XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
El Escorial
Día 3 de julio de 1946 a las siete de la tarde

Discusión del tema sexto:
«PAX ROMANA y su acción en el futuro.»

Bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo auxiliar de Madrid y del Presidente internacional, Sr. Ruiz-Giménez, se abre la sesión a las siete de la tarde.

El Sr. Ruiz-Giménez anuncia que va a procederse en esta sesión a una visión general del tema VI: «PAX ROMANA y su acción en el futuro.» Esta misma cuestión será objeto de deliberaciones posteriores en la Asamblea interfederal de Friburgo; pero ya, importa que todos los países representados en este XIX Congreso mundial tengan conocimiento en líneas generales de la preocupación que anima a los distintos componentes de la Junta Directiva Suprema de PAX ROMANA y puedan señalar caminos por donde proceder a una reforma de la vida de nuestra organización.

Pero antes de entrar a exponer el pensamiento propio, por una parte del Vicepresidente 1º de la organización, Sr. Kirchner, Director del Secretariado de América del Norte, que ha llevado fundamentalmente la vida de la organización en América durante los años de la guerra, y de exponer también su propio pensamiento, dice se va a proceder, muy brevemente, a dar lectura a una resolución adoptada ayer por el Comité ejecutivo de PAX ROMANA, así como a suministrar concisamente a los congresistas alguna noticia sobre el extraordinario sentido y repercusión de esta decisión del Comité ejecutivo. Teniendo en cuenta lo delicado de la misma y las circunstancias que han concurrido para su formación, no se entrará en un debate público sobre ella, ya que tienen conocimiento de toda esta génesis los jefes de las Delegaciones, y los miembros que quieran adquirir una información completa pueden obtenerla de dichos jefes.

Se da lectura a la resolución adoptada por el Comité ejecutivo de PAX ROMANA.

El Sr. Kirchner, Vicepresidente internacional, explica la génesis de la reunión celebrada por el Cómité ejecutivo de PAX ROMANA.

El Sr. Ruiz-Giménez dice: «En Wáshington, el año 1939, se acordaba por unanimidad que España fuera la sede del XIX Congreso mundial de nuestra organización. En agosto de 1945, el Comité ejecutivo de la organización, reunido en Londres con ocasión del primer centenario de la conversión del Cardenal Newman, acordaba ratificar el acuerdo y fijar la fecha de la celebración del Congreso en España. Sin embargo, por circunstancias diversas, que no es el caso de entrar en sus pormenores, el Comité ejecutivo acordó que hubiera un Congreso jubilar en Friburgo, en conmemoración de las bodas de plata de nuestra organización, [119] y que la Asamblea interfederal, que es el organismo que puede tomar resoluciones con eficacia jurídica sobre reforma estatutaria, se reuniera también en Friburgo en este verano, ya que, con arreglo a los estatutos, no está ligada al Congreso, sino que es independiente de él. Pero posteriormente surgieron complicaciones en algunos sectores respecto al cumplimiento de este acuerdo, complicaciones que llegaron a tener repercusión, no en las jornadas de este Congreso, pero sí en las conversaciones al margen del mismo. Por esto fué necesario reunir en el día de ayer a los jefes de las Delegaciones, para que quedase clara la situación de validez jurídica de todos nuestros acuerdos, así como la finalidad y el sentido de las reuniones que todavía PAX ROMANA tiene que tener este año.

Anoche se reunieron, convocados por el Presidente del Comité ejecutivo, el Presidente internacional; el Vicepresidente 1º, Sr. Kirchner; el Sr. Ducret, representante del Secretario general de Friburgo; el Secretario administrativo, Sr. Rudi Salart, y por la Confederación Iberoamericana de Estudiantes Católicos, la Srta. Isabel Robalinos. Este Comité ejecutivo, ante el cual la junta de jefes de las Delegaciones había pedido que se convocara una Asamblea interfederal de nuestra organización, en el día de hoy adoptó la siguiente resolución:

«De acuerdo con el artículo 14 de los estatutos de PAX ROMANA, el Presidente internacional, el Vicepresidente 1º, el Secretario general de Friburgo y la Secretaria de la C. I. D. E. C., reunidos en sesión del Comité ejecutivo, adoptaron las siguientes resoluciones:

1ª Considerando que la Asamblea interfederal se convocó por el Comité ejecutivo, y que éste, reunido en Londres en agosto de 1945, decidió convocar la próxima reunión de la Asamblea interfederal en Suiza, en agosto de 1946; y

2ª Considerando que todas las Federaciones fueron notificadas de que la próxima Asamblea interfederal se celebraría en Suiza en agosto de 1946, y resultando materialmente imposible notificar a las Delegaciones cualquier cambio de fecha de la celebración, el Comité ejecutivo acordó por unanimidad confirmar la decisión de celebrar la reunión de la Asamblea interfederal en agosto de 1946.

Considerando esta decisión, y de acuerdo con los estatutos de PAX ROMANA, la Asamblea interfederal se reunirá el lunes, 26 de agosto de 1946, en Friburgo. Las principales funciones de esta Asamblea interfederal serán:

1ª Someter a deliberación las decisiones tomadas en la reunión de Londres por el Comité ejecutivo, referentes a la celebración del XX Congreso Internacional de PAX ROMANA en Friburgo.

2ª Elegir nuevo Comité ejecutivo, de acuerdo con los estatutos de PAX ROMANA, entendiéndose que los antiguos miembros continuarán en sus funciones hasta que los sucesores hayan sido elegidos en la próxima Asamblea de Friburgo.

3ª Resolver sobre todas las propuestas de afiliación a PAX ROMANA presentadas por las Federaciones.

4ª De acuerdo con el artículo 14 de los estatutos, discutir los informes y propuestas presentados por órganos del Gobierno y por las Federaciones y decidir sobre su adopción.»

El Comité ejecutivo decidió asimismo convocar una segunda reunión suya para fines de agosto, cinco días antes de la fecha de celebración de la Asamblea interfederal de Friburgo, para discutir el futuro de PAX ROMANA, y preparar la reunión de la Asamblea interfederal.

Posteriormente, el Vicepresidente 1º de PAX ROMANA, Sr. Kirchner, no como Vicepresidente, sino como miembro de la Delegación norteamericana, propuso la siguiente resolución, que fué aprobada por todos los jefes de las Delegaciones presentes:

a) Considerando que el XIX Congreso de PAX ROMANA, que ha tenido sobresaliente éxito, que ha reunido los delegados de treinta y dos naciones y países del Nuevo Mundo; considerando que el Presidente y su Comité organizador, para alcanzar estos resultados, han tenido que resolver obstáculos de distancia y malos entendidos para llegar a esta actitud cordial, el Congreso acuerda conceder un voto de gratitud y de sincero aprecio al Presidente y al Comité organizador del mismo.

b) Considerando las excepcionales dificultades y malos entendidos que ha debido encontrar el Presidente, y en vista de que su resolución ha sido llevada por el Presidente con extraordinario tacto, corrección y verdadero espíritu cristiano de caridad y de justicia, el Congreso acuerda testimoniar al Presidente su profundo afecto y concederle un voto de plena confianza.

c) Considerando la importancia que tiene la Asamblea interfederal de Friburgo, se acuerda que todas las Delegaciones representadas en este XIX Congreso mundial de [120] PAX ROMANA hagan el mayor esfuerzo por estar presentes y participar en la reunión de Friburgo, para asegurar así su completo éxito.»

El Congreso aprueba, en medio de grandes aplausos, las proposiciones que acaban de ser leídas.

El Sr. Ruiz-Giménez dice que, leída esta resolución del Comité ejecutivo de PAX ROMANA y las propuestas del Vicepresidente 1º, Sr. Kirchner, que ayer fueron aprobadas en la reunión del Comité ejecutivo, y, por aclamación cariñosa del Congreso, la moción presentada por el delegado norteamericano, se va a entrar en la discusión general de la sexta ponencia.

Antes, el Sr. Ruiz-Giménez ruega que se destaque una Comisión del Congreso para ir a recibir al Excmo. y Rvdmo. Sr. Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Cicognani, que está a punto de llegar para presidir la sesión, y así pueda pasar al salón acompañado.

El Sr. Kirchner hace un estudio de la historia reciente de PAX ROMANA y de sus problemas fundamentales, que va siendo traducido al castellano por el Sr. Santamaría.

Dice que va a comenzar haciendo una historia del último período de PAX ROMANA en América. En realidad, la fecha del XVIII Congreso de PAX ROMANA marca el comienzo de sus trabajos en América. Recuerda que ya anteriormente, en el año 1931, el Secretario general de PAX ROMANA y el Secretario administrativo habían viajado por los Estados Unidos para asistir a una reunión. En el año 35 y 36, el Presidente de PAX ROMANA recorría los ámbitos universitarios dando conferencias y dando a conocer las actividades de PAX ROMANA en Norteamérica. En julio de 1939, el Sr. Kirchner fué nombrado Presidente, con lo que ya se tenía un Presidente de PAX ROMANA norteamericano.

Explica cómo el trabajo efectivo de PAX ROMANA en América comenzó con la preparación del XVIII Congreso en Nueva York y Wáshington. El Presidente de PAX ROMANA fué invitado para asistir al II Congreso de la C. I. D. E. C., que se celebró meses antes. El Presidente de PAX ROMANA tomó por primera vez contacto con las Federaciones de lberoamérica, y cursó las invitaciones para que enviaran sus Delegaciones al Congreso de Nueva York. Al tercer día de empezarse el Congreso de Nueva York comenzó la guerra en Europa.

Destaca el espíritu de unidad que existió en aquel Congreso, y dice que PAX ROMANA no se quebró a pesar de iniciarse la guerra, y siguió inalterable, y así continuó durante todo el período de la guerra.

La Asamblea interfederal, que se reunió con motivo de este Congreso, viendo que con la guerra tendría dificultades de comunicación, nombró un Comité para ocuparse de la marcha de PAX ROMANA mientras durara la guerra. Este Comité estaba presidido por Ruiz-Giménez, Kirchner y el Secretario de Friburgo, que son «los tres grandes» de PAX ROMANA durante todo ese tiempo. Una de las primeras decisiones de este Comité, creado después del Congreso de Wáshington, fué la creación de un Secretariado Regional en Wáshington, que debía ocuparse de las tareas administrativas, que el Secretariado de Friburgo no podía realizar por causa de la guerra. El Secretariado de Friburgo redujo su trabajo a la ayuda de las víctimas de la guerra, y el trabajo se hizo desde Wáshington. Se puede dividir este trabajo en dos partes: una, la que se refiere a la ayuda de las víctimas de la guerra, y otra, a realizar sus esfuerzos para promover la expansión de PAX ROMANA hacia nuevos continentes.

Dice que se va a referir al segundo punto de PAX ROMANA, que es el de la labor de los estudiantes. En cuanto a la expansión de PAX ROMANA en este sentido, ha de considerarse indispensable la creación de Federaciones donde no existan. Esta labor se divide en dos partes: una, la expansión en América, y otra, en el lejano Oriente y en otras latitudes. En estos trabajos cooperaron las Federaciones de PAX ROMANA inglesas. Los trabajos que el Secretariado de Wáshington pudo realizar se debieron fundamentalmente a que este Secretariado no inició una obra nueva, sino que fué continuador de la de Friburgo, organizando su actuación y su modo de vivir con los elementos de las oficinas centrales de Friburgo, gracias a la permanencia en América de R. Salat, a través del cual toda América recibió el fruto de ese trabajo. En siete años en América del Norte y cinco en Iberoamérica, hizo un trabajo grande, y se debe destacar y decir en estos momentos que el trabajo hecho por el Sr. R. Salat ha merecido el aplauso de las jerarquías eclesiásticas de América y de la Santa Sede.

Se refiere después a los trabajos en otros continentes durante la guerra, y rinde un testimonio de gratitud a los hechos en Londres por las Federaciones inglesas de estudiantes [121] profesionales, que establecieron una Casa Internacional en Londres, en donde se pudo hacer un trabajo inmenso aprovechando la presencia de muchos grupos de estudiantes extranjeros durante la guerra, debido a que formaban parte de ejércitos, de gobiernos en exilio, &c. No menos de veinticinco grupos de estudiantes de diferentes países estuvieron en contacto con las Federaciones inglesas de PAX ROMANA. El periódico de las Federaciones inglesas ha desempeñado un gran papel, y ha sido, prácticamente, el órgano de publicidad de PAX ROMANA. Este periódico tiene una gran importancia en los trabajos de propaganda en Nueva Zelanda y en la India, donde tiene gran aceptación.

Nuevamente vuelve a informar sobre los trabajos en América, y recuerda en primer lugar una conferencia muy interesante que se celebró en 1940 en Canadá, promovida por la Federación canadiense y con estudiantes de Estados Unidos. El tema que se trató fué «La acción católica universitaria», y el trabajo que se hizo se resumió en un folleto que ha servido de guía a las Federaciones en los problemas de la acción católica.

Se comenzó el contacto con Iberoamérica aprovechando las informaciones que se tenían y las consultas que se evacuaban, y así se llegó a la celebración en Bogotá, en 1941, de la primera Asamblea Iberoamericana de PAX ROMANA, aprovechando la celebración del III Congreso de la C. I. D. E. C. Recuerda con esta oportunidad el trabajo que realizó Mariño, que era el Secretario, a quien se debe, en parte, el éxito que tuvo aquella Asamblea.

En esta Asamblea (la primera) de Bogotá hubo un buen número de delegados, pero pocas Federaciones; las representaciones eran individuales en su mayor parte. Se expuso, como tema de estudio uno muy práctico: el de estudiar cómo podían organizarse Federaciones de estudiantes católicos y su colaboración para aprovechar las experiencias mutuas de unos y otros. Se estableció un Secretariado Regional para Iberoamérica, que funcionó muy bien algunos meses; pero luego se interrumpió su trabajo.

Después de la Asamblea de Bogotá, el Sr. Kirchner, acompañado del Presidente de PAX ROMANA, viajó por todos los países de Iberoamérica, estableciendo contacto directo con ellos, algunos afiliados ya a PAX ROMANA.

Más tarde, R. Salat continuó estos trabajos personalmente en América latina, permaneciendo en los países que visitaba un año, y volviendo dos o tres veces a visitarlos, trabajando siempre, bajo los auspicios de las jerarquías, para fortalecer las Federaciones que ya existían o crear otras nuevas. Así se llegó al año 1944, en que se celebró una reunión en Santiago. De hecho fué una reunión sudamericana, en la que estuvieron representados todos los países de esta parte de América, con excepción de uno. El tema fué «La acción católica universitaria».

PAX ROMANA, con instrucciones directas de la Santa Sede, se preocupó de ir remozando las antiguas Federaciones hacia la técnica apostólica de la acción católica, y haciendo que las nuevas Federaciones tuvieran este carácter. Esto es lo que se ha hecho.

Vuelve a resaltar la magnífica labor llevada a efecto por el Sr. R. Salat, que mereció los plácemes de los Obispos de los distintos países y de la Santa Sede, que le concedió un distintivo, cosa que es un orgullo para PAX ROMANA.

Uno de los resultados prácticos de la semana de estudios de Santiago, en 1944, fué la creación de un Secretariado iberoamericano de PAX ROMANA, que funcionó como oficina simultánea de la C. I. D. E. C.

Se refiere a la segunda Asamblea sudamericana, celebrada en Lima. Las resoluciones y los acuerdos tomados en esta Asamblea se publicaron en un folleto. La Federación del Perú, que tuvo a su cargo la organización de este Congreso, merece todo género de elogios y felicitaciones por este trabajo. (Grandes aplausos.)

Se congratula de que el resultado de todos estos trabajos esté aquí a la vista, con la presencia de todos los delegados que han llegado de América para unirse con los hermanos de Europa y cooperar a la reconstrucción de este mundo deshecho por la guerra.

(La Srta. I. Robalinos interviene para decir que el éxito de todos los trabajos realizados en Iberoamérica, e incluso la mayor parte de los de la segunda Asamblea interamericana, se deben a Kirchner, al que se tributa una cariñosa ovación.)

Se refiere de nuevo el Sr. Kirchner a los trabajos realizados para la ayuda a los estudiantes víctimas de la guerra, en cuya información anuncia brevedad, por haber informado ya sobre este punto en Salamanca. Tan pronto comenzó la guerra, la oficina de Wáshington inició colectas en las Universidades americanas, que se enviaban a Friburgo, quien se encargaba de distribuirlas y ayudar a los estudiantes. En esta obra, al comenzar la guerra, pudieron ayudar otros países del continente que no habían participado todavía en el conflicto mundial; pero cuando la guerra se extendió por toda Europa, muchos países ya [122] no pudieron cooperar, y entonces, de acuerdo con las autoridades de PAX ROMANA, intervinieron otras organizaciones internacionales de estudiantes, para, en conjunto, realizar estos trabajos de ayuda a los estudiantes víctimas de la guerra. Destaca la labor que ha hecho PAX ROMANA en este sentido, de cuya intensidad da idea la circunstancia de que tiene una sección para ayuda de las víctimas de la guerra.

Destaca, por último, el trabajo que España ha realizado en este campo durante la época de guerra, ya por su cuenta o en combinación con Federaciones de otros países. En la exposición de esto dice que va a ser muy breve, porque habrá más información mañana, y anticipa que todo ello se debe a la ingente labor del Presidente de PAX ROMANA. Dice que va a hablar de la acción católica española en este sentido, y lo va a hacer en lugar de hacerlo el Presidente de PAX ROMANA porque lo haría de una manera muy modesta, sin resaltar su verdadera labor. Manifiesta que tanto en la reunión de Santiago como en la de Lima se inició la propaganda de este trabajo de ayuda a las víctimas de la guerra, entre los países de América latina, ya que estos países, que no han sufrido nada con la guerra, tenían más que ninguno la obligación de cooperar a la ayuda de los hermanos de Europa. No es mucho lo que se ha hecho. En Colombia, gracias a la iniciativa de Vergara y de Mariño, se ha organizado un gran trabajo, que mañana se dará a conocer con detalle en la Comisión.

Termina diciendo que para recoger la idea expuesta por D. Ángel Herrera de que en un mundo tan turbado como éste hacen falta santos, él, antes de marchar de España, pide a Dios para PAX ROMANA y para la paz futura la fuerza mística de nuestros santos, como San Juan de la Cruz, y la concepción mística de San Ignacio, que representa un catolicismo militante, de que es magnífico ejemplo España.

El Sr. Kirchner es objeto de una gran ovación.

El Sr. Ruiz-Giménez dice quiere presentar las líneas generales de lo que podría ser el motivo de la reflexión, de la discusión en las dos Comisiones, que podrían actuar esta noche y en las primeras horas de mañana, y que luego servirían sus trabajos como único tema en la última sesión plenaria que tendremos en este Congreso. Indica no va a hacer más que una glosa o explicación de los puntos que se contienen ya en el temario, y de ellos, dos solamente para mencionarlos, porque no es necesario detenerse en la esencia de PAX ROMANA ni en su historia, ya que es sobradamente conocida de cuantos asisten a estas jornadas.

Cree importante que las Federaciones aquí representadas formen ya su conciencia claramente sobre los puntos que deben ser llevados a la Asamblea interfederal, y que adopten aquí aquellas resoluciones que puedan servir de guía y de orientación a los trabajos de esa Asamblea.

Recuerda que solamente la Asamblea interfederal puede modificar estatutos; pero que un Congreso es también soberano para adoptar resoluciones, que deben ser tenidas en cuenta en la hora de adoptar las resoluciones definitivas.

«PAX ROMANA tiene, en el futuro, esta triple función, que, en definitiva, no es más que el despliegue de su tarea fundamental: la instauración total del Reino de Jesucristo en el mundo de la cultura humana. Como preámbulo de la reconstrucción de la vida universitaria en todos los pueblos afectados por la guerra, reconstrucción de orden material y de orden espiritual de las Universidades deshechas, laboratorios en ruinas, bibliotecas desiertas..., un enorme panorama ante nuestros ojos de cristianos, que nos impone la reduplicación de los esfuerzos para levantar nuevamente muros donde puedan seguir sus tareas y su formación los jóvenes de las futuras generaciones, que han de llevar el pensamiento de la Iglesia a la vida completa de sus pueblos.

Ya PAX ROMANA ha realizado algo..., ha realizado mucho; pero seamos también enteramente sinceros: ha realizado poquísimo en proporción con la enorme magnitud de la tarea que tiene ante sus ojos. Es realmente vergonzoso para nosotros, católicos, universitarios católicos, el que estemos más atrás de las organizaciones protestantes o neutras en la obra de la reconstrucción y de la ayuda universitaria del mundo. Hay que pensar que hay miles de estudiantes que han perdido todos sus bienes materiales o sus familias como consecuencia de la guerra, y, lo que es más grave, que tienen casi perdida la ilusión y la esperanza, y que esas masas constituyen hoy una presa fácil para todos los pescadores a río revuelto que se acercan a ellas y les ofrecen una ayuda material que esconde las más de las veces el veneno de una ideología anticristiana. Hay que pensar en la magnitud del problema, y pensar que hasta ahora es muy pobre el esfuerzo que han hecho las organizaciones universitarias católicas afiliadas a PAX ROMANA o que están en vías de afiliarse. [123] Hay que entonar por todos un sincero mea culpa y colocarnos en el camino de una auténtica reparación. Es este llamamiento y esta sugerencia para que la Comisión que actúa sobre este tema de la tarea de PAX ROMANA, en el futuro, pueda articular proposiciones concretas, que han de iluminar nuestros esfuerzos en los meses o años venideros.

En este punto se nos plantean también problemas serios, que importa ir madurando en la mente, sobre la colaboración con otras organizaciones no católicas, algunas confesionales de religiones distintas, otras neutras; problemas serios y graves que la realidad ha impuesto a PAX ROMANA, y que importa examinar serenamente para tratar de encontrar soluciones nuevas.

No quiere ocultar esta presidencia –añade Ruiz-Giménez– su deseo y su aspiración de que un día, cuanto más pronto mejor, PAX ROMANA, merced al esfuerzo de sus organizaciones nacionales, sea lo bastante poderosa como para organizar por sí misma, y con independencia de toda otra organización no católica, esta obra de reconstrucción y de ayuda.»

Respecto al segundo punto de los fines de PAX ROMANA, la instauración de la cultura humana en Jesucristo, dice textualmente: «Mucho de ello ha sido el objeto de nuestra preocupación a lo largo de los días del Congreso. Basta recordar los términos claros y terminantes de las cartas recibidas de la Santa Sede, de los Cardenales Pizzardo, y Montini, y la confianza que tiene el Vicario de Jesucristo, aquí representado por el Nuncio en España, al que habéis ofrecido la cooperación cálida que os sale de dentro, y yo me sumo de la manera más cordial, el deseo y el pensamiento de que PAX ROMANA sea el gran instrumento puesto al servicio de la Iglesia para la difusión del pensamiento cristiano, concretado en el mensaje y en las cartas pontificias, y su difusión por todos los ámbitos de la vida humana, por todos los entresijos del complejo existencial contemporáneo. Porque solamente así podrá ser sólida la paz. Esta cooperación de PAX ROMANA para ser, en su nombre y en su misión, la obra de la paz, tiene como fundamento la instauración de todas las cosas de la vida universitaria y de la cultura en Jesucristo.

Pero ese afán nuestro de cooperar a la paz nos impondrá relaciones con otras organizaciones internacionales, católicas unas, confesionales no católicas otras, neutras algunas.

Aquí se abren una serie de problemas enormemente serios, que PAX ROMANA habrá de afrontar en el futuro, si quiere pesar en las deliberaciones internacionales y en las instituciones que vayan montando los hombres de Estado. No podemos estar ausentes. Tendremos que alzar nuestra voz y nuestra fuerza como gran instrumento avanzado, de vanguardia si queréis, de la Iglesia, en cualquier reunión internacional. Pensad en esto y tratad de abrir caminos para ello. Pero sobre todo pensad, y pensad serenamente, en la renovación de la vida misma de nuestra entidad.

Todo el esfuerzo de este Presidente, desde el año 1939 en que tomó la presidencia, que le era ofrecida por voto unánime de todos los asambleistas en Wáshington, puede resumirse en esta palabra, o en estas dos palabras: Universalizar PAX ROMANA, romanizar PAX ROMANA. (Grandes aplausos.) Quiero que se me entienda y que no se interpreten equivocadamente mis palabras. PAX ROMANA es fundamentalmente universal; desde siempre, y por esencia, romana. Pero cuando yo, en 1939, me hacía cargo de la organización por primera vez (lo recordaba muy bien Kirchner), nuestra obra se extendía desde Europa al Nuevo Continente, e incluso lanzaba ya cables al Oriente lejano. La obra de extensión de PAX ROMANA realizada en América por Kirchner, Ruiz Salat y Santamaría, de quienes se ha hecho mención con justicia, había que presentarla a los ojos de S. S. el Papa, y había también que procurar seguir, y más en horas en que se nos cortaban los lazos de las relaciones europeas, en contacto estrecho e íntimo con el Vicario de Jesucristo. Esto fué lo que procuró hacer el Presidente en los años difíciles de la guerra. En 1939, al regresar de Wáshington, poniéndose a los pies de Su Santidad para ofrecerle la Presidencia; en 1943, para darle cuenta del esfuerzo, mínimo, si se quiere, en su resultado, pero grande en proporción con las dificultades que fué preciso vencer, con que se había procurado mantener vivo el rescoldo con la Europa en ruinas. Contacto con las Federaciones francesas en momentos difíciles, con las Federaciones italianas en horas de no menor tribulación, relaciones con muchas Federaciones, incluso con el envío de cera para los altares, y toda la ayuda material posible que los católicos de Friburgo enviaban a España, como el último lugar de sus esperanzas. Todo esto puse a los pies de Su Santidad en abril de 1943, y de sus labios salieron consignas en el sentido de hacer de PAX ROMANA el gran instrumento, la vanguardia universitaria de una Cristiandad militante. [124]

Y desde entonces, cuando ya el Congreso quedaba anunciado después del acuerdo de Londres, fué enorme el afán de comprensión y el deseo de que en PAX ROMANA no se escudase ninguna nación que no actuase, que no sirviese a la causa del Reino de Dios, ni ninguna cultura que no ponga en su base y en su cúspide la concepción cristiana de la existencia.

Nosotros, personalmente el Presidente que os habla –y quizá sea éste mi testamento– procuramos y nos esforzamos siempre por que en todos los organismos de PAX ROMANA y por que en todas las Asambleas a las que he asistido hubiera un sentido de gran comprensión, para que los que tuvieran ideales diferentes comulgaran en un conjunto de una cristiandad unida. El mundo anglosajón, el mundo iberoamericano, el latino, el eslavo, todos pueden y deben encajarse en ese gran imperio espiritual de PAX ROMANA, como se encaja y se engrana el gran imperio espiritual de la Iglesia en Roma.

Esta es la obsesión constante, pero a la que hay que dar realidad universal, y procurar que nunca, por defectos nuestros, de los que ahora dirigimos la organización o de los que la dirijan en el futuro, se puedan nunca causar mermas en perjuicio de ese espíritu de universalidad.

He aquí una de nuestras preocupaciones, preocupación que podéis llevar a las deliberaciones y reflexiones de esta noche y de mañana, más someras y simplemente como preámbulo, luego, a Friburgo. Yo os pido que vayáis allí con grandeza de alma (esto no quiere decir que con ingenuidad de alma), porque nos hace falta la comprensión y la unión con todos los grupos universitarios católicos de la Cristiandad, si queremos, en primer término, no servir de espectáculo de escándalo para los amigos e indiferentes, y en segundo término, haciendo una labor de catolización del mundo, de este mundo quebrantado y roto por la más tremenda de las guerras. (Grandes aplausos.)

Este espíritu ecuménico y profundamente romano; este espíritu que es también sentido de la jerarquía, afirmación de que las Asociaciones y grupos afiliados a PAX ROMANA han de estar en contacto estrecho, no quiere decir que no lo estén ya en la mayor parte de los países; pero sí que conviene declararlo, no ya en el sentido de la acción católica, pero sí en el sentido de la organización de un apostolado sensato, subordinado al servicio de la jerarquía eclesiástica de cada pueblo, y que en el plano internacional supone sentido de la jerarquía bajo el Supremo jerarca de Roma, pretensión quizá –¡quién pudiera decirlo!, y perdonadme si ya lo digo– del Vicario de Jesucristo. Deseamos contar en PAX ROMANA, un día, con un Cardenal que presente nuestras inquietudes de una manera estable a S. S. el Papa, y tal vez con una representación eclesiástica más amplia y decidida en aquella gran atalaya de Roma. (Grandes aplausos.)

Además, nos interesa ir madurando con sentido amplio, sin ánimo de agresividad contra nadie; no es hora de que los cristianos anden en luchas internas, sino superándose y corrigiéndose cuando haga falta: que la corrección fraterna es virtud importante. (Grandes aplausos.) Marchemos a través de esta corrección fraternal hacia este sentido universal y jerárquico de nuestra organización, y que esto lo concretemos en algunas normas precisas y detalladas. Es importante que pudiéramos tener, cuando menos, una oficina informativa o coordinadora en Roma, que nos sirviera de enlace constante con aquellas grandes instituciones culturales de la capital del mundo cristiano, las grandes Universidades pontificias, los grandes institutos angélicos y tantos otros como me vendrían ahora a la mente, que nos sirvieran como estación emisora de un pensamiento y de estación receptora de todas nuestras inquietudes. (Grandes aplausos.) Y que allí, en torno a esa oficina coordinadora, pudieran cooperar para dar más realidad tangible a esta coordinación en el sentido universal, estudiantes de todas las nacionalidades del Mundo, de los que allí terminan sus carreras. Tal vez éstos (voy pensando en voz alta para vosotros porque quiero ser franco en un momento tan importante para la vida de una institución en la que he puesto tanto entusiasmo y tanto esfuerzo) podrían constituir un consejo de estudiantes juveniles que pudiera mantenerse en contacto vivo con las orientaciones de Roma y difundirlas por las distintas partes del Mundo y llegar a los Secretarios regionales de América del Norte, de Europa, de América del Sur y de Oriente, en una red amplia y generosa, sin exclusivismos y procurando siempre congregar todos los valores auténticos al servicio de la Cristiandad. (Grandes aplausos.) Y completar este panorama con una difusión por los países del Mundo de nuestra obra, no sólo con la intensificación de la vida sobrenatural en las respectivas organizaciones, sino por una labor de coordinación más íntima en cada uno de nuestros países, porque si PAX ROMANA es instrumento de coordinación de los esfuerzos de las Federaciones nacionales, [125] ¿por qué no va a ser instrumento de congregación o armonización de la labor apostólica realizada no por este o por aquel grupo o Federación, o aquella o esta rama, sino por todos los que de una forma generosa cooperan realmente a la recristianización de la Universidad? Y actuación de los estudiantes con gran intensidad, respetando la personalidad magnífica de esa muy joven y pujante organización, paralela y hermana, que ha tenido sus sesiones con nosotros, Universitas, a cuyo Presidente tributo yo aquí el más cálido, y el más fraternal de los elogios.

Y como llega la noche, terminaré ya con estos pensamientos expuestos que, como veis, son pensamientos donde no queda ya el menor rastro, el menor vestigio de rencor, la menor huella de tribulación por las complicaciones pasadas de que aquí se ha hablado. Queda, sin embargo, un sentido de realidad. Yo quisiera que, con sentido de realidad, todas las Federaciones aquí presentes fueran a Friburgo; sentido de realidad, pero de realidad al servicio de Jesucristo, que es, en definitiva, realidad de justicia; pero, sobre todo, realidad de amor. (Grandes aplausos.)

Como no ha sido posible reunir la Asamblea Interfederal, pido que en esta ponencia se sigan exactamente los mismos ritmos y orden que en las anteriores; es decir, que se establezcan unas Comisiones en las que se estudie el futuro de PAX ROMANA; queremos que ese futuro espléndido decida la estructura y organización de PAX ROMANA, y aunque el Congreso no tenga facultad jurídica para modificar los Estatutos, pido que los Estatutos en el Congreso y en estas Comisiones se revisen, y se estudien, y se estructuren, y se saquen unas conclusiones y se haga con ellas una ponencia y se mande a la Asamblea Interfederal de Friburgo, porque así será como PAX ROMANA podrá hacer una acción eficaz, revisando aquí el Reglamento y los Estatutos, ya que los Reglamentos se han hecho para la vida y no la vida para los Reglamentos, que se modifiquen los fines y la estructura y se haga un memorándum que, firmado por todas las Federaciones, se envíe a la Asamblea de Friburgo para someterlo a la aprobación.»

Se levantó la sesión a las nueve y treinta de la noche.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 118-125