador farmacéutico. Don Pedro Calvo Asensio. = Facultad. Don Pedro Mata. = Anales de cirugía. Don Salvador Ramos. = Regenerador. Don Ciriaco Ruiz y Jiménez.

Prácticos pertenecientes a las tres clases.

Médicos. Don Ignacio Ortega, don José Figuer Cubero, don Santos del Valle, don Pedro Trelles, don Casimiro Olózaga, don Manuel Pérez Manso, don Tomás Santero, don Agustín Gómez de la Mata. = Farmacéuticos. Don Ramón Ferrari, don Mamerto Saez, don Francisco González Delgado, don Quintín Chiarlone, don Joaquín Olmedilla, don Juan Bautista Azua, don Manuel Castillo, don Manuel Monje, don Juan Pedro Blesa, don Pedro Pérez, don Cipriano Tapia, don Manuel Barrera. = Cirujanos. Don Vicente Martín, don José Lobera, don Bartolomé Méndez, don Hermenegildo Moreno, don Luis Portilla, don Carlos Santirso y Gómez, don Natalio Medrano, don Juan Ruiz y Ortega, don Mateo Merino, don Julián López, don José Mendarrozqueta, don Matías Rodríguez, don Pedro Mas, don Pedro López, don Antonio Saez, don Francisco Pérez, don Manuel Martín Molina, don Bruno Pérez Chacón, don Ramón Segovia, don Antonio del Río, don Sebastián Ortega, don Vicente Fernández Luengos.

Acto continuo se acordó que el precedente dictamen se imprimiese en los periódicos de medicina; después de lo cual se citaría nuevamente para su discusión, con lo cual se disolvió la reunión.