Filosofía administrada

Pío XII
Carta Apostólica de 27 de julio de 1949

Catholicas Studiorum Universitates
erigiendo la Federación de Universidades Católicas

 

PIUS PP. XII
ad Perpetuam Rei Memoriam

Catholicas studiorum Universitates, insignes doctrinae sacrae altiorumque humanarum disciplinarum sedes, Sancta Mater Ecclesia, divinae veritatis magistra ac tutrix, per totum fere orbem condidit, ne, tot repentibus erroribus, tot scholis cum Dei religionisque neglectu vel contemptione institutis, studiosa discipulorum soboles deciperetur et ingentia pateretur animarum detrimenta.

Eadem ergo provida Mater abhinc quindecim praesertim lustris, quibus ad defectionem a Summa Veritate improbe et infense est incitatum usquequaque, omni ope enixa est ut haec scientiae rectique cultus plantaria quam maxime promoveret, virtutibus christianis informaret atque, supremo suo magisterio firmiter inhaerentia, jurium Dei vindicandorum valida efficeret praesidia hominumque tenebris abvolutorum perfugia salutis.

Igitur hae Catholicae studiorum Universitates, inter tot temporum ac rerum difficultates a Sancta Sede excitatae, tardius quidem quod ad numerum, augescebant ac majores in dies colligebant vires, adeo ut jam totum terrarum orbem rutila luce collustrent; haud secus ac «granum sinapis.. quod minimum quidem est omnibus seminibus; cum autem creverit, majus est omnibus oleribus et fit arbor ita ut volucres caeli venient et habitent in ramis ejus» (Matth. XIII, 32).

Maximis ergo hisce studiorum domiciliis tam feliciter propagatis, perutile visum est ut eorum magistri et alumni in communem quandam consociationem coalescerent, quae, Summi Pontificis, utpote omnium Patris et Doctoris, auctoritate suffulta, collatis consiliis junctaque opera lumen Christi impensius diffunderet ac dilataret.

Quocirca factum est ut anno MCMXXIV duodeviginti Athenaea Catholica, fel. mem. Pio PP. XI, Decessore Nostro, probante amplissime ac benedicente, foedere sociarentur eo consilio, ut eorundem Rectores una cum professoribus aliisque ab ipsis delegatis, sollemnes conventus per temporis intervalla agentes, ea pertractarent negotia quae ad praecelsum eorum finem communiter provehendum maxime utilia forent et accomodata.

Nunc vero, immanissimo confecto bello, inter ea quae ad pacem caritatemque inter homines conciliandam ac firmandam conferunt, perquam opportunum habendum est, si omnes totius orbis Catholicae studiorum Universitates in magnam foederationem conveniant.

Quibus omnibus mature perpensis, Venerabilis Frater Noster, Josephus Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalis Pizzardo, Albanensis Episcopus ac Sacrae Congregationis de Seminariis studiorumque Universitatibus Praefectus, praecibus Nos adiit ut memoratam Athenaeorum Catholicorum foederationem constituere dignaremur, Nos autem, qui nihil antiqujus habemus quam ut bonis studiis uberiora addamus incrementa et doctrinae Catholicae latiorem ubique pandamus viam, hujusmodi vota libenti animo censuimus excipienda.

Itaque praesentium Litterarum tenore perpetuumque in modum, ex certa scientia ac matura deliberatione Nostra atque de Apostolicae potestatis plenitudine.

CATHOLICARUM STUDIORUM UNIVERSITATUM FOEDERATIONEM

erigimus et constituimus, quae complecti valeat Athenaea quae vel Sancta Sedes ipsa per orbem canonice erexit erigetve in posterum, vel tamquam ad normam Catholicae institutionis directa eique plane conformata aperte agnoverit, omnibus privilegiis, juribus et officiis personas, ad quas pertinet, cumulantes simulque definientes ut ea ipsa Foederatio Statutis regatur quae a Sacra Congregatione Seminariis Studiorumque Universitatibus praeposita, fuerint approbata.

Contrariis quibuslibet minime obstantibus. Haec edicimus, statuimus ac declaramus, decernentes praesentes Litteras firmas, validas atque efficaces iugiter exstare; illisque ad quos spectant, sive spectare poterunt, nunc et in posterum plenissime suffragari; sicque rite judicandum esse ac definiendum; irritumque ex nunc et inane fieri, si quidquam, secus, super his, a quovis, auctoritate qualibet, scienter sive ignoranter contigerit attentari.

Datum Romae, apud Sanctum Petrum, sub anulo Piscatoris, die XXVII mensis Julii, anno MCMXXXXIX, Pontificatus Nostri undecimo.

De speciali mandato Sanctissimi
Pro Domino Cardinali a publicis
Ecclesiae negotiis
HERMENEGILDUS BRUGNOLA
Officium Regens
Pontificiis Diplomatibus expediendis.

 

 

Pio XII
para toda la posteridad

La Santa Madre Iglesia, maestra y tutora de la verdad divina, ha fundado casi por toda la tierra Universidades Católicas, sedes insignes de la doctrina sagrada y de las ciencias humanas, para que las gneraciones estudiosas de los discípulos no sean engañadas por tantos errores contemporáneos, por tantas escuelas establecidas en la negligencia o el desprecio de Dios y de la religión y para que estas almas no padezcan ingentes detrimentos.

Así pues, esta Madre previsora, especialmente en el curso de estos quince últimos lustros durante los cuales se ha empujado en todo lugar de un modo bárbaro y hostil a la deserción de la Verdad Suprema, se ha esforzado en promover lo más posible lugares en que germinen la ciencia y el verdadero culto y formar en las virtudes cristianas, y asegurar ayudas eficaces apoyadas sólidamente en el magisterio supremo para defender los derechos de Dios y asegurar refugios de salvación a los hombres rodeados de tinieblas.

Así pues, estas Universidades Católicas, erigidas por la Santa Sede entre tantas dificultades debidas a la época y a la situación, han aumentado más tarde en número y se han ido fortaleciendo de día en día hasta el punto de que iluminan toda la tierra con una luz penetrante; y del mismo modo que «el grano de mostaza... que es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido es mayor que todas las hortalizas y se convierte en un árbol, de suerte que los pájaros del cielo vienen a anidar entre sus ramas» (Mt. XIII, 32).

Como estas instituciones de estudios se han propagado felizmente tanto, ha parecido muy útil que sus maestros y estudiantes se reunan en una cierta asociación común, que bajo la autoridad del Sumo Pontífice, como Padre y doctor de todos, poniendo en común sus deliberaciones y sus actividades, difundiera y dilatara más la luz de Cristo.

En consecuencia, sucedió que en el año 1924, dieciocho Universidades Católicas con la bendición y la aprobación amplísima del Papa Pío XI, nuestro predecesor de feliz memoria, se asociaron siguiendo este proyecto en una federación, para que sus Rectores juntamente con los profesores y otras personas por ellos delegadas, celebrando encuentros solemnes de manera periódica, trataran en ellos los asuntos que para promover su elevadísimo fin en común fueran más útiles y acomodados.

Ahora además, terminada esta monstruosísima guerra, entre las tareas que pueden conciliar y confirmar la paz y la caridad entre los hombres, ha parecido extremadamente oportuno que todas las Universidades Católicas de todo el orbe se reúnan en una magna federación.

Tras haber sopesado ampliamente todos los aspectos, nuestro venerable hermano José Pizzardo, Cardenal de la Santa Iglesia Romana, Obispo de Albano y Prefecto de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, nos ha rogado que nos dignemos constituir la susodicha federación de universidades católicas.

En cuanto a Nos, que nada anteponemos a la ayuda más abundante a los estudios bien orientados y a la apertura de un camino más dilatado en todas partes a la doctrina católica, hemos estimado poder acceder a esta petición con sumo agrado.

Así pues, a tenor de las presentes Letras y para todos los tiempos futuros, en virtud de un conocimiento cierto y de una madura deliberación y en virtud de la plenitud de poder apostólico, Nos erigimos y constituimos la

FEDERACION DE LAS UNIVERSIDADES CATOLICAS

que reunirá a los institutos superiores que canónicamente hayan sido o sean erigidos más adelante en todo el orbe por la misma Sede Apostólica y por las instituciones que sean reconocidas públicamente como plenamente conformes y administradas según las normas de los institutos católicos, con todos los privilegios, derechos y oficios que correspondan a las personas que formen parte de ellos, añadiendo y definiendo que esta federación sea regida por Estatutos que, tras haberle sido sometidos, fueran aprobados por la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades.

No habiendo nada en contra, proclamamos, estatuimos y declaramos estas cosas, decretando firmes, válidas y eficaces para siempre las presentes Letras; y que sean favorecidos plenísimamente aquellos a quienes concierna o puedan ser concernidos ahora y en el futuro; y así, siguiendo las reglas, ha de ser juzgado y definido; y que sea nulo y sin efecto, si algo atentara contra esto, sea quien sea o sea la autoridad que fuere, conscientemente o por ignorancia.

Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 27 del mes de julio del año 1949, decimoprimero de nuestro pontificado.

Por mandato especial del Santísimo,
En nombre del Señor Cardenal de los asuntos públicos de la Iglesia
HERMENEGILDO BRUGNOLA
Encargado de la expedición de los documentos pontificios.

 

{Texto y traducción tomados de la edición realizada por la FIUC en enero de 1990.}

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