«El cuerpo y la sexualidad vienen a ser pensados desde la perspectiva del discurso conceptual así como también se abre a la reflexión de su condición a partir de exploraciones artísticas múltiples. Gracias a corrientes de pensamiento contemporáneo tales como el postestructuralismo, el desconstructivismo, los estudios de género… vienen a ponerse en el centro de la atención teórica filosófica los discursos denominados LGTTB (lésbico-gay-transexuales-bisexuales).

La filosofía se ha enfrentado al cuerpo y a la sexualidad adoptando posiciones bien diferenciadas, desde el desprecio/infravaloración/marginación en la tradición platónico-cristiana pasando por la reivindicación del cuerpo como centro de gravedad para un acceso al mundo (Nietzsche) o la concepción foucoltiana de la vinculación de la sexualidad con el poder.

La propia presencia de la conjunción “y” en la expresión “cuerpo y sexualidad” ya nos introduce y plantea cuestiones filosóficas de gran calado conceptual, a saber: ¿La sexualidad existiría aún sin la presencia/acción del cuerpo?; ¿Toda la sexualidad se centra y gira en torno a lo corporal?; ¿La sexualidad posee intrínsecamente finalidades objetivas, necesidades a cubrir según un diseño inteligente, teleológico y moral?; ¿Existe una sexualidad “natural” (obligatoria y vinculante para todo ser racional) o cabe señalar su problematicidad mostrando una pluralidad de modos de interpretación de lo sexual y lo corporal, siendo cada uno de nosotros mismos los autores de un discurso corporal y sexual abierto a la pluralidad y a lo imposible de ser reducido a un patrón lógico de carácter último y fundamentador?; ¿Qué tipo de discurso propone la pornografía convencional acerca del sexo y de la conformación de los cuerpos, asimismo, de las diversas prácticas donadoras de un sentido del placer?

Las múltiples perspectivas teóricas desde las que se pueden abordar éstas y muchas otras problemáticas sobre cuerpo y sexualidad constituyen el horizonte hermenéutico para la confrontación de ideas, conceptos y argumentaciones que vienen a ponerse en juego en la discriminación pública de la tematización.

Desde la organización del congreso destacamos el carácter específicamente interdisciplinar del asunto en torno al cuerpo y la sexualidad. La reflexión filosófica se abre a las aportaciones provenientes de las experiencias artísticas, de los análisis sociológicos y antropológicos, de los datos de las ciencias biológicas... Sólo de este modo podremos obtener una visión integral de la problemática que viene a convocarnos, superando reduccionismos epistemológicos o prejuicios ideológicos que simplemente obscurecen e inhabilitan para una comprensión en sentido estricto del término.»