Filosofía en español 
Filosofía en español


Santiago Carrillo

La importancia del esperanto

Aguilera me ha dicho:

—Hay que hacer un artículo para el extraordinario de Renovación, tratando de la importancia que tiene el esperanto. Hay que recordar a los camaradas el interés que tiene el aprendizaje del esperanto, su alto valor espiritual y su trascendencia práctica.

Y yo, disciplinado, he empuñado la pluma, y heme ya obedeciendo las indicaciones del director.

Desde hace algún tiempo vengo tratando el tema en la prensa obrera; pero conviene insistir, minar un día y otro la apatía de algunos jóvenes y abatir la despreocupación, y hasta el desprecio, de otros. Se habla mucho de la paz, se estudian cuidadosamente los medios de promoverla donde no existe y de mantenerla donde reina y se dice que no hay que despreciar coyuntura y ocasión para realizar esta noble obra. Pues bien: el esperanto –¿cuántas veces se ha dicho?–, como idioma universal, como medio el más apto para que los hombres de los distintos pueblos se comprendan y, consecuentemente, se conozcan, hay que recomendarlo, poner en ensayo sus tan decantadas virtudes, no incurrir en el grave pecado –gravísimo en nosotros, socialistas– de hacer caso omiso de un instrumento de paz.

Cada día que pasa –hay que darse cuenta de ello, camaradas– se hace más preciso, más indispensable un idioma internacional que facilite nuestras comunicaciones con los hombres, con los compañeros de otros países. Porque una invitación a la paz dirigida en un idioma que no es el propio de los dos tiene menos eficacia que hecha en un idioma común a ambos, tiene algo de ironía. No son los ríos ni las cordilleras, es decir, los accidentes geográficos utilizados por los hombres para establecer las fronteras, lo que separa a unos de otros; son sus lenguas distintas, obstáculos puestos en contra de las corrientes de fraternidad, de mutua cooperación, de simpatía.

Nosotros tenemos el deber ineludible de prestar calor al esperanto, de reaccionar contra ese espíritu rutinario que relegó esa lengua a otras, y debemos ver en la simbólica «verdan stelon» una guía y una esperanza.

Santiago Carrillo