Filosofía en español 
Filosofía en español

Idea de Nación

[ 732 ]

Nación política: Oposición izquierda / derecha

La Idea de Nación política [731] fue creada simultáneamente con el concepto nuevo y originario de la izquierda política, a saber, la izquierda radical revolucionaria (primera generación de la izquierda), la que tomó el nombre de su situación topográfica en la Asamblea francesa de 1789. En la sesión de 28 de agosto de 1789, ya constituido el Tercer Estado como Asamblea Nacional (19 de junio de 1789) cuando (acaso por analogía con la Cámara de los Comunes, en la que el partido en el poder se sienta siempre a la derecha, dejando la izquierda para la oposición) los partidarios del veto real absoluto se pusieron a la derecha y los que se atenían a un veto suavizado, o nulo, a la izquierda. (En el Concilio de Nicea, catorce siglos antes, los arrianos se situaban a la izquierda del presidente –el obispo Osio–, que representaba al emperador Constantino).

La izquierda radical revolucionaria vendrá, pues, definida como tal izquierda a través precisamente del Estado, de un Estado organizado según el Antiguo Régimen, que trata de transformarse (holización política) [733] en un Estado nacional nuevo. A partir de este momento, la izquierda política, que estaba creándose precisamente en función de la Nación política, obra suya, necesitará mantenerse siempre en función del Estado-nación, sea para afirmarlo, sea para negarlo. En efecto, lo que llamamos izquierda definida, políticamente definida (los seis géneros principales, o generaciones [817] cuando se las contemplan históricamente, de la izquierda: la izquierda radical, la izquierda liberal [740], la izquierda libertaria, la izquierda socialista, la izquierda comunista y la izquierda asiática) son aquellas corrientes o partidos políticos de izquierdas que pueden considerarse vinculados a idearios, planes o programas, con significado político preciso, es decir, que tengan que ver con el Estado, aunque sea buscando su extinción. En este sentido, afirmamos que la oposición izquierda / derecha, con significado político definido, no tiene alcance universal, puesto que se circunscribe a las sociedades políticas modernas (a partir de la Revolución Francesa) en las cuales hayan cristalizado los proyectos de “transformación” racional de la propia sociedad política; es decir, no puede aplicarse a cualquier sociedad política, y menos aún a cualquier sociedad o grupo humano de carácter religioso, científico o artístico: Espartaco no era de izquierdas, ni Pompeyo de derechas; los comuneros de Castilla no eran de izquierdas, ni los “imperiales” de derechas; una “comunidad científica” de matemáticos, no es de derechas ni de izquierdas; incluso gran parte de la “sociedad civil” de una sociedad democrática moderna (incluyendo a los mismos sindicatos) no es propiamente ni de derechas, ni de izquierdas, cuando no pretende la transformación de Estado, sino, a lo sumo, el mejor funcionamiento de las instituciones que les afecta (lo que no significa que esas partes de la sociedad civil sean apolíticas, puesto que participan de la sociedad política como votantes, como contribuyentes, o de cualquier otro modo).

Ahora bien: el Antiguo Régimen antes de la Revolución no es la derecha, ni la derecha es el Antiguo Régimen (sin perjuicio de que este sea el fundamento de la unidad mítica de la derecha). Ni Talleyrand, ni Luis XIV, ni María Antonieta eran de derechas antes de la convocatoria de los Estados Generales. Sólo cuando las izquierdas se hayan enfrentado con él como corrientes reales, entonces, el Antiguo Régimen comenzará a transformarse en derecha. El Antiguo Régimen (el régimen absoluto de Francia, pero también el régimen absoluto de España, de Inglaterra, de Rusia), ante la izquierda que se ha formado en su seno, no se limita a recibir, como relación externa sobrevenida, las presiones de la izquierda, sino que reacciona contra ella. En consecuencia, no podría decirse que la derecha fuera sin más el Antiguo Régimen, sino el Antiguo Régimen que está a su vez reaccionando ante la acción de la izquierda, de las izquierdas.

El Antiguo Régimen (en función del cual definimos objetivamente e históricamente a la derecha como clase plotiniana) lo definimos (políticamente) en cuanto él implica una disposición o forma del Estado. Y del mismo modo a como establecemos que las izquierdas pueden ser definidas en sentido político (diferenciándolas de las izquierdas indefinidas, divagantes, extravagantes o fundamentalistas) en función del Estado, así también definimos ahora a la derecha, en sentido político, en función del Estado correspondiente al denominado Antiguo Régimen. Y a las variedades de la derecha que puedan considerarse herederas de las respuestas que el Antiguo Régimen y sus herederos (que no por ello son reproducciones clónicas de sus antepasados), llamamos derecha tradicional, histórica o alineada (distinguiéndola de las derechas no tradicionales o no alineadas, es decir, de las derechas que no están en la línea genealógica del ancestro, el Antiguo Régimen, es decir, que están fuera de esa línea: partidos secesionistas, fascismo, nacionalsocialismo…).

Ahora bien, las docenas de variaciones o ramificaciones empíricas de la derecha tradicional las clasificamos en tres grandes modulaciones: la derecha primaria, la derecha liberal y la derecha socialista. Y estas tres modulaciones de la derecha tradicional las ponemos en correspondencia con las generaciones de la izquierda, aunque esta correspondencia no la entendemos como una correspondencia de uno a uno: la derecha primaria habría que ponerla en correspondencia con el primero género de la izquierda (la jacobina) y con el tercero (la anarquista) que actuó ya en los años de la Gran Revolución, como jacobinismo comunalista (de estirpe roussoniana), y como anarquismo individualista de los exjacobinos que (como Gracchus Babeuf, Agustín Darthé y Felipe Buonarroti) levantaban la bandera de una especie de comunismo o colectivismo libertario, y que fueron denominados precisamente como anarquistas. Las primeras reacciones del Antiguo Régimen ante la Revolución francesa, es decir, la derecha primaria que se inició en Francia, fue una respuesta, tanto a las embestidas de la izquierda jacobina, como a las embestidas de los anarquistas ya en acción (sin perjuicio de que estas respuestas se reactivasen cuando los anarquistas se formaron como movimiento autónomo, después de la revolución de 1848). Lo que llamamos derecha primaria se organizó por el proyecto de reproducir el Antiguo Régimen en su integridad esencial; es, por tanto, dicho proyecto lo que constituye la derecha primaria. Esta es la razón por la cual cabrá hablar de derecha primaria incluso en situaciones ya muy alejadas cronológicamente de la Revolución. Es suficiente que sus agentes mantengan similares planes y programas de transformación idéntica, es decir, de revolución circular organizada. En este sentido, podríamos recordar la llamada “Carta Constitucional” (“Dada en París, el 4 de junio, año de Gracia de 1814 y de nuestro reinado el decimonoveno”) con la cual Luis XVIII (“por la Gracia de Dios, Rey de Francia y de Navarra”) iniciaba la Restauración del Antiguo Régimen (otra cosa es que, en la práctica la transformación idéntica fuera imposible). La segunda modulación de la derecha (la derecha liberal) se correspondería con la segunda generación de la izquierda (la izquierda liberal), sin que exista aquí contradicción alguna, puesto que no mantenemos una perspectiva dualista, disyuntiva, de la oposición izquierda / derecha. La tercera modulación de la derecha (la derecha socialista) la pondremos en correspondencia con la cuarta y la quinta generación de la izquierda: la izquierda socialdemócrata y la izquierda comunista.

{MI 142, 100, 97, 165, 131, 311, 302 / MD 117, 138, 190, 192-195, 198 /
MI / → MD / → ENM 125-153 / → BS29 3-28 / → BS17 3-28 / → EC80 / → EC105}

<<< Diccionario filosófico >>>