Filosofía en español 
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Editoriales

Pro la Sociedad de Naciones

En Madrid se ha celebrado recientemente un Congreso pro la Sociedad de Naciones, al que han asistido representantes de la mayor parte de las Asociaciones creadas en muchos países para propagar la obra de esa gran Sociedad de Pueblos que se creara en el Tratado de Versalles, al terminar la gran conflagración europea. Nosotros nos adherimos, desde luego, a tales demostraciones, ya que para nosotros la Sociedad de Naciones, con todos sus grandes defectos, con su régimen antidemocrático de organización, labora con evidente éxito por mantener la paz mundial.

De su solvencia, de su autoridad, no podemos dudar. Precisamente ahora, con ocasión de resolverse el viejo pleito existente entre Perú y Chile sobre las provincias de Tacna y Arica, actuando de árbitro los Estados Unidos, se ha reconocido casi unánimemente que una solución emanada de la Sociedad de Naciones hubiese sido más justa.

Los defectos de la Sociedad de Naciones son consecuencia de la política influenciada, en casi todos los países que forman aquella entidad, por el capitalismo, política sórdida, recelosa, de zancadilla. Y esos defectos irán desapareciendo conforme los trabajadores vayan conquistando el Poder en esos países, desahuciando al capitalismo de las altas esferas de las administraciones Públicas de los mismos. Y es que con la Sociedad de Naciones ocurre como con otros muchos organismos, no ya de índole internacional, sino de carácter nacional, provincial y aun municipal: que precisan de la influencia purificadora del proletariado.