Ayer nos visitó un grupo de estudiantes gijoneses afiliados a la Unión Juventud Hispano Americana, cuya Delegación local se constituyó a raíz de la visita de los escolares mexicanos señores Soto y Zaldúa, para rogarnos que desmintiésemos el rumor provocado por un suelto que publicó la revista de Madrid «El Estudiante», en el cual se reproducía una carta de Vasconcelos, exministro de Instrucción Pública de México, afirmando que los citados señores Soto y Zaldúa no representan genuinamente a la juventud escolar de su país.
En dicha carta se contienen también afirmaciones rotundas respecto a la personalidad del señor Soto.
Los estudiantes gijoneses nos entregaron copia del siguiente telegrama que recibió el señor Alvargonzález Lanquine, presidente honorario de la Delegación de la Unión Juventud Hispano Americana:
«Ante cargos formulados por semanario «El Estudiante» contra delegados Unión Juventud Hispano Americana, Embajada México Madrid ha comunicado oficialmente ser legales representantes. Correo comprobantes defienden actuación compañeros mexicanos Soto y Zaldúa. Ruégole comunique a estudiantes.– Calvo Melendro, Presidente Delegación Valladolid.»
En efecto, como se anunciaba en este despacho, se recibieron varios periódicos de Valladolid, en los cuales los delegados mexicanos afirman que la carta de Vasconcelos es apócrifa, y para demostrar la autenticidad de su representación, aducen, entre otros comprobantes, los siguientes:
Primera.– Credencial expedida por Centro general de la Unión de la Juventud Hispano Americana, de México.
Segundo.– Pergamino con mensaje de los estudiantes mexicanos a los españoles, autorizado con la firma del rector de la Universidad de México, señor Pruneda.
Tercero.– Cablegrama dirigido por la Unión de la Juventud Hispano Americana de México al rector de la Universidad de Madrid.
Cuarto.– Telegrama del ministro de México en España dirigido al rector de la Universidad de Valladolid, confirmando la autenticidad de dicha Delegación.
Accedemos gustosos a los deseos de los estudiantes gijoneses, pues no puede por menos de sernos simpático su entusiasmo por todo lo que represente ampliación de relaciones escolares y estrechamiento de contacto con aquellos compañeros, a quienes les une una afinidad racial.
Sin embargo, no podemos prescindir de reproducir también un suelto que aparece en el «Heraldo de Madrid» del lunes último.
Dice así:
«Hemos hablado, para procurar esclarecer este embrollado asunto, con el ministro de México en España y con Rafael Jiménez Siles, director de «El Estudiante».
El ilustre representante de México nos dice:
—Hasta el momento, no tengo antecedentes personales de los señores Soto y Zaldúa. Lo único que puedo decir, es que no han venido recomendados a esta Legación ni traen representación ni misión oficial alguna.
El telegrama que yo he dirigido al rector de Valladolid dice, sobre poco más o menos: «Los estudiantes Soto y Zaldúa tienen la representación de un grupo de estudiantes llamado Juventud Hispano Americana. No representan a la Federación de estudiantes mexicanos. No traen misión oficial.»
—¿De modo –preguntamos al señor González Martínez– que esos señores no vienen enviados por la masa total de estudiantes mexicanos?
—No, no –dice el ministro.»
