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Comentarios críticos al Diccionario soviético de filosofía

Humanismo

Humanismo en el Diccionario soviético de filosofía


 

Humanismo · Joaquín Robles · 28 de noviembre de 2017

En esta entrada el humanismo está concebido aquí como un episodio en el desenvolvimiento histórico de la lucha de clases. Habría comenzado en el Renacimiento, en la dialéctica entre la burguesía en la nobleza, y supone, según esta interpretación, que se pasa del teocentrismo medieval al antropocentrismo moderno, y que esa fase sería una fase necesaria en el proceso dialéctico de la lucha de clases; sería un primer humanismo prehistórico que estaría orientado, en el futuro, aureolarmente, a la producción del verdadero humanismo, el humanismo ya histórico, que se produciría tras la revolución proletaria, tras el paréntesis del comunismo, en la llegada al socialismo y el comienzo de la verdadera historia de la humanidad. Por tanto sería una fase necesaria de este desenvolvimiento histórico de la lucha de clases, en donde se parte de un monismo del hombre, el monismo humanista, que considera que la historia tiene un sentido determinado, que la historia se puede predecir, que la historia está escrita; de alguna manera es el desenvolvimiento, el desarrollo, la evolución de un plan más o menos ordenado por la propia inercia de la dialéctica.

La crítica que se puede hacer a esta entrada del Diccionario soviético de filosofía es, en primer lugar, la crítica que hace Bueno en el Primer ensayo sobre las categorías de las “ciencias políticas” al intentar dar la vuelta del revés a este monismo histórico dialéctico, en donde se establecía que la lucha de clases era previa a la aparición del Estado. En este Primer ensayo sobre las categorías de las “ciencias políticas”, que escribe Bueno tras el derrumbe del comunismo realmente existente de la Unión Soviética... Ahí Bueno dice que es imposible entender semejante tesis, puesto que en principio la dialéctica de clases sólo es posible tras la configuración del Estado, y que por tanto no se puede concebir la dialéctica de clases como motor de la historia sin concebir la dialéctica de estados.

Añadimos a esto que el género humano no está dado ni aureolarmente ni tampoco está dado como una unidad de principio. No podemos asumir desde el materialismo filosófico la tesis del monismo histórico del género humano, puesto que lo del hombre es un verdadero embrollo, y puesto que ese hombre genérico está, en principio ya, genéticamente dividido en clanes, en tribus, y no digamos luego en estados enfrentados en lucha a muerte por la supervivencia entre sí.

Entonces digamos que, cuando se habla del hombre, este concepto de lo humano, este concepto del hombre genérico, en realidad está apelando a muchos conceptos distintos de hombre, o está ocultando la multiplicidad de humanismos que existen, porque se puede tomar por ejemplo como concepto genérico del hombre al hombre anterior a la revolución del neolítico, como hace por ejemplo John Zerzan en su libro Malestar en el tiempo, donde considera que el gran error de ese género humano fue el descubrimiento de la agricultura; o se puede tomar como ejemplo o arquetipo del concepto de hombre al burgués del S. XVIII; o se puede tomar, como hace el Diccionario soviético de filosofía, como arquetipo del hombre al hombre revolucionario posterior a la revolución soviética del 17, y que tendría como final el género humano tal y como aparece en la letra de La Internacional.

Desde nuestro punto de vista, el motor de la historia no puede ser esta lucha de clases que están haciendo los hombres genéricamente con abstracción de su pertenencia a un Estado o a otro, sino que tenemos que tomar partido por uno de esos rangos de hombres, por una de esas clases de hombres que se organizan en torno al concepto de imperio. Por tanto, la historia universal tiene mucho más que ver o de alguna manera se está desarrollando a través de los conceptos de imperios enfrentados entre sí, y no bajo la idea de un género humano completamente metafísica, en donde el hombre aparece como un lisologismo en donde las distintas especies de hombres enfrentadas en lucha por la vida (a través, como decía, de los clanes, las tribus, los Estados finalmente)... Pues este hombre no puede ser el sujeto de la historia sencillamente porque no existe, porque es una mera abstracción que no tiene en cuenta la multiplicidad y variedad de organizaciones humanas enfrentadas entre sí.

El materialismo dialéctico, en su fusión con el materialismo histórico, al no tener en cuenta la dialéctica de Estados, pretende o puede pretender apelar a la existencia de un hombre genérico que está dado al principio, “roto” en una especie de caída en el pecado por la apropiación individualista de los medios de producción, que da comienzo a la lucha de clases, y finalmente concluiría en una especie de cerramiento del círculo en donde vuelve a recuperarse ese ser humano ya evolucionado; no es un ser humano prístino, pero sí es un ser humano evolucionado que ya ha superado el pecado original. En esto no vemos más que una secularización de las tesis de la teología humanista que en su momento defendió San Agustín, y creemos que, en la medida en que el materialismo filosófico pueda incluir grandes tramos del materialismo histórico, en esa misma medida tenemos que ir expulsando estos componentes espirituralistas y metafísicos del humanismo personalista o del humanismo genérico que subyace en esta entrada del Diccionario soviético de filosofía.

Joaquín Robles

 
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Las cuatro versiones soviéticas del Diccionario filosófico de Rosental e Iudin
Diccionario filosófico marxista · Rosental & Iudin · Montevideo 1946
Diccionario de filosofía y sociología marxista · Iudin & Rosental · Buenos Aires 1959
Diccionario filosófico abreviado · Rosental & Iudin · Montevideo 1959
Diccionario filosófico · Rosental & Iudin · Montevideo 1965
Diccionario marxista de filosofía · Blauberg · México 1971
Diccionario de comunismo científico · Rumiántsev · Moscú 1981
Diccionario de filosofía · Frolov · Moscú 1984