Filosofía en español 
Filosofía en español


Ángeles Vázquez

Feminismo
Desnudos infantiles

Ante la actitud ridícula adoptada por el periódico más reaccionario de las derechas, en lo que se refiere a la piscina infantil inaugurada hace días en los jardines de la plaza de Pablo Iglesias, se pone de manifiesto una vez más la necesidad de un cambio radical y decisivo que haga prevalecer las nuevas normas de higiene y la orientación pedagógica de la infancia exenta de la hipócrita rutina que hasta ahora imperó.

¿Por qué se asusta el pío colega de la presencia de niños desnudos en la piscina de dicha plaza? ¿Acaso le molesta el optimismo sano, riente y feliz de estas criaturas en rudo contraste con los cerebros desequilibrados, faltos de sensibilidad, unidos a cuerpos desgastados por los más denigrantes vicios, siempre velados con una capa de santidad? Esta protesta, sólo aceptada por los espíritus mezquinos y pobres, no había que darle ninguna importancia si no demostrara la enorme influencia que han ejercido en nuestra educación los prejuicios de una moral cristiana que hacía cubrir a las estatuas con púdicos paños, haciendo desaparecer con ello verdaderas joyas de arte, pero que no tenía inconveniente en que la infancia, abandonada a sus propios recursos, aprendiera a espaldas de sus padres y maestros su educación sexual, no de una manera diáfana y desprovista, por consiguiente, de posibles peligros, sino con un sentido restringido de la realidad de la vida, con ocultaciones pueriles la mayoría de las veces, peligrosas en algunos casos por su incomprensión.

¿Quién no recuerda la famosa campaña de las damas catequistas de Barcelona para que se cubriera el desnudo de las estatuas de la plaza de Cataluña? También por iniciativa de las señoras católicas se logró que en las playas de España dejara de lucirse el «maillot», quizá porque las denunciantes, desprovistas de encantos naturales, sintieran el despecho de no poder usar esta prenda.

Ahora, con la República, estos manejos desaparecieron; pero los que no se resignan a ver una España sana y optimista tratan por medio de su prensa de que fracasen las iniciativas del Estado, Municipios y entidades particulares, que han iniciado una verdadera labor cultural en lo que se relaciona con este problema.

Hace meses que las cuestiones de Puericultura y Maternología se tratan con verdadero interés por el Estado, secundado con acierto por la clase médica.

Los problemas sociales, al ser estudiados desde su origen, han sacado forzosamente a la luz todas las miserias de nuestra raza. En primer lugar hemos apreciado la mortalidad infantil española, que ocupa el segundo lugar en Europa, y después, la serie de taras y miserias fisiológicas de la infancia que sobrevive.

Para remediar esta situación es preciso buscar el apoyo de todos, la comprensión de muchos y el procedimiento más eficaz que acabe con estas vergonzosas estadísticas, y cuando la bilis almacenada del sector católico, desligado por completo de la más elemental higiene, salga al paso de esta labor, sea el pueblo mismo el que reaccione contra estos elementos, ayudando a la gran obra que nuestro Municipio inicia con las piscinas infantiles para que los niños se bañen y tomen el sol en los parques madrileños. En fecha próxima serán las guarderías infantiles las que reúnan a los niños de las barriadas obreras en lugares sanos y espaciosos. Esperemos también el funcionamiento de bibliotecas al alcance de todos y las clases especiales que dentro de la escuela primaria preparen al niño para su futura actuación en la sociedad.

Cuando esté toda esto consolidado, a las voces destempladas y agrias de nuestros adversarios la misma infancia podrá rebatir con sus cuerpos sanos y robustos y sus cerebros saturados de eficaces enseñanzas.

Ángeles Vázquez