Filosofía en español 
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La Censura

La Censura, revista mensual, 1844-1853

Puede leerse en un prospecto de La Censura. Revista Mensual. Publicanla el editor y socios literarios de la Biblioteca Religiosa:

«El editor y los socios literarios de la Biblioteca Religiosa, viendo que el error y la inmoralidad cunden de un modo portentoso y se introducen bajo todas formas en todo género de escritos, determinaron publicar La Censura con el fin de examinar bajo el concepto moral y religioso todas las obras que se vayan publicando o se hayan publicado en estos últimos tiempos, si son de alguna entidad. En esta revista se atiende con preferencia a censurar los libros perniciosos; pero se tributan también los debidos elogios a los que lo merecen por la pureza de sus doctrinas. La crítica imparcial, aunque severa, recae solamente sobre los escritos, respetando siempre las personas de los autores: en cuanto a los extranjeros se dice algo de su religión o de la tendencia de sus doctrinas.»

Se publicó este periódico en Madrid, entre 1844 y 1853, durante la llamada «década moderada». El primer número corresponde al mes de Julio de 1844, el número 108 y último lleva fecha de diciembre de 1853. Los 108 números publicados a lo largo de nueve años suman 865 páginas y 750 censuras (numeradas correlativamente, del 1 al 750). La Censura encontró cálida acogida por parte de algunos periódicos –así por ejemplo la noticia anuncio publicada en el Boletín enciclopédico riojano de anuncios de Logroño: La Censura, revista mensual– y las burlas e insultos de otros:

«Papelito Nuevo. Los primeros rebuznos del Burro, periódico que se publica en esta corte por una sociedad de asnos, nos han deleitado como un aria del célebre Ronconi. Los chistes, agudezas, y filosóficos pensamientos que destellan por todas partes sus elocuentes coces y mordiscos, acaban de convencernos de que ya empieza España a ponerse en el lugar que le corresponde... no al nivel sino al frente de las naciones más civilizadas del orbe; pues la Sociedad de Asnos de Madrid, reune talentos que envidiar pueden las primeras academias de París, Londres y Berlín. Sabíamos que había escritores burros desde que se publica El Católico y La Censura, sabíamos que había burros dramáticos con la cruz de Carlos III; sabíamos que había burros parlamentarios, burros generales, burros ministros; pero hasta que ha aparecido El Burro, no sabíamos que hubiese en España burros de talento. Recomendamos pues eficazmente la lectura del Burro, en cuyas chistosas páginas ponen su pezuña las primeras notabilidades de la corte.» (El Fandango, Madrid, 15 de mayo de 1845, nº 6, página 92.)

«El fraile nodriza. Días pasados anunciaba un periódico de esta corte como ama de cría a un fraile de 35 años de edad que deseaba colocarse con alguna señora. No nos sorprende que críe la gente de faldas, ni nos espanta el acierto del bendito exclaustrado en la elección de la criaturita. Si no se dejase perecer de hambre a estos ex-siervos de Dios, no se verían los infelices en la necesidad de buscar semejantes acomodos. Si esto sigue así, no extrañaremos ver dentro de poco a los redactores de La Esperanza, de La Censura y de El Católico pasearse por el prado en traje de pasiegas, dando la teta a un parvulillo. Mejor desempeñarían este oficio que el de escritores.» (El Fandango, Madrid, 15 de marzo de 1846, nº 16, páginas 253-254.)

Sufrió una interrupción de varios meses en 1851: «No pudiendo soportar más tiempo las perdidas cada año mayores que hemos experimentado desde que salió a luz La Censura, nos vemos precisados a suspender su publicación con harto sentimiento nuestro» (nº 84, junio de 1851), y reapareció «gracias a Dios y a la protección de los ilustrísimos señores obispos de estos reinos, pero muy particularmente al diligente zelo e incansable afán de un venerable y antiguo prelado a quien nos está vedado nombrar...» (prospecto repartido con ocasión de la reaparición, en enero de 1852). El número 107 (noviembre de 1853) anuncia que con el número siguiente cesa definitivamente La Censura:

«Los perseverantes esfuerzos hechos durante nueve años a pesar de las pérdidas cada vez mayores que hemos experimentado, prueban bastante nuestros deseos de servir a la buena causa: la poca o ninguna protección que nos han dispensado en tan largo espacio de tiempo las personas que parece estaban obligadas a proteger esta obra u otra semejante, manifiesta bien a las claras que nuestras pobres tareas no merecen su aceptación. Sería pues vano empeño continuar escribiendo un papel que no han de leer aquellos para quienes se escribía principalmente, fuera de que no podemos soportar ya tantas pérdidas...»

La Censura se imprimió en Madrid: «Imprenta de D. José Felix Palacios, editor, carrera de San Francisco, nº 6.» Desde el nº 71 (mayo de 1850) en el pie de imprenta figura: «Imprenta de la Viuda de Palacios e Hijos, editores.» Los artículos, las censuras, no llevan firma, y en toda la publicación no se menciona ningún otro nombre que el del impresor.

Según Marcelino Menéndez Pelayo (HHE 6:416): «Como revistas deben citarse La Censura, que dictaba casi solo D. Juan Villaseñor y Acuña (1844 a 1853)...» Marcelino Menéndez Pelayo escribe a Gumersindo Laverde en noviembre de 1881 (Epistolario 5:207): «Ha venido a mis manos toda la colección de un periódico bibliográfico-católico, titulado La Censura, que se publicó desde 1844 a 1853, y que trae noticias y juicios de casi todas las publicaciones heterodoxas y anti-heterodoxas de ese periodo».

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