Teoría de probabilidad
Ver: Probabilidad.
Diccionario filosófico marxista · 1946:297
Filosofía en español
Ver: Probabilidad.
Diccionario filosófico marxista · 1946:297
Ver Probabilidad.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:492
Teoría sobre los acontecimientos casuales en masa, es decir, sobre los acontecimientos que se repiten una y otra vez si se reproducen las condiciones correspondientes. Así, cuando se arroja repetidamente una moneda (caso de los denominados experimentos casuales) el resultado de cada acto es un acontecimiento individual, elemental y casual, y se distinguen tan sólo dos acontecimientos casuales en masa (dos salidas del experimento casual dado): que la moneda caiga por su cara o por su cruz. Desde luego, para muchos acontecimientos casuales, su carácter individual es precisamente el más importante y para su estudio no se aplica la teoría de las probabilidades. Pero la clase de acontecimientos casuales en masa es asimismo extraordinariamente amplia (por ejemplo, nacimiento de una criatura de determinado sexo, aparición de una pieza defectuosa en la fabricación de artículos en masa, &c.). Tales acontecimientos se dan en los fenómenos físicos. químicos, biológicos y sociales, lo cual explica que en la ciencia natural, en la técnica y en las ciencias sociales, la teoría de las probabilidades encuentre una aplicación tan amplia. Una de las propiedades fundamentales de los acontecimientos casuales en masa sobre las que se basa la teoría de las probabilidades consiste en la estabilidad de las frecuencias relativas de tales acontecimientos (ley de los grandes números), es decir, la relación entre el número de pruebas (u observaciones) en que el acontecimiento se produce y el número global de las mismas (pruebas u observaciones). La relación indicada es expresada por una magnitud que es estable –sobre todo si el número de experimentos es grande– y se denomina probabilidad del acontecimiento casual en masa dado. La probabilidad de tal o cual acontecimiento se calcula por vía experimental. El cálculo matemático de probabilidades permite determinar la probabilidad de unos acontecimientos partiendo de la de otros sucesos iniciales relacionados con los primeros. Los conceptos de probabilidad y de casualidad no pertenecen a la matemática pura. Por este motivo, la teoría de las probabilidades no constituye una parte de la matemática pura, si bien puede convertirse en ella por medio de la axiomatización (Método axiomático). Pese a todo el valor de semejante matematización, la teoría de las probabilidades no deja de ser una ciencia peculiar con su objeto específico. Esa teoría permite hallar una regularidad objetiva en los fenómenos casuales. No obstante, dichas regularidades poseen un carácter estadístico (Regularidades estadística y dinámica). De ahí que la investigación de los acontecimientos probables descubra con mayor detalle el concepto de regularidad así como el problema de la correlación entre la casualidad y la necesidad. Es necesario, además, insistir en que el carácter probable de los acontecimientos constituye una propiedad objetiva de los mismos y no un resultado de nuestras observaciones sobre tales acontecimientos, como entienden los partidarios de las concepciones idealistas subjetivas en la teoría de las probabilidades (por ejemplo, el matemático alemán Richard von Mises). En la historia de la teoría de las probabilidades se distinguen cuatro períodos: 1º, establecimiento de sus conceptos y teoremas elementales (Pascal, Fermat, Jacques Bernoulli). Falta aún el material científico concreto para la aplicación al cálculo; 2º, siglo XVIII-comienzos del XIX. Aparecen algunas esferas en que se hacen necesarios los cálculos de probabilidades teóricos: teoría de los errores (Gauss), teoría del tiro (Laplace, Poisson), más no pierden fuerza las pretensiones de la teoría de las probabilidades para desempeñar el papel de lógica general; 3º, segunda mitad del siglo XIX. Desarrollo de la estadística partiendo de un material teórico ya envejecido. Comienza la diferenciación entre teoría de las probabilidades y lógica probabilitaria. Revolución metodológica de Pafnuti Chebishov en lo tocante al rigor de la demostración y de las estimaciones; 4º, siglo XX. Se amplía en gran medida la esfera de aplicación de esta teoría en distintas ramas de la ciencia natural, de la técnica y de las ciencias sociales. Adquiere su objeto propio: los acontecimientos casuales en masa; se convierte en una ciencia moderna. En este periodo, los matemáticos soviéticos S. M. Bernstein, Andréi Nikoláievich Kolmogórov, A. Jinchin y otros, desempeñan un panel capitalísimo en el desarrollo de la teoría de las probabilidades.
Diccionario filosófico · 1965:454-455
Ciencia sobre los acontecimientos casuales masivos (a.c.m.), es decir, acontecimientos casuales equivalentes unos a otros en el sentido de algunas propiedades determinadas o capaces de repetirse muchas veces, si se reproducen las condiciones correspondientes. La abstracción de los a.c.m. es aplicable a una amplia clase de fenómenos naturales y sociales, cuando particularmente importantes resultan no sus propiedades individuales sino las propiedades más generales, aquellas que permiten considerarlos equivalentes unos a otros. Así, para las características termodinámicas de un sistema, digamos, para su temperatura, lo importante no es la “conducta” de cada molécula, sino su distribución según las velocidades; para muchas características de las especies biológicas, lo importante es la correlación de la natalidad de los machos y las hembras, &c. La teoría de las probabilidades estudia las propiedades de los a.c.m., construyendo modelos matemáticos de estas propiedades y, luego, operando con ellos como con los objetos puramente matemáticos. La principal propiedad de los a.c.m., que se estudian en la teoría de las probabilidades, es su probabilidad, con la particularidad de que se exige que ésta se describa en forma suficientemente adecuada con cierto número constante. Se logra hacerlo, por ejemplo, cuando resulta posible, en primer lugar, calcular el número de experimentos n, cuyos desenlaces son los a.c.m. de la clase estudiada (tales experimentos se llaman casuales, por ejemplo, tirar una moneda) y, en segundo lugar, el número de experimentos m, cuyos desenlaces son los a.c.m. del tipo que nos interesa (por ejemplo, cuando sale la cruz). Entonces, las relativas frecuencias de los a.c.m., que pueden ser consideradas como resultados de la medición de la probabilidad, se agrupan en torno a esta característica numérica. De este modo se logra expresar con un número la probabilidad de los a.c.m. y describir también con lenguaje matemático una propiedad tan importante como la ley de los grandes números, según la cual la acción conjunta de un gran número de acontecimientos casuales conduce a resultados que casi no dependen de la casualidad. Por primera vez lo hizo (cierto es que para una clase muy estrecha de a.c.m.) J. Bernoulli; posteriormente, gracias a los trabajos de muchos científicos, esta clase fue ampliada sustancialmente. La teoría de las probabilidades permite descubrir las regularidades objetivas en los fenómenos casuales, que tienen carácter estadístico. La investigación de los acontecimientos probabilísticos revela con más detalle el concepto de regularidad, así como el problema de la correlación entre la necesidad y la casualidad. El carácter probabilitario de los acontecimientos es una propiedad objetiva y no el resultado de nuestras observaciones, como estiman los partidarios de las opiniones subjetivistas en la teoría de las probabilidades. La probabilidad no es una propiedad sólo de los a.c.m. Otras probabilidades se estudian, por ejemplo, en la lógica probabilitaria. En el desarrollo de la teoría de las probabilidades un importantísimo papel corresponde a los matemáticos soviéticos S. Bernstein, A. Kolmogórov, A. Jinchin y otros.
Diccionario de filosofía · 1984:346-347