Filosofía en español 
Filosofía en español

Memoria

a) Antecedentes

La Ciudad de Barcelona debía proceder a la regularización de su Hacienda, y diversos Ayuntamientos habían iniciado tentativas que fracasaron por completo hasta tanto que un movimiento avasallador de la opinión envió a este Consistorio hombres nuevos identificados por completo con los ideales, que habían determinado el despertar del pueblo; entonces, fue cuando la Corporación popular tuvo fuerza, energías y prestigio para realizar obras importantes y transcendentales que afianzaron y solidificaron el rápido desarrollo de nuestra querida ciudad, y pudo ante todo, como era lógico, resolver el grave problema de su Hacienda. Se reorganizó el servicio de su Tesorería y se proveyó por medio de una acertada operación financiera a la conversión de sus deudas.

Para realizar esto, hubo la Corporación Municipal de hacerse cargo del valor real de sus obligaciones y disponer el nuevo empréstito en términos que afianzara el resultado de la operación proyectada; pero la confianza que inspiró a sus administrados el proceder del Ayuntamiento provocó en el receloso campo del negocio una alza tan importante de los valores del Municipio, que no fue necesario invertir en la conversión de la Deuda toda [8] la emisión, que previsora y honradamente se había consignado, y quedó en su consecuencia un importante superavit.

El actual Ayuntamiento encontróse con tan agradable herencia, ¿qué hacer con ella? Un economista vulgar hubiera podido aconsejar la amortización de aquel stock, para reducir el servicio anual de la deuda; pero tal consejo no hubiera satisfecho al Ayuntamiento; porque tiene conocimiento perfecto de que, el fomento de las fuentes de riqueza produce mayores rendimientos que las economías; porque se trataba de una deuda creada ya y que en nada había de desequilibrar su presupuesto, y porque disponía de aquella suma, en virtud de la confianza que había merecido de sus administrados y era lógico e imprescindible corresponder con una inversión acertada, que favoreciera a todos los ciudadanos, así a los más modestos como a los poderosos.

Era indudable, que la higienización y urbanización de la ciudad podía responder a este deseo; pero ya se había proveído a ello, destinando como consecuencia de la conversión de deudas 14 millones de pesetas a la gran red de cloacas, a nuevos empedrados y mercados, sin tener además en cuenta las obras importantísimas que en la zona de Ensanche vienen realizándose y la Reforma de la Ciudad vieja que ha de variar y transformar por completo sus condiciones higiénicas y de vialidad, obra no ya iniciada, sino en camino de realización. Era, pues, necesario buscar otra inversión; y cual más acertada que atender a la cultura del pueblo en todos sus grados y manifestaciones, desde la enseñanza gratuita [9] del niño, hasta proporcionar elementos de estudio al sabio y al erudito.

Una ciudad no es grande sólo con tener grandes y bien urbanizadas vías, es imprescindible, que el pueblo que la habite sea fuerte y robusto al propio tiempo que instruido y culto: así lo han entendido todas las naciones cuyos progresos hoy admiramos, y así debe hacerlo este pueblo, si quiere consolidar la grandeza de su urbe.

El proceso seguido por el Ayuntamiento de Barcelona en los grandes problemas es bien definido y creemos que todos han de reconocerlo lógico; primero, regularizar su hacienda, después atender a que sea sana y cómoda la vida, procurar luego elevar el nivel intelectual. Quizá pueda tachársele de mezquino en esta última parte, si se compara la cuantía de lo invertido en el segundo concepto y lo que se destina hoy al último, pero téngase en cuenta que es el primer paso en este camino, y que mucho ha de hacer el Municipio de Barcelona mientras no le falte la confianza de sus administrados, a pesar de la medrada esfera de acción en que le encierra la legalidad vigente.