Epistolario
Carta de Rufino Blanco Fombona a Miguel de Unamuno
Madrid, 28/5/904
Sr. D. Miguel de UnamunoRector de la Universidad
Salamanca
Muy estimado amigo:
Veo por su carta que anda U. muy ocupado con los próximos exámenes y otros quehaceres de su profesión. Siento, pues, que no venga U. por Madrid mientras yo estoy aquí, porque me hubiera gustado mucho echar un párrafo con U. y darme cuenta de que entre su pensamiento y el mío hay menos distancia de la que que pudiera creerse. Me llegó mi articulito de La Revue des Ydées. Yo sí creo que existe -y así lo indico- un lenguaje neo-español, pero este neo-español -así lo digo también- no es como piensa el señor de Gourmont un francés castellanizado. No; nuestro neo-español es la natural evolución de la lengua, precipitada, cambiada en benéfica revolución, por el esfuerzo de algunos escritores de ambos mundos españoles.
Lo que U. dice de R. de Gourmont es verdad hasta cierto punto; habla de muchas cosas que apenas conoce. Pero esto es común a todos los periodistas. Por lo demás, tenga o no influencia en Francia, Gourmont es un caballero que vale. Lo que U. dice de los franceses, de su habilidad, de la lógica que les ahoga los arranques de genialidad y de su bon sens excesivo y repugnante, es la pura verdad y yo pienso y he dicho siempre exactamente lo mismo que U.
En cuanto a U. personalmente yo tengo la más alta simpatía por el hombre que ha pronunciado los más enérgicos y sinceros sermones laicos en España, por el escritor liberal y el hombre ultramoderno, tolerante en arte y sin prejuicios en nada que enseña y predica en su pueblo con una constancia y una habilidad dignos de todo aplauso. Naturalmente habrá puntos en que no esté de acuerdo con U.; pero esto depende de nuestros distintos temperamentos y tanto mejor, puesto que esta disparidad relativa de pensamiento es garantía de buena armonía intelectual.
Créame su amigo
R. Blanco-Fombona
[Tomada de Marcos Falcón Briceño,Cartas de Blanco-Fombona a Unamuno, Ed. Arte, Caracas 1968]