Impresiones
La Fiesta de la Raza
Celebramos hoy la Fiesta de la Raza, fiesta simpática, a la que justo y necesario es conceder toda la importancia que tiene por su significación, por los gloriosos recuerdos que nos hace evocar y por la trascendencia que para nosotros puede tener.
Conmemoramos anualmente el descubrimiento de América, epopeya inmortal de un puñado de héroes que acaudillados por Colón y confortados con la fe cristiana surcaron el océano en débiles embarcaciones, siguiendo rutas hasta entonces desconocidas, y dieron al mundo nuevos y ricos continentes, que en el pecho noble y generoso de esta España gloriosa se amamantaron y que hoy –ya emancipados– conservan hacia su madre el más acendrado cariño filial.
Esta expresión periódica de hispanoamericanismo es preciso revestirla cada año de mayor solemnidad y brillantez, que cuanto hagamos por estrechar los lazos entre la vieja España y la joven América, será una labor digna, sublime, merecedora de los mayores elogios y desde luego de provechosos resultados tanto en el orden espiritual como en el material.
Es suicida dejar que otras naciones, aprovechándose de nuestra apatía, realicen la labor de aproximación que nosotros debiéramos de realizar, introduzcan en la joven América su cultura y ganen el comercio de los países americanos, cosas en las que en todo tiempo debemos llevar la supremacía, porque como muy bien decía ayer un distinguido conferenciante, en el Paraninfo de la Universidad, nada más lógico y natural que un padre y un hijo se presten mutua ayuda aún cuando éste esté ya emancipado de la tutela de aquél.
Y en esta labor de aproximación, a Asturias le corresponde un papel muy importante.
De esta región emigran constantemente a América infinidad de coterráneos nuestros, que en el nuevo continente establecen industrias y comercios, echando los cimientos de un intercambio comercial que en todo momento debemos de procurar fomentar y desarrollar.
La Fiesta de la Raza, pues, es además de un recuerdo emotivo un labor de engrandecimiento patrio.
Pero ahora bien: ¿cuál ha de ser el rasgo característico de esta fiesta?
Leed lo que con tal motivo escribía un distinguido periodista: «La Fiesta de la Raza es fundamentalmente la fiesta de la expansión del Catolicismo en una gran parte del mundo. El providencialismo de la Historia se acentúa y culmina en la de España como nación providencial. Todos sus grandes gestos y sus gestas inmortales son mandatos del Cielo a favor de la Verdad. Pero es el más grande aún para la nación que dedicó 800 años de su vida a una pelea que basta para la gloria de toda una raza, el haber ido al empuje de la Fe, llevando los misioneros la Cruz enhiesta como una espada asida por la hoja y blandiendo los conquistadores un acero como un báculo sujeto por la Cruz, a sacar de las olas un Continente, siendo en él madre de veinte pueblos, a los que dio fe, lengua, cultura, y en suma cuanto forma la personalidad 'entera' de los pueblos en el planeta y en la historia.»
Dice muy bien el articulista aludido. La Fiesta de la Raza es fundamentalmente la fiesta de la expansión del Catolicismo, ya que significa la grandiosa epopeya de la cristiana civilización de nuevos continentes.
No es posible, pues, desposeerla de ese sello de catolicismo, que debe siempre caracterizarla, porque lo contrario sería prescindir en el recuerdo precisamente de lo más digno de conmemorar de la conquista de nuevas tierras para Cristo.
A. S.