Filosofía en español 
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Notas

[ Manuel Beltroy ]

La misión de la «Hispanic Society» de Nueva York


Desde hace pocas semanas se encuentran en Lima los señores William Belmont Parker y Sturgis Elleno Leavitt, enviados de la Sociedad Hispánica de Nueva York, para realizar los fines de acercamiento cultural, que señalan sus estatutos, entre la Gran República del Norte y las naciones hispano americanas.

Aquella Sociedad, fundada el 18 de Mayo de 1904, a impulsos de la magnífica generosidad del multimillonario yanqui, señor Archer M. Huntington, con el levantado propósito de fomentar la fraternidad intelectual entre los hijos de Inglaterra y los de España en este Continente, [70] señala, efectivamente, en el acta de su constitución, como medio para alcanzar tan elevado intento, «el incremento del estudio de las lenguas española y portuguesa, así como de sus literaturas e historias y el progreso en el estudio de los países en que se habló y se habla el español y el portugués». Siguiendo el rumbo trazado por la noble inteligencia de su fundador, la Sociedad no ha escatimado esfuerzos ni descuidado medios para penetrar en lo más hondo de la civilización española e hispanoamericana, para extraer sus escondidos tesoros literarios y artísticos y difundirlos luego en los Estados Unidos, estableciendo así el íntimo contacto entre ambas mentes y culturas. En su Museo ha almacenado valiosísimas colecciones de cuadros, alfarería, talladuras y labrados en maderas y metales, artefactos característicos, mosaicos, mapas, dibujos y hasta sarcófagos de mármol góticos y del Renacimiento. Su Biblioteca, que cuenta ochenta y cinco mil volúmenes, comprende casi todas las producciones literarias de España y sus dominios del Nuevo Mundo y cuenta con muy raras colecciones de incunables, manuscritos antiguos, cartas y códices. La Revue Hispanique, su órgano periodístico, publica estudios de los más autorizados escritores castellanos sobre las obras maestras de la literatura española; en su Pinacoteca se exhiben maravillosas telas de Velázquez y El Greco, al lado de las de los contemporáneos Sorolla y Zuloaga, y sus esmeradas ediciones facsimilares vulgarizan con los inmortales monumentos del ingenio hispánico, por todos conocidos, los ya olvidados o ignorados escritos de peregrinos literatos de pasados siglos.

Pero la Sociedad Hispánica sabe que no realizaría el objeto de su instituto si se limitase sólo a descubrir el alma española e hispanoamericana de otras épocas a los norteamericanos, a despertar esa alma ancestral que duerme hace siglos en los infolios y los pergaminos para encontrar en ella lo que hay de sustancial y permanente en la gran nacionalidad hispánica. Precisa conocer, sobre todo, la nueva alma hispanoamericana, con sus actuales pensamientos y tendencias, no menos una por animar veinte miembros distintos; y se consagra a publicar los libros y las conferencias de los grandes directores del pensamiento español y quiere familiarizarse con las múltiples mentalidades de las repúblicas sudamericanas. A preparar este conocimiento, envía a Centro y Sudamérica sus delegados, con el encargo de que estudien a los representantes de todos los órdenes de la vida nacional y cataloguen sus escritos.

El Sr. William Belmont Parker publicará diccionarios biográficos de las personas que representan las direcciones del pensamiento en las principales repúblicas de este hemisferio. Ya ha publicado el correspondiente a Cuba, «Cubans Of To-Day», en elegante volumen de cerca de 700 páginas, que encierra cerca de doscientas cincuenta biografías con los retratos de los biografiados; y se propone hacer otro tanto en nuestro país. El Sr. Parker es una distinguida personalidad intelectual. Conferencista y profesor de lengua inglesa en Harvard, ha publicado una antología crítica del gran filósofo Emerson, una edición comentada del poeta norteamericano Hill y varios libros más. La excelente edición del Diccionario Biográfico de Cubanos, demuestra su perfecta preparación para la obra.

El Sr. Elleno Leavitt es igualmente un notable universitario de Harvard, en cuyas aulas ha sido conferencista; y por su versación en cuestiones [71] de historia literaria, ha merecido que la Sociedad Hispánica le encomiende la organización de la bibliografía peruana, sólida base para la Historia de la Literatura Peruana, que la Sociedad proyecta redactar.

Mercurio Peruano, en cuyo espíritu nacionalista encuentra simpático eco la misión de la Sociedad Hispánica de propaganda de nuestra cultura y nuestro espíritu, saluda cordialmente a los delegados de la Hispanic Society y hace votos porque lleven a cabo cumplidamente su obra, para bien de nuestro país y de la fraternidad americana.

M. B.