Declaraciones de Franco al periodista mejicano Carlos Septién
“La libertad nacional es base y condición de las libertades individuales”
“El mundo actual se encuentra bajo el imperio de una revolución de justicia que ha de realizarse”
“El mayor peligro de la situación internacional es el nacionalcomunismo”
Méjico.– El diario “El Universal" publica unas importantes declaraciones hechas por Su Excelencia el Jefe del Estado español, Generalísimo Franco, a su corresponsal Carlos Septién, en el palacio de El Pardo, en una entrevista que concedió al periodista mejicano.
Carlos Septién relata de la siguiente forma su entrevista y las declaraciones del Caudillo:
“En España no tememos al comunismo, porque lo conocemos. El comunismo es doctrina que ha de ser combatida con otra doctrina, que ha de ser el principio y la práctica de la justicia social. Y España está aquí firme en su puesto, dispuesta a cumplir con la justicia social, venga lo que viniere.” Con estas palabras –dice el periodista–, el Generalísimo Franco definió la politica internacional e interna de su Gobierno, en una entrevista de hora y media, celebrada con periodistas mejicanos que se encuentran en Madrid. En su exposición general, Franco expuso su programa social, que tiene en ese aspecto –a juicio del periodista– estrecha semejanza con las doctrinas sociales de la revolución mejicana. “No atacamos al comunismo para defender ninguna otra doctrina falsa; no se defiende al capitalismo ni al socialismo. Lo atacamos –insistió el Jefe del Estado español– porque lo conocemos y sabemos hasta dónde llega su falsedad; lo que defendemos es la aplicación de la doctrina social verdadera, hasta sus últimas consecuencias, cueste lo que cueste.
Considero –continuó el Caudillo– que Europa no ve claramente este problema, y que está intentando combatir al comunismo con el socialismo, que no es sino un grado menor de aquella doctrina. Para luchar contra el comunismo es preciso crear otro espíritu. El mundo actual se encuentra bajo el imperio de una revolución de justicia social, que se ha de realizar aunque haya Gobiernos y naciones que no lo deseen, y a pesar de los cuales la riqueza ha de ser objeto de una mejor distribución entre los más, que son quienes lo necesitan.”
“La entrevista –dice el periodista mejicano– se efectuó en el palacio de El Pardo, construido en el siglo XVII por Carlos IV. El Jefe del Estado español recibió a los reporteros en su despacho, presidido por una Cruz, y al lado, un pequeño retrato de la Reina Isabel la Católica. El Generalísimo vestía traje azul oscuro, con corbata del mismo color. Dejando de lado el protocolo, Franco conversó con los periodistas, dando respuesta a todas las preguntas que se le formularon.
“Hay un nuevo peligro –nos dijo– en la situación internacional. Es lo que puede llamarse nacionalcomunismo. Considero mucho más peligroso tender la mano a Tito de Yugoslavia y Mao Tse Tung de China, que al mismo Stalin. Es así que la fuerza más eficaz contra el comunismo es el sentimiento nacional, que se siente amenazado por el imperialismo internacionalista del comunismo. Pero cuando el comunismo aparece aliado al nacionalismo, entonces los pueblos dejan de ver el peligro que trae consigo. Cesan las resistencias, y el comunismo se apodera de la vida de los países en que se ha planteado el nacionalcomunismo.”
Carlos Septién añade: “En seguida, y poniendo especial énfasis en sus palabras, el Generalísimo explicó de este modo la posición de España: “Nosotros no intentamos imponer nuestras doctrinas a otros países, pero sí podemos decir que tenemos una fórmula de solución eficaz y buena para nuestro país. Yo, que soy militar, puedo decir con todo conocimiento que no es la guerra lo que resuelve los problemas de los pueblos. Nada resolvió la guerra primera, ni la segunda, ni nada habrá de resolver una tercera guerra. Lo único que podrá dar solución a las cuestiones del mundo es la mejor distribución de los medios de vida, porque la verdadera liberación social del hombre se encuentra en la abundancia de bienes. Creo que la libertad nacional es base y condición de las libertades individuales, porque sin la primera no existen en realidad las últimas. Por eso, en España hemos, preferido sacrificar algo las libertades individuales en beneficio de lograr esta libertad nacional, que nos permite poseer nuestra libertad.”
Después el periodista indica: “El General Franco atacó los efectos del liberalismo en España y en los países hispanoamericanos diciendo: “El espíritu liberal aniquiló el espíritu de creación de nuestros pueblos, al aislar a cada individuo y romper sus lazos sociales y suprimir las responsabilidades del Estado. Ahora, en España, hemos liquidado esa disolución liberal, y el Estado realiza la misión que había tenido siempre.” Puso como ejemplo –dice Septién– la obra de fundación de nuevas ciudades y pueblos y el levantamiento de viviendas obreras y campesinas. “Lo hacemos así –dijo Franco– porque creemos que la tierra no es un instrumento de renta, sino instrumento de trabajo.”
Septién continúa: “Precisando la situación de España en el conflicto entre el comunismo y Occidente, el General Franco se expresó en los siguientes términos: “Se nos ha colocado en un ficticio aislamiento, que nosotros no sentimos. Lo que sí sentimos es la soledad moral en que estamos con relación a otros países de Europa, que no advierten con claridad el problema del mundo y que se empeñan en acudir a remedios inútiles. Pero no cederemos en nuestra posición y nuestra actitud de realizar lo social. España, al igual que Méjico, es hueso muy duro de roer para el comunismo. Y, gracias a Dios, somos así.”
Por último, el periodista mejicano dice: “El Generalísimo se despidió de los periodistas con estas palabras: “Deseo que Méjico y todos los mejicanos sean felices.” (Efe.)