Carta de Rufino Blanco Fombona a Miguel de Unamuno

173 Weteringschatts

Amsterdam, 6/8/907

Distinguido amigo:

No poco se sorprenderá usted al recibir carta mía, pues ya hace tanto tiempo que no nos comunicamos por carta, que usted probablemente va a preguntarse: Y éste ¿qué me quiere? Lo cierto es que los dos admirables artículos que usted ha publicado sobre el libro último de Gil Fortoul me mueven a escribirle. Teniendo usted el criterio que tiene, (no puede usted suponerse) con cuán curioso e interesante agasajo reciben nuestros espíritus americanos los juicios y opiniones de usted a propósito de hombres y cosas de aquel Continente. Nunca español alguno que estuviera cercano a la cultura y hospitalidad de la inteligencia de usted se ocupó en estudiar la historia de los caudillos americanos y españoles de la Independencia, a pesar de que son o debían ser unos y otros, orgullo de la raza; ni han querido tampoco profundizar la historia de aquella lucha que llenó España con las más épicas y deslumbrantes páginas. Por lo que respecta a América, nada vale de lo que hizo hasta el presente y menos como obra de raza, pues el odio, ya imbécil, al español en reposo, le obscurecía criterios no muy claros de suyo. Preparo unas páginas de historia -monografías- animadas de un espíritu muy generoso y comprensivo. Usted verá. Por ahora me he permitido hacerle enviar de Venezuela la colección de Blanco y Azpurúa titulada: Documentos para la vida pública del Libertador. Veo que usted sí comprende esa alma colosal y rara, una de las mayores cimas de la raza. Suyo

R. Blanco-Fombona

[Tomada de Marcos Falcón Briceño,Cartas de Blanco-Fombona a Unamuno, Ed. Arte, Caracas 1968]