Filosofía administrada

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España
Real Decreto 938/2001, de 3 de agosto, por el que se modifica el Real Decreto 1179/1992, de 2 de octubre, por el que se establece el currículo del Bachillerato
Boletín Oficial del Estado 215 de 2001 • 7 septiembre 2001 • págs. 33795-33879
→ Versión íntegra de este decreto en formato pdf
→ introduce variantes sobre el Real Decreto 3474/2000
→ superado por el Real Decreto 832/2003

[Siendo ministra Pilar del Castillo Vera, y presidente del gobierno José María Aznar López, del Partido Popular, se modificó mediante este Real Decreto el currículo del Bachillerato español establecido en 1992, RD 1179/1992, por un gobierno socialista. Ya el RD 3474/2000 había establecido Filosofía I y Filosofía II como materias comunes en primero y segundo año, y definido sus contenidos mínimos. Ocho meses después este Decreto varía esos contenidos, afectando en varios detalles a las asignaturas de Filosofía. Tras la Ley Orgánica de Calidad de la Educación, de 23 de diciembre de 2002, quedó superado por el RD 832/2003, de 27 de junio de 2003, que recuperó como contenidos de filosofía exactamente los dispuestos por el RD 3474/2000, antes de estas ampliaciones y variaciones.]

 

17025 REAL DECRETO 938/2001, de 3 de agosto, por el que se modifica el Real Decreto 1179/1992, de 2 de octubre, por el que se establece el currículo del Bachillerato.

Los Reales Decretos 1700/1991, de 29 de noviembre, y 1178/1992, de 2 de octubre, han desarrollado, respectivamente, la estructura y las enseñanzas mínimas del Bachillerato cuyas características básicas fueron definidas por la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo.

El Real Decreto 1179/1992, de 2 de octubre, estableció a su vez el currículo del Bachillerato para los centros del ámbito territorial de gestión directa del Ministerio de Educación y Ciencia. En este Real Decreto, al amparo del apartado 3 del artículo 4º de la citada Ley Orgánica, se establecieron los objetivos, contenidos y criterios de evaluación para las diferentes materias, así como los principios metodológicos básicos de sus enseñanzas.

Tras unos años de seguimiento y valoración del funcionamiento de las enseñanzas del Bachillerato en un número muy amplio de centros en que fueron implantadas anticipadamente en diversas Comunidades Autónomas, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha observado que ciertos aspectos del currículo son susceptibles de mejoras y, por ello, ha estimado necesaria la aprobación del Real Decreto 3474/2000, de 29 de diciembre, por el que se modifican parcialmente los dos primeros citados. Con él se han mejorado aspectos estructurales, vinculando las materias comunes a cada curso, haciendo una mayor concreción de los currículos de las diferentes materias y actualizando su dimensión científica y didáctica, y también introduciendo nuevas materias que dan mayor solidez a la formación común y a la específica de las diferentes modalidades del Bachillerato.

Se hace preciso, en consecuencia, adecuar también a las exigencias del nuevo Real Decreto de enseñanzas mínimas el Real Decreto 1179/1992, de 2 de octubre, por el que el Ministerio de Educación y Ciencia estableció el currículo de esta etapa educativa para los centros comprendidos en su ámbito de gestión directa. En coherencia con el de enseñanzas mínimas, el presente Real Decreto incorpora las nuevas materias que se han introducido tanto en el grupo de materias comunes como en las diferentes modalidades y complementa los contenidos mínimos de todos los currículos en la línea, marcada por el Real Decreto básico, de una mayor concreción y actualización en los planos científico y didáctico.

El presente Real Decreto contiene el currículo al que han de atenerse los centros que imparten el Bachillerato en el ámbito de gestión directa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, tanto en el territorio nacional como en los centros acogidos al Real Decreto 1027/1993, de 25 de junio, que regula la acción educativa española en el exterior.

En su virtud, a propuesta de la Ministra de Educación, Cultura y Deporte, con el dictamen del Consejo Escolar del Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 3 de agosto de 2001,

DISPONGO:

Artículo único. Modificación del Real Decreto 1179/1992, de 2 de octubre, por el que se establece el currículo del Bachillerato.

El presente Real Decreto, de aplicación en el ámbito de gestión directa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, modifica en los siguientes términos aquellos artículos y apartados del Real Decreto 1179/1992, de 2 de octubre, que quedan afectados por el Real Decreto 3474/2000, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del Bachillerato:

1.

«Artículo 5º, párrafo a): a) Dominar la Lengua Castellana.»

2.

«Artículo 6º, apartados 2 y 3:
2. El currículo del Bachillerato en sus distintas materias será el que se incluye en el anexo de este Real Decreto.
3. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte establecerá los horarios semanales para la impartición de las materias del Bachillerato.»

3.

«Artículo 7º, apartado 2: 2. En el desarrollo del currículo será objeto de atención especial la formación en valores, tanto personales como sociales, que capaciten a los alumnos para la convivencia democrática y fomenten el respeto a los derechos humanos.»

4.

«Artículo 8º: Las materias comunes del Bachillerato serán las siguientes:
En primer curso: Educación Física, Filosofía I, Lengua Castellana y Literatura I, Lengua Extranjera I y Religión o Sociedad, Cultura y Religión.
En lo referente a las enseñanzas de Religión y Sociedad, Cultura y Religión se estará a lo dispuesto en la normativa vigente.
En segundo curso: Filosofía II, Historia, Lengua Castellana y Literatura II y Lengua Extranjera II.»

5.

«Artículo 9º: Las materias propias de la modalidad de Artes serán las siguientes:
En primer curso: Dibujo Artístico I, Dibujo Técnico I y Volumen.
En segundo curso: Dibujo Artístico II, Dibujo Técnico II, Fundamentos de Diseño, Historia del Arte, Imagen y Técnicas de Expresión Gráfico-Plástica.»

6.

«Artículo 10: Las materias propias de la modalidad de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud serán las siguientes:
En primer curso: Biología y Geología, Dibujo Técnico I, Física y Química y Matemáticas I.
En segundo curso: Biología, Ciencias de la Tierra y Medioambientales, Dibujo Técnico II, Física, Matemáticas II y Química.»

7.

«Artículo 11: Las materias propias de la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales serán las siguientes:
En primer curso: Economía, Griego I, Historia del Mundo Contemporáneo, Latín I y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales I.
En segundo curso: Economía y Organización de Empresas, Geografía, Griego II, Historia del Arte, Historia de la Música, Latín II y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales II.»

8.

«Artículo 12: Las materias propias de la modalidad de Tecnología serán las siguientes:
En primer curso: Dibujo Técnico I, Física y Química, Matemáticas I y Tecnología Industrial I.
En segundo curso: Dibujo Técnico II, Electrotecnia, Física, Matemáticas II, Mecánica y Tecnología Industrial II.»

9.

«Artículo 15: Los alumnos deberán cursar seis materias propias de la modalidad elegida, tres en cada curso. Todos los alumnos deberán cursar también dos materias optativas a lo largo de la etapa, una en el primer curso y otra en el segundo. Excepcionalmente, con carácter voluntario y siempre que la organización docente lo permita, podrán cursar una materia optativa más en cada curso.»

10.

«Artículo 17: El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte determinará la organización de las materias propias de las modalidades en diferentes opciones. Mediante una oferta adecuada de materias optativas, los centros facilitarán a los alumnos la configuración de itinerarios coherentes que les posibiliten su progresión.»

Disposición adicional primera. Adaptación del currículo para los centros en el exterior.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte podrá adaptar este currículo a las especiales necesidades de los centros en que se imparten enseñanzas de Bachillerato en el exterior al amparo del Real Decreto 1027/1993, de 25 de junio.

Disposición adicional segunda. Adaptación para la educación a distancia y la educación de adultos.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte adecuará la organización de esta etapa a las peculiares características de la educación a distancia y de la educación de las personas adultas.

Disposición derogatoria única. Derogación normativa.

Quedan derogadas todas las normas de igual o menor rango que se opongan a lo establecido en este Real Decreto.

Disposición final primera. Aplicación del Real Decreto 3474/2000, de 29 de diciembre.

El presente Real Decreto se dicta en aplicación de lo previsto en la disposición final segunda del Real Decreto 3474/2000, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del Bachillerato.

Disposición final segunda. Habilitación para el desarrollo normativo.

El Ministro de Educación, Cultura y Deporte podrá dictar cuantas normas sean precisas para la aplicación y desarrollo de lo establecido en este Real Decreto.

Disposición final tercera. Entrada en vigor.

El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado» y su aplicación se efectuará de la siguiente forma: a comienzos del curso 2002-2003 se implantarán las enseñanzas y horarios de las materias del primer curso, y en el 2003-2004, las enseñanzas y horarios de las del segundo.

Dado en Palma de Mallorca a 3 de agosto de 2001.
JUAN CARLOS R.

La Ministra de Educación, Cultura y Deporte,
PILAR DEL CASTILLO VERA

 

ANEXO

Currículo de las materias del Bachillerato

A) Materias comunes:
Educación Física.
Filosofía I y II.
Historia.
Lengua Castellana y Literatura I y II.
Lenguas Extranjeras I y II.
B) Materias de modalidad:
Modalidad de Artes
Dibujo Artístico I y II.
Dibujo Técnico I y II.
Fundamentos de Diseño.
Historia del Arte.
Imagen.
Técnicas de Expresión Gráfico-Plástica.
Volumen.
Modalidad de Ciencias de la Naturaleza y Salud:
Biología.
Biología y Geología.
Ciencias de la Tierra y Medioambientales.
Dibujo Técnico I y II.
Física.
Física y Química.
Matemáticas I y II.
Química.
Modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales:
Economía.
Economía y Organización de Empresas.
Geografía.
Griego I y II.
Historia del Arte.
Historia del Mundo Contemporáneo.
Historia de la Música.
Latín I y II.
Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales I y II.
Modalidad de Tecnología:
Dibujo Técnico I y II.
Electrotecnia.
Física.
Física y Química.
Matemáticas I y II.
Mecánica.
Tecnología Industrial I y II.
C) Materias optativas
Segunda Lengua Extranjera I y II.
A) Materias comunes
Educación Física

(... ... ...)

 

FILOSOFÍA I y II
(páginas 33798 a 33803)

FILOSOFÍA I

Introducción

La Filosofía es un modo de saber racional peculiar, ya que no es una –puesto que existen muchos sistemas filosóficos–, ni tampoco es ciencia. Como «reflexión radical y crítica», la Filosofía a lo largo de su historia se ha ocupado de unos problemas específicos referidos a la totalidad de la experiencia humana.

En este curso se deben exponer a los alumnos todos los problemas radicales de la Filosofía, ya que es el procedimiento más apropiado para lograr que entiendan la Historia de la Filosofía, es decir, los distintos intentos de solución.

La Filosofía, como materia del Bachillerato, debe desempeñar las siguientes funciones:

a) Propiciar una actitud reflexiva y crítica, acostumbrando a los alumnos a no aceptar ninguna idea, hecho o valor, si no es a partir de un análisis riguroso.

b) Potenciar la capacidad de pensar de modo coherente, usando la razón como instrumento de persuasión y diálogo.

c) Aprender a pensar de modo autónomo, adoptando ante los problemas una actitud personal.

d) Integrar, en una visión de conjunto, la diversidad de conocimientos, creencias y valores.

e) Valorar la capacidad normativa de la Filosofía como instrumento de transformación y cambio.

Para cumplir estas funciones, un curso introductorio debe dotar a los alumnos de una estructura conceptual suficiente de carácter filosófico. Si han de adoptar una actitud crítica y reflexiva, se les debe dotar de criterios, habituándoles a exigir de las teorías o de los hechos –de modo especial los hechos sociales– un grado suficiente de evidencia o necesidad; si han de aprender a usar la razón, deberán conocer, al menos de modo práctico, las principales reglas de la lógica; si deben aprender a pensar de modo autónomo, aprendiendo filosofía a la vez que filosofan, se les debe exigir que traten de fundamentar lo que digan o escriban; y, si la filosofía debe servirles para alcanzar una concepción integrada de su mundo, debe proporcionarles una visión global del papel que desempeñan los distintos saberes y creencias, así como la organización sistemática del propio quehacer filosófico.

Todo ello exige, no un tratamiento parcial de problemas filosóficos y científicos, sino una consideración integral de todos los problemas estructurales de la Filosofía: Los que se refieren al conocimiento, a la realidad, al ser humano y al sentido de su acción, sobre todo en sociedad. Es decir, un curso introductorio, debe abordar todos los problemas filosóficos, porque sólo de este modo pueden hacerse cargo los alumnos de lo que ha significado y significa la Filosofía como saber acerca de la totalidad de la experiencia humana.

Al diseñar este curso, no se ha partido de una concepción determinada de la Filosofía, sino sólo de un elenco de problemas básicos. El profesorado puede adoptar la perspectiva que le parezca más oportuna, aunque debe mantenerla a lo largo del curso. Es evidente que la tarea de introducir a la Filosofía se puede realizar desde cualquier consideración sistemática; pero lo esencial para que cumpla su función integradora, en el período de formación de la persona, es que presente a los alumnos una visión coherente de la Filosofía, sin limitarse a reflexiones aisladas sobre cuestiones inconexas o puntuales, privilegiando en exceso partes de la materia en detrimento de otras igualmente relevantes.

Se trata, por consiguiente, de un currículo abierto, que permite al profesorado un amplio margen de acción, con el único condicionante de que se traten todas las cuestiones fundamentales que han sido abordadas en la historia del pensamiento.

Desde el punto de vista metodológico, y respetando siempre la libertad de cátedra, se proponen algunas orientaciones para impartir la materia.

1) Aunque los alumnos han podido adquirir algunos conceptos filosóficos básicos al estudiar las cuestiones de Ética, en este primer curso van a encontrarse con una problemática mucho más compleja, lo que implica también la necesidad de asimilar y construir conceptos de mayor dificultad. Al respecto es importante que el profesorado explique estos conceptos con rigor, ya que los alumnos pueden asimilarlos; pero es también importante que se les proporcionen aquellos datos que posibiliten, inductivamente, su construcción, de tal modo que alcancen un aprendizaje significativo.

2) Son útiles, igualmente, los esquemas-resumen, que permiten una visión global de la materia o de partes de ella, y que sirven como organizadores para su estudio analítico.

3) El uso de mapas conceptuales, de modo especial en la exégesis de textos, permite que capten interrelaciones, e incluso contradicciones entre conceptos, que a veces pasan desapercibidas en la lectura.

4) Puede utilizarse también el comentario de textos muy significativos, relacionados con el contenido de las distintas unidades. Es preferible, en este nivel, la selección de los denominados textos de tema frente a los textos de autor, que conviene dejar para la asignatura de Filosofía II.

5) Lecturas complementarias, ya sea de libros breves y asequibles, o de capítulos escogidos.

6) Los grupos de debate, centrados sobre cuestiones importantes de la materia, si son debidamente preparados y moderados, pueden ser otro medio didáctico útil.

7) No hay que olvidar, tampoco, la conveniencia de que los alumnos realicen un archivo terminológico-conceptual, en el que reflejen con sus propias palabras las diferenciaciones progresivas que se vayan alcanzando en cada uno de los conceptos estudiados.

Objetivos

1. Adoptar una actitud crítica ante las cuestiones teóricas y prácticas, exigiendo que estén siempre debidamente fundamentadas.

2. Argumentar de modo racional y coherente los propios puntos de vista, ya sea de forma oral o escrita.

3. Utilizar el diálogo para contrastar y debatir diferentes puntos de vista.

4. Comprender los principales problemas filosóficos que se han tratado a lo largo de la Historia.

5. Emplear con propiedad y rigor los principales términos y conceptos filosóficos.

6. Analizar textos filosóficos en su coherencia interna, identificando los problemas y valorando críticamente los supuestos y las soluciones que proponen.

7. Conocer y valorar la importancia de la acción humana, libre y responsable, desde un punto de vista ético, técnico y artístico.

8. Adoptar una actitud crítica ante todo intento de justificación de las desigualdades sociales y ante toda discriminación, ya sea por sexo, raza, creencias u otras características individuales y sociales.

9. Valorar la capacidad normativa y transformadora de la razón para construir una sociedad más justa, en la que exista una efectiva igualdad de oportunidades.

10. Valorar los intentos por construir una sociedad mundial basada en el respeto a los derechos humanos individuales y colectivos, en la convivencia pacífica y en la defensa de la naturaleza.

Contenidos

Para que este primer curso introductorio, ya en el Bachillerato, cumpla el objetivo de plantear los problemas específicos de la Filosofía dentro de un cierto orden lógico, parece oportuno distribuirlos en seis núcleos temáticos, en cinco de los cuales se introducen cuatro subtemas o unidades.

1. El saber filosófico:

Se trata de proporcionar a los alumnos, a modo organizador, una visión de conjunto de lo que ha representado y representa el saber filosófico. Se debe presentar la especificidad de la perspectiva filosófica como actividad teórica diferente de las mitologías, de las religiones, de las ciencias y de la literatura. De igual modo, es preciso aclarar en qué sentido, desde sus orígenes, está estrechamente vinculada a su historia, totalmente necesaria para su comprensión.

Unidad 1. Especificidad del saber filosófico. Sentido y necesidad de la filosofía. La filosofía y su historia.

2. El conocimiento:

Si la filosofía es un peculiar modo de saber, parece consecuente comenzar analizando la problemática que suscita el conocimiento humano, tanto desde el punto de vista psicológico como desde una consideración lógica gnoseológica. En este campo temático se deben presentar al alumnado los problemas filosóficos que se han ido generando históricamente en torno al conocimiento, como son el de la verdad, los posibles criterios de verdad y el alcance del conocimiento, tanto científico como filosófico. Asimismo, se debe hacer comprender a los alumnos la necesidad del rigor lógico, la coherencia del discurso y las reglas básicas de la argumentación.

Unidad 2. El conocimiento científico: Orígenes, método y límites.
Unidad 3. Lógica formal e informal: Falacias, paradojas y falsos argumentos.
Unidad 4. El problema de la verdad y de los criterios de verdad. Lenguaje y conocimiento filosófico.
Unidad 5. Los límites del conocimiento filosófico.

3. La realidad:

Este tercer campo temático debe dedicarse a los problemas filosóficos que plantea la realidad, es decir, todo el conjunto de objetividades no realizadas por el ser humano, y que constituyen el mundo físico o la naturaleza.

Acceder a esta realidad ha sido una aspiración constante de la filosofía, desde sus comienzos. Los problemas que plantea este entorno físico son, fundamentalmente, los cosmológicos y los metafísicos.

Las explicaciones científicas del mundo físico, así como los modelos teóricos sobre el universo, pueden ser un punto de partida, incluso muy útil para que los alumnos potencien su sentido crítico ante teorías divergentes sobre el espacio, el tiempo, la constitución del cosmos, &c.

Las cuestiones clásicas de la metafísica, desde el mundo clásico hasta nuestra época, permitirán al alumnado aproximarse a problemas que, independientemente de la actitud que se adopte ante ellos, constituyen un repertorio ineludible de temas tratados en el pensamiento occidental.

Unidad 6. El mundo físico y la ciencia. Las cosmovisiones científicas.
Unidad 7. Metafísicas espiritualistas y materialistas.
Unidad 8. Los grandes problemas de la metafísica occidental.

4. El ser humano:

Este núcleo temático, de acuerdo con el desarrollo lógico del currículo, sitúa al ser humano como una realidad intermedia entre lo natural y lo cultural. De ahí que pueda realizarse una consideración científica del hombre –biológica, psicológica y antropológica–, para culminar con una antropología filosófica, en la que se planteen temas como la relación entre mente y cuerpo, la persona humana, libertad y determinismos, &c.

Unidad 9. Filogénesis, antropogénesis y sociogénesis.
Unidad 10. Naturaleza y cultura. Relativismo y universalismo.
Unidad 11. El ser humano a la luz de la Psicología.
Unidad 12. La reflexión filosófica sobre el ser humano.

5. La acción humana:

En este núcleo temático se deben abordar todos los aspectos de la acción humana que estén vinculados con los valores y las normas que rigen a los individuos y a las sociedades humanas. Se debe tener en cuenta que algunos temas de ética han sido ya estudiados en el curso anterior. Por eso, en este apartado hay que analizar la fundamentación de las diversas teorías éticas. Será preciso abordar, también, los aspectos esenciales del trabajo humano relacionados con la transformación de la naturaleza y de la sociedad mediante la tecnología, así como los problemas estéticos de la creación artística.

Interesa subrayar la relación entre la razón teórica y la práctica, así como la capacidad normativa e innovadora que dimana de esta relación.

Unidad 13. La acción transformadora: Trabajo y tecnología.
Unidad 14. La creación artística y la reflexión sobre la obra de arte.
Unidad 15. Fundamentación de la ética. Autonomía y heteronomía moral.
Unidad 16. Principales teorías éticas.

6. La sociedad:

En este último núcleo temático deberán tratarse aquellos aspectos de la sociedad que no han sido estudiados en los contenidos sobre ética de 4.o de la Educación Secundaria Obligatoria ni en los núcleos temáticos anteriores. En concreto, todo lo referido a la organización social, económica, política y jurídica, así como las teorías sobre el origen de la sociedad y el Estado, el poder y su legitimación.

También tienen relevancia las cuestiones relacionadas con el Derecho y la Justicia, decisivas en una sociedad democrática, y asimismo las que se refieren a la capacidad humana para transformar el mundo.

Unidad 17. Interacción, cultura y estructura social.
Unidad 18. Derecho y justicia. Orden económico y cambio social.
Unidad 19. Utopías y utopismos.
Unidad 20. Principales teorías sobre el origen de la sociedad y del Estado.

Criterios de evaluación

1. Reconocer problemas filosóficos y relacionarlos con los principales sistemas filosóficos que los han desarrollado.

2. Comentar textos filosóficos significativos, tanto desde un punto de vista comprensivo como crítico, identificando su contenido temático.

3. Realizar de forma individual y en grupo trabajos monográficos acerca de algún problema filosófico, utilizando información procedente de diversas fuentes.

4. Argumentar de forma oral y escrita, razonando los propios puntos de vista, sobre cuestiones de interés personal entre las que se abordan en los distintos núcleos temáticos.

5. Reconocer las características del conocimiento humano y justificar la necesidad de que, tanto las teorías como los hechos, tengan una fundamentación suficiente.

6. Reconocer los problemas que plantea la realidad y adoptar una actitud razonada y crítica ante las cuestiones de que se ocupan las cosmovisiones y la Metafísica.

7. Conocer y valorar las distintas interpretaciones, científicas y filosóficas, sobre la especificidad del ser humano.

8. Conocer y analizar la naturaleza de las acciones humanas, en tanto que libres, responsables, normativas y transformadoras.

9. Reconocer y explicar las características de la vida en sociedad, la organización social y las distintas formas de gobierno.

10. Conocer y justificar la necesidad de que la razón humana se utilice para construir una sociedad más justa, democrática y solidaria.

 
FILOSOFÍA II

Introducción

Con la Filosofía II (Historia de la Filosofía) culmina el ciclo de educación filosófica en el Bachillerato. Esta materia debe estar en una estrecha relación con la Filosofía de primer curso de Bachillerato, ya que supone una profundización conceptual y una visión histórica de los grandes problemas que se han analizado en este curso en torno al conocimiento, la realidad, el ser humano, la acción y la sociedad.

La función que debe desempeñar la Historia de la Filosofía en el currículo de Bachillerato es doble: Por una parte, debe proporcionar una información básica, que permita a los alumnos localizar filósofos y sistemas; y, por otro lado, debe atender a completar la formación filosófica, mediante el estudio y análisis de algunos de los filósofos más representativos de cada época.

La función informativa, sin embargo, no debe confundirse con una mera historiografía de todas las corrientes y tendencias filosóficas que ha habido en Occidente desde Grecia hasta nuestros días, ni menos aún como una simple doxografía, en la que aparezcan los distintos autores como creadores de opiniones filosóficas, sin mayor valor que el de la sucesión cronológica y la contraposición de pareceres. Conviene, no obstante, presentar al alumnado unas visiones de conjunto de cada época, y un esquema de las principales tendencias y filósofos que las han representado. Esta función informativa, que puede realizarse como contextualización de la función formativa, no debe exigir desarrollos historiográficos, exhaustivos; pero sin ella, como es obvio, resulta difícil ahondar en aquellos filósofos que permitan completar la formación filosófica del alumnado. También es necesario resaltar la función reconstructiva de esta materia, que destaca la relevancia de los problemas teóricos planteados y de las respuestas ofrecidas por los filósofos en el pasado para nuestra comprensión de esos mismos temas en el presente.

La Historia de la Filosofía que se imparte en segundo curso de Bachillerato no es ni puede ser tampoco una Historia de toda la cultura occidental en todas sus manifestaciones; pero se debe mantener un análisis contextual que permita captar el sentido diacrónico y dialógico de las ideas.

Por lo tanto, se han de evitar varios peligros en la articulación del currículo: El historicismo filosófico exhaustivo, el historicismo culturalista, que disuelve la tradición filosófica, la mera doxografía y la excesiva erudición hermenéutica en el comentario de los textos.

Sobre la base, pues, de una contextualización esquemática, puede abordarse el análisis de los problemas tratados en el curso anterior, explicados en el contexto de las corrientes y autores más importantes de la filosofía occidental, y todo ello mediante una no muy extensa antología de textos filosóficos significativos, llamados «canónicos», que presenten de forma coherente y relevante los problemas estudiados; no hay que olvidar que la Filosofía se muestra en sus textos originales, cuya lectura, comentario e interpretación resulta indispensable.

La Historia de la Filosofía se concibe como una materia común a todas las modalidades del Bachillerato, tanto más necesaria en las de carácter científico y tecnológico, cuyos alumnos, si no es por interés personal, no volverán a tener contacto con la Filosofía; se hace precisa, por tanto, una sistematización adecuada que ponga de manifiesto la relación que existe entre la ciencia y la filosofía, así como una atención especial a aquellos científicos que hayan tenido relevancia en la historia de las ideas.

Se debe completar este ciclo de educación filosófica conociendo la Historia de la Filosofía en sus grandes líneas de desarrollo, y habiendo profundizado en el análisis de los filósofos más relevantes, lo que constituye una base de formación humanística indispensable, sean cualesquiera las opciones futuras del alumnado.

Desde el punto de vista metodológico, y dentro del mayor respeto a la libertad de cátedra, se proponen algunas orientaciones para impartir la materia:

La didáctica de la Historia de la Filosofía debería tener presente una serie de fases metodológicas que pueden facilitar una transmisión adecuada de los distintos aspectos de la materia por parte del docente.

1) Conviene realizar una suficiente contextualización del pensamiento del autor. Para ello podemos comenzar por situarlo brevemente en sus coordenadas históricas mediante una panorámica general, apoyada en una tabla cronológica de la época. Enumerar las principales manifestaciones culturales (ciencia, arte, religión, &c.) y finalizar con una presentación de los autores considerados más relevantes.

2) Exponer las principales características conceptuales de la corriente filosófica que estemos estudiando.

3) Explicar de modo sistemático los núcleos temáticos del pensamiento del autor, así como su continuidad y articulación con otros niveles precedentes de la asignatura.

4) Es conveniente también una completa síntesis conceptual de los contenidos tratados en las fases anteriores (contextualización, caracterización, explicación), mediante un esquema-resumen final, unos mapas conceptuales por apartados temáticos y una tabla con los términos y expresiones propias de un determinado autor.

5) Como la filosofía se muestra en sus textos, es imprescindible la lectura, comprensión e interpretación de aquellos que consideremos más significativos en relación con los núcleos temáticos desarrollados. Una metodología dirigida del comentario de textos nos permitirá aproximarnos al cumplimiento de los tres objetivos citados. Propondremos, sobre la base de un texto altamente significativo del pensamiento de un autor, los siguientes tipos de cuestiones:

—Cuestiones contextuales (encuadre histórico-cultural del texto).

—Cuestiones terminológicas (conceptos, expresiones, enunciados).

—Cuestiones temáticas (referidas a la relación de inserción entre texto y tema).

—Cuestiones de interpretación (comprensión del sentido global del texto).

—Cuestiones de relación (comparación entre autores o escuelas sobre un tema o problema filosófico).

—Cuestiones de actualización (replanteamiento de un tema o problema filosófico desde su tratamiento, solución o disolución en la actualidad).

Un recorrido metodológico por etapas, como el propuesto, permitirá, finalmente, una formación provechosa y académicamente útil de la asignatura de Historia de la Filosofía. Esta formación debe concretarse en la adquisición por parte del alumno de destrezas que le permitan, en el más alto nivel de su competencia filosófica, buscar información de modo activo, seleccionar lecturas y obras de interés personal, ser capaz de tener preferencias subjetivas respecto a determinados pensadores y, en último término, tener una cierta visión sistemática de la Historia de la Filosofía.

6) En los núcleos temáticos 2, 3 y 4 se propone el estudio de unos filósofos especialmente representativos de cada época. Si bien el profesor puede elegir dos para el estudio pormenorizado, según se determinó en el Real Decreto 3474/2000, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del Bachillerato, conviene no obstante que dedique una atención suficiente a los que no haya elegido, por su relevancia en la historia del pensamiento filosófico.

En el estudio de la Historia de la Filosofía en el Bachillerato se pueden establecer tres niveles de progresiva profundización:

1.º La consideración esquemática de aquellas escuelas y filósofos que constituyen el contexto en el que se van a desarrollar los principales sistemas.

2.º El estudio más detenido de los filósofos que se proponen en cada uno de los núcleos temáticos.

3.º Por último, el análisis pormenorizado de dos de ellos, en conexión con el enfoque sistemático que se haya realizado en Filosofía I, atendiendo a sus textos y, si es posible, a alguna de sus obras más representativas. El profesorado debe tener presente que, con independencia de las horas lectivas, es necesario que los alumnos de Segundo de Bachillerato dediquen un tiempo suficiente al estudio.

Este enfoque permitirá que los alumnos alcancen un adecuado nivel de formación, tanto para su acceso a la Universidad como, según lo expuesto anteriormente, para situarse en el más alto nivel de su competencia filosófica.

Objetivos

1. Conocer y comprender los grandes períodos en que se divide la Historia de la Filosofía occidental, así como su relación con otras formas de expresión cultural.

2. Reconocer y comprender los problemas filosóficos analizados en el curso anterior, en tanto que cuestiones surgidas a lo largo de la Historia.

3. Comprender las distintas soluciones que se han propuesto a estos problemas filosóficos, situándolas en su contexto histórico y cultural, a fin de poder entender su vinculación con otras manifestaciones teóricas y prácticas de la circunstancia que las ha originado.

4. Consolidar la actitud crítica ante opiniones contrapuestas, sometiéndolas a una reflexión racional, y analizar los conceptos previos, prejuicios y posiciones ideológicas que puedan existir como condicionantes.

5. Conocer y valorar el esfuerzo de la razón humana en su intento incesante por plantear y resolver las grandes cuestiones filosóficas.

6. Comprender la Historia de la Filosofía como un avance en espiral, que ha retomado los problemas con un creciente nivel de radicalismo metodológico.

7. Valorar la capacidad de la reflexión filosófica a lo largo de la Historia para acercarse, de modo progresivo, a los problemas éticos, sociales y humanísticos.

8. Aprender a leer de modo comprensivo y crítico textos filosóficos de autores diversos y opuestos, compararlos entre sí y descubrir la importancia del diálogo racional como medio de aproximación a la verdad.

9. Valorar el debate de posiciones contrapuestas como medio de practicar el respeto a los demás y la tolerancia positiva contra cualquier forma de discriminación.

10. Aprender a exponer correctamente, de modo oral y escrito, el pensamiento filosófico de los autores estudiados, así como a elaborar los propios puntos de vista de modo coherente.

Contenidos

1. La Filosofía Griega:

Las principales cuestiones que cabe considerar son, por ejemplo, el tránsito del mito al logos entre los presocráticos; los primeros intentos metafísicos de Parménides y Heráclito; la significación de los filósofos pluralistas; Sócrates y los socráticos menores; el nacimiento de la «polis» y de la democracia en Atenas, y el proyecto ético del epicureísmo y el estoicismo, &c. En cualquier caso, se estudiarán Platón y Aristóteles de modo específico, ya que resultan imprescindibles para comprender la historia de la filosofía occidental.

Unidad 1. Platón.
Unidad 2. Aristóteles.

2. La Filosofía Medieval y Renacentista:

Debe contextualizarse la Filosofía medieval mediante los grandes problemas que se suscitan en torno a la necesidad de poner de acuerdo la fe, representada por las religiones monoteístas, y la razón, representada, sobre todo, por las filosofías de Platón y Aristóteles. El platonismo cristiano tiene su expresión más completa en el pensamiento de San Agustín de Hipona, en tanto que la síntesis entre cristianismo y filosofía aristotélica quedó modelada en el de Santo Tomás de Aquino. A partir del siglo XIV se inicia la crisis de la Escolástica medieval que es consecuencia, por un lado, de la filosofía de Guillermo de Ockham y, por otro, de los desarrollos científicos del siglo XIV (Oresme, Buridan, Sajonia).

El pensamiento renacentista supone la introducción de nuevos temas de reflexión: La interpretación matemática de la naturaleza, un nuevo concepto del hombre o la fundamentación moderna de la política. En este último caso, adquiere un relieve especial la figura y la obra de N. Maquiavelo.

Entre los autores que se citan a continuación, el profesorado elegirá dos para su estudio pormenorizado.

Unidad 3. San Agustín de Hipona.
Unidad 4. Averroes.
Unidad 5. Santo Tomás de Aquino.
Unidad 6. Guillermo de Ockham.
Unidad 7. Nicolás Maquiavelo.

3. La Filosofía Moderna:

El eje fundamental es el nuevo concepto de racionalidad que surge en los siglos XVI y XVII y se caracteriza por la secularización del pensamiento, el nacimiento de la ciencia moderna, la búsqueda de una nueva antropología basada en el sujeto consciente y una nueva forma de organizar el gobierno basada en la democracia.

En este contexto se deben considerar las grandes corrientes constituidas por el racionalismo y el empirismo, entre cuyos representantes se pueden mencionar a Descartes, Spinoza, Locke y Hume. A lo largo del siglo XVIII, o Siglo de las Luces, surgen diferentes formas de interpretar la Ilustración. En el campo de la filosofía política, adquiere especial relevancia la fundamentación que realiza Rousseau de la democracia. Por otro lado, aparece un nuevo racionalismo crítico con Kant, que realizará una síntesis acabada y completa de los supuestos gnoseológicos y éticos de las corrientes racionalista y empirista.

En este período histórico el profesorado seleccionará dos autores entre los propuestos.

Unidad 8. Descartes.
Unidad 9. Spinoza.
Unidad 10. Leibniz.
Unidad 11. Locke.
Unidad 12. Hume.
Unidad 13. Rousseau.
Unidad 14. Kant.

4. Filosofía Contemporánea:

Entre las corrientes filosóficas del siglo XIX se pueden estudiar el liberalismo utilitarista de J. S. Mill, el materialismo histórico-dialéctico del marxismo, el vitalismo de Nietzsche, que suponen una culminación de los problemas de la filosofía y, a la vez, constituyen un antecedente del pensamiento actual. Mientras que el liberalismo utilitarista propone una concepción individualista que legitima el sistema económico en el que aún estamos inmersos, el marxismo se centra sobre todo en el análisis de las contradicciones del sistema económico y político propios del capitalismo industrial. Desde otra perspectiva, el vitalismo de Nietzsche se ocupa del ocaso de la cultura occidental dominada por los valores racionalistas de los griegos y los valores morales del cristianismo.

La aparente dispersión de las corrientes filosóficas del siglo XX se puede articular desde la preocupación constante por el sentido del conocimiento y de la ciencia; por el análisis del lenguaje en todas sus formas naturales y artificiales –Wittgenstein, el Positivismo Lógico y la Filosofía Analítica–. También se produce una evidente preocupación por la existencia y esencia del ser humano, tanto en el plano ontológico como el axiológico –Heidegger, Max Scheler, Sartre, &c.–. Por su relevancia y presencia en la filosofía española, deberemos tener en cuenta la figura de José Ortega y Gasset.

De las unidades siguientes, el profesorado elegirá dos autores para su estudio específico.

Unidad 15. J. S. Mill.
Unidad 16. Marx.
Unidad 17. Nietzsche.
Unidad 18. Wittgenstein.
Unidad 19. Heidegger.
Unidad 20. Ortega.
Unidad 21. Habermas.

Criterios de evaluación

1. Conocer y manejar correctamente el vocabulario filosófico básico, adquirido a lo largo del ciclo completo de formación filosófica.

2. Relacionar los problemas filosóficos con las principales condiciones socio-culturales en las que aparecen y a las que han pretendido dar respuesta.

3. Situar correctamente a los principales filósofos estudiados en su contexto histórico-filosófico.

4. Exponer, de modo claro y ordenado, las grandes líneas problemáticas y sistemáticas de los filósofos que se han estudiado de modo analítico.

5. Analizar y comentar, con rigor metodológico, textos filosóficos de las obras analizadas en el curso.

6. Comparar y relacionar textos filosóficos de distintas épocas y autores, a fin de establecer entre ellos semejanzas y diferencias de planteamiento.

7. Mostrar la implicación de los sistemas filosóficos en el desarrollo histórico de las ideas y de los cambios sociales.

8. Exponer, oralmente y por escrito de modo crítico, el pensamiento de un filósofo o el contenido de una de las obras analizadas.

9. Elaborar, individualmente o en equipo, un resumen de la Historia de la Filosofía, exponiendo las relaciones, semejanzas y diferencias entre los distintos sistemas estudiados.

10. Elaborar, individualmente o en equipo, tablas sincrónicas en las que, cada uno de los filósofos estudiados, se contextualice con otros acontecimientos históricos (políticos, artísticos, literarios, científicos, &c.).


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