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Bellas artes / Artes útiles / Artes cultas / Artes poéticas o sustantivas
Descartamos la denominación tradicional de “bellas artes”, como criterio apropiado para delimitar a un conjunto cuya denotación está sin duda sobreentendida, aunque tiene al menos un núcleo bien definido (música sinfónica, teatro, pintura, escultura, arquitectura, poesía…) que se contrapone a las también mal llamadas “artes útiles”, como si las “bellas artes” no tuviesen también su utilidad (a pesar de esa “finalidad sin fin” [670] que les asignó Kant). Todavía más ridículo es recurrir a la denominación de “artes cultas” (“música culta” es una expresión utilizada con cierta frecuencia), como si las artes culinarias o las artes marciales o las artes mecánicas no fuesen también cultura. Por nuestra parte, utilizaremos la denominación de poéticas o sustantivas (por ejemplo, “música sustantiva”, “arquitectura sustantiva”…) para referirnos a las artes que se han ido precisamente constituyendo como orientadas a ofrecer a la “representación” contenidos, sin duda, muy heterogéneos pero que convienen en una cierta inmanencia o sustantividad [648] (sean bellos, elegantes, o sombríos, o fúnebres) que los enfrenta o destaca no sólo de la “prosa de la vida”, sino también de las artes adheridas a las funciones individuales grupales de carácter práctico, como es el caso de las lúdicas o de las marciales, o de los deportes, o de las ceremonias religiosas (sin perjuicio de que todas ellas puedan encarnar también valores estéticos).